miércoles, 29 de abril de 2020

El Inicio . La Ciencia Sagrada.


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El Inicio . La Ciencia Sagrada.

Victor Salazar Soto 99

Pregunta..
¿Qué es el inicio? Es el Punto.
¿Qué es el punto? Es el círculo.
¿Qué es el círculo? Es la Geometría sagrada.
Es la exhalación de las dos primeras fuerzas, que dan la construcción de todo, atreves de la exhalación y la inhalación, dando en si todas las formas de vida, en todas sus dimensiones de existencia. Espiritual, Mental y Físico.
El inicio es el silencio para el ojo y oído profano.es el sónico para el iniciado.
Es el sonido que irradia multicolores, creando en los sonidos sagrados toda la existencia que es el producto del amor universal.
El inicio es el punto medio, entre el bien y el mal, es el camino del justo que es el camino del discernimiento
Caballeros de la Orden del Sol.

LA Libertad




La Libertad.
G:. M:.Victor Salazar soto 99

Para comprender la libertad hay que liberarse de la limitaciones mentales

Una cosa es captar con el intelecto y otra cosas es con el sentido.
Hoy por hoy, el hombre o la Mujer no se subordina a nada.
Las personas débiles en la vida, son débiles en el trabajo, es necesario que una cosa cueste, para que sea valorado, es por eso que detrás de esta falsa realidad recubierta, existes otra realidades..

Si no somos libres mentalmente es porque espiritualmente estamos atados, y si estamos atados espiritualmente estamos atados mental y físicamente

El miedo nos cierra el camino a la libertad, porque no sabemos discernir. El miedo tu peor enemigo La Libertad.

lunes, 27 de abril de 2020

La Meditación y su proceso.


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La Meditación y su proceso.

Víctor Salazar Soto.

La Meditación no pertenece a una religión o creencia, es un método divino que conecta la esencia del ser en el no - ser.
Siddharta Gautama .El Budha 33

La meditación es un proceso de aprendizaje como relajarse armónicamente esto es un sistema donde todo se conecta, algunos elementos que complementan este sistema ,donde debemos buscar un espacio tranquilo donde podamos sentirnos cómodos , este espacio lo vamos a preparar para este proceso donde aprendamos relajación para que las energías armónicas que estan en el ambiente ayuden al proceso. Si lo hacemos constantemente en el mismo lugar o espacio lo vamos a cargar con energías armónicas , podemos armonizarlo con un buen perfume o encienso o poner un olor agradable a nuestro parecer.tambien podemos poner algunas imagines según nuestra creencia
que ayudara mucho al proceso de aquietar nuestros cuerpo energéticos, nuestros chakras.

También poner tranquilidad nuestro espiritu, mente y cuerpo físico , esto nos puede ayudar a elevar nuestra frecuencia vibratoria, frecuencia energética por la razón de las nuevas energías que esta emitiendo el sol central de la galaxia y afectando nuestro sol de nuestro universo y a todo la existencia todo esta cambiando nuestro ser .

Una vez que este espacio es preparado para iniciar el proceso de meditación,
Podemos acondicionar una música asociada a la meditación que nos ayudara a que todo se acomode .algo que tu cuerpo sienta desde los mantras (sonido direccionado a elevar la frecuencia del cuerpo espiritual mental y cuerpo físico. Podría ser este mantra AMAR tres veces ,OM tres veces o I.A.O. tres veces. Hay tres tipos de inhalaciones dirigida al interior de cierta zona del cuerpo o Caja torácica la primera respiración va dirigida a la parte inferior de la caja torácica ,el estomago encada inhalación ves el color amarillo brillante o dorado .
la priemra inhalacion llevar el aire al estomago donde esta el plexo solar. Inhalas retienes y exhalas lentamente.

La segunda inhalación vuelves a ver el color amarillo dorado y esta inhalación la llevas al centro de la caja torácica inhalas retienes unos segundo y exhalas lentamente

La tercera inhalación la haces a la parte superior de la caja torácica debes acostumbrarte a ver los colores recuerda esta ley universal donde tu pones tu mente dentro de ti ,ahí fluye mas sangre.

Los Mantras son sonidos armónicos que elevan la vibración de los planos espirituales ,mentales y cuerpo físico que están conectados a los chakras que también vibran a diferentes sonidos armónicos.
Emitimos el sonido alargándolo AAAAAAMMMMMAAAAAAARRRRRRRRRRRRR.
OOOOOOOMMMMMMMMM o IIIIIIIIIIAAAAAAAAOOOOOOOOOOOO cualquiera que tu quieras usar es armónico lo realizas por tres veces, este acto armoniza el lugar donde estas realizando este trabajo.
Luego es el proceso de armonizacion interna esto se realiza con la oración que puede ser el Padre nuestro que enseno el gran maestro Jesús el Cristo . Otras oraciones pueden ser La gran Invocación esta dos son las que yo conozco puede haber otras pero eso queda a tu libre criterio .
Aquí les dejo estas oraciones:

El Padre Nuestro .
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén.

La Gran Invocación es una plegaria que invoca las energías divinas del espiritual y amor para toda la humanidad. Maestro Tibetano.

La Gran Invocación
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo* retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.

La relajación. Es un estado profundo de descanso y nos ayuda a equilibrar el metabolismo, el ritmo cardíaco y la respiración nos libera de posibles tensiones, ya sean musculares o psicológicas que se van acumulando con el tiempo ,alivia los dolores de cabeza ,reduce la presión arterial ,alivia los dolores musculares, sobre todo los de espalda ,cuello, reduce el estrés ,el bloqueo mental y contribuye a alcanzar la paz interior.
Los beneficios físicos y emocionales empezarán a ser evidentes cuando lleves varias semanas practicando la técnicas de relajación se convertirá en una tarea sencilla que conseguiremos realizar en unos instantes. En la relajación tenemos que desconectarnos completamente de todo lo que nos rodea y los problemas emocionales ,centrarnos únicamente en nuestro interior para conseguir escuchar nuestra voz interna.

Visualización de la relajación:
Nos sentamos o nos acostamos en un lugar cómodamente seria bueno que nada ajuste nuestro cuerpo ,debe estar cómodo , debe estar relajado , debes sentir como los músculos se relajan .

Muchos sistemas de relajación inician por la parte inferior de los pies la idea consiste en tratar de sentir irradiando la energía respiratoria distribuyéndola por todo el organismo que vamos masajeando mentalmente todos los músculos y órganos de nuestro cuerpo recordemos el pensamiento forma.

Concentración mental:
Consiste en poner nuestra mente en orden y fijar un punto de apoyo que regularmente es en el entrecejo poner nuestra atención en el entrecejo llamado también el tercer ojo esta es en la parte frontal .Con los ojos cerrados visualizas entornando un poco los ojos cerrados tratando de ver un triangulo o un circulo mental así controlaremos nuestro pensamiento que regularmente están en desorden.


Ya tenemos todos los elementos:
Un lugar donde se va ha realizar la meditación.
Armonizar el ambiente con una música de meditación armónica .
Aromas agradables ,perfumes o incienso .
Los mantras :Amar ,Om o IAO por tres veces.
La Oración: que es armoniza interna para elevar nuestra vibración armónica de nuestros cuerpos internos o chakras, elevar nuestro espíritu ,mente y cuerpo físico.
La relajación :nuestro pensamiento forma es dirigida por la voz interna que va indicando como la energía va subiendo desde la punta de los dedos de los pies hasta llegar a la cabeza.
Concentración :poner en orden nuestros pensamiento entrando en un punto de apoyo visualizar un triangulo o circulo en el entrecejo entornando la vista con los ojos cerrados,hasta que todo el proceso de meditación se realeza.
El proceso de regresar y despertar de la meditación consiste en contar del tres al uno y así vamos abriendo los ojos lentamente hasta estar consciente del espacio donde se realizo la meditación.
As sea.




sábado, 25 de abril de 2020

APERCEPCIONES SOBRE LA INICIACIÓN


René Guenon - Libros Electrónicos Libres


APERCEPCIONES SOBRE LA INICIACIÓN

René Guénon
(1946)

