miércoles, 13 de noviembre de 2019

El Conde Alessandro Di Cagliostro


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El Conde Alessandro Di Cagliostro


El legendario Conde, con título nobiliario falso, de origen extremadamente humilde, fue para sus numerosos admiradores un Mago, taumaturgo, adepto Rosacruz, gran adivino, brillante médico empírico, benefactor, Gran Cofto de la Masonería Egipciana; en tanto que para sus muchos detractores un granuja callejero, vulgar charlatán y aventurero, que recorrió las cortes europeas del siglo XVIII.


El gran Cofto–copto cristiano de Egipto-, cuyo verdadero nombre era Giuseppe Balsamo; aunque no es del todo seguro, pues esta afirmación se basa en el testimonio no fidedigno de Theveneau de Morande, espía francés y chantajista, y más tarde en su confesión a la Inquisición, obtenida a través de la tortura, nace en Palermo, Sicilia, actual Italia, en 1743.

Por causa de una serie de pequeñas fechorías se vio obligado a abandonar Sicilia, e inició entonces un largo periplo por el Mediterráneo que le llevó a Grecia, Egipto, Persia y Rodas, donde presumiblemente estudió alquimia.
A los veintitrés años viajó a Malta, decidido a forjar fama y fortuna, y recibió la iniciación en la Orden de los Caballeros de Malta, donde estudió alquimia, kabbalah y otras ciencias ocultas.

Fue bien conocido en Nápoles y más tarde en Roma, en donde se casa a los veinticinco años de edad, con una bellísima jovencita romana, Lorenza Feliciani, de quince o dieciséis, hija de un modesto artesano de la Ciudad Eterna, y ya iniciada, en la prostitución, a la que convirtió en compañera de varías de sus empresas ocultas, como la adivinación por medio de la bola de cristal, la curación por la imposición de las manos, el conjuro de espíritus y la predicción de los números ganadores de la lotería.

Cagliostro pasó la mayor parte de su vida adulta como un nómada entre la realeza de Europa, Inglaterra y Rusia, siendo iniciado en Londres en la francmasonería, posiblemente por el Conde de Saint–Germain, del que fue amigo y sucesor; siendo un iniciado de primera magnitud, según reconocieron todas las Ordenes Iniciáticas.

Posteriormente funda el Rito Egipcio en la Haya, viaja por Alemania y Francia, extendiendo el campo de influencia del Rito Egipcio y presentándose como un "curandero magnético" de gran poder.

Durante su estancia en Estrasburgo, es protegido por el cardenal-príncipe de Rohan, gran limosnero de la corte de Versalles, adquiriendo fama inusitada por sus actividades como médico, nigromante, alquimista y creador de la Masonería Egipciana, incluso atiende al mariscal de Soubise, primo de Rohan.

En 1785, precedido ya de una enorme popularidad por sus curaciones milagrosas, predicciones fantásticas, creación de logias masónicas de su Rito Egipciano en Mitau (Curlandia), Suiza, Estrasburgo, Lyón y Burdeos, se establece con su esposa en París, como el conde Cagliostro y la condesa Serafina. La alta sociedad parisina, les abre sus puertas de par en par.

El éxito espectacular engendra invariablemente el resentimiento ajeno, y así Caglíostro cayó en desgracia con la comunidad médica y la iglesia católica. En 1875, él y su esposa fueron víctimas de un infame engaño, el del fraude relacionado con el episodio del "Collar de la Reina". Los dos fueron embaucados por la Condesa de Lamotte, quien cometió una estafa de 1,6 millones de francos por un collar de diamantes que supuestamente estaba destinado a la reina María Antonieta, y acusó a Caglíostro y a su esposa de robarse el collar.

Cagliostro y Lorenza se encontraron entre las personas encarceladas y juzgadas por dicho fraude. Según la leyenda, Cagliostro obtuvo la libertad para él y su esposa contando una fantástica historia de su vida. Dijo que había sido criado en Medina, Arabia, por un hombre llamado Althotas, quien le había enseñado el ocultismo. Explicó que sus riquezas procedían del Cheríf de la Meca, quien misteriosamente le abría cuentas bancarias a su favor dondequiera que fuera. Negó ser miembro de la secta secreta de los rosacruces y tener trescientos años, y dijo que había profetizado que la Condesa de Lamotte era una mujer peligrosa.

Cagliostro y Lorenza fueron a Inglaterra, donde aquél predijo la Revolución Francesa. Sin embargo, un periódico londinense publicó una revelación comprometedora sobre la verdadera historia personal de Cagliostro que destruyó su refulgente reputación.

Humillados, Caglíostro y su esposa se encaminaron a Roma, donde funda una Logia de "francmasonería egipcia", pero en 1791, un capuchino llamado Francesco de San Maurizio, quien era un espía y un agente del Santo oficio, le delató acusándolo de masón por lo que lo arrestaron, obligándolo a presentarse con ropas de penitente ante la Iglesia de Santa María, y abjurar de todos sus errores. Encarcelado y torturado en el Castillo de Santangelo es sometido a 18 meses de interrogatorios por la Inquisición, a lo que se sumó la denuncia de su esposa, quien afirmaba, “que adoraba al diablo y que blasfemaba del nombre del Señor”, por lo que fue hallado culpable de impiedad, herejía y delitos contra la iglesia, sentenciándolo a muerte.

El Papa Pío VI le conmutó la sentencia de muerte de Cagliostro por la de cadena perpetua. Fue enviado a las mazmorras del Castillo de San Leo, en Urbino, de los Estados Pontificios, donde pasó cuatro años incomunicado en una celda subterránea, hasta que en agosto de 1795 fue estrangulado a los 52 años de edad.
El Conde Alessandro Di Cagliostro

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