jueves, 7 de abril de 2011

¡La fascinante agricultura! maná del Creador; sol, tierra, agua, semilla, amor…
Eulalia Teresa Solís Herrera

Tengo la dicha de tener la experiencia de vivir en medio de la naturaleza desde que era una niña, pues he vivido siempre en el campo, mi amor por lo rural, lo llevo en mi sangre e intuyo que todo aquel que siente amor en su corazón, como el amor de los campesinos, serán los bienaventurados herederos de la Nueva Tierra que está comenzando.
Acá las estaciones del año, como un reloj natural nos van indicando como avanzar con los quehaceres; el campesino vive en el ahora, en una íntima comunión con Dios, consigo mismo, con la Madre Tierra; es un ser afable, apacible, humilde, trabajador, de buen humor… ¡que en lo personal admiro con el alma!
También siento que lamentablemente no ha habido justicia hacia los seres que viven en el campo, porque a nivel mundial no se a escuchado la voz del campesino, actualmente no se empatiza con sus metas, sueños, esperanzas…, es por eso que él a emigrado a las ciudades, a buscar mejor vida, cayendo en un hoyo profundo ¡sin poder salir de allí! sumiéndolo en la pobreza, en un ir y venir, en una especie de corral ajeno, lejos de sus parajes hermosos, sus aguas cristalinas, sus árboles frutales, sus plantas medicinales, su huerto de hortalizas, su soledad placentera, el rocío fresco de la mañana en su alfalfa verde, la montaña elevada y las vertientes cristalinas, el cantar de sus aves, sus ríos, su cielo diáfanamente estrellado…¡mil y un tesoros dignos de compartir! ¡oh Dios, pero deja tanta riqueza por unas cuantas monedas…! al decidir partir a una selva de cemento es el comienzo de la muerte de él y su familia…
La naturaleza despierta y sana nos inunda de alimentos que son capaces de nutrir a todos los seres de la tierra ¡a absolutamente todos los seres! África no tendría hambre si no fuera por nuestros egos, si trabajáramos con magnanimidad y eficiencia en ello.
Hablando en un sentido práctico pienso que si nos preocupáramos seriamente de la energía solar, de unos eficientes sistemas de riego para las zonas rurales, si arregláramos cada rincón de caminos en todos los costados de la tierra y después planificáramos adecuadamente la educación para todos los niños, niñas, jóvenes y sociedad rural en general tendríamos una Madre Tierra contenta, pues se estaría cumpliendo lo que yo llamo ¡Nación del Arcoiris!
Creo que en esta Nueva Era de expansión comunicacional, de contactos con el más allá ¡de tanto conocimiento…! Estamos llamados a nutrirnos de lo absolutamente natural, por eso nuestro sol, nuestras aguas, nuestras plantas tienen un valor incalculable que responsablemente debemos cuidar e incentivar a toda la gente, mujeres, niños, hombres a trabajar ¡por la tierra, en la tierra, sin comodidad y con mucho amor, pues la agricultura es sinónimo de vida!
Si seguimos emigrando y quedándonos en las ciudades, desequilibraremos la naturaleza, generaremos mucha pobreza, delincuencia, contaminación, catástrofes… ¡Es ahora urgentemente cuando tenemos que incentivar a la gente para que viva la vida sana del campo!
No dejo de imaginarme buenos líderes políticos, educadores, escritores, artistas…, creando excelentes proyectos agrícolas, creando universidades e institutos en zonas rurales que permitan de nuestros días en el campo, un tiempo glorioso, prometedor, sano, entretenido, apreciando día a día como el ritmo natural, que todos debiéramos vivir, es el que promete enriquecer nuestras vidas a partir de cada uno de nuestros átomos desarrollándose ante una nueva filosofía de vida, sabia, inteligente, a la luz de un nuevo sol.
¡Viva el observar las estrellas, en las colinas de nuestra tierra!
¡Hay un llamado a observar, pues hagámoslo desde nuestros campos!
Ada Irizada.
07042011061800

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