CAPÍTULO I
VÍA INICIÁTICA Y VÍA MÍSTICA


La confusión entre el dominio esotérico e iniciático y el dominio místico,
o, si se prefiere, entre los puntos de vista que les corresponden respectivamente,
es una de las que se cometen hoy con más frecuencia, y eso, parece, de una
manera que no siempre es enteramente desinteresada; por lo demás, hay en eso
una actitud bastante nueva, o que al menos, en ciertos medios, se ha
generalizado mucho en estos últimos años, y es por lo que nos parece necesario
comenzar por explicarnos claramente sobre este punto. Está ahora de moda, si se
puede decir, calificar de «místicas» a las doctrinas orientales mismas,
comprendidas aquellas en las que no hay ni siquiera la sombra de una apariencia
exterior que pudiera, para aquellos que no van más lejos, dar lugar a una tal
calificación; el origen de esta falsa interpretación es naturalmente imputable a
algunos orientalistas, que, por lo demás, al comienzo pueden no haber sido
llevados a ella por una segunda intención claramente definida, sino tan solo por
su incomprensión y por la determinación más o menos inconsciente, que les es
habitual, de reducirlo todo a puntos de vista occidentales. Pero después han
venido otros que se han apoderado de esta asimilación abusiva, y que, viendo el
partido que podrían sacar de ella para sus propios fines, se esfuerzan en propagar
la idea en cuestión fuera del mundo especial, y en suma bastante restringido, de
los orientalistas y de su clientela; y esto es más grave, no solo porque es por eso
sobre todo como esta confusión se extiende cada vez más, sino también porque
no es difícil percibir en ello las marcas inequívocas de una tentativa
«anexionista» contra la cual importa estar sobre aviso. En efecto, éstos a los que
hacemos alusión aquí son aquellos que se pueden considerar como los negadores
más «serios» del esoterismo, queremos decir con esto los exoteristas religiosos
que se niegan a admitir nada que éste más allá de su propio dominio, pero que
estiman sin duda esta asimilación o esta «anexión» más hábil que una negación
brutal; y, al ver de qué manera algunos de entre ellos se aplican a disfrazar de
Vía Iniciática y Vía Mística - René Guénon 1
«misticismo» las doctrinas más claramente iniciáticas, parece verdaderamente
que esta tarea reviste a sus ojos un carácter particularmente urgente. A decir
verdad, habría no obstante, en ese mismo dominio religioso al que pertenece el
misticismo, algo que, bajo ciertos aspectos, podría prestarse mejor a una
aproximación, o más bien a una apariencia de aproximación: es lo que se
designa por el término de «ascético», ya que en ello hay al menos un método
«activo», en lugar de la ausencia de método y de la «pasividad» que caracterizan
el misticismo, sobre los cuales tendremos que volver enseguida; pero no hay que
decir que esas similitudes son completamente exteriores, y, por otra parte, esta
«ascética» sólo tiene metas que son demasiado visiblemente limitadas como
para poder ser utilizada ventajosamente de esta manera, mientras que, con el
misticismo, nunca se sabe exactamente dónde se va, y esa vaguedad misma es
ciertamente propicia a las confusiones. Únicamente, aquellos que se libran a ese
trabajo a propósito deliberado, al igual que aquellos que les siguen más o menos
inconscientemente, no parecen sospechar que, en todo lo que se refiere a la
iniciación, no hay en realidad nada de vago ni de nebuloso, sino al contrario,
cosas muy precisas y muy «positivas»; y, de hecho, la iniciación es, por su
naturaleza misma, propiamente incompatible con el misticismo.
Por lo demás, esta incompatibilidad no resulta de lo que implica
originalmente la palabra «misticismo» misma, que está incluso manifiestamente
emparentada a la antigua designación de los «misterios», es decir, a algo que
pertenece al contrario al orden iniciático; pero esta palabra es de aquellas para
las cuales, lejos de poder referirse únicamente a su etimología, uno está
rigurosamente obligado, si se quiere hacer comprender, a tener en cuenta el
sentido que le ha sido impuesto por el uso, y que es, de hecho, el único que se le
atribuye actualmente. Ahora bien, todo el mundo sabe lo que se entiende por
«misticismo», desde hace ya muchos siglos, de suerte que ya no es posible
emplear este término para designar otra cosa; y es eso lo que, decimos, no tiene
y no puede tener nada en común con la iniciación, primero porque ese
misticismo depende exclusivamente del dominio religioso, es decir, exotérico, y
después porque la vía mística difiere de la vía iniciática por todos sus caracteres
esenciales, y porque esta diferencia es tal que resulta entre ellas una verdadera
incompatibilidad. Por lo demás, precisamos que se trata de una incompatibilidad
de hecho más bien que de principio, en el sentido de que, para nós, no se trata de
ningún modo de negar el valor al menos relativo del misticismo, ni contestarle el
lugar que puede pertenecerle legítimamente en algunas formas tradicionales; así
pues, la vía iniciática y la vía mística pueden coexistir perfectamente, pero lo
que queremos decir, es que es imposible que alguien siga a la vez la una y la
otra, y eso incluso sin prejuzgar nada de la meta a la cual pueden conducir,
aunque, por lo demás, ya se pueda presentir, en razón de la diferencia profunda
de los dominios a los que cada una se refiere, que esa meta no podría ser la
misma en realidad.
Vía Iniciática y Vía Mística - René Guénon 2
Hemos dicho que la confusión que hace ver a algunos misticismos, allí
donde no hay el menor trazo de él, tiene su punto de partida en la tendencia a
reducirlo todo a los puntos de vista occidentales; es que, en efecto, el misticismo
propiamente dicho es algo exclusivamente occidental y, en el fondo,
específicamente cristiano. A este propósito, hemos tenido la ocasión de hacer
una observación que nos parece lo bastante curiosa como para que la anotemos
aquí: en un libro del que ya hemos hablado en otra parte, el filósofo Bergson,
oponiendo lo que llama la «religión estática» y la «religión dinámica», ve la más
alta expresión de esta última en el misticismo, que, por lo demás, no comprende
apenas, y que admira sobre todo por lo que podríamos encontrar en él, al
contrario, de vago e incluso de defectuoso bajo algunos aspectos; pero lo que
puede parecer verdaderamente extraño por parte de un «no cristiano», es que,
para él, el «misticismo completo», por poco satisfactoria que sea la idea que se
hace de él, por ello no es menos el de los místicos cristianos. En verdad, por una
consecuencia necesaria de la poca estima que siente por la «religión estática»,
olvida demasiado que los místicos en cuestión son cristianos antes incluso de ser
místicos, o al menos, para justificar que sean cristianos, coloca indebidamente el
misticismo en el origen mismo del cristianismo; y, para establecer a este
respecto una suerte de continuidad entre éste y el judaísmo, llega a transformar
en «místicos» a los profetas judíos; evidentemente, del carácter de la misión de
los profetas y de la naturaleza de su inspiración, no tiene ni la menor idea. Sea
como sea, si el misticismo cristiano, por deformada o disminuida que sea su
concepción de él, es así a sus ojos el tipo mismo del misticismo, la razón de ello
es, en el fondo, bien fácil de comprender: es que, de hecho y para hablar
estrictamente, no existe apenas otro misticismo que ese; e incluso los místicos
que se llaman «independientes», y que diríamos gustosamente «aberrantes», no
se inspiran en realidad, aunque sea sin saberlo, sino de ideas cristianas
desnaturalizadas y más o menos enteramente vacías de su contenido original.
Pero eso también, como tantas otras cosas, escapa a nuestro filósofo, que se
esfuerza en descubrir, con anterioridad al cristianismo, «esbozos del misticismo
futuro», mientras que, en realidad, se trata de cosas totalmente diferentes; hay
así, concretamente sobre la India, algunas páginas que dan testimonio de una
incomprensión inaudita. Las hay también sobre los misterios griegos, y aquí la
aproximación, fundada sobre el parentesco etimológico que hemos señalado más
atrás, se reduce en suma a un torpe juego de palabras; por lo demás, Bergson se
ve forzado a confesar él mismo que «la mayoría de los misterios no tuvieron
nada de místicos»; pero entonces ¿por qué habla de ellos bajo este vocablo?
En cuanto a lo que fueron esos misterios, se hace de ellos la
representación más «profana» que pueda darse; y, en verdad, ignorando todo de
la iniciación, ¿cómo podría comprender que hubo allí, así como en la India, algo
que en primer lugar no era de ningún modo de orden religioso, y que después iba
incomparablemente más lejos que su «misticismo», e incluso, es menester
Vía Iniciática y Vía Mística - René Guénon 3
decirlo, que el misticismo auténtico, que, por eso mismo de que se queda en el
dominio puramente exotérico, tiene forzosamente también sus limitaciones?
No nos proponemos exponer al presente en detalle y de una manera
completa todas las diferencias que separan en realidad los dos puntos de vista
iniciático y místico, ya que solo eso requeriría todo un volumen; nuestra
intención es sobre todo insistir aquí sobre la diferencia en virtud de la cual la
iniciación, en su proceso mismo, presenta caracteres completamente diferentes
de los del misticismo, hasta incluso opuestos, lo que basta para mostrar que se
trata de dos «vías» no solo distintas, sino incompatibles en el sentido que ya
hemos precisado. Lo que se dice más frecuentemente a este respecto, es que el
misticismo es «pasivo», mientras que la iniciación es «activa»; por lo demás, eso
es muy verdadero, a condición de determinar bien la acepción en la que debe
entenderse esto exactamente. Eso significa sobre todo que, en el caso del
misticismo, el individuo se limita a recibir simplemente lo que se presenta a él, y
tal como se presenta, sin que él mismo cuente en eso para nada; y, digámoslo de
inmediato, es en eso donde reside para él el peligro principal, por el hecho de
que está «abierto» así a todas las influencias, de cualquier orden que sean, y de
que además, en general y salvo raras excepciones, no tiene la preparación
doctrinal que sería necesaria para permitirle establecer entre ellas una
discriminación cualquiera. En el caso de la iniciación, al contrario, es al
individuo a quien pertenece la iniciativa de una «realización» que perseguirá
metódicamente, bajo un control riguroso e incesante, y que deberá llevarle
normalmente a rebasar las posibilidades mismas del individuo como tal; es
indispensable agregar que esta iniciativa no es suficiente, ya que es bien
evidente que el individuo no podría rebasarse a sí mismo por sus propios
medios, pero, y es esto lo que nos importa por el momento, es esa iniciativa la
que constituye obligatoriamente el punto de partida de toda «realización» para el
iniciado, mientras que el místico no tiene ninguna, ni siquiera para cosas que no
van en modo alguno más allá del dominio de las posibilidades individuales. Esta
distinción puede parecer ya bastante clara, puesto que muestra bien que no se
podrían seguir a la vez las dos vías iniciática y mística, pero, no obstante, ella
sola no podría bastar; podríamos decir incluso que no responde todavía más que
al aspecto más «exotérico» de la cuestión, y, en todo caso, es demasiado
incompleta en lo que concierne a la iniciación, de la que está muy lejos de
incluir todas las condiciones necesarias; pero, antes de abordar el estudio de esas
condiciones, todavía nos quedan que disipar algunas confusiones.

¿Qué es la Iniciación?


Arcano 36 La Iniciación. Revista 36. Revista La Sabiduría del Ser 36


¿Qué es la Iniciación?

“¿Qué hora es?”, dijo el Prior.
“La del alba”, contestó El Guardián.
“La hora en que se rasgó el velo del templo y las tinieblas se derramaron por la consternada tierra y se eclipsó la luz y se rompieron los útiles del constructor y se ocultó la flamígera estrella y se hizo pedazos la piedra cúbica y se perdió la Palabra”.

Esa Palabra perdida ha sido desde el remoto origen de los tiempos la ambición de aquellos que querían hollar el secreto de los secretos.
Algunos pensaron encontrarla en el templo de Delfos, donde rezaba ese “Noscete Ipsum”; otros, los hijos espirituales de los Argonautas que conocían la ruta del jardín de las Hespérides, escribían en las piedras sus mensajes herméticos, signos incompresibles para aquellos que no habían sido iniciados en los misterios más profundos y cuyo descubrimiento y sabedora interpretación dotaba de la conciencia suficiente para desvelar las leyes de la energía, de la materia y del espíritu.
Dicen que el origen histórico de todos esos viajes en búsqueda de la Palabra perdida es posible reencontrarlo en la herencia que la tradición ha sabido guardar durante todas las centurias.
La iniciación sería el paso previo a ese descubrimiento y solo el que se haya ante ese único y estrecho portal y posea el valor suficiente para atravesarlo, podrá emprender el camino hacia el encuentro, hacia el despertar, hacia el infinito.
Es difícil tratar del origen histórico según las especulaciones esotéricas que cada escuela tiene sobre la transmisión de las influencias espirituales que toman como soporte los rituales y la sucesión iniciática. Cada uno deberá construir en sí mismo esa historia.
El eterno retorno hacia el “hombre primordial”, condición que se perdió tras la degradación que se conoce en el lenguaje tradicional como la “caída”, será la búsqueda que el neófito encontrará ante el proceso de la iniciación, largo proceso para acercarnos a ese estado tras sucesivas y distintas etapas.
Existen muchas interpretaciones sobre el significado y empleo de la palabra iniciación. El origen etimológico viene del latín initiare, que tiene la misma procedencia de initium, inicio o comienzo, viniendo las dos de in-tere, ir dentro o ingresar. En las sociedades tribales, según nos explica la antropología, señala el paso de la infancia a la edad adulta, con lo que el individuo gana la plenitud de sus derechos.
En sociedades más estratificadas, el rito se vuelve complejo y designa nuevos valores, nuevas intenciones, nuevos propósitos que deberá alcanzar mediante ritos de mortificación, pruebas de acreditación, en algunas sociedades practicando la circuncisión, tatuajes, ayunos e instrucciones morales y religiosas que motivarán un cambio radical de su presente situación. Es en las sociedades desarrolladas donde el fundamento iniciático representa un significado más profundo y complejo.
El iniciado ya no es el que pasa de una edad infantil a una vida sexual plena, sino que es instruido en unas ceremonias y en unos misterios herméticos y resguardados que hasta ahora habían resultado inaccesibles. La iniciación toma un sentido esotérico, misterioso que inculca curiosidad en los ávidos de conocimiento.
Un proceso que invita a la reflexión, al análisis y la investigación no solo externa, sino también interna.
Dicen que en el antiguo Egipto, los iniciados en los misterios, los hijos espirituales de Hermes Trismegistus - el tres veces grande, el maestro de maestros-, viajaron por todo el mundo transmitiendo esos conocimientos. Pasaron por la India, por los confines de Asia y Europa hasta llegar a todos los rincones donde el conocimiento pudiera ser resguardado en el secreto.
Es gracias a la influencia greco-oriental que recibieron estos conocimientos, cuando se empieza a hablar de sociedades secretas, de misterios y ritos que durante épocas y con diferente signo y forma han llegado desde diversas fuentes hasta nosotros.
Antes de penetrar en las disciplinas que engloban la iniciación y ser heredero de esos antiguos vigías del conocimiento, el neófito está expuesto a una serie de pruebas o interrogatorios para comprobar con todo tipo de rigor que se halla preparado para ello.
Los esoteristas hablan de aquella persona que tras pasar el sendero de probación, empieza a ser introducida por los Maestros de la Sabiduría en el conocimiento oculto que existe tras el velo de Isis, tras el mundo de las apariencias, como nos indica Platón en su famosa alegoría de la caverna.
Para ello es preparado con sumo rigor, dando las herramientas necesarias para poder interpretar mejor los símbolos. Una vez iniciado, debe entrar poco a poco en el mundo de los significados mediante el estudio y la meditación, y con el tiempo, transformar ese conocimiento y esa sabiduría en servicio a la comunidad en la que se desarrolla como alma iniciada.

