domingo, 10 de abril de 2011

LILITH LA SOMBRA DE EVA
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Sombra de EvadeGabriel Amos Bellos Nada sabemos de Lilith por La Biblia -una "brevísima mención" supuesta en ellibro de Isaías (AT) es aparentemente un dato erróneo: no existe tal mención-.El anexo cristiano (NT) nada dice sobre la mítica primera dama de la historiahumana, pareja de Adán previa a la creación de Eva. Su figura ha llegadohasta nosotros por tradición talmúdica, aunque no es oriunda de tal contexto:equivalencias aparte, se encuentra mencionada en la vieja mitología súmera ybabilónica -más de 5000 años atrás- integrando algunas versiones del Ciclo deGilgamesh.Nuestra dama goza de venerable antigüedad...Lilith pertenece a la tradición judáica, aunque -como otros elementos- fuese"tomada prestada" de la mesopotámica; se puede hallarla morando entre elramaje del sagrado Huluppu (el "Árbol de la Vida"), que la mismísima DiosaInanna -Reina del Cielo- plantó (habiéndolo rescatado de las aguas delÉufrates) en un jardín consagrado de la ciudad caldea de Uruk, para -una vezcrecido- hacerse de él un trono y... un lecho. Como "asistente personal" deInanna, Lilith reuniría a los hombres desde los campos para los (¿imaginancuáles?) ritos sagrados. Lilith habita en la fronda de Huluppu, acompañada dela serpiente-que-no-puede-ser-encantada, y el salvaje pájaro Anzu y sus crías.Estas criaturas son "atributos" (indicadores simbólicos de la sabiduría y lanaturaleza indómita de Lilith) y poseen conocimientos que deben dar a Inanna;pero esta no está aun preparada para receptarlos. Impaciente, Inanna llama asu hermano, Gilgamesh, para que corte el árbol; la operación no es del todoexitosa: la serpiente acaba muerta, el ave Anzu y su prole vuelan a lasmontañas, y Lilith se oculta en la espesura...El Talmud describe a Lilith cual criatura espontánea y libre, de fascinantebelleza, generosa figura y opulenta cabellera ondeada, surgida de manos delCreador al mismo tiempo que Adán ("Macho y hembra los crió". Gén: 1:27). Esrepresentada popularmente como una seductora mujer, dotada de abundantepelo rizado y rojo que se extiende como un manto a su alrededor; tiene porcostumbre sentarse, sin más abrigo que su propia piel, sobre la concavidad dela media luna (la "Luna Oscura", visible el tercer día de cada novilunio en elhorizonte oeste: un breve arco de luz que permite vislumbrar al resto de laesfera envuelto en sombras). Versiones del texto talmúdico la emparentan conun animal de pelo muy abundante perteneciente a una antigua especie noprecisada, extinta y desconocida en la actualidad.Se han hecho muchas traducciones, equivalencias y comparaciones deltérmino "Lilith"; ninguna de ellas es muy grata: el nombre Lilith comparte raízcon el hebreo Laila o Leila (noche), acorde con sus cualidades y ámbito deacción: la otra faz del día y los hechos que en tal período acaecen; se laconoce como Ave Nocturna (sin especificar, aunque en sus representaciones,uno de sus animales asociados -la lechuza- refuerza la idea de que mora entinieblas), ser monstruoso, ente espectral, fantasma nocturno, diablesa, etc.
Algunos rasgos de carácter la vinculan con todas las Diosas Madres queconllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos del mundosubterráneo (riquezas incluidas) y que se relacionan con el aspecto vida/muertede las cosas: cuna y sepulcro, principio y fin (al igual que Perséfone, Pandora,Hécate y Kali, Lilith expresa el aspecto femenino de lo divino, creadora de vida;en tal sentido se emparenta con la Gran Madre de las civilizaciones antiguas;pero en su aspecto tenebroso remite al lado oscuro, desconocido,incomprendido y temible de lo femenino: el tipo de mujer que causa esa mezclade deseo y temor que llamamos fascinación, y puede llevar a los hombres a ladesesperación, la demencia, el suicidio...). No es fuente sólo de vida, sinotambién de muerte, dolor y desgracia. Su propio mito la muestra indómita eimpetuosa, enigmática y siniestra, fatídica y perversa, celosa de su autonomía,rotundamente atrayente, de ardientes deseos y rebelde contra el rol asignado asu sexo, capaz de plantársele al mismísimo Creador si es preciso, y demarcharse del Paraíso para -transformada en un maléfico ser de la oscuridad-refugiarse en los abismos y finalmente erigir allí sus dominios. Reapareció enel paraíso más tarde, en forma de serpiente, para ofrecer a Eva, tentándola, elfruto del árbol del conocimiento; durante el Medioevo cristiano se llega aemparentarla con las tentadoras, sensuales y libidinosas súcubos, erigiéndolanada menos que en su reina... Es típico que en las mitologías, los antiguosdioses y semidioses, al ser desplazados por nuevas divinidades, se tornenresentidos y malvados, demoníacos, etc.La tradición judáica sostiene que Lilith consideraba ofensiva la postura supinaque Adán le exigía: "¿Por qué he de yacer debajo de tí? Fui hecha también depolvo: soy tu igual". Adán -naturalmente- intentó forzarla a obedecer. Airada, ensu desesperación invoca el impronunciable Nombre de Yavhé: de inmediato sele conceden alas, con las que escapa de Adán y del Paraíso, elevándose hastaSu Presencia. Ruega entonces al Creador que por ser conocedora de suVerdadero Nombre y por tanto igual a Él, la acepte... ¡como compañera Suya!Niégase Yavhé a sus pretensiones, y Lilith le amenaza (primer chantaje de lahistoria humana) con revelar su Nombre a Adán, para ser ambos como Él. Paraimpedirle cumplir con su propósito, la excluye del Paraíso...Mas no por abandonar el edénico Jardín se privó Lilith de las delicias delapareamiento (quizá no había olvidado lo aprendido en su trabajo anteriorcomo Secretaria Ejecutiva de Innana): vivió con unos demonios cerca del MarRojo; fecunda, prolífica, dió a luz millares de hijos, horrendos y gigantes. Eneso estuvo atareada, para mayor precisión, durante los 138 años que -dice laCábala- tardó Adán en engendrar a Seth luego de nacidos Caín y Abel, cifraque nos da idea de la longevidad de nuestro antepasado y de la prolongadacapacidad genitiva de ambos.Lilith ha roto con lo estipulado por el Creador para la raza humana,quebrantando lo establecido; se ha querellado contra el orden de las cosas;abiertas las puertas de lo prohibido, abandona el lugar propio de la Humanidad,transgrediendo los límites impuestos a los seres humanos (algo que también,incitada por ella, hará Eva en su momento) y por ello se ha colocado fuera delmundo de los hombres y se ha convertido a sí misma en exilada, en apátrida,en ajena.
No es extraño que Lilith no sea bien vista en la patriarcal tradición caldeo-hebrea. Fea osadía, la de querer asemejarse al varón reclamando paridad,cuestionar su rol respecto de él, desobedecer las reglas del Hacedor con tantoatrevimiento, abandonar con un portazo el Paraíso. Pero, más terrible: invocarel Nombre inefable en toda la tradición judía (se considera que el nombreverdadero de cualquier ser expresa la esencia de lo nombrado, confiriendopoder sobre ello). Pronunciar el Nombre es, pues, una osadía suprema, un actode soberbia aun mayor que el de hacer oídos sordos a Sus mandatos. Encastigo por su rebeldía, murieron cada día cien de sus monstruosos hijos.Enloquecida por el dolor, Lilith empezó a matar también: sus víctimas eranmujeres en lactancia, recién nacidos y hombres casados -a los que, por cierto,mató luego de seducirlos-.Por su actitud frente a las normas se considera a Lilith enemiga delmatrimonio, contraria a los hijos, adversaria de los nacimientos, instigadora deldeseo proscrito y fomentadora del desacato. Por todo ello, en definitiva, en elcontexto judáico se la tiene por un ente nefasto y maligno; de ahí su asociacióncon lo diabólico y su vinculación con la tentación y transgresión que, porsupuesto, ha de evitarse si se pretende mantener un orden.Se ha comparado a Lilith con las terribles lamias de la tradición grecorromana(recordemos a la reina Lamia que por su crueldad fue transformada en fiera yque devoró luego a sus hijos) y con las lamias de las creencias medievales,tanto seres de rostro de mujer y cuerpo de dragón como maléficas féminas quese alimentan de niños, conviven en cuevas con dragones acumuladores detesoros, y que tienen como distintivo un peine de oro, estando muchas vecesprovistas (en lugar de pies) de patas que terminan en pezuña hendida; guardanparecido con algunas representaciones de las regentes y protectoras defuentes y manantiales gallegas y cántabras -herederas de la tradición celta- ycon algunos personajes femeninos de cuentos y leyendas que, a veces,aparecen con uno de sus pies correspondiendo al de un macho cabrío o al deuna oca, aludiendo a un componente animal todavía activo, algo arcaico no deltodo eliminado de su ser. Además, se ha equiparado a Lilith con seressemejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con laparte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pezcomo una serpiente marina.Ha sido vinculada también con unos seres parecidos a los demonios delmediodía griegos (esta vez diurnos), ninfas de los campos de tersos cuerposetéreos relucientes de sol; criaturas indomables, inocentes, ardientes ysalvajes, que fascinan y enloquecen a los campesinos enamorándolos sinremisión. Algunas tradiciones narran, a este respecto, que entre los rojoscabellos de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes quesucumbieron a su hechizo.Se le ha encontrado cierta semejanza con las Xanas (Janas: Dianas) astures ylas lamias del folklore vasco, seres similares a las hadas, ninfas y criaturas dela naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propiaDiosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar elcarbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas,cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que amenudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oroque semejan la media luna, o recorren los cielos, orlada su cabeza con elblanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando unahoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven enlenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores.Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humanosimilares a la Equidna griega u otras habitantes del Hades (la mansión de losmuertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo,provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras deespanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan,con la fuente del deseo, con la intensidad de impulsos íntimos que instan a susatisfacción y pueden llegar a ser destructivos. Entre su monstruosa yabundante descendencia, cuentan el Can Cerbero (guardián del Hades) y elbuitre que devora, por toda la eternidad, las entrañas de Prometeo encadenadoal Cáucaso.La demonología la designa como uno de los siete demonios tradicionales,adversario del genio de Venus, siendo ambos regentes del viernes. En talversión, Lilith tiene faz humana, lleva el busto desnudo y su cuerpo termina enuna larga cola de serpiente.En la Cábala se la considera reflejo femenino de Samael (Samael-Lilith).Satanás (una de las versiones de Samael) es el adversario por excelencia, yLilith asumiría características de "doble opuesto" y "doble contrario". En elZohar se la conoce como Hayo Bischat: "la Bestia", y también la "Mala Bestia";allí se la entiende -de nuevo- como un ente maligno semianimal o mediohumano (se afirma que de ella descienden nuestros actuales monos).La tradición astrológica relaciona a Lilith con el foco vacío de la órbita lunarrespecto a la tierra (un punto geométrico abstracto, matemático), un punto denegación, de represión, pero también de fermentación, de transformacionesmágicas concernientes al mundo fantasmal, nocturno y erotico-instintivo, comoel vacío de la matriz, incluyendo la sabiduría y clarividencia atávicas quedependen de las funciones corporales, como se manifiestan en los cuentos dehadas y el simbolismo lunar primitivo: la noche, el misterio, la magia, el peligro,el secreto, el miedo, lo prohibido, lo abismal o inalcanzable, lasmetamorfosis, la emancipación de las mujeres de su destino o compulsión deúteros, su liberación sexual... Cual Hécate, La Luna Negra/Lilith es una "Reinade la Noche", demoniaca y vampiresca, mortífera y vivificante, que se relacionacon la iniciación sexual y un mundo de sabiduría primigenia onírica o artísticaresistente a la racionalización... Se la relaciona con Saturno, con Plutón, con la"estrella de la muerte" (Algol).Lilith se nos aparece como bello animal, seductora mujer, ambiguo ser a mediocamino entre humano y bestia, ente monstruoso, diablesa, fascinante demoniohembra y espectral habitante de las sombras, generatriz de aberrantes
vástagos, asesina cruel. Impulsada por la pasión y orlada de magnéticomisterio, es signo de transgresión, de oposición, malignidad, desacato,rebeldía, peligro, tentación y deseo; también de frescura, espontaneidad,independencia, libertad y autenticidad; ambivalente la muestran los pocos,distorsionados restos accesibles de su mito.Ella -demonizado resabio de una era matriarcal cuyos restos podemos,haciendo arqueología cultural, exhumar de los supuestos implícitos en textosde literatura clásica o el simbolismo de las diosas terrestres y lunares- remite aun momento previo al orden androcéntrico que fija pautas al vínculo entrehombres y mujeres, valores vigentes -aun- en los patrones culturalesoccidentales y en las sociedades a ellos adscritas; códigos que se remontan alos orígenes mismos de la tradición patriarcal. No hay más que ver cómo hadesaparecido Lilith, cómo es reemplazada por Eva en el Génesis (2:21): sudemonización y posterior ocultamiento mostraría que "el factor Lilith" está o haestado reprimido, latente, en mujeres "bien adaptadas" a nuestro modelopatriarcal; la divulgación -por siglos- de una muy particular interpretación delGénesis bíblico y de los actos de nuestra primera madre (fuente del pecadocarnal); y aun peor, pues no siendo suficiente con la -comparativamente- dócilEva, hubimos de sucederla por la sumisa y eternamente virginal María, con lassecuelas sociales e individuales consabidas.Lilith -con atributos de Magna Dea (la Diosa) en su vinculación con la vida y lamuerte, su potencia generatriz, su relación con la sabiduría oculta, suasociación con lo abisal indomable de las pasiones- transporta rasgos quepermiten pensar otra femineidad, caracterizada por la autonomía, laautopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, lavinculación con el propio ser y el propio deseo."La Gran Madre es Ourobórica: terrible y devoradora, benéfica ycreadora, alguien que ayuda, pero también es tentadora ydestructiva: una hechicera que enloquece, y que sin embargoes portadora de la sabiduría; bestial y divina, voluptuosaprostituta y virgen inviolable, inmemorialmente antigua yeternamente joven..."Eric Neumann, en "The Origins and History ofConsciousness"(En todo coincidente con los rasgos descriptos por K.G.Jung en"Aspectos Psicológicos del Arquetipo Materno") N.B.: Una particularidad del lenguaje simbólico es la condensación; recoge, sintetiza, integra yalude a varias abstracciones, ideas o conceptos, estados de ánimo y actos; conecta con otrossímbolos mediante semejanza, contigüidad, analogía, etc. Es el idioma de los mitos yleyendas, los sueños, la imaginación y fantasía, los cuentos, la creación artística.Gabriel Amos BellosLic. en Psicología Marzo de 2011 (Compilación; fuentes diversas)

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