lunes, 2 de noviembre de 2009
LA AYUDA MISTICA
Ayuda mística
por. Adrián Pérez de Vera F.R.C.
Ayuda mística
Así como el sol influye beneficiosamente en la vida de todos los seres de una manera impersonal, sin tener en cuenta a pobres o ricos, buenos o malos, altos o bajos, así también hay un Dios, Cósmico, Fuerza Universal, Leyes, o como deseemos llamarlo, cuya perfección, desde el punto de vista de la conciencia humana, sobrepasa nuestra comprensión. Esta inteligencia la podemos observar a través de sus efectos y nos parece que sigue un sistema que afecta de manera conveniente a todas las criaturas de la tierra de manera también impersonal.
El ser humano se reconoce como la criatura más evolucionada de la tierra y dispone de facultades mentales, físicas, emocionales y espirituales que le permiten usar esas leyes y aplicarlas para su bienestar y el de los demás. El hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, por tanto, depende de sí mismo para expresar la grandeza y la belleza a través de su pensamiento, palabra y obra.
Lo más cerca que funcione el hombre con relación a esas Fuerzas cósmicas, más bienestar va a manifestar. La di-sintonía del hombre con dichas leyes también se manifestará como ausencia de bienestar. La armonización consciente diaria con las Leyes cósmicas es lo que produce en el hombre un estado de felicidad. La voluntad ejercida consciente o inconscientemente de irrespeto de las leyes naturales hace que manifestemos un sinnúmero de problemas.
Por lo tanto, el ser humano debería dedicar un tiempo a aprender sobre dichas leyes hasta hacerlas operativas en su vida diaria. Con esta auto educación verá pronto traducirse en efectos beneficiosos la buena sintonía con las Fuerzas de la naturaleza, lo cual redundará en mayor bienestar en el mundo de todos los días. Nunca está garantizado este beneficio si en el uso de nuestro libre albedrío optamos por la desarmonía con lo natural. El temor, la desconfianza, la pena, la superstición, etc. Es contrario a lo que normalmente deseamos. Pero sea que lo realicemos de forma consciente o inconsciente, el efecto es producto de aquello que causamos. Por tanto, debemos vigilar nuestros pensamientos, nuestras creencias, porque en más de una ocasión nos descubriremos pensando todo lo contrario a lo que deseamos.
Uno de los problemas más comunes en el ser humano es la enfermedad. Pero éste, como los demás problemas que sufrimos, se debe normalmente a la violación de las leyes naturales. Sin embargo, no todas las enfermedades las podemos considerar de la misma forma, ya que heredamos aspectos genéticos que nada tienen que ver con nuestra actuación. ¡Qué paradoja! Por un lado, todos los procesos del organismo y de la conciencia son fundamentalmente constructivos, y sin embargo, nos podemos descubrir a nosotros mismos utilizando desfavorablemente nuestras funciones físicas y mentales entorpeciendo o contradiciendo dichos procesos naturales, y por tanto, acarreándonos el resultado negativo de nuestra actuación.
La armonía reinante dentro de un hogar es un buen antídoto par las enfermedades. Pero si un miembro del hogar quiere imponer a otro su forma de ser o pensar crea tensión, lo cual desarmoniza. La tolerancia y la comprensión dentro del hogar son fundamentales para la salud. La inmunidad física es algo ampliamente aceptado. Un germen pulula en el ambiente, unos manifiestan un contagio y otros no, pero esto no solo está relacionado con las defensas del organismo, sino con la armonía, porque la desarmonía disminuye las defensas. Sin embargo, al observar a pacientes con enfermedades graves, vemos que unos superan la enfermedad y otros no, eso nos lleva a considerar que además de la inmunidad física existe una psico-inmunidad. El optimismo o el pesimismo de la persona van a ser determinante en la evolución de enfermedades.
No solo la salud es un problema del ser humano, también tenemos problemas financieros, legales, familiares, laborales, etc. Ante nuestra humana apreciación, dichos problemas aparecen bajo múltiples formas y con soluciones diferentes. Sin embargo, a nivel cósmico, divino, no existen las formas tal como nuestra conciencia humana nos muestra. Allí todo es, nada deja de ser, si una cosa es de naturaleza de lo cósmico, no puede dejar de ser, por lo tanto, los múltiples problemas, tienen en lo cósmico la misma solución: la armonización.
En nuestro ser está la capacidad de poner en movimiento de forma consciente las energías espirituales que están en armonía con las leyes naturales. Esta acción no tiene nada que ver con magias ni prácticas ocultas, son canalizaciones de las propias leyes las cuales se sitúan en un nivel de consciencia al que podemos acceder. Llamemos a ese nivel de conciencia nuestro Sactum Celestial.
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