miércoles, 16 de diciembre de 2009

APUNTES SOBRE .EL KARMA



APUNTES SOBRE EL KARMA
Francisco Nieto

(Primera parte)

¿QUÉ ES KARMA? Karma es una oportunidad cíclica de vida; es la relación como resultado de
la necesidad de expresar o crear; no es premio ni castigo y su meta es la perfección de todo lo
existente y la espiritualizació n de la materia. Karma es también necesidad de manifestarse a
través del renacimiento porque donde hay objetividad actúa la Ley de Consecuencia; gracias
a Karma se produce la redención de la vida a través de la forma o materia.



LA LEY DEL KARMA. Como Cristo explicó y San Pablo predicó, el hombre recogerá lo que
siempre; esta es la Ley de Causa y Efecto o de Acción y Retribución. Una Ley que afecta a
todo el universo y a todas las Jerarquías que en él habitan porque gracias a ella (y en
nuestro caso también al renacimiento) y a su justicia se acelera el desarrollo y se
evoluciona. Esta ley nos hace comprender que nosotros somos los causantes de
nuestro destino, bueno o malo, y, por tanto, somos el gobernante pero también el que
aplica la justicia según sea nuestra propia manera de actuar. Están muy equivocados
aquellos que entienden al destino como fruto del azar, de la casualidad, del fatalismo
o de un Dios personal. Somos cada uno de
nosotros los que vamos creando nuestro destino con cada causa creada momento a
momento con cada uno de nuestros cuerpos (pensamiento, palabra y obra) Solo
nosotros somos los responsables de las consecuencias que tengan nuestras actitudes
ante la vida y ante los demás, por tanto, nos afectará principalmente a nosotros como
causantes. Sin embargo, una de sus ayudas está en que nos muestra cómo nuestras
aflicciones son el efecto de nuestras actitudes y errores para que no lo volvamos a
repetir, o dicho de otro modo, nos muestra que cada uno de nosotros está capacitado
para crearse su propio destino colaborando con las
Leyes Divinas o retrasando su propia evolución.
Lo mismo que una enfermedad nos puede servir como instrumento regenerador para
corregir determinada actitud causante de dicha enfermedad, como de hecho,
normalmente ocurre, así mismo la Ley de Consecuencia tiene un aspecto purificador
para corregir nuestra manera de utilizar nuestros cuerpos en cada vida, enseñándonos
a través del dolor que no estamos colaborando con Dios ni con la naturaleza. La
ignorancia de las leyes divinas y el egoísmo en todos sus aspectos son los más
grandes enemigos en el desarrollo de la humanidad porque su práctica nos trae una
respuesta negativa kármica, por ejemplo: Una persona dominada por la gula puede
terminar afectando físicamente a su estómago y
al organismo en diferentes aspectos, y si esa persona no se corrige puede llegar a tener
cáncer, sobre todo si ya trae consigo algo de karma al respecto de otra vida. Por
consiguiente, como el efecto de una causa solo puede ser neutralizado por el mismo
causante, decimos que karma nos ayuda porque nos da la oportunidad de corregirnos
a nosotros mismos y así poder evolucionar. Sabiendo que el cuerpo de deseos, de
sentimientos y pasiones, es decir el gran tentador, es el que nos ha hecho caer en
todo lo peor desde que obtuvimos la propia conciencia y el libre albedrío, deber ser un
deber para nosotros desarrollar un carácter fuerte y positivo para actuar rectamente
en pensamiento, palabra y obra.
Debemos ser conscientes de que estamos tomando decisiones en cada momento y de que
cada decisión no solo tendrá el efecto correspondiente sino que, además, puede cambiar
el rumbo de las cosas haciendo que tengamos que responder o actuar de otra manera y
que tengamos que tomar nuevas decisiones. De aquí la necesidad y el deber de hacer
un correcto uso de la voluntad y del discernimiento en nuestro libre albedrío. Lo mismo que
cada día que pasa nos aleja más de la ignorancia y la inexperiencia de la infancia, cada decisión
nos trae una enseñanza a través de su efecto, la cual nos puede acercar a la meta de nuestra
vida y a la sabiduría o nos puede alejar de dicha meta al dejarnos dominar por el cuerpo de
deseos. El que más discierne y el que mejor planifica con antelación lo que tiene que hacer
cada día, auto programándose nada más despertarse para actuar correctamente, más se
acerca al cumplimiento de su destino y más sabiduría obtendrá a lo largo de su vida.
Como la Ley de Causa y Efecto es un poder que está por encima de todas las cosas y que
controla de forma justa e infalible las leyes que, de cualquier forma, produzcan efectos, está
ley actúa durante la vida, después de la muerte y en cualquier renacimiento futuro. Esto
es así porque, aunque el cuerpo físico muera, al no ser el verdadero yo creador de las
causas, la ley actuará sobre ele Yo, el pensador y creador después de la muerte y, como
consecuencia también de la vida pasada, sobre el destino futuro. Las causas no se pueden
borrar del historial del Ego hasta que los efectos correspondientes las cambien e invaliden
dentro de las Leyes de Dios o que ese mismo Ego las compense en la propia vida de
forma adecuada. El fin es restablecer la armonía como efecto y esa intención persistirá
incluso durante varias vidas si hiciera falta. Por tanto, el hombre crea las causas y la
ley del Karma ajusta sus efectos de manera que el resultado esté en sintonía con la
armonía del universo. El karma ayuda en el desarrollo y evolución de la humanidad
ayudando a los buenos e introduciendo toda una serie de problemas y aflicciones en
el destino de los malos para que rectifiquen, lo que también traerá consigo la recompensa
o castigo después de la muerte. Solo la creación de nuevas causas (epigénesis) puede
suplantar a esta ley pero, aún así, las nuevas causas de una vida tendrán su origen
en el resultado de todos los anteriores renacimientos.
Si de verdad queremos colaborar con la Ley de Consecuencia para que nos ayude en
nuestro propio desarrollo y, por el contrario, no nos afecte negativamente, deberíamos
saber y discernir sobre lo siguiente:

1º.- Los karmas maduros (inevitables porque son deudas que debemos afrontar) han
sido aceptados en el Mundo del Pensamiento con la conciencia como Ego y antes de
descender para un nuevo renacimiento, por tanto no deberíamos de combatirlos ni rechazarlos.
2º.- Las deudas que no se consideran karmas maduros se pueden evitar
siempre y cuando se rectifique en conciencia y se compense moral y físicamente el mal causado.
3º.- Las causas cuyos efectos se producen en el momento y que enseñan la lección
correspondiente, por ejemplo, pillar in fraganti al que comete un delito, o bien
un accidente causado como efecto de la droga.
4º.- Un defecto físico o mental puede tener su origen en una vida pasada por haber
causado ese mal físico a otro o por el mal uso de la energía divina y creadora.
5º.- Podemos sustituir una deuda o karma cuando por amor
y altruismo nos sacrificamos por otros.
6º.- Por medio del ejercicio de la retrospección podemos borrar muchos pecados para
no sufrirlos en el purgatorio siempre que se haga correctamente y de corazón.
7º.- De forma general, hay dos clases de karma en el destino de cada persona:
A: El que nos trae felicidad, prosperidad y oportunidades de progreso material y
espiritual porque colaboramos con las Leyes Divinas en vidas pasadas.
B: El que nos trae impedimentos, aflicciones y mal estado social como efecto del mal
que hicimos en nuestras actitudes en general y a determinadas personas en particular.
El fin de este karma es enseñarnos toda una serie de lecciones que nos llevarán
a elegir el bien como norma en la vida.
8º.- Como el origen del universo es Dios y Dios es amor y Sus leyes están basadas en el
amor, la Ley de Consecuencia actúa con amor con la sola intención de despertar en
nuestra conciencia el amor en todos sus aspectos. De ahí que se dijera “Ama a tu
prójimo como a ti mismo”, y es que en un universo de amor no puede existir el
mal y, por tanto, debe ser transmutado.
9º.- Toda causa (pensamiento, palabra o acción) que no esté de acuerdo con las Leyes de
Dios tendrá un efecto negativo sobre esa persona hasta que sus nuevas causas o
transmutaciones estén en armonía con el Universo y no sean causantes de desequilibrios.
10º.- Lo mismo que la medicina estudia e investiga para descubrir el origen de la
enfermedad, también el ser humano debe razonar más lo que hace como causas y
no fijarse tanto en lo que le trae el destino como efecto o deudas de otras vidas.
11º.- Es aconsejable tener siempre presente que nuestras causas y decisiones afectan
a todo lo que nos rodea incluyendo, en la mayoría de los casos, a las personas con
las que tienen relación, por consiguiente, a mayor conocimiento y desarrollo mayor
responsabilidad por nuestras causas; por eso está escrito: “Al
que más se le dé más se le exigirá.”
12º.- Sabiendo que cada semilla o causa lleva consigo el fruto o efecto de la misma,
deberíamos razonar más y pensar en los posibles efectos a corto y a largo plazo.
Hacer las cosas de forma consciente, voluntaria y con buena intención trae felicidad y progreso.
13º.- Aunque no tengamos claro el sentido de nuestro destino y no comprendamos
el porqué de nuestros problemas, no debemos desesperarnos; una vida es solo
un día de otra vida que comprende toda nuestra evolución, por eso, cuando
comprendemos cómo trabaja la Ley de Consecuencia lo vemos todo más claro
y más lógico, lo que nos debería llevar a ser más previsores y a estar más en guardia.
14º.- También el Nuevo Testamento hace referencia a la Ley de Consecuencia
cuando afirma: “Te he curado, pero no peques más no sea que te venga
algo peor”; “El que a hierro mata a hierro muere”; “No juzguéis y no seréis
juzgados”; “Con la misma medida que midáis se os medirá.”

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