miércoles, 8 de febrero de 2017
REESCRIBIENDO LAS JERARQUIAS TEMPLARIAS
REESCRIBIENDO LAS JERARQUIAS TEMPLARIAS
ESTRUCTURA JERARQUICA DEL TEMPLE
Dr. Carlos Luis Juncal Mir
Mis Queridos Hermanos luego del último trabajo que subimos a nuestro Blog varios de Uds. me han preguntado – relacionado con el cargo, de “copero” para unos, de “coprior” para otros, que ostentaba el intrigante Esquieu de Floyrac en el monasterio de Montfalcon – si ese cargo de “copero” existía en las jerarquías de la Orden.
Vamos a tratar, en forma sucinta, de plasmar la estructura jerárquica del Temple.
Al encarar este trabajo nos hemos enfrentado con una gran dualidad de criterios, por parte de los investigadores, en cuanto a los distintos cargos jerárquicos de la Orden. A pesar de ello vamos a destacar los siguientes cargos:
1) El Maestre: El Gran Maestre o Gran Maestro, o simplemente Maestro o Maestre, es el rango más alto dentro de la jerarquía de la Orden de los Templarios. Otorga al portador el control total sobre sus miembros y de sus operaciones. Este cargo era elegido por el Capítulo General de la Orden, formado por trece templarios (ocho caballeros, cuatro hermanos sargentos y un capellán). La característica más sobresaliente que tenía este Capítulo General de la Orden era que todos ellos deberían de ser, en lo posible, de diferente nacionalidad.
El Gran Maestre residía en Jerusalén. Eso hacía que este cargo fuese llamado de ultramar porque su residencia ordinaria era en Jerusalén mientras esta estuvo en poder de los cristianos.
Los Grandes Maestros eran bastante conocidos, a pesar de que los templarios se ocultaban en las sombras, las identidades de sus líderes estaban más expuestas. Varios grandes maestros murieron en la batalla, lo que demuestra que la situación era mucho más que de carácter administrativo.
Hasta el siglo XIII, el rango de Gran Maestre simbolizaba la "corona" dentro de la Orden del Temple, todos los Templarios de alrededor del mundo debían estar a su servicio. Sin embargo, el rango fue modificado de tal forma que solo fuese el mayor rango de cada región, haciendo que hubiese varios Maestres.
El gran maestre de ultramar, jefe supremo y universal de la Orden, cuya autoridad para con sus súbditos llegó a ser casi ilimitada, era considerado como príncipe soberano entre los monarcas y reyes, y llevaba en la mano como distintivo de su alta dignidad el abacus o sea el bastón de mando que se ve en pinturas antiguas de estos caballeros. Solamente estaba sometido a la autoridad del Papa.
2) El senescal: Era el segundo cargo en importancia, y actuaba como lugarteniente del maestre. Es el guardián del sello. En términos modernos sería algo así como el vicepresidente de la compañía. Cada vez que el maestre está ausente el senescal ocupa su lugar, adquiriendo sus poderes, derechos y obligaciones. Para varios historiadores en Senescal y el Tesorero eran la misma persona, nosotros vamos a separarlos.
El senescal lleva el estandarte picazo (El estandarte de los templarios era un pendón de dos puntas dividido horizontalmente, con blanco arriba y negro abajo) y usaba el mismo sello y una tienda redonda de campaña similar a la del maestre.
3) El mariscal: Era el comandante militar, responsable del adiestramiento y de la disciplina. Ostentaba el máximo mando militar. Era el jefe militar que velaba por la disciplina interna de la hueste y el responsable del mantenimiento y adquisición del armamento y de los caballos.
Gobernaba también las armas, armaduras, máquinas de asedio, municiones y las guarniciones de los caballos. Él distribuía a las milicias y daba las órdenes tácticas. Su misión también era la de comprobar las monturas y mulas de carga, bajo el consentimiento del Maestre. Impartía las órdenes cada jornada, incluso en presencia de aquél.
Podía tomar el mando en la batalla por ausencia del Maestre o del Senescal (así como celebrar Capítulo sin estos presentes), y es el que porta el “beaussant” como señal de reunión y con la caballería hace de punta de lanza.
Los mariscales provinciales, por su parte, ejercían la autoridad en su correspondiente provincia, si bien debían obediencia al mariscal general de la Orden.
4) Hermanos caballeros, ostentaban un rango de importancia dentro de las huestes y para ello debían de tener origen noble o ser apadrinado por alguien de la nobleza. A estos caballeros del Temple destinados a la milicia, se les exigía que fueran nobles, nacidos en cuna de buena familia y no bastardos, es decir gentilhombres. Debían de tener la edad suficiente. Estaba prohibido recibir en la Orden a muchachos pequeños, estos debían de tener la “edad suficiente como para poder echar varonilmente a los enemigos de Cristo de la tierra santa”. El no aceptar muchachos pequeños se hacía también con el fin de evitar que después, siendo ya hombres hechos, faltasen a lo que sin la reflexión suficiente, durante su niñez, habían abrazado o prometido.
Los hermanos caballeros servían a la Orden del Temple como una especie de hermanos legos, ya sea por un tiempo determinado, sea de por vida. Aunque en principio se sobreentendía que era de por vida, es decir hasta su muerte, podía haber diferentes estratos.
En la Orden tenían cabida tres clases de caballeros templarios:
a) El que profesaba canónicamente al entrar en la orden. De por vida.
b) Caballeros – fratres ad terminum- se comprometían temporalmente con la Orden.
c) Otro tipo de caballeros que no emitían los tres votos clásicos, podían estar casados o casarse con el permiso del comendador.
5) Hermanos sargentos, procedían de estratos sociales inferiores.
Otros integrantes en el área logistica:
6) El Tesorero un cargo importante si los había. Era el segundo en jerarquía en el área administrativa, salvo en caso de guerra que lo asumía el mariscal. Por el Tesorero pasaba todo el dinero de la Orden. Tenía la tercera llave del tesoro. Los suministros en tiempos de paz estaban bajo su supervisión.
7) El Drapier o Pañero Mayor: Era el encargado de la uniformidad en los vestuarios de los caballeros, escuderos y sirvientes.
Su misión en la Orden era la de regir el almacén de vestimenta, teniendo bajo control en todo momento las ropas que les eran entregadas a los hermanos, ya fuesen las de vestir como las sábanas, toallas, etc.
Estaba encargado también de mantener un control sobre la higiene de los hermanos, sobre todo en lo referente a tener el pelo corto y la barba limpia, además de que no vistieran ropas no permitidas por la Orden.
El pañero de la orden debería tener cuatro caballos, dos escuderos y un hombre encargado de las bestias de carga; un pabellón como el del mariscal; una tienda para sus escuderos y otra para sus sastres, y las bestias de carga deberían transportar su equipo para coser y también su pabellón.
También, si era necesario, realizaba las tareas de secretario y escribiente.
8) El castellano: se encargaba del gobierno militar de cada castillo o fortaleza.
9) Sacerdotes o Capellanes: Como ya sabemos los templarios, al igual que las demás órdenes militares, eran, en un principio todos o la mayor parte legos (laicos), se veían precisados a tener en sus filas, ya sea por un tiempo fijo o por toda la vida, a los sacerdotes o capellanes que fuesen necesarios. Estos capellanes llevaban adelante el servicio, vigilancia y cuidado de las iglesias del Temple, pero además practicaban todas las ceremonias religiosas de su instituto. Estos sacerdotes conservaban su hábito propio, y no eran considerados como parte integrante de la Orden.
Acá se les puede crear un conflicto de ideas. Como es que hablamos de monjes-militares y ahora decimos que los sacerdotes no eran considerados como parte integrante de la Orden.
Bien, debemos de tener en cuenta que existieron dos categorías de templarios: los monjes y los laicos, o semilaicos, que vivían bajo una regla monacal o, por lo menos, militar.
El cuerpo de monjes-caballeros fue lo que constituyó y siguió constituyendo el núcleo de la Orden. Excavaciones en cementerios templarios nos revelan el hallazgo de cuerpos enterrados directamente en la tierra y boca abajo. Se trata de un ritual de enterramiento de los monjes cistercienses aún practicado en nuestros días. Y que nos dejan clara huella de su identidad histórica. Pero estos monjes-caballeros no cumplían funciones religiosas en las iglesias del Temple, para ello estaban los sacerdotes o capellanes. Estos sacerdotes disponían de todo lo necesario para la celebración de los oficios religiosos tanto en las iglesias como en el campo de batalla.
También dentro del área logística o de servicio debemos destacar a:
10) Los Fámulos: en este grupo de servicio podemos encontrar una enorme cantidad de oficios que hacían posible la vida dentro de la Encomienda o el Monasterio donde estaba enclavada la Orden. Estos se encargaban de la economía doméstica e industrial y del apoyo logístico. Este grupo estaba constituido por ejemplo por: cocineros, herreros, carpinteros, cirujanos, veterinarios, toneleros, astrólogos, etc. Los integrantes de este grupo no eran combatientes. Si en algún momento pudo haber existido un “copero” dentro de la Orden debería formar parte de este grupo de adláteres que la integraban de manera temporal.
11) Los Armígeros: los hemos dejado para el final, no por ser de menor importancia sino todo lo contrario, a este estrato jerárquico de la Orden. Los Armígeros eran la tropa combatiente auxiliar, pajes y escuderos, y como tales luchaban al lado de los caballeros y de los sargentos. Este grupo tenía voz y voto en las reuniones y colaboraban en la explotación de las encomiendas en tiempos de paz.
En este grupo podemos destacar a “los hijos donados a la Casa”. Estos eran los hijos de algún noble que era donado a la Orden; ya sea por ser el menor y no poder acceder a títulos nobiliarios familiares ya que esos estaban destinados a sus hermanos mayores, ya sea por ser muy numerosa la descendencia familiar y no contar, en el feudo, con recursos suficientes para su manutención.
Muchas veces al donar los hijos la familia perdía la patria potestad, en esos casos la familia solía recibir a cambio tierras de labranza o algún otro bien.
Esta clase de “Armígeros” eran los preferidos por las autoridades de la Orden y eran ellos los que, de seguir en la Orden, tenían voz y voto en las reuniones.
Mis Queridos Hermanos, espero haber podido aclarar, al menos en parte, las dudas que varios teníamos respecto a las “jerarquías Templarias”. El tema no está finiquitado, todo lo contrario el mismo se ira enriqueciendo con sus aporte. Desde mi teclado en la veraniega y soleada Ciudad de la Costa (Uruguay) les envío un T.’.A.’.T.’.
Dr. Carlos Luis Juncal Mir MD - MT
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