Morir para nacer.

A la hora de definir la iniciación, existe una constante que persigue a todas las tradiciones, y ésta es el empleo simbólico de la palabra muerte. Iniciarse es nacer a otra realidad, y para poder hacerlo, primero es requisito indispensable morir en otra.
El aspirante que quiera entrar en los Misterios, debe primero saber y poder morir para así, como un hombre nuevo, nacer a la nueva conciencia; es lo que llaman el Segundo Nacimiento.
El rito de iniciación es un rito de muerte, igual que el que se práctica en algunas tribus para pasar de la vida infantil a la vida adulta: muere el niño, nace el hombre, con sus plenos derechos morales, de familia, de casamiento. A menudo juega un papel importante esta experiencia de la muerte simbólica -algunas organizaciones la representan incluso con tumbas, ataúdes u objetos que nos recuerden a la muerte que se preparan exclusivamente para ello- y la consiguiente resurrección en grados más avanzados.
Alice Bailey habla en sus libros de la resurrección como iniciación propiamente dicha; también las escuelas místicas cristianas, tales como los rosacruces hablan del símbolo de la cruz y la consiguiente resurrección de Cristo como un acto de iniciación superior. Max Heindel hacía hincapié en ese glorioso momento.
Algunas de estas representaciones simbólicas hacían referencia a la vuelta al útero materno y su correspondiente renacimiento.
Muchas pruebas y símbolos tienen que ver con ese nuevo renacer. Recordemos las pruebas del laberinto a las que se hacen referencia.


¿Qué encontramos en el centro del laberinto?
El que ha sido admitido en esta ceremonia de muerte y resurrección, es partícipe de un conocimiento que compartirá con un grupo limitado y para algunos, privilegiado. Será el nacimiento a una nueva fase o periodo vital, un fenómeno de transformación en el cual habrá una destrucción del antiguo rol y un retiro en el que, de forma anónima y voluntaria, se examinarán el sentido de la iniciación y las responsabilidades con ella adquiridas.
El principio de entrar a un nuevo estadio social o de conciencia, a una nueva realidad, es lo que determina la función dentro del contexto, que siempre es precedida por un verdadero deseo de conocimiento, de transformación y evolución interior. Muchas órdenes que practican la iniciación como referente, condición y principio esencial para pertenecer a ella, hablan de iniciación como ceremonia a través de la cual el candidato recibe la Luz y presta juramento de secreto y obediencia a esta institución de forma activa y natural.
Una vez recibida la Luz, el neófito pasa de pleno derecho y para siempre a pertenecer no solo a la Orden que le ha impreso el ritual en sus carnes, sino a esa gran familia de Iniciados extendida por la faz de la Tierra. En ese proceso irrevocable, la condición de iniciado le acompañará hasta el día de su muerte.
Dentro de estos rituales, debemos tener en cuenta la connotación simbólica de todo el proceso. Un nuevo iniciado no recibe toda la luz de una sola vez, como una revelación divina que le llevará a un alto grado de conciencia. El método es mucho más complejo. La iniciación en escuelas de misterios u órdenes iniciáticas supone una aproximación al Misterio que deberá ir revelándose gracias al esfuerzo y el trabajo constante.
La iniciación revela un gran proceso, un gran tránsito y un propósito que deberá seguirse con paciencia y rigor. Los símbolos, las alegorías, los pases, las contraseñas, el contacto con otros iniciados, con otro entender, con otra forma de ver y experimentar la vida, ya es de por sí una revelación consumada. Recibir la iniciación es un proceso que ha servido para perpetuar en el tiempo las grandes verdades ocultas.
Al recibir la iniciación, el neófito, con su esfuerzo y dedicación estará preparado algún día para ser dador e instrumento de esa empresa. La iniciación consigue perpetuar en el espacio y en el tiempo aquello para lo que ha sido formulada. Si un eslabón muere, otros lo sustituirán.
Morirá el instrumento, pero no la tradición. En palabras de Aldo Lavagnini, "podemos considerar estas fraternidades y movimientos como el alma multiforme del Espíritu Uno de la Tradición Universal, que ha venido directamente y sin interrupción hasta nosotros de los antiguos Misterios".
Por lo tanto, un iniciado es el heredero directo de toda la tradición desde los tiempos remotos, desde el origen de toda civilización.
Aún así, muchas escuelas afirman que la iniciación simbólica solo explica un episodio que realmente se realiza en planos más sutiles. Cuando un neófito deja el mundo profano para entrar de lleno a un nuevo estadio o lugar sagrado, sus actos no tienen por qué reflejar su verdadero grado interior.
La iniciación simbólica puede ir acompañada de una verdadera iniciación espiritual, entrando de lleno en lo que algunos llaman el Sendero y la Jerarquía oculta del planeta.

Existen ordenes como la masonería que en según qué ritos llegan a tener una infinitud de grados para designar la perfección o perfectibilidad de un hombre. En la época de la Ilustración, era común racionalizar todos los ámbitos humanos, buscando siempre un orden existente.
La unidad psíquica de la humanidad, el progreso y la perfectibilidad no solo podían explicarse mediante secuencias evolutivas como las de Darwin para la biología, sino también culturales y espirituales. Antropólogos como Morgan o Tylor desarrollaron sus propias teorías evolucionistas, siendo Tylor el padre de las teorías animistas, las cuales desarrollaban el concepto religión desde las fases más primitivas a la más desarrolladas, pasando por el politeísmo, el monoteísmo y acabando en la ciencia como culminación de ese hecho religioso.
Esas secuencias que empezaban desde lo más simple a lo más complejo, vieron su reflejo en las órdenes de índole iniciática. En ritos masónicos como el escocés existen hasta 33 grados, y en algunos egipcios más de 90 grados iniciáticos.
Los Iluminatis solían utilizar una docena de grados y los rosacruces infinitud de ellos., así como los martinistas, los templarios, los teosóficos, etc.
Algunas escuelas añaden la fórmula de auto iniciación, un proceso por el cual el neófito, mediante sus esfuerzos, es capaz de llegar a ciertos grados de aspiración espiritual. Estas doctrinas están en gran medida influenciadas por las enseñanzas de Aleister Crowley, quién nos indicaba que el grado iniciático no podía ser conferido sino que únicamente era adquirido por el trabajo y la disciplina iniciática.
En contra de estas afirmaciones, teníamos los postulados de Réne Guénon, donde en su obra “Apreciaciones sobre la Iniciación” nos habla de la imposibilidad de la auto iniciación o la iniciación por correspondencia, como muchas escuelas practican hoy día. Para entender ambas posturas, deberíamos llenar de significado y añadido todo lo que la palabra iniciación entraña.


Iniciación simbólica e iniciación real.
Se suele hablar de dos tipos de iniciación: la tradicional o simbólica, la cual se consigue en la estructura de una orden iniciática o un grupo que a su vez ha recibido la tradición, es decir, estamos aquí hablando de una iniciación humana y referenciada dentro de un marco reducido, de disciplina y estudio constante que intenta estimular por el rito o el trabajo iniciático continuo la que sería la segunda tipología de iniciación: la iniciación espiritual, mística o solar según quién la nombre, en la cual intervienen las fuerzas y las leyes cósmicas, siendo la estructura desarrollada desde la conciencia subjetiva de cada sujeto en el esfuerzo de su vida diaria.
Existirían pues, muchos iniciados que realizan su trabajo en el silencio de la vida diaria sin ser conscientes de su condición o grado o sin presumir de ella. La primera no es condición de la segunda, pero pueden ir perfectamente a la par.
Dentro de la estructura de la iniciación simbólica, existen, de cara a lo exterior o externo, a lo exotérico, unos preliminares casi indiscutibles.
Para poder ser iniciados necesitamos de una institución o medio que permita esta iniciación, de un maestro o figura que previamente haya sido receptor de esa tradición y así mismo, de un ritual que llene de significado el simbólico momento.
Esta estructura suele estar organizada y pensada para que no muera en el tiempo, sino, para que se perpetúe de forma infinita y pueda ser el principal nexo de transmisión, la forma por la cual se mantenga sin interrupción la continuidad de la llamada “cadena iniciática“. Sin embargo, la ceremonia en sí,


¿Es un puro trámite, una fórmula arbitraria o existe en ella un significado y una importancia que escapan a la observación superficial
Así lo expresa Aldo Lavagnini y responde diciendo que cada receptor de la iniciación tiene el privilegio de contestar individualmente en proporción a su entendimiento y la iniciación será para él lo que él mismo la reconozca y realice.
Si es cierto lo que nos dicen, tras el velo de la iniciación simbólica, existe una iniciación real, una iniciación espiritual que nos abre la puerta hacia una realidad aún superior a la ya conocida o recibida mediante el rito:
Una Realidad profunda que constantemente se oculta bajo la apariencia exterior de las cosas, un eco de la Palabra Perdida que aún se transmite y perdura.

jueves, 23 de abril de 2020

A LOS PIES DEL MAESTRO - Krishnamurti


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A LOS PIES DEL MAESTRO

Por: Alcione
(J. Krishnamurti)
Maracaibo, 1996

ÍNDICE
Prefacio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .4
A los que investigan. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Proemio. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
I. Discernimiento. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8
II. Ausencia de Deseo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
III. Recta Conducta. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
IV. Amor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25


PREFACIO
Por ser un hermano de más edad, se me ha concedido el privilegio de escribir algunas
palabras como prefacio en este pequeño libro, el primero que ha escrito un hermano más
joven de Cuerpo, ciertamente, pero no de Alma.
Las enseñanzas en él contenidas le fueron dadas por su Maestro al prepararlo para la
Iniciación, y él las ha trascrito de memoria, lenta y laboriosamente, porque el año anterior
sabía mucho menos inglés que ahora. La mayor parte de esta obra es una reproducción de las
propias palabras del Maestro; y lo que no sea reproducción verbal, es el pensamiento del
Maestro revestido de las palabras de Su discípulo.
El Maestro suplió dos frases omitidas. En otros dos casos fue agregada una palabra que
faltaba. Aparte de esto, la obra es enteramente de Alcione: su primera dádiva al mundo. Que
este libro pueda ayudar a otros así como la enseñanza oral le ayudó a él. Con tal esperanza,
nos lo da. Pero las enseñanzas tan sólo pueden ser fructíferas si las VIVIMOS, como él las ha
vivido desde que brotaron de los labios de su Maestro. Si el ejemplo es seguido a la par que el
precepto, entonces la Gran Puerta que se abrió al escritor se abrirá para el lector y sus pies
hollarán el Sendero.
Annie Besant
(Diciembre de 1910)



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PREFACIO
Por ser un hermano de más edad, se me ha concedido el privilegio de escribir algunas
palabras como prefacio en este pequeño libro, el primero que ha escrito un hermano más
joven de Cuerpo, ciertamente, pero no de Alma.
Las enseñanzas en él contenidas le fueron dadas por su Maestro al prepararlo para la
Iniciación, y él las ha trascrito de memoria, lenta y laboriosamente, porque el año anterior
sabía mucho menos inglés que ahora. La mayor parte de esta obra es una reproducción de las
propias palabras del Maestro; y lo que no sea reproducción verbal, es el pensamiento del
Maestro revestido de las palabras de Su discípulo.
El Maestro suplió dos frases omitidas. En otros dos casos fue agregada una palabra que
faltaba. Aparte de esto, la obra es enteramente de Alcione: su primera dádiva al mundo. Que
este libro pueda ayudar a otros así como la enseñanza oral le ayudó a él. Con tal esperanza,
nos lo da. Pero las enseñanzas tan sólo pueden ser fructíferas si las VIVIMOS, como él las ha
vivido desde que brotaron de los labios de su Maestro. Si el ejemplo es seguido a la par que el
precepto, entonces la Gran Puerta que se abrió al escritor se abrirá para el lector y sus pies
hollarán el Sendero.
Annie Besant
(Diciembre de 1910)
5
A LOS QUE INVESTIGAN
6
DE LO IRREAL,
CONDÚCEME
A LO REAL.
DE LAS TINIEBLAS,
CONDÚCEME A LA LUZ.
DE LA MUERTE,
CONDÚCEME
A LA INMORTALIDAD.
7
PROEMIO
Estas no son palabras mías, son las palabras del Maestro quien me enseñó. Sin El, nada
hubiera yo podido hacer. Mas con Su ayuda he puesto mis pies en el Sendero. Tú también
deseas hollar el mismo Sendero y así, las palabras que El pronunció para mí, te servirán para
lograrlo si las obedeces. No basta decir que son bellas y verdaderas; aquel que quiera triunfar
deberá hacer exactamente cuanto ellas prescriben. Un hambriento no se satisface mirando la
comida y diciendo que está buena; preciso es que extienda la mano y coma. De igual modo,
no basta que tú escuches la palabra del Maestro, debes poner en práctica cuanto El dice,
atento a cada palabra, cumpliendo cada indicación. Si alguna indicación no fuere seguida, si
pasare inadvertida una palabra, estarán perdidas para siempre, porque El no las repite.
Cuatro son los requisitos para este Sendero:
Discernimiento.
Ausencia de deseo.
Recta conducta.
Amor.
* * *
Trataré de explicarte cuanto el Maestro me ha dicho acerca de cada uno.


A LOS PIES DEL MAESTRO
I
DISCERNIMIENTO
1. El primero de estos requisitos es el discernimiento; por lo cual entendemos,
generalmente, la facultad de distinguir entre lo real y lo irreal, que conduce a los hombres a
entrar en el Sendero.
2. Es esto y mucho más aún; y debe practicarse no sólo al comienzo del Sendero sino a
cada paso que en El se diere, cada día, hasta el fin.
3. Entras tú al Sendero porque has aprendido que solamente en El pueden encontrarse
aquellas cosas que merecen ser alcanzadas.
4. Los hombres que no saben, trabajan por conquistar riquezas y poder, pero éstos duran
a lo sumo una sola vida; y por tanto son irreales. Hay cosas más grandes que esas, cosas que
son reales y perdurables; y una vez descubiertas, se extingue el deseo por las otras.
5. Solamente dos clases de seres existen en todo el mundo: los que conocen y los que no
conocen; y este Conocimiento es lo que importa.
6. La religión que un hombre profesa, la raza a que pertenezca, no son cosas
importantes; lo único que realmente importa es este Conocimiento: el Conocimiento del Plan
de Dios para los hombres. Porque Dios tiene un Plan, y este Plan es la Evolución.
7. En cuanto el hombre ha comprendido este Plan y lo conoce realmente, no puede
menos que colaborar en El e identificarse con sus designios; tan gloriosos son como bellos.
8. Así pues, en virtud de este Conocimiento, se hallará de parte de Dios erigiéndose en
sustentador del bien y opositor del mal; trabajando por la Evolución y no por el interés
propio.
9. Si estás de parte de Dios, eres uno de los nuestros, y nada importa que te llame
hinduista, budista, cristiano o mahometano; que seas indio o inglés, ruso o chino. Quienes
están de Su parte, saben por qué están allí y qué deberían hacer, y están tratando de hacerlo.
9
10. Todos los demás ignoran aún lo que deben hacer y, por consiguiente, a menudo
actúan neciamente y tratan de inventar procedimientos que creen puedan serles agradables,
sin darse cuenta de que todos somos UNO y de que, por tanto, sólo aquello que el UNO
quiere, puede siempre ser placentero para cualquiera.
11. Van ellos en pos de lo irreal y no de lo real; hasta que hayan aprendido a distinguir
entre los dos, no podrán inclinarse hacia la parte de Dios. Por tanto, este discernimiento es el
primer paso.
12. Mas aún después de hecha la elección, debes recordar todavía que entre lo real y lo
ilusorio hay muchas variedades y que se debe discernir todavía entre lo recto y lo erróneo;
entre lo que tiene importancia y lo que no la tiene; entre lo útil y lo inútil; entre lo verdadero
y lo falso; lo egoísta y lo desinteresado.
13. No debería ser difícil la elección entre lo recto y lo erróneo, puesto que aquellos que
quieren seguir al Maestro, han decidido practicar el bien a toda costa.
14. Pero el Cuerpo y el hombre son dos cosas diferentes y lo que el hombre quiere no es
siempre lo que el Cuerpo desea.
15. Cuando tu Cuerpo deseará algo, detente y reflexiona si TU realmente lo deseas.
Porque TU eres Dios y querrás solamente aquello que Dios quiere; pero es preciso que TU
busques en la profundidad de tu ser, hasta encontrar al Dios en tu interior y escuchar Su voz
que es TU voz.
16. No confundas tus Cuerpos, ni el Físico, ni el Astral, ni el Mental, con tu Yo. Cada
uno de ellos pretenderá ser el Yo, a fin de lograr lo que desea, pero tú debes conocerlos a
todos ellos y reconocerte a ti mismo como su dueño.
17. Cuando hay trabajo que debe ser hecho, el Cuerpo Físico pide reposo, salir de paseo,
alimento o bebida; y el hombre que no tiene el Conocimiento se dirá: “Yo quiero hacer estas
cosas, y debo hacerlas”; pero el que sabe dice: “Este que desea NO SOY YO, y es preciso que
espere”.
18. A menudo, cuando se presenta una oportunidad de ayudar a alguien, el Cuerpo Físico
dice: “¡Cuánta molestia será para mí, mejor es que lo haga otro!”. Pero el hombre replica a su
Cuerpo: “Tú no me impedirás ejecutar una buena obra”.

19. El Cuerpo es un animal a tu servicio, el corcel sobre el cual cabalgas. Por
consiguiente, debes tratarlo bien y cuidarlo; no debes fatigarlo demasiado; hay que nutrirlo
convenientemente, tan sólo con alimentos y bebidas puras, manteniéndolo siempre
escrupulosamente limpio, libre de la menor mancha de suciedad.
20. Porque sin un Cuerpo perfectamente limpio y sano, no podrás llevar a cabo el arduo
trabajo de preparación, ni podrás soportar el esfuerzo incesante que ello requiere. Pero tú
debes ser siempre quien domine a tu Cuerpo y no el Cuerpo quien te domine.
21. El Cuerpo Astral tiene sus deseos por docenas; querrá que tú montes en cólera; que
digas palabras ásperas, que sientas celos; que codicies el dinero; que envidies las ajenas
posesiones; que te dejes abatir por el desaliento.
22. Deseará todas esas cosas y muchas más, no porque desee hacerte daño, sino porque
gusta de las vibraciones violentas y le place cambiarlas continuamente. Pero TU no necesitas
ninguna de estas cosas y por tanto debes Discernir entre tus necesidades y las de tu Cuerpo
Astral.
23. Tu Cuerpo Mental deseará considerarse orgullosamente separado de otros; pensar
mucho en sí y poco en el prójimo. Aun cuando lo hayas desligado de los intereses mundanos,
todavía tratará de ser egoístamente calculador y de hacerte pensar en tu propio progreso en
vez de pensar en la labor del Maestro y en ayudar a los demás.
24. Cuando medites, tratará de hacerte pensar en las mil diversas cosas que EL desea, y
no, en la cosa única que TU anhelas. No eres tú esa Mente, sino que ella está a tu servicio, y
por lo mismo también en esto necesitas el discernimiento.
25. Vigila pues, incesantemente, porque de otro modo fracasarás.
26. El ocultismo no admite componendas entre lo bueno y lo malo. A cualquier costa
deberás hacer aquello que sea correcto, y abstenerte de lo indebido, sin reparar en lo que
piense o diga el ignorante.
27. Estudia profundamente las leyes ocultas de la Naturaleza y cuando las hayas
conocido, adapta tu vida a ellas, empleando siempre la razón y el sentido común.
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28. Debes distinguir entre lo importante y lo no importante. Firme como una roca
cuando se trate de la rectitud o de la maldad, cede siempre en las cosas que no tengan
importancia. Porque habrás de ser siempre afable y bondadoso, razonable y condescendiente;
dejando a otros la misma plena libertad que a ti te es necesaria.
29. Procura seleccionar aquello que merezca hacerse y recuerda que no debes juzgar por
la magnitud de la cosa. Una minucia que sea directamente útil para la labor del Maestro, es
mucho más digna de hacerse que una cosa notoria que el mundo juzgaría buena y grande.
30. Debes distinguir no sólo lo útil de lo inútil, sino también lo más útil de aquello que
sea menos útil.
31. Alimentar a los pobres es una obra buena, noble y útil; pero alimentar las Almas es
más noble y más útil que nutrir los Cuerpos.
32. Cualquier rico puede alimentar los Cuerpos, pero sólo quienes poseen el
Conocimiento pueden alimentar las Almas. Si posees el Conocimiento, tu deber es ayudar a
otros a obtenerlo.
33. Por muy sabio que ya seas, te falta mucho por aprender en este Sendero, a tal grado,
que aquí también necesitas del discernimiento para elegir cuidadosamente lo que valga la
pena aprender.
34. Todo Conocimiento es útil, y algún día alcanzarás todo el saber; pero mientras
poseas sólo una parte, procura que esta parte sea la más útil.
35. Dios es Sabiduría a la par que Amor, y cuanta mayor sea tu Sabiduría tanta mayor
parte de El podrás manifestar. Estudia, pues; pero ante todo, estudia aquello que más te
capacite para ayudar a otros.
36. Persevera pacientemente en tus estudios, no con el fin de que los hombres te
consideren sabio, y ni aun por la felicidad de ser sabio, sino porque tan sólo el hombre que
sabe puede ayudar sabiamente.
37. Por grande que sea tu anhelo de prestar ayuda, si eres ignorante podrías hacer más
mal que bien.
38. Deberás distinguir entre la verdad y la falsedad; deberás aprender a ser veraz en
todo; en el pensamiento, en la palabra y en la acción.
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39. Primeramente en el pensamiento; y esto no es fácil porque en el mundo hay muchos
pensamientos falsos, muchas necias supersticiones, y quien se hallare esclavizado por ellas no
podrá progresar.
40. Por consiguiente, no debes abrigar una creencia simplemente porque mucha gente
piense así; ni porque haya existido por siglos; ni porque esté escrita en cualquier libro que los
hombres tengan por sagrado; deberás pensar por ti mismo y juzgar por ti mismo si la creencia
es razonable.
41. Recuerda, que aunque mil personas estén de acuerdo sobre un asunto, si nada saben
acerca de tal asunto su opinión carece de valor.
42. Quien deseare hollar el Sendero deberá aprender a pensar por sí mismo, pues la
superstición es uno de los mayores males del mundo, uno de los grilletes de los cuales
deberás liberarte por completo.
43. Debe ser verdadero tu pensamiento respecto de los demás. No pienses de ellos lo que
no te conste, ni supongas que ellos, te tienen de continuo en su Mente.
44. Si una persona hiciere alguna cosa que tú creas puede causarte daño, o dijere algo
que creas se refiere a ti, no pienses enseguida: “Este quiere ofenderme”. Muy probable es que
ni siquiera haya pensado en ti; porque cada Alma tiene sus propias dificultades, y sus
pensamientos, giran principalmente en torno de sí misma.
45. Si alguna persona te hablare coléricamente, no pienses: “Me odia, trata de
perjudicarme”. Probable es que cualquiera otra persona o cosa le haya puesto iracundo, y por
haberte encontrado descargue sobre ti su cólera. El está actuando estultamente, porque la ira
es tontería, mas no por eso te es lícito pensar erróneamente de él.
46. Cuando llegues a ser discípulo del Maestro, podrás siempre verificar la exactitud de
tu pensamiento comparándolo con el suyo.
47. Porque el discípulo es uno con su Maestro, y basta con que eleve su pensamiento,
hasta el pensamiento del Maestro, para percibir inmediatamente si concuerda con El. Si no
está de acuerdo, su pensamiento no es correcto y lo cambiará instantáneamente, porque el
pensamiento del Maestro es perfecto, pues El, lo sabe todo.

48. Aquellos quienes todavía no han sido aceptados por El, no pueden hacerlo así por
completo; pero mucho podrán ayudarse deteniéndose a menudo y proponiéndose la pregunta:
“Acerca de esto, ¿qué pensará el Maestro? En esta circunstancia: ¿qué haría, o qué diría el
Maestro?” Porque jamás deberás hacer, o decir, o pensar, aquello que no puedas imaginar que
el Maestro haga, diga o piense.
49. Debes igualmente ser verídico en la conversación, preciso y sin exageración.
50. Nunca atribuyas motivos a otro; sólo su Maestro conoce sus pensamientos y podría
suceder que aquel actúe por razones que jamás hayan pasado por tu Mente.
51. Si oyeres palabras de descrédito para alguien, no las repitas; podrían no ser ciertas y,
aunque lo fuesen, es más caritativo callar. Reflexiona bien antes de hablar para que no digas
inexactitudes.
52. Sé sincero en la acción; nunca pretendas aparecer diferente de como realmente eres;
porque toda simulación es un obstáculo para la Luz pura de la Verdad, que debería
resplandecer a través de ti como la luz solar refulge a través de un limpio cristal.
53. Aprende a distinguir entre lo egoísta y lo desinteresado. Porque el egoísmo tiene
muchas formas, y cuando crees haberlo destruido por fin en una de ellas, surge en otra, tan
fuerte como siempre.
54. Pero gradualmente, estarás tan lleno del pensamiento de ayudar a los demás, por lo
que no tendrás ya lugar ni tiempo para pensar en ti mismo.
55. Tienes aún que usar el discernimiento en otra forma: aprende a descubrir a Dios en
cada uno y en todas las cosas, por malos o malas que puedan aparecer superficialmente.
56. Puedes ayudar a tu hermano mediante aquello que tienes de común con él, que es la
Vida Divina. Aprende el modo de despertar aquella Vida en él; aprende a hacer un
llamamiento a esa Vida en él, y de esta suerte salvarás a tu hermano del mal.

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48. Aquellos quienes todavía no han sido aceptados por El, no pueden hacerlo así por
completo; pero mucho podrán ayudarse deteniéndose a menudo y proponiéndose la pregunta:
“Acerca de esto, ¿qué pensará el Maestro? En esta circunstancia: ¿qué haría, o qué diría el
Maestro?” Porque jamás deberás hacer, o decir, o pensar, aquello que no puedas imaginar que
el Maestro haga, diga o piense.
49. Debes igualmente ser verídico en la conversación, preciso y sin exageración.
50. Nunca atribuyas motivos a otro; sólo su Maestro conoce sus pensamientos y podría
suceder que aquel actúe por razones que jamás hayan pasado por tu Mente.
51. Si oyeres palabras de descrédito para alguien, no las repitas; podrían no ser ciertas y,
aunque lo fuesen, es más caritativo callar. Reflexiona bien antes de hablar para que no digas
inexactitudes.
52. Sé sincero en la acción; nunca pretendas aparecer diferente de como realmente eres;
porque toda simulación es un obstáculo para la Luz pura de la Verdad, que debería
resplandecer a través de ti como la luz solar refulge a través de un limpio cristal.
53. Aprende a distinguir entre lo egoísta y lo desinteresado. Porque el egoísmo tiene
muchas formas, y cuando crees haberlo destruido por fin en una de ellas, surge en otra, tan
fuerte como siempre.
54. Pero gradualmente, estarás tan lleno del pensamiento de ayudar a los demás, por lo
que no tendrás ya lugar ni tiempo para pensar en ti mismo.
55. Tienes aún que usar el discernimiento en otra forma: aprende a descubrir a Dios en
cada uno y en todas las cosas, por malos o malas que puedan aparecer superficialmente.
56. Puedes ayudar a tu hermano mediante aquello que tienes de común con él, que es la
Vida Divina. Aprende el modo de despertar aquella Vida en él; aprende a hacer un
llamamiento a esa Vida en él, y de esta suerte salvarás a tu hermano del mal.
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II
AUSENCIA DE DESEO
57. Hay muchas personas para quienes la “carencia de deseos” es una cualidad difícil de
adquirir, porque sienten que sus deseos SON su ser mismo; que si los deseos que les son
peculiares, si sus agrados y desagrados fuesen eliminados, nada de sí mismo quedaría.
58. Pero éstos son solamente los que no han visto al Maestro; a la Luz de Su sacra
presencia todo deseo se extingue, excepto el de ser como El.
59. Sin embargo, antes de tener la alegría de encontrarlo frente a frente, podrás
conseguir la ausencia de deseo si así lo quieres.
60. Te ha mostrado ya el discernimiento que las cosas codiciadas por la mayoría de los
hombres, tales como las riquezas y el poder, no valen la pena de poseerlas; cuando esto se
siente de verdad y no es un simple decir, cesa todo deseo de ellas.
61. Hasta aquí todo es sencillo y sólo se requiere que tú comprendas; pero hay algunos
que abandonan los objetivos terrenales sólo con el fin de conseguir el Cielo, o de obtener la
liberación personal del renacimiento. Tú no debes caer en ese error.
62. Si por completo has olvidado el Yo personal, no es posible que te preocupe cuándo
quedará libre ese Yo, ni qué clase de Cielo obtendrá.
63. Recuerda que TODO DESEO EGOÍSTA ENCADENA, por elevado que pueda ser
su objeto, y mientras no te hayas desprendido de él no estarás enteramente libre para
dedicarte a la labor del Maestro.
64. Destruido que hayas todos los deseos relativos a la Personalidad, podrá todavía
quedarte el deseo de percibir el resultado de tu labor.
65. Al prestar ayuda a alguien querrás ver en CUANTO le has ayudado; y aun quizá
desearás que él o ella también lo reconozca y quede agradecido o agradecida. Pero esto
todavía es deseo y también falta de confianza.
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66. Cuando hagas el esfuerzo por ayudar, debe producirse un resultado, ya sea que
puedas percibirlo o no; si conoces la Ley sabes que así debe ser.
67. Por tanto, deberás hacer el bien por amor al bien y no con la esperanza de la
recompensa; deberás trabajar por amor al trabajo, no con la esperanza de percibir el resultado;
deberás dedicarte al servicio del mundo porque lo amas y porque no puedes prescindir de
ayudarlo.
68. No desees poderes psíquicos; ya vendrán cuando el Maestro juzgue que es mejor
para ti que los poseas.
69. Muchos sufrimientos derivan a veces del esfuerzo para forzar su prematuro
desarrollo; quien así los poseen es a menudo alucinado por engañosos Espíritus de la
Naturaleza, o llegan a envanecerse y piensan que no puede equivocarse; y en todo caso, el
tiempo y la energía que su adquisición requieren, podrían haberse empleado en trabajar por
los demás.
70. Tales poderes vendrán en el curso de tu desarrollo; DEBEN, sin duda, venir, si el
Maestro considera que te será útil su posesión anticipada. El te dirá cómo desarrollarlos sin
peligro. Hasta entonces, mejor estás sin ellos.
71. Guárdate asimismo de ciertos pequeños deseos que son comunes en la vida diaria.
Nunca desees figurar ni aparecer inteligente.
72. No desees hablar. Bien está hablar poco; mejor aún es callar del todo, a menos de
que estés perfectamente seguro de que lo que vas a decir es VERDADERO, BUENO y UTIL.
Antes de hablar, considera atentamente si lo que vas a decir reúne aquellos tres requisitos; si
no los tiene, guarda silencio.
73. Bueno será que te acostumbres desde ahora, a pensar cuidadosamente antes de
hablar, porque una vez alcanzada la Iniciación, deberás vigilar cada palabra a fin de que no se
te escape lo que no debe ser revelado.
74. Gran parte de la conversación usual es frívola e inútil; y si además cayere en la
murmuración, se vuelve maligna.
75. Acostúmbrate, pues, a escuchar antes que a hablar, no des tus opiniones, si no se te
piden directamente.
16
76. Un enunciado de las cualidades requeridas, las presenta así: SABER, OSAR,
QUERER, CALLAR; y la última de estas cuatro es la más difícil de todas.
77. Otro deseo muy común que debes reprimir severamente, es el de inmiscuirte en los
asuntos de otros.
78. Lo que otra persona haga, diga o crea, es cosa que no te importa, y debes aprender a
dejarla completamente a su albedrío.
79. Los demás tienen pleno derecho a la libertad de pensamiento, de palabra y de acción,
mientras no intervengan en asuntos de otro.
80. Tú mismo reclamas el derecho de hacer cuanto creas justo, y debes conceder a otros
la misma libertad; y cuando hagan uso de ella no tienes derecho a criticarlos.
81. Si crees que alguien procede mal y puedes hallar la ocasión de hacerle la
observación en privado, con perfecta dulzura, por qué piensas así, es posible que lo
convenzas; pero muchos casos hay en que aun esto resultaría una intromisión indebida. Por
ningún motivo deberás tampoco ir a murmurar de ello con tercera persona, porque eso sería
una acción extremadamente malvada.
82. Si ves tratar con crueldad a un niño o un animal, es tú deber defenderlos.
83. Si observas que alguien viola las leyes del país, deberás informar a las autoridades.
84. Si se te confía el cargo de educar a una persona, será tú deber hacerle notar con
dulzura sus defectos. Exceptuando tales casos, ocúpate de tus propios asuntos y cultiva la
virtud del silencio.


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76. Un enunciado de las cualidades requeridas, las presenta así: SABER, OSAR,
QUERER, CALLAR; y la última de estas cuatro es la más difícil de todas.
77. Otro deseo muy común que debes reprimir severamente, es el de inmiscuirte en los
asuntos de otros.
78. Lo que otra persona haga, diga o crea, es cosa que no te importa, y debes aprender a
dejarla completamente a su albedrío.
79. Los demás tienen pleno derecho a la libertad de pensamiento, de palabra y de acción,
mientras no intervengan en asuntos de otro.
80. Tú mismo reclamas el derecho de hacer cuanto creas justo, y debes conceder a otros
la misma libertad; y cuando hagan uso de ella no tienes derecho a criticarlos.
81. Si crees que alguien procede mal y puedes hallar la ocasión de hacerle la
observación en privado, con perfecta dulzura, por qué piensas así, es posible que lo
convenzas; pero muchos casos hay en que aun esto resultaría una intromisión indebida. Por
ningún motivo deberás tampoco ir a murmurar de ello con tercera persona, porque eso sería
una acción extremadamente malvada.
82. Si ves tratar con crueldad a un niño o un animal, es tú deber defenderlos.
83. Si observas que alguien viola las leyes del país, deberás informar a las autoridades.
84. Si se te confía el cargo de educar a una persona, será tú deber hacerle notar con
dulzura sus defectos. Exceptuando tales casos, ocúpate de tus propios asuntos y cultiva la
virtud del silencio.
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III
RECTA CONDUCTA
85. El Maestro específica así las seis Reglas de Conducta, que son especialmente
requeridas:
1. Dominio de sí por lo que atañe a la Mente.
2. Dominio de sí en la acción.
3. Tolerancia.
4. Contentamiento y alegría.
5. Finalidad única.
6. Confianza.
(Sé que a menudo algunas de estas reglas han sido denominadas de diferentes modo;
como también los nombres de las cualidades; pero en ambos casos yo he adoptado los
nombres que el Maestro se sirvió al explicármelas).
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DOMINIO DE SÍ
POR LO QUE ATAÑE
A LA MENTE
86. La cualidad de ausencia de deseo demuestra que el Cuerpo Astral debe ser
dominado, lo cual implica que deberá hacerse otro tanto con el Cuerpo Mental. Esto significa
control del carácter para no experimentar ni cólera, ni impaciencia; control de la Mente para
que tu pensamiento pueda estar siempre calmado y sereno.
87. Y mediante el Cuerpo Mental, control de tus nervios para que sean lo menos posible
susceptibles de irritación. Esto último es difícil, porque, al tratar de prepararte para el
Sendero, no puedes impedir que tu Cuerpo se vuelva más sensitivo, al grado de que sus
nervios se perturbarán fácilmente al menor ruido o choque, y se resientan agudamente a
cualquier presión; pero precisa evitarlo lo mejor que puedas.
88. La Mente tranquila implica también el valor que da ánimo para afrontar sin temor las
pruebas y dificultades del Sendero; significa además, la firmeza que permita soportar
fácilmente las molestias de la vida cotidiana y evitar la angustia incesante por cosas sin
importancia, que absorbe la mayor parte del tiempo de mucha gente.
89. El Maestro enseña que ninguna importancia tiene para el hombre lo que provenga
del exterior: Tristezas, Dificultades, Enfermedades, Pérdidas. Todas estas cosas han de ser
consideradas por él como nada, y no permitirá que perturben la calma de su Mente.
90. Estos males son el resultado de acciones anteriores y, cuando sobrevengan, deberás
soportarlos alegremente, recordando que todo mal es transitorio y que tu deber es permanecer
siempre gozoso y sereno. Tales cosas pertenecen a tus vidas pasadas, no a ésta; no puedes
alterarlas, por tanto es inútil que te aflijas.
91. Piensa más bien en lo que estás haciendo ahora y que SI PUEDES alterar, porque de
eso dependerán los acontecimientos de tu siguiente vida.
92. No cedas jamás a la tristeza ni a la depresión. La depresión es reprobable porque
contagias a los demás y les dificulta más su vida, cosa que no tienes el derecho de hacer. Por
eso, si alguna vez te invade, deséchala al punto.
93. Aún de otra manera deberás dominar tu pensamiento: no le permitas vagar. Aplica
todo tu pensar sobre cualquier cosa que hagas para que resulte perfectamente bien hecha.
94. No permitas ociosidad a tu Mente, antes bien, ten siempre en reserva buenos
pensamientos para que se presenten tan luego como aquélla quede libre.
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95. Emplea diariamente el poder de tu pensamiento en propósitos benéficos; sé una
fuerza a favor de la Evolución.
96. Piensa cada día en alguien de quien sepas que está afligido, o sufriendo, o necesitado
de ayuda; y vuelca sobre él el caudal de tu amoroso pensamiento.
97. Guárdate el orgullo porque el orgullo procede tan sólo de la ignorancia. El hombre
carente del Conocimiento se imagina que es grande, que ha llevado a cabo éstas o aquélla
gran acción.
98. El hombre sabio conoce que sólo Dios es grande y que toda buena obra es hecha tan
sólo por Dios.
20
DOMINIO DE SÍ
EN LA ACCIÓN
99. Si es tu pensamiento cual debería ser, pocas dificultades tendrás al actuar. Mas no
olvides que para ser útil a la Humanidad, debe el pensamiento traducirse en obras.
100. Que no haya pereza, sino actividad constante en buenas labores. Pero debes hacer
TU PROPIO DEBER y no el de otro, a menos que lo hagas con su permiso y con la mira de
ayudarlo.
101. Deja que cada cual HAGA SU PROPIO TRABAJO a su propio modo; está siempre
dispuesto a ofrecer ayuda cuando se necesite; pero NUNCA TE ENTREMETAS.
102. Para muchas personas, la cosa más difícil del mundo es aprender a ocuparse de sus
propios asuntos; empero, esto es precisamente lo que debes hacer.
103. Por el hecho de que intentas emprender una labor más elevada, no te es lícito
descuidar tus deberes ordinarios, pues mientras éstos no estén cumplidos no quedarás libre
para otro servicio.
104. No te impongas nuevos deberes mundanos, pero desempeña a la perfección
aquéllos que ya tienes contraídos, es decir, todos los deberes evidentes y razonables que tú
mismo reconozcas, no los deberes imaginarios que otros traten de imponerte.
105. Si has de seguir al Maestro, preciso es que lleves a cabo el trabajo ordinario mejor
que los demás, no peor; porque hasta eso también debe ser hecho en Su nombre.


CONTENTAMIENTO
Y ALEGRÍA
114. Soporta tu Karma, cualquiera que sea, con ánimo alegre, considerando como un
honor el sufrimiento que te sobrevenga, porque ello demostrará que los Regentes del Karma
te juzgan digno de ayuda. Por duro que sea, agradece que no haya sido peor.
115. Recuerda que eres de poca utilidad al Maestro, mientras tu mal Karma no se haya
agotado y quedes libre.
116. Al ofrecerte a El pediste que tu Karma se acelerase de modo que ahora, en una o
dos vidas, agotarás resultados que de lo contrario, pudieran haber sido repartidos en un
centenar de encarnaciones. Mas para obtener mayor provecho, debes soportarlo con alegría y
contentamiento.
117. Otro punto más: debes renunciar a todo sentimiento de posesión; Karma podría
separarte de las cosas que más estimas, aun de las personas a quienes más ames. También, en
este caso, deberás estar contento y pronto a desprenderte de cualquier cosa y de todo.
118. A menudo necesita que el Maestro transmita Su fuerza a otros por mediación de Su
servidor y no podrá hacerlo si su siervo se deja abatir por la depresión. Por tanto, sea el
contentamiento una regla de tu vida.

22
CONTENTAMIENTO
Y ALEGRÍA
114. Soporta tu Karma, cualquiera que sea, con ánimo alegre, considerando como un
honor el sufrimiento que te sobrevenga, porque ello demostrará que los Regentes del Karma
te juzgan digno de ayuda. Por duro que sea, agradece que no haya sido peor.
115. Recuerda que eres de poca utilidad al Maestro, mientras tu mal Karma no se haya
agotado y quedes libre.
116. Al ofrecerte a El pediste que tu Karma se acelerase de modo que ahora, en una o
dos vidas, agotarás resultados que de lo contrario, pudieran haber sido repartidos en un
centenar de encarnaciones. Mas para obtener mayor provecho, debes soportarlo con alegría y
contentamiento.
117. Otro punto más: debes renunciar a todo sentimiento de posesión; Karma podría
separarte de las cosas que más estimas, aun de las personas a quienes más ames. También, en
este caso, deberás estar contento y pronto a desprenderte de cualquier cosa y de todo.
118. A menudo necesita que el Maestro transmita Su fuerza a otros por mediación de Su
servidor y no podrá hacerlo si su siervo se deja abatir por la depresión. Por tanto, sea el
contentamiento una regla de tu vida.
23
FINALIDAD ÚNICA
119. El único objetivo que deberás poner ante ti será el de hacer la obra del Maestro.
Nunca debes olvidarlo, sea cual fuere otra labor que pudiera presentarse. De hecho, NADA
MAS PODRÁ PRESENTARSE, pues todo trabajo útil y desinteresado es labor del Maestro y
por El, debes hacerlo. Y deberás poner toda tu atención en cada parte a medida que lo hagas,
para que resulte lo mejor posible.
120. Aquel mismo Instructor escribió también: “Cualquier cosa que hiciereis,
HACEDLA DE TODO CORAZÓN, como para el Señor y no para los hombres”.
121. Piensa en cómo harías una tarea si supieras que el Maestro habría de venir de
pronto a examinarla; justamente así debes hacer todo tu trabajo.
122. Quienes más conocen, sabrán mejor todo lo que aquel versículo significa. Y aun
hay otro semejante y mucho más antiguo: “Cualquier labor que cayere en tus manos, hazla
con toda tu Alma”.
123. La Finalidad única significa también que NADA DEBERÁ APARTARTE, ni por un
momento, del Sendero en el cual has entrado. Ni las tentaciones, ni los placeres del mundo, ni
aun afecto terrestre alguno deberán jamás desviarte.
124. Porque tú mismo has de llegar a unificarte con el Sendero; a tal punto que éste debe
ser parte de tu naturaleza, que lo sigas sin necesidad de pensarlo y sin que te sea posible
apartarte de él. Tú, la Mónada, lo has decidido así; separarte del Sendero equivaldría a
separarte de ti mismo.
24
CONFIANZA
125. Es preciso que tengas confianza en tu Maestro; debes confiar en ti mismo. Si has
visto al Maestro, tendrás la más completa confianza en El a través de muchas vidas y muchas
muertes.
126. Si no lo has visto aún, trata sin embargo de forjarte una idea de El y de tener fe en
El; pues si no, ni aun El podrá ayudarte. Si no hay perfecta confianza no puede producirse el
perfecto influjo de amor y de fuerza.
127. Debes tener confianza en ti mismo. ¿Dices que te conoces demasiado bien? Si así
lo sientes, de hecho NO TE CONOCES; te es conocida solamente la débil cáscara externa,
que con frecuencia ha caído en el fango.
128. Pero TU-el verdadero TU-, eres una Chispa de la propia Divina Flama, y Dios, que
es Omnipotente, mora en ti y por esta razón nada existe que tú no puedas hacer si quieres
lograrlo.
129. Di a ti mismo: “Lo que el hombre ha hecho, el hombre puede hacer. Yo soy un
hombre y a la vez Dios en el hombre; puedo hacer tal cosa y resuelvo hacerla”. Porque tu
Voluntad deberá ser cual templado acero si hubieres de hollar el Sendero.
25
IV
AMOR
130. De todas las cualidades requeridas, la más importante es el AMOR, porque si el
Amor está suficientemente desarrollado en un ser, le obliga a adquirir todas las demás; y
todas ellas, sin Amor, jamás serían suficientes.
131. Con frecuencia se le interpreta como un intenso deseo por la liberación de la rueda
de nacimientos y muertes, y por la unión con Dios. Pero tal interpretación da cabida al
egoísmo y sólo expresa parte de su significado.
132. No es tanto deseo como VOLUNTAD, resolución, determinación. Para que
produzca su resultado, esta resolución deberá compenetrar tu naturaleza entera, de suerte que
no quede lugar para cualquier otro sentimiento.
133. Efectivamente, es la Voluntad de ser uno con Dios, no para escapar del cansancio y
sufrimiento, sino a fin de poder actuar con El y como El a causa a tu profundo amor por El.
134. Puesto que Dios es Amor, tú, que anhelas llegar a ser uno con El, debes estar lleno
de perfecto desinterés y también de Amor.
135. En la vida cotidiana, esto implica dos cosas: primero, que cuides de no dañar a
ningún ser viviente; segundo, que siempre estés pendiente de cualquier oportunidad de prestar
ayuda.
136. Primeramente: No dañar en modo alguno. Tres son los pecados que en el mundo
producen más daño que todo los demás: la maledicencia, la crueldad y la superstición, porque
son pecados contra el Amor. El hombre que deseare llenar su corazón con el Amor de Dios,
deberá estar continuamente en guardia contra estos tres.
137. Observa lo que hace la murmuración. Comienza con un mal pensamiento, lo que es
ya de por sí un crimen. Porque en cada uno y en todas las cosas hay algo bueno; en cada uno
y en todas las cosas hay algo malo. Lo uno o lo otro pueden ser reforzados con el
pensamiento y de esta manera podremos ayudar o estorbar la Evolución, podremos hacer la
Voluntad del Logos u oponerle resistencia.
138. Si piensas en el mal que hubiere en otros, estarás haciendo al mismo tiempo tres
cosas perniciosas:
139. I. Estás llenando los confines de tu medio ambiente con malos pensamientos en vez
de buenos y por tanto estás aumentando la pesadumbre del mundo.
26
140. II. Si en aquella persona existiere el mal en que piensas estarás fortaleciéndolo y
alimentándolo, y por tanto estarás empeorando a tu hermano en vez de mejorarlo. Pero
generalmente el mal no se encuentra allí solamente lo has imaginado, entonces tu mal
pensamiento le sirve a tu hermano de tentación para el mal obrar, porque si él no es aún
perfecto podrás inducirlo a que sea lo que de él piensas.
141. III. Llenas tu propia Mente de malos pensamientos en vez de buenos y así
obstruyes tu propio crecimiento y te conviertes, para los ojos capaces de ver, en un objeto
repulsivo y apenante, en vez de bello y amable.
142. No contento con haber causado todo este mal a sí mismo y a su víctima, el
murmurador hace cuanto puede por asociar a otros a su delito. Les narra con ardor su maligna
historia con la esperanza de que le crean; y aquellos se unen a él para acumular malos
pensamientos sobre la desgraciada víctima. Y esto se repite día tras día y es hecho no por una
sola persona sino por millares. ¿Comienzas ahora a comprender cuán bajo, cuán terrible es
este pecado? Debes evitarlo por completo.
143. Nunca hables mal de nadie y rehúsa escuchar a quien se expresa mal de otro,
haciéndole observar con dulzura: “Quizá no sea verdad y si lo fuese, es más caritativo no
hablar de ello”.
144. Por lo que respecta a la crueldad, la hay de dos especies: intencional e involuntaria.
La crueldad intencional consiste en hacer sufrir deliberadamente a otro ser viviente; este es el
mayor de todos los pecados: obra más bien de un demonio que de criatura humana. Tal vez
dirás que ningún hombre sería capaz de tanto, pero los hombres lo han hecho a menudo y
todavía lo hacen diariamente.
145. Lo hicieron los inquisidores; lo hicieron muchas personas religiosas en nombre de
su religión. Los vivisectores lo hacen; y para muchos maestros de escuela eso es habitual.
Todas esas personas tratan de excusar su brutalidad diciendo que tal es la costumbre: pero un
crimen, no deja de ser crimen porque muchos lo cometan.
146. Karma no toma en consideración la costumbre, y el Karma de la crueldad es el más
terrible de todos. En la India, al menos, no puede haber excusa respecto de tales costumbres
porque el deber de no hacer sufrir es bien conocido por todos.
147. La suerte reservada al cruel debe caer también sobre todos aquellos que
intencionalmente se dedican a matar criaturas de Dios y a eso llaman “deporte”. Bien sé que
nada de esto harías tú y que, por razón del Amor a Dios, abiertamente protestarás en contra de
ello cuando la oportunidad se presente.
148. Pero existe una crueldad en el lenguaje, tanto como en la acción; y el hombre que
dice una palabra con el intento de herir a otro es reo del mismo delito. Esto tampoco lo harás
tú, pero a veces, una palabra descuidada daña tanto como una maligna.
27
149. Por tanto, debes estar en guardia contra la crueldad involuntaria. Esta deriva;
frecuentemente, de una falta de reflexión.
150. Podrá un hombre estar tan lleno de codicia y de avaricia, que ni se le ocurra pensar
en los sufrimientos que ocasiona a los demás pagándoles demasiado poco o dejando que
pasen hambre su mujer y sus hijos.
151. Otro pensará solamente en su propia lujuria sin importarle el número de Almas y
Cuerpos que arruina al satisfacerla.
152. Por evitarse algunos minutos de molestia, otro hombre descuida el pago oportuno a
sus operarios, sin pensar en las dificultades que eso les acarrea. Son muchos los sufrimientos
causados precisamente por descuido, por el olvido de pensar en cómo una acción afectará a
los demás.
153. Pero Karma no olvida jamás ni toma en cuenta el hecho de que los hombres
olviden. Si quieres entrar en el Sendero, debes reflexionar en las consecuencias de aquello
que haces, para no ser culpable de crueldad inconsciente.
154. La superstición es otro mal muy poderoso y ha sido causa de muchas y terribles
crueldades. El hombre que es esclavo de ella desprecia a otros que son más sabios y trata de
forzarlos a que procedan como él.
155. Piensa en la horrible carnicería producida por la superstición de que los animales
deberán ser sacrificados, y también por aquella superstición, más cruel aún, de que los
hombres necesitan nutrirse de carne.
156. Piensa en el tratamiento que la superstición impone a las clases despreciadas en
nuestra bien amada India, y observa cómo esa mala cualidad puede alimentar despiadada
crueldad aun en aquéllos que conocen el deber de la Fraternidad.
157. Muchos crímenes han cometidos los hombres en nombre del Dios de Amor,
movidos por esta pesadilla de la superstición; sé, pues, muy cauto para que de ella no quede
en ti ni el menor vestigio.
158. Debes evitar estos tres grandes crímenes, pues son fatales a todo progreso, porque
son pecados contra el Amor. Pero no solamente debes abstenerte así del mal; también deberás
ser activo en el bien obrar.
159. A tal punto habrás de estar lleno de intenso anhelo de ser servicial, que
continuamente aproveche la ocasión de ser útil a todo aquello que te rodea, no solamente a
los hombres sino también a los animales y a las plantas.
28

160. Es preciso servir en las pequeñas circunstancias de la vida diaria para adquirir el
hábito y no dejar escapar, cuando se presenten, las raras oportunidades de hacer alguna cosa
grande.
161. Porque si tú anhelas ser UNO CON DIOS, no sea en consideración a tu provecho,
sino para que logres convertirte en un canal por donde pueda fluir Su Amor hasta llegar a tus
semejantes.
162. Quien se halla en el Sendero, no existe para sí mismo sino para los otros; se ha
olvidado de sí para poder servirles; es como una pluma en la mano de Dios, a través de la
cual pueda fluir el Pensamiento Divino y encontrar, aquí en la Tierra, una expresión que sin
tal intermedio no podría tener. Pero al mismo tiempo es un viviente penacho de fuego,
irradiando sobre el mundo el Divino Amor que inunda su corazón.
163. La Sabiduría que capacita para ayudar; la Voluntad que dirige a la Sabiduría; el
Amor que inspira a la Voluntad; he ahí, las cualidades por adquirir.
164. Voluntad, Sabiduría y Amor, son los tres Aspectos del Logos y vosotros, los que
deseáis enrolaros a Su Servicio, debéis manifestar estos Aspectos en el mundo.
29
Quien la palabra del Maestro anhele,
de Sus mandatos póngase en escucha;
y entre el fragor de la terrena lucha,
la escondida Luz, atento cele.
Sobre el inquieto y mundanal gentío,
del Maestro atisbe la señal más leve;
y oiga el susurro que Su voz eleve
del mundo entre el rugiente griterío.


NOTA: Este librito apareció por primera vez en la India, en 1911, y desde entonces se
han hecho más de cuarenta traducciones del mismo a otros tantos idiomas y dialectos en las
cinco partes del mundo.
La presente versión se llevó a cabo comparando traducciones que aparecieron en
Barcelona, Habana y México, en años sucesivos; confrontando minuciosamente con el
original en inglés la expresión de cada idea, así como la fidelidad al estilo, grandiosamente
sencillo del autor; y buscando la forma idiomática más idónea.
El texto original no fue impreso en versículos o cortos párrafos, conteniendo cada uno
un pensamiento completo, tal como aquí aparece; pero hemos adoptado esa forma, y la
numeración, para facilitar las citas de este feliz compendio de todos los Códigos de Moral
que en la actualidad existen en el mundo.
Adolfo de la Peña Gil
México, D.F. 1956

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martes, 21 de abril de 2020

EL LIBRO DEL SECRETO DE LA CREACIÓ


Apolonio de Tiana: el Cristo que no fue : "Tradux" | Tiana


EL LIBRO DEL SECRETO DE LA CREACIÓN
Apolonio de Tiana.

«He aquí el libro del sabio Belinus, el que posee el arte de los talismanes: he aquí lo que dice
Belinus.
Me dispongo a exponer y desplegar en este libro la ciencia que me ha sido donada para que
la comprendáis, para que penetre en vuestros espíritus y para que arraigue hasta los
principios de vuestro ser. Si al penetrar en un alma, mis palabras ponen en marcha sus
facultades y dotan de movimiento sus resortes naturales, entonces, el hombre en el que
estas palabras producen tal efecto, goza de toda la perfección de su ser; su naturaleza no se
ve alterada por accidente alguno, su alma está exenta de las tinieblas que podrían formar un
velo entre ella y la búsqueda de la ciencia: este alma recogerá el fruto de mis palabras en
proporción a su grado de fuerza. Las fáciles instrucciones que previamente habrá recibido,
la fortalecerán y la harán capaz de adquirir la ciencia, así como de dirigir su mirada hacia las
infinitas variedades de la composición de los seres y hacia las causas de todas las cosas.
Pero si un hombre no recibe ninguna impresión al oír mis palabras, si éstas no ponen en
movimiento los principios de su ser, es señal de que sus ojos están cubiertos de tinieblas;
entonces, el caos inmenso que separa estas primeras y simplísimas instrucciones de los
grados más sublimes de la ciencia, será para él un obstáculo infranqueable, como una
espesa nube que, con su sombra oscura, impide la visión de los astros y el resplandor de su
luz incluso a los ojos más sanos.
Os daré a conocer cuál es mi nombre, para que seáis presos de amor por mi ciencia, para
que mediteis mis palabras, para que las tengáis ante vuestros ojos día y noche y para que,
por un estudio asiduo, llegueis a conocer el secreto de la naturaleza.
Yo soy el sabio Belinus, el que posee el arte de los talismanes y de las cosas maravillosas.
He recibido del señor del universo una ciencia absolutamente particular, superior a la
naturaleza, tan sutil que escapa a los accidentes de la materia, fuerte y penetrante. Por
medio de los sentidos interiores, que son el pensamiento, la reflexión, la inteligencia, el
espíritu y el juicio, he alcanzado todo lo que permanece insensible a los sentidos exteriores,
y por el órgano de los sentidos exteriores he conocido todo lo que cae bajo su acción, sus
colores, los sabores, los olores, los sonidos y las sensaciones del tocar. No hay ninguna
criatura, contada entre las sustancias espirituales y sutiles o entre los seres groseros y
corporales, de la que yo no haya alcanzado a conocer la naturaleza, la causa y la formación.
Este libro las penetra a todas ellas: como una lanza fina e inflexible, triunfa sobre todos los
obstáculos que le ofrece la materia grosera y corporal.
Prestad ahora oído a las instrucciones que voy a daros. Todas las cosas están compuestas
de cuatro principios elementales, el calor, el frío, lo húmedo y lo seco. Aquí están los
elementos de todo lo que existe; por su combinación todas las cosas son formadas; han
sido combinados los unos con los otros de tal manera, que todos ellos han sido llevados
por el mismo movimiento de rotación formando un conjunto único. Una sola esfera los
contiene en su movimiento orbicular; la parte más elevada de su órbita es similar a su parte
inferior; y sus extremos, aunque alejados, no guardan entre sí diferencia alguna; pues el
todo es de una misma sustancia, de una misma partícula, y no forma sino un mismo cuerpo
sin ninguna distinción o diferencia, hasta el momento en que los accidentes influyen sobre
esta sustancia y la modifican; sus partes se separan y se forman a partir de ella seres
diversos entre sí, en razón de las diferentes combinaciones de los principios elementales
que concurren en su formación; y estos seres toman distintos nombres según la variedad de
su sustancia y de sus formas.
De estas diferentes combinaciones, resultan unas relaciones de simpatía y de antipatía entre
la sustancia de los diferentes seres; unos se buscan, los otros se rechazan recíprocamente.
Se rondan y se dirigen los unos hacia los otros en razón de las afinidades que existen entre
ellos; parece que inviten a los seres que les son semejantes a unirse con ellos, rechazando a
los que les son contrarios por la oposición que les muestran. Aquí se encuentra el principio
fundamental de la ciencia; aquí reside el conocimiento de la causa primitiva de la variedad
de los seres.
He expuesto en este lugar esta doctrina de las relaciones de simpatía y antipatía de los
cuatro principios elementales, para que esta instrucción forme y ejercite el espíritu de
quienes la lean, para que sepan sustraer a los seres de su naturaleza primitiva, y para que
alcancen las afinidades y las oposiciones que estos principios muestran entre sí. Por este
medio estarán en estado de entrar en el conocimiento de las causas de todas las cosas.
Estando emplazada esta doctrina en el principio de esta obra, quien la comprenda bien una
sola vez, conocerá el resumen de toda la ciencia: este conocimiento le servirá de guía para
alcanzar el de todos los seres, y comprenderá de qué manera ha sido hecho todo lo que
existe y cómo ha sido formada la naturaleza. Voy a enseñaros ahora lo que a mí concierne
en particular.
Yo era un huérfano del pueblo de Tuaya, y me hallaba inmerso en una total indigencia y
despojado de todo. En el lugar en el que yo habitaba había una estatua de piedra alzada
sobre una columna de madera; en la columna se podían leer estas palabras: Yo soy Hermes, a
quien ha sido donada la ciencia; he hecho esta obra maravillosa en público, pero de inmediato la he ocultado
mediante los secretos de mi arte, de manera que tan sólo pueda ser descubierta por un hombre tan sabio
como yo. En el pecho de la estatua también podían leerse estas palabras escritas en lenguaje
antiguo: Si alguno desea conocer el secreto de la creación de los seres y de qué manera ha sido formada la
naturaleza, que mire bajo mis pies.
Grandes multitudes se acercaban a ver esa estatua, y todos miraban bajo sus pies sin ver
nada. Por ese entonces yo tan sólo era un debil infante, pero en cuanto me hice más fuerte
y alcancé una edad más avanzada, leyendo las palabras que había en el pecho de la estatua
comprendí su sentido, por lo que me dispuse a cavar la tierra de debajo del pie de la
columna.
Descubrí un subterráneo en el que reinaba una espesa oscuridad y en el que la luz del sol
no podía penetrar. Si se intentaba alumbrar con la luz de una antorcha, de inmediato era
apagada por la agitación de los vientos que soplaban sin interrupción. No encontraba
ningún modo de seguir el sendero que había descubierto a causa de las tinieblas que
llenaban ese subterráneo; y la fuerza de los vientos que soplaban en él no me permitía
entrar con la luz de la antorcha. Incapaz de vencer estos obstáculos, me sumergí en una
gran tristeza y el sueño se apoderó de mis ojos. Mientras dormía con un sueño inquieto y
agitado, ocupado como estaba mi espíritu en el motivo de mi pesar, un anciano cuyo rostro
se parecía al mío se posó ante mí y me dijo: "Levántate Belinus, y entra en esta ruta
subterránea; te conducirá a la ciencia de los secretos de la criatura, y llegarás a conocer
cómo ha sido formada la naturaleza". "Las tinieblas, le respondí, me impiden discernir cosa
alguna en este lugar, y la luz no puede resistir a la fuerza de los vientos que en él reinan".
Entonces el anciano me dijo: "Belinus, coloca tu luz bajo un vaso transparente y de este
modo estará al abrigo de los vientos, que no podrán extinguirla, y te iluminará en este lugar
tenebroso". Estas palabras hicieron renacer la alegría en mi alma, pues noté que podría
gozar del objeto de mis deseos, y dirigiéndole la palabra: "¿Quién sóis vos?, le dije, ¿a quién
debo tan gran beneficio?". "Yo soy, me respondió, tu creador, el ser perfecto". En ese
momento me desperté colmado de alegría, y tras colocar una luz bajo un vaso transparente,
tal y como me había sido ordenado hacer, entré en aquel subterráneo.
Ví a un anciano sentado sobre un trono de oro que sostenía en su mano una tablilla de
esmeralda sobre la que había escrito: Aquí está la formación de la naturaleza; ante él había un
libro en el que se leía: Aquí está el secreto de la creación de los seres, y la ciencia de las causas de todas
las cosas. Tomé ese libro osadamente y sin temor alguno y salí de ese lugar. Aprendí lo que
había escrito en ese libro del Secreto de la creación de los seres; comprendí cómo había sido
formada la naturaleza, y adquirí el conocimiento de las causas de todas las cosas. Mi ciencia
hizo célebre mi nombre; conocí el arte de los talismanes y de las cosas maravillosas, y
penetré las combinaciones de los cuatro principios elementales, sus diferentes
composiciones, sus antipatías y sus afinidades».