domingo, 14 de noviembre de 2010




“EL GITA UN TORRENTE DE SABIDURIA”

SATHYA SAI BABA
(EXTRACTO)

Los años de la vida deben dedicarse a la disciplina que en ese momento hará surgir el pensamiento de Dios o de la palabra Om o Aum.
"Lo que ha de descartarse es el cuerpo, la envoltura física; lo que ha de ganarse es el Ser Supremo, el Universal Absoluto (Parabrahma). El cuerpo contiene tu realidad, tu propia forma, la indescartable, indestructible, inmortal verdad y eternidad. Esa realidad es la entidad llamada Atma o, lo que es lo mismo, el Alma Universal (Paramatma). Puesto que tú eres eso, no puedes descartarlo. El abandono del cuerpo es semejante a la mudanza de una casa que uno ha ocupado durante varios años; el nacimiento es la entrada en la nueva casa. Ambos actos son puramente físicos, no afectan al Atma. ¡Arjuna! El Atma no entra ni tampoco sale. A aquellos que viven en la falsedad de lo físico (dehatattva) no puede revelárseles el Atma. El cuerpo está expuesto al deterioro y a la muerte. Por lo tanto, más aún que los seis principios que ya mencioné, el pranava, que es un instrumento de Liberación tan poderoso, tiene que ser comprendido con claridad. Deben usarse todos los largos años de la vida en esta consumación para que la mente esté fija en el pranava cuando se vaya a desechar el cuerpo. Se eructa el sabor del alimento que se ha tomado; el último pensamiento indica el alimento con el cual uno se ha alimentado.
"Tu progreso va de acuerdo con tu práctica. Ten siempre conciencia de la necesidad de fijar !a mente en pensamientos santos al desechar el cuerpo. Es decir, sumérgete en pensamientos santos en todo momento de tu vida."
Arjuna inquirió: "¡Oh, Señor! ¿Tiene uno que esforzarse en ello desde ahora, si desea obtener pensamientos santos en el último momento de la vida? ¿No podemos obtenerlos en ese mismo instante?" El Señor se dio cuenta de su duda y le replicó: "Tu inteligencia parece haberse embotado bastante, pues estás titubeando para aceptar la necesidad de desarrollar pensamientos santos desde ahora. ¡Arjuna! La mente tiene que ser educada en este hábito mediante lo que se llama la disciplina de la práctica constante (abhyasa yoga). Tiene que ser entrenada para evitar otros pensamientos y concentrarse solamente en el Señor. Solamente entonces podrás alcanzar la Super Alma, el Espíritu Supremo (Paramapurusha). A menos que sistemáticamente le enseñes y la entrenes, no recordará al Ser Supremo en el momento de la muerte; no podrá recordarlo.
"Me preguntarás la razón de ello. Pues bien. Piensa en tu propio caso. Tú puedes usar estas armas tanto de ataque como de defensa en la batalla que es inminente porque aprendiste el arte de manejarlas desde hace muchos años, ¿no es así? ¿Podrías usarlas con confianza, si no tuvieras preparación o sin pensarlo? ¿Sería esto posible? El guerrero algún día será llamado a las armas; por eso se le enseña el arte desde niño, para que esté preparado para la emergencia.
"Similarmente, sea lo que sea que el hombre llegue a encontrar durante su vida, seguramente se encontrará ante la muerte. Por eso, cada uno debe adiestrarse para tener en ese momento la actitud y el pensamiento que sean más beneficiosos para él. De otra manera, la vida habrá sido un fracaso, resultaría inútil. La persona no preparada para esta consumación tendrá que sufrir la suerte que le corresponda. Nadie entra en la batalla con el propósito de ser derrotado. Así también, nadie acepta voluntariamente una caída; busca solamente el progreso. ¿No será prudente, entonces, esforzarse por aquel objetivo que es de su mayor interés? De ahí que cada hombre deba esforzarse sinceramente por asegurar el pensamiento en el séptimo principio, el pranava, en el último momento de la vida. Quien muere con ese pensamiento, Me alcanza a Mí", dijo Krishna.
Esta es toda la esencia del Gita. Pues la meta de todas las acciones del hombre es alcanzar el pináculo del progreso, ¿no es así? Ese es el impulso que lo hace dedicarse a las oraciones, a la repetición del Nombre (japa) y a la meditación (dhyana), a la alabanza (archana) y a las austeridades (tapas). Todos aquellos que han puesto su fe en estas prácticas tienen que recordar esa meta todo el tiempo.
Krishna dijo que el Om tiene que ser recordado en el momento de la muerte. Hay algunos puntos que requieren explicación en relación con esto, pues hay muchos que arguyen que el pranava puede ser repetido solamente por unos pocos y que los demás no tienen derecho a hacerlo. Esto es erróneo. Es una falsa conclusión que se debe a que no conocen la verdad. Surge de una creencia errónea.
El Gita no se refiere a este grupo o a aquel otro. Krishna dice "quienquiera", sin palabras calificativas que lo limiten a una sola clase o a un solo sexo. Ni siquiera dijo "quien merezca o quien no merezca", "quien esté autorizado o quien no esté autorizado". Sólo dijo que para la meditación en el OM (el mero "traerlo a la memoria" es inútil), tiene que pasarse antes por algunas disciplinas preliminares, como el control de los sentidos, la concentración de la mente, etc.
Pues si la mente anda brincando de una fantasía a otra, ¿cómo puede resultar de beneficio alguno la sola pronunciación del sonido Om, Om, por los órganos vocales? El sonido no ayudará al logro de la Liberación. Los sentidos tienen que ser controlados, los pensamientos tienen que concentrarse, la gloria tiene que ser aprehendida. Por eso es que el Señor aconsejó que desde el nacimiento hasta la muerte uno debe dedicarse a la búsqueda de la Verdad. Si, en cambio, se pospone la práctica hasta el último momento, entonces se será como un estudiante que por primera vez hojea su libro de texto momentos antes de entrar al salón de examen. Si el estudiante piensa tener un año entero por delante y descuida el aprender de su maestro y de las notas tomadas en las clases y de los libros, ¿cómo puede entrar algo en su cerebro si abre su libro esa misma mañana? Sólo aumentará su desesperación. Sólo podrá declarársele experto en indolencia.
Ningún árbol producirá fruto inmediatamente después de ser plantado. Para que llegue esa etapa, tendrá que cultivarse cuidadosamente durante un prolongado período de tiempo, ¿no es así? Similarmente, para cualquier resultado que se busque tienen que seguirse cuidadosamente, sin interrupción, las disciplinas preparatorias. Nadie puede adquirir el fruto sin vigilancia ni constancia.
Los aspirantes tienen que estar siempre conscientes de esto. ¡El anhelo debe alejarse del "cómo nacer" y dirigirse al "cómo morir"! Pues el nacimiento depende de cómo ocurre la muerte. La muerte viene primero, el nacimiento ocurre después. La gente cree que los hombres nacen para morir y que mueren para volver a nacer. Está equivocada. Se nace para no volver a nacer.
Se muere para no volver a morir. Es decir, el hombre que muere debe morir de tal manera que no vuelva a nacer. Una vez que muere, no debería volver a nacer para encontrarse con otra muerte. La muerte es inevitable si se nace. Entonces, eviten el nacimiento y evitarán la muerte.
Así, el aspirante no debe anhelar un buen nacimiento; debe buscar una buena muerte. Puede que nazcas bien, en una buena familia o con muchas circunstancias favorables; pero tus acciones subsiguientes posiblemente no te aseguren una buena muerte. Entonces, si se anhela una buena muerte, el problema de nacer y quedar nuevamente sujeto a la muerte, puede evitarse.
Todo hombre que ha nacido debe tener su fin siempre presente. Cultiven buenos hábitos de pensamiento y de acción para hacer ese fin genuinamente auspicioso. El logro de tal fin es una señal inequívoca de haber merecido la Gracia de Dios.

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