sábado, 1 de octubre de 2011



Merlín El Mago El nombre cósmico La humanidad


“…Terminada la práctica la comentamos y surgió una conversación entorno a la figura de Merlín el mago, quien vivió en el siglo V de la era cristiana, y quien según las leyendas resultaba siendo el hijo de un “ángel caído” con una princesa galesa. Hay quienes afirman que más bien fue el hijo de un incubo (un demonio o un ser atrapado en el bajo astral), que sedujo a una monja. Una de las versiones nos cuenta que el mago Kell vino de las “estrellas” (extraterrestre) para combatir y expulsar los brujos del reino, lo cual hizo con la ayuda de la rama de un Roble (conexión con los elementales). Al culminar la cruenta batalla de fuego, con la rama hizo una varita mágica y llegó a levantar una muralla encantada como de fuego, creando un reino protegido de la influencia de lo oscuro. Esta parte me trajo a la memoria la escena de la Diosa Isis envolviendo en un fuego mágico a la hija del rey fenicio de Biblos, cuando buscaba el cuerpo de su amado esposo Osiris; o a Perseo construyendo con gigantescas rocas a la inexpugnable Mecenas, y que simboliza la protección que cada uno debe llegar a establecer alrededor de su propia vida para no ser acechado.

Sigue la historia con la escena de una fiesta de disfraces organizada por una joven princesa, para honrar a su padre que era el Rey. Al lugar se apersona el noble mago Blaise, quien también vino de las estrellas y advirtió al Rey de la asechanza de los brujos oscuros, quienes permanentemente estaban buscando la forma de hacer de las suyas. Pero Blaise se ofreció para proteger a la princesita, susurrándole a ella en el oído un nombre secreto y atándole una cinta mágica en los cabellos.

Aquella noche llegó a la fiesta un espléndido príncipe, con una misteriosa máscara cubierta de pedrería, y acompañado de enanos artistas, con obsequios para el rey. El soberano impresionado y confiado, ingenuamente hizo que se abriera la muralla mágica de protección para dejarlos entrar, El supuesto príncipe invitó a bailar a la princesa, y mientras giraban por el salón, los enanos haciendo toda clase de maromas iban rociando con su hechizo amoroso a la joven, revelando ante todos- más no a la princesa-, la verdadera identidad del príncipe y sus secuaces. Era él un tenebroso brujo, y los enanos, sus maléficos duendes. Ella, hechizada, se enamoró perdidamente de él y en un momento de imprudencia se desató la cinta del pelo, soltando su dorada cabellera, quedando a completa merced del malvado, raptándola y llevándosela a una oscura torre, donde fue atada. Allí el brujo la sedujo para concebir a través de ella un niño con forma humana que le permitiera entrar en el reino mágico, y hallar así la varita oculta. Su intención era invadir el reino

Cuando llegó el invierno, el niño nació, despertándose la princesita como de un largo sueño, y quedando horrorizada al descubrirse sola, en lo alto de aquella torre fría y húmeda. Entonces, lloró amargamente, mientras sostenía entre sus brazos al niño. Fue en ese momento que ella recordó el nombre secreto que le había trasmitido el mago Blaise, y dirigiéndose a su hijo le susurró al oído diciéndole:

- Te llamarás Merlín… ¿ Sí, Merlín, Merlín…!

El niño reaccionó al llamado de la madre, abriendo los ojos y sonriendo, quedando a continuación envuelto en luz.

Después de mucho tiempo, Blaise encontró la torre y a la princesita con su niño, logrando rescatarlos luego de una feroz batalla. Quedando el brujo y los duendes víctimas de un hechizo de atadura mágica, que los convirtió según estas leyendas, en el anillo de piedras gigantes de Avebury.

Merlín nace en la localidad de Carmiurdin o la ciudad de Miurdin, en una época de agitación. Como un niño precoz, siempre destacó por tener un talento muy especial para comunicarse con la naturaleza, convirtiéndose poco a poco en un sabio que llegó a sublimar su condición de hijo de un demonio, conectándose con las potencias superiores de la luz que le permitían conocer el futuro. Pero su pasada conexión con la oscuridad le facilitó también percibir el pasado de las cosas. Según esto, los seres de luz contemplan el futuro mientras que los de la oscuridad conocen el pasado, el cual ocultan; pero Merlín conocía ambas direcciones del tiempo.

Aquí encontramos una explicación interesante del por qué en el contacto extraterrestre se nos ha dicho que las fuerzas oscuras han venido ocultando sistemáticamente todos los grandes archivos de la historia humana. La conocen y la guardan porque también se incluye en ella su historia, con sus malas acciones, temores y limitaciones; y el conocimiento de quiénes somos realmente los terrestres, de dónde venimos y qué se espera de nosotros, o sea, nuestra misión colectiva. Y esto nos da pie a entender por qué es importante la conexión con los retiros interiores de la Hermandad blanca, donde se mantendrían guardados dichos conocimientos. Por ello, en muchas de nuestras expediciones, los mensajes de los Guías nos insistían que a partir de lo que ya sabemos sobre las leyes universales, aprendamos a ser magos y alquimistas de nuestro propio desarrollo, aplicándolo en los lugares para rescatar la información.

La magia es el arte o la ciencia de persuadir a los seres sobrenaturales de que le otorguen a uno, poder sobre los otros seres vivientes, las cosas, los elementos y el tiempo; pero la magia también es el conocimiento de las leyes universales y su correcta utilización, Haciendo que nuestro ego o personalidad actué al servicio de nuestro maestro interno para el cumplimiento de nuestra misión personal, colaborando con ello con el cambio global. Pero como una parte de la magia consiste en aprender a usar el poder otorgado por los seres invisibles espirituales sobre las fuerzas de la naturaleza, este arte va más allá de los amuletos, las pócimas, los hechizos y los sortilegios, pues consiste en descubrir el potencial interno que hay en uno y que puede ser despertado como la fuerza del Dragón (la energía), que nos da la capacidad de modificar, transformar e influenciar tanto nuestro interior como el entorno.

El mago o hechicero se distancia de los brujos oscuros porque jamás recurre a la ayuda de espíritus malignos o demonios, sino que más bien busca el poder en sui interior y la ayuda de la naturaleza en las hadas, los duendes, los gnomos; y jamás usa su magia malévolamente, sino siempre con un fin trascendente. Aunque siempre puede cometer errores de apreciación, y por ende, de acción. Un buen mago ha permanecido al servicio y como discípulo de un mago mayor o anciano experimentado, siendo con el paso del tiempo, receptor de la herencia de su conocimiento.
Los grandes magos suelen no casarse, y ese celibato les permite conservar su energía vital, la cual dedicarán al estudio. A pesar de ser para muchos un camino atractivo lleno de misterios, la soledad y permanente cercanía a umbrales potencialmente peligrosos, donde habitan seres de toda clase, muchos de ellos tenebrosos, hace atormentada la vida del mago.

En el relato de la historia de Merlín se da gran importancia al nombre otorgado o revelado por el mago Blaise, a éste respecto entre las iniciaciones que se dan dentro del proceso de contacto extraterrestre está el nombre cósmico.

Las iniciaciones actúan como un reconocimiento por parte de los Guías Extraterrestres, de una expansión de la conciencia adquirida a través del cambio y del autoconocimiento. Para los hermanos del cosmos el que una persona vaya fortaleciendo su voluntad a través de la búsqueda de realizar una acción comprometida, amerita apoyo. Las iniciaciones al interior de los grupos de contacto son el “apoyo” como para avanzar más y ligero.

El nombre cósmico es una vibración, una clave personal que cada uno de nosotros debe recordar, recibir, practicar, afinar, y desarrollar al interior del contacto; su repetición, vocalización o mantralización va más allá de una mera dinámica de interiorización, persigue protegernos y elevar nuestra vibración ayudándonos a despertar nuestra conciencia, como el diapasón que vibra alto y estremece, sumergiéndonos primero en lo más profundo de nosotros mismos, para luego proyectarnos hacia el universo.


El nombre cósmico se puede recibir de muchas maneras, como por ejemplo: a través de meditaciones, llegando como una repuesta interna; en nuestros sueños o como una revelación en las comunicaciones de los guías. Nuestro nombre cósmico nos devolverá el recuerdo de nuestro pasado, incluyendo vidas anteriores; corregirá nuestro presente y señalará nuestro futuro, develándonos nuestra misión personal y colectiva. Es pues una herramienta clave que tenemos cada uno de nosotros, que es personal e intransferible, y que surge en el proceso mismo de individualización del espíritu (Creación). El nombre posee dos partes y suele tener varías sílabas, pudiendo llegar a ser compuesto. La primera parte surge al sintetizarse nuestra individualidad. En ese momento hay una explosión de luz y de sonido. Luego la otra parte es la terminación cósmica, que procede del sonido que se produce en el momento en que a lo largo de nuestras reencarnaciones, llegamos a tomar conciencia del camino espiritual, produciéndose en nosotros, un segundo nacimiento. Cuando llegamos a tener conocimiento de nuestra terminación cósmica, ésta nos permitirá ubicar nuestro momento del despertar, transportándonos al recuerdo de aquella época anterior en la que iniciamos el andar.

El nombre cósmico puede ser trabajado a través de meditaciones llamadas Lunares y Solares, en silencio repitiendo el nombre mentalmente o mantralizandolo en voz baja o alta, actuando ésta iniciación como una llave hacia nuestro interior; pero siendo la llave, no es la puerta, ni tampoco la entrada, ni menos aún la mano que la hará girar en la cerradura. Con la constancia y perseverancia propias del caminante, llegaremos a darle utilidad, pero dependerá más de nuestra compenetración y de la actitud con la que enfrentemos esta iniciación como para que alcancemos el fin deseado, o sea, un mayor crecimiento para un mayor servicio.

Se dice que la naturaleza humana le jugó una mala pasada a Merlín cuando seducido por los encantos femeninos de una discípula suya, Morgana, hermanastra de Arturo, le confió a ella sus hechizos más poderosos y los utilizó para encarcelarlo en una cárcel de aire hasta su muerte. Al morir lanzó un grito terrible que todo el mundo escuchó. En otra versión se dice que fue Nimue, una de las Damas del lago la que contribuyó en su encierro en un viejo roble. Eran varias las Ondinas a las que se les llamaba “Damas del Lago”, una de ellas fue quien le aportó la famosa espada “Excalibur”. Nimue despertó en Merlín la pasión llevándolo a tener una intensa relación afectiva, que lo hizo vulnerable, permitiendo que sus enemigos lo aprisionaran dentro de un roble durante mucho tiempo. Y en otro de los relatos se dice que fue la propia Nimue la que después de aprender de él todas sus artes, lo aprisionó en una gruta para sacárselo de encima, ya que Merlín estaba obsesionadamente enamorado de ella y la acosaba.

Merlín quería redimir a la cristiandad devolviéndole sus valores excelsos, construyendo una nueva sociedad, a la que sabia que debía culturizar primero, por ello se prestó al juego de Uther Pendragon- enamorado vehemente de la duquesa Igraine de Cornualles-, porque veía en el futuro de aquel enredo de pasiones desenfrenadas, un ser especial, un hijo que engendrado en buena parte por su magia, podría materializar todos sus ideales y realizar todos sus propósitos.

Lamentablemente Merlín cometió el grave error de estar repitiendo, aunque con buena intención, su propia vida. también podríamos decir que detrás de la historia de Merlín está nuestra propia historia planetaria, ya que el legendario mago representa a la humanidad…Si recordamos el capítulo 6 del Génesis, se hace referencia a la unión de los “Hijos de Dios” con las “Hijas de los hombres”, que no sería otra cosa que la hibridación y mestizaje con seres extraterrestres, algunos de los cuales eran ángeles caídos exiliados o deportados a nuestro planeta por mal comportamiento y , de los cuales, hoy por hoy todos descenderíamos con un potencial sin limites por ser descubierto y desarrollado para trasmutar con magia la vida. Pero eso ya era otra historia. Había sido mucho por un día y también por aquella noche, por lo cual nos fuimos todos a acostar, al día siguiente viajaríamos a Glastombury, la mítica isla de Avalon. …”

Fragmento extraído del Libro: “El Parto Planetario… El Final de la Cuenta Regresiva” de Sixto Paz Wells

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