domingo, 12 de junio de 2016
El contacto con los “apunianos” se activó en Perú Ricardo Gonzalez.
¿Cómo se inició el contacto con los “apunianos”? ¿Por qué en este tiempo resurge con tanta fuerza? A continuación, los detalles.
El contacto con los “apunianos” se activó en Perú
Ricardo Gonzalez.
Aunque mi relación con el contacto extraterrestre empezó cuando era muy pequeño –por culpa de avistamientos ovni, como le ha ocurrido a tantos otros testigos en el mundo– el primer mensaje concreto de los apunianos llegó mucho después, cuando era un muchacho de diecinueve años. Ese primer mensaje telepático, recibido en Lima en 1993, sería el punto de partida para adentrarme, definitivamente, en el contacto con esos seres. Aquel mensaje rezaba: “No dejes de seguir buscando. Somos seres extraterrestres y estamos entrando en contacto contigo”. El interlocutor era un gigante de aspecto nórdico que se presenta con el nombre de “Antarel”, un extraterrestre que ya había contactado previamente a otros testigos en el Perú. Según Antarel, su equipo forma parte de una misión de ayuda al planeta. Provienen de un mundo llamado “Apu”, un exoplaneta ubicado próximo a la estrella Alfa B en Centauro, a unos 4,2 años luz de distancia de la Tierra. Era el inicio de una extraordinaria experiencia personal que al día de hoy se mantiene. Debo decir que veintitrés años después de ese primer mensaje comprendo mejor todas las fases del contacto que hemos venido enfrentando. Tal vez porque decidí no quedarme solo en mi testimonio y entregarme de lleno a la investigación de esos encuentros con los apunianos. Lo que hemos aprendido, redescubierto y confirmado ha sido maravilloso. Si bien he venido compartiendo estas importantes informaciones a