El hombre y el no hombre
por Francisco Manuel Nácher
La mayor parte de los hombres pasan su vida entera sintiéndose maltratados
por el mundo, viendo en todo semejante un competidor y en todo acontecimiento un
peligro y en toda frase una alusión y en todo objeto una tentación y en todo idealismo
una hipocresía. Y discutiendo, enfadándose, lamentándose, frustrándose, frustrando a
los demás y buscando algo que no saben lo que es, pero que nunca encuentran.
¿Cuáles son los móviles a que obedecemos en nuestra vida diaria para actuar
así? ¿Qué es lo que nos empuja a hacer o a no hacer algo y a hacerlo o no hacerlo de
determinada manera?
Es muy poca la gente que se hace estas preguntas. Lo cual significa que, al no
planteárselas, no conocen las respuestas y, por tanto, no saben cuáles son realmente
sus motivaciones últimas.
Y, ¿qué hay que hacer para llegar a conocer las propias verdaderas
motivaciones?
Nos lo han dicho los filósofos de todos los tiempos: “Hombre, conócete a ti
mismo.”
Y nos lo han aclarado completamente al recomendarnos hacer, cada día, al
acostarnos, el ejercicio de la Retrospección.
Porque, ¿en qué consiste la Retrospección y qué se consigue con ella?
Muy sencillo: Cada noche, antes de dormir, al desentrañar la madeja de
nuestros pensamientos, palabras y actos del día que acaba, nos preguntamos qué
cosas hemos hecho bien y cuáles hemos hecho mal.
Aclarado esto, vamos más allá, preguntándonos por qué pensamos que están
bien o que están mal. Y respondiendo a esas preguntas Y seguimos profundizando en
nosotros mismos, al inquirir si esos motivos que justifican o no nuestra actuación son
loables, honestos, éticos, responsables, correctos… o son negativos, vergonzosos,
repulsivos, indefendibles…
Con todo ello, nos empezamos a conocer por dentro y a ser conscientes de
nuestras virtudes y de nuestros vicios, de nuestros aciertos y de nuestros fallos.
Y, a fuerza de reprocharnos todo lo negativo que hay en nosotros, empezamos a
tener claras las ideas sobre cómo debemos ser, cómo debemos actuar y qué debemos
o qué no debemos hacer y desear y defender y procurar, y a qué debemos tender y
con quién y con qué debemos colaborar, y de qué modo, y para qué…
Con ello, casi sin esfuerzo, habremos descubierto lo que deben ser los móviles
y las metas de nuestro diario caminar por el mundo.
Y, sin darnos cuenta de ello, nuestra escala de valores se habrá trastocado
profundamente y muchas cosas que teníamos por valiosas habrán perdido su
atractivo, a la par que otras, casi despreciadas, habrán pasado a los primeros lugares;
y lo que hasta entonces era un problema habrá quedado relativizado, y lo que era
imprescindible, reducido a conveniente o interesante.
Y nos daremos cuenta de que hemos empezado a actuar por estímulos
interiores, y habrá pasado a la historia la época en que los acontecimientos exteriores
nos influían, condicionando nuestra vida y haciéndonos recorrerla sin brújula, sin
criterio propio, sin referencias fiables, y dejando de ejercer un privilegio
específicamente humano: el de pensar por nosotros mismos y actuar en
consecuencia.
Y así, como por arte de magia, el “no hombre” se habrá convertido en
“hombre”, un ser totalmente racional, con ideas propias y motivaciones claras, y
actuando de acuerdo con ellas. Es decir, que habrá tomado en sus manos el timón de
su propio destino.
Y todo, gracias a la Retrospección honestamente realizada.
Mysterious Lights Over East El Paso, News Channel 9 2010
ESCALOFRIANTE CIFRA DE HABRE EN EL MUNDO
"RUPERTO CASTRO"
MIL MILLONES DE PERSONAS, CON HAMBRE EN EL MUNDO
La situación en Africa subsahariana es “alarmante” y “seria” en Bolivia y Haití.
La cifra en sí misma es escalofriante: mil millones de personas en el mundo padecen hambre . La mayoría de ellos son chicos que, indudablemente, tendrán un futuro comprometido. Esa es la consecuencia directa de los conflictos armados, la pobreza, la inestabilidad política y las crisis económicas que afectan al planeta.
El dato surge del Indice Global elaborado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, en inglés). De los 122 países incluidos en el estudio, 25 tienen niveles “alarmantes” de hambre. Y cuatro –de Africa subsahariana– “extremadamente alarmantes”. La República Democrática de Congo (RDC) resultó el país peor ubicado , con tres cuartas partes de su población subalimentada y con la mayor tasa de mortalidad infantil del mundo . Producto inevitable del colapso económico y un estado crónico de carencia alimentaria tras la guerra de los años 90.
El informe, al hacer un balance del continente americano, sostiene que es “seria” la situación en Bolivia, Guatemala y Haití . En los países centroamericanos y algunos de Sudamérica la califica de “moderada”. El instituto aclara que Argentina, junto a Brasil, Uruguay y Chile, son la excepción porque hay bajos niveles de desnutrición.
Se utilizaron tres factores para calcular el índice de hambre: la proporción de personas subalimentadas en un país, la prevalencia del bajo peso en los chicos menores de 5 años y la mortalidad infantil.
Se habla de hambre cuando una persona consume menos de 1.800 kilocalorías al día , lo mínimo para llevar una vida sana y productiva, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El estudio ubica a los países en una escala de 100 puntos, donde cero es el mejor puntaje –sin hambre– y 100 es el peor, aunque ninguno de estos dos extremos se alcanzó en la práctica. Un puntaje mayor de 20 revela niveles “alarmantes” de hambre en un país, y más de 30 “extremadamente alarmante”. Muy cerca de la RDC, la única que superó los 40 puntos, se mantienen Burundi, Eritrea y Chad. Si se les suma las islas Comores y Haití, el grupo registra más del 50% de la población subalimentada.
Marie Ruel, una de las autoras del informe, señaló que la ventana de oportunidad para evitar que sigan creciendo los niveles de desnutrición están en los dos años. “Después de los dos años de edad, los efectos negativos en la desnutrición son en gran parte irreversibles”, afirmó.
Por Washington. AFP 12/10/10
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