lunes, 19 de abril de 2021

“La Sabiduría de los Upanishads”




“La Sabiduría de los Upanishads” 

 Sabiduría Upanishads

Annie_Besant_in_1897 “…Aum, en verdad,lo es Todo. Aum, en verdad, lo es Todo. Hemos visto que Aum significa el indivisible Brahman; veamos ahora lo que significa el Todo. El Taittiriyopanishad resume las dos afirmaciones en una sencilla sentencia: “Aum es Brahman; Aum lo es Todo”.Y como dos cosas idénticas a una tercera son idénticas entre sí, colegiremos que Brahman y el Todo son idénticos. Tal es el testimonio de la Sabiduría Antigua. No hay diferencia. No hay nada más. Brahman y el Todo son una y la misma cosa. Otra verdad concerniente a esta admirable Palabra, se lee en otro Upanishad: “¡Oh Satyakama, este Aum doblemente manifiesto, el Superior y el Inferior Brahman”(el ParaBrahman y el Apara-Brahman). Todo el misterio está oculto aquí. ¿Qué significa lo de superior e inferior, de supremo e ínfimo? El Upanishad explica que cuando se toman las letras por separado, significan los mundos, el Apara-Brahman o Brahman inferior y que cuando se pronuncia la palabra como una sola sílaba denota el Para-Brahman o Supremo Brahman. Así también se lo declara Yama a Nachiketas cuando al exponerle el misterio de los Dos que son Uno, le dice: “Esta sílaba es en verdad Brahman; esta sílaba es, en verdad el Supremo”. Y Shri Shánkara en sus comentarios sobre este punto expone que la primera sílaba significa el “Brahman inferior” y la segunda el “Supremo Brahman”. Volvamos de nuevo al Chhandogyopanishad con objeto de aprender algo más del misterio del Todo: “En verdad, este Todo es Brahman; de él nace, en él se disuelve y por él se mantiene” . De Brahman manifiesto, el primer factor del Apara-Brahman, el Ser, el Purusha, se ha escrito: “Está establecido en el supremo e imperecedero Ser”. Tal vez el mejor símil fuera comparar los pensamientos que surgen en nuestra propia mente a un Universo manifestado por Brahman, el Todo. La mente contiene todos los pensamientos que en ella nacen y en ella se desvanecen. De Brahman brotan los universos en sucesión interminable cual cadena sin principio ni fin. Es inmutable, porque todo lo incluye; todo, literalmente todo está en El; todo cuanto fue en el pasado, es en lo presente y será en lo futuro; todo lo concebible e imaginable: todo cuanto puede ser, reside en el inmenso Todo; nada más hay. Es Absoluto porque con nada puede estar AQUEL en relación. No hay otro sino Brahman. De esta inmensa plenitud surgen los universos como del océano las olas: y como en el océano mueren las olas, así desaparecen los universos. Esto ha sido, es y será siempre en inmutable realidad de vida. Esto yace continuamente en el abismo sin fondo de la universal paternidad. No hay más. Todas las Cosas están allí en simultánea e inmutable realidad de perpetua vida. Por esto dijo el sabio que todos los opuestos están allí para convencer a la mente humana de que nada se suprime, de que nada hay fuera de AQUEL y de que no hay otro. Así, al hablar de un universo, no podemos decir que ha sido hecho aunque no siempre haya existido, porque todo está en AQUEL que no cambia. Todos los opuestos se concilian en El y en El mutuamente se neutralizan. Allí se sumergen recíprocamente todos los opuestos, porque AQUEL lo es todo y no hay otro. Persistamos en esta idea hasta que llegue a sernos familiar y forme parte de nuestra mente. Tratemos de concebirla desde distintos aspectos. Podemos considerar, por ejemplo, que la ciencia abarca el universo y nos enseña que no tiene límites, pues descubre más y más lejanos sistemas planetarios, resultando mayor la distancia a la última estrella visible cuanto más potente es el telescopio. Id más allá todavía; más allá de la lejanísima estrella que descubre el potente telescopio de la ciencia y allí se despliega Brahman con ignotas e ilimitadas posibilidades de manifestación. En Brahman no hay principio ni fin; no hay más allá. Pensad en ello hasta que el vértigo sobrecoja a la mente, Pensad en ello hasta que sintáis el peso de la inmensidad. Todo esto no es sino la plenitud de la siempre ina-gotada manifestación de existencia. Acordémonos de que AQUEL es siempre; en El no cabe el llegar a ser. Los universos llegan a ser y nacen a la existencia, pero el eterno es Inmutable. AQUEL no conoce pasado ni presente ni futuro, porque Todo ES, y Brahman lo es todo. Si dejamos que la profundidad y el esplendor de esta idea descansen en la mente hasta formar parte de nuestro verdadero Yo, no podremos concebir nada externo a AQUEL que es. No me atrevo a emplear la palabra: existe; y vais a ver por qué no ha de salir de mis labios esta palabra cuyo empleo parece tan natural en la presente coyuntura. Únicamente podemos decir que El es, no que El existe. El Universo y todo cuanto en él se mueve emana de Vida. He aquí algunos símiles: “Como de la araña salen los hilos, de la tierra lasyerbas y de la piel los pelos, así este Universo salió de Imperecedero”. “Como dellameante hoguera saltan miles de chispas de Su misma naturaleza, así del Imperecedero, ¡ oh amado mío!, nacen múltiples existencias y a El en verdad vuelven”. “Brahman está latente en la sabiduría y en la ignorancia. En verdad es perecedera la ignorancia y en verdad inmortal la sabiduría. El que gobierna la sabiduría e ignorancia, es en verdad otro” . ¿Qué se infiere de esto? Que más allá del Universo manifestado, más allá del Dios en él oculto está el Ser puro, el Ser abstracto o, mejor dicho, la Seidad, como la denominaba H.P.B. Escuchad las admirables palabras del chhandogyopanishads. “En el principio, ¡oh amado mío! era esta pura existencia una, en verdad y sin segundo. Ellos dicen: Antes fue la pura no existencia, una en verdad y sin segundo; de esta no existencia nació la existencia”. Por esto emplea H.P.B la palabra Seidad y no la de Ser. Pura Seidad es AQUEL en quien todo está, que es eterno, inmutable, absoluto, simultáneo, el inmenso piélago de que nace la existencia. Porque la palabra existencia se deriva del latín ex sistere, que significa ser fuera, es decir, el ser manifestado, el ser nacido , De este Todo, de esta no existencia di-manan la existencia y la vida. El ES…” (Annie Bessant. La Sabiduría de los Upanishads, págs 8 y 9).

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