martes, 6 de enero de 2015

LOS TRES MAGOS

Los tres Reyes Magos dan la espalda al mundo terrenal, viven alejados del mundo y se acercan a las estrellas, que constituyen su elemento. Estudian las estrellas, su recorrido, los símbolos que les son familiares porque los han recorrido en un aprendizaje consciente. Están instruidos en la magia. Así, le regalan al Niño frutos del conocimiento , objetos simbólicos como el incienso, oro y mirra, que son la expresión de los tres reinos espirituales (el pensar, el sentir y el querer), expresión también de la tríada: cuerpo, alma y espíritu.
Los pastores son totalmente distintos. Son gente sencilla, que custodia y no son dirigentes. Ellos cuidan animales inconcientes, por lo que custodian el reino inconciente, de la vida sencilla, ligada a la naturaleza. Los pastores no han leído nada sobre las estrellas. Viven cerca de la tierra. Por faltarles aprendizaje, no soportan una confrontación directa con lo espiritual. Es por ello que cuando aparece el Angel anunciándoles al Niño, deben cerrar los ojos por lo deslumbrante de su Luz. En estas condiciones, cuando van adorar al Niño, no le ofrecen los alimentos del espíritu, sino los de la vida: leche, frutas, lana y un corderito.
Pastores y Reyes son guiados por signos muy diferentes: los Reyes Magos por una estrella, un símbolo abstracto expresión del conocimiento cósmico, que solo significa algo para los instruidos en la materia. La estrella solo puede conducir a los espiritualmente despiertos, solo puede develar una señal a los hombres conscientes. A los pastores se les aparece un Angel que les habla de símbolos concretos al decirles:
Y esto tengan como seña: Encontrarán a un niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre.
El camino de los tres Reyes magos conduce por trece noches desde la Nochebuena hasta el Día de Reyes. Este es el mismo camino de los pastores a los Reyes: del nivel inconsciente al consciente; del camino de Jesús-hombre al de Cristo-Dios.
"Porque el bebé es nuestro Maestro. No es nuestro trocito de carne, ni es nuestra prolongación: es el pez que viene a dar un sentido a nuestro océano vacío. Debemos entonces estar completamente atentos a él: es el futuro. Es quién irá más alto y más lejos, e infinitamente mejor que nosotros. Somos el pedestal: él es la estatua. Y desde luego que es superior a nosotros: no estamos aquí para aplastar a nuestros niños y defender nuestra corona, sino para admitir que el niño es superior a nosotros en millares de dominios y que es nuestro Maestro. No viene a tomar nuestro "

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