martes, 7 de junio de 2011

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El Registro Askásico y la iCloud de Steve Jobs

El lanzamiento en el día de hoy de la iCloud de Apple me hizo recordar una de las enseñanzas más importantes del Maestro Lobsang Rampa: la existencia del Registro Askárico. Una especie de registro astral donde se recoge todo lo que existe y al que cualquiera puede tener acceso con un poco de entrenamiento.

Todo el pensamiento humano, todo lo que hacemos, todo lo que nos pasa, todo lo sucedido en la Tierra desde su creación, todo absolutamente todo, queda impreso para siempre en esa biblioteca astral conocida como el Registro Askásico, el cual representa las indestructibles vibraciones, consistentes en la suma total del conocimiento humano emanado del mundo.

Todo cuanto ha sucedido en la Tierra existe en forma de vibración. Aunque no hay término que lo describa, lo más cercano es asemejarlo a una onda radial.

Tenemos constantemente en torno de nosotros ondas radiales procedentes de todas partes del mundo. Cada una de ellas trae un programa diferente, un idioma diferente, una música diferente, un tiempo diferente. Es posible que vengan ondas de una parte del mundo que contengan un programa, que para nosotros se transmita mañana. Todas esas ondas nos vienen constantemente, pero las olvidamos y hasta que tenemos un aparato mecánico, no podemos recibir esas ondas y detenerlas de modo que se hagan audibles, visibles y comprensibles para nosotros. Así, con un aparato mecánico eléctrico podemos retardar las ondas de frecuencia radial y convertirlas en ondas de frecuencia auditiva y visual.

Como todo científico sabe, vemos por la noche estrellas que a lo mejor han dejado de existir. Algunas de esas estrellas son tan distantes que la luz proveniente de ellas pudo haber comenzado su viaje antes de la formación de la Tierra. No tenemos medio de saber si una estrella murió hace un millón de años atrás, pues su luz es probable que nos llegue, quizás, un millón de años después.

Podría ser más fácil retener un sonido. Vemos la estela del rayo y escuchamos el trueno poco después. La lentitud del sonido es lo que hace que tarde en oírse después de verse el rayo. Así, la lentitud de la luz puede hacer posible un instrumento para "ver" el pasado.

Si pudiésemos trasladarnos al instante a un planeta tan lejano, al que la luz necesite un año en llegar desde el punto de partida, veríamos su luz un año antes de llegar nosotros. Si tuviésemos algo, todavía por crear, súper poderoso, como por ejemplo un telescopio súper sensible con el cual poder enfocar cualquier parte de la Tierra, veríamos hechos ocurridos un año atrás. Partiendo de la posibilidad de tener ya nuestro súper telescopio, podríamos dirigirnos a un planeta tan lejano al que la luz tarde un millón de años en llegar; y en seguida, podríamos ver la Tierra tal como era hace un millón de años. Avanzando cada vez más, siempre en forma instantánea, naturalmente, llegaremos por último a un punto desde el cual podremos ver el nacimiento de la Tierra, o incluso del sol. El Registro Askásico nos permite llegar a ésto.

Los Maestros Espirituales enseñan que con mucha práctica en el viaje astral, con considerable práctica en meditación y combinando ambas, podremos entrar al mundo astral donde el Tiempo y el Espacio no existen, y las demás "dimensiones" se superan. Entonces, sólo entonces, podremos ver todo: Otro Tiempo y otro Espacio.

Esta nueva creación de Apple, el iCloud, la nube en internet donde podrás tener acceso a todo el contenido de tu memoria digital, es una aproximación al concepto del Registro Askárico cuya existencia pregonaban los Maestros espirituales, dándole más sentido a aquello de que "como es arriba, es abajo" y otorgándonos acceso a través de internet al registro digital de la historia y conocimiento humano, así como la posibilidad de colgar en esa nube, todo lo que personalmente generamos como información en formato digital, toda la información de nuestras experiencias y vida, que quedarán vibrando en la eternidad del cyberespacio en forma de fotos, músicas preferidas, documentos, correos electrónicos etc.

Solo acuérdense de dejarle las claves de acceso a alguien de confianza después de que hayan cruzado el Páramo.


Saludos,

Jose Ramón Delgado
Oceanógrafo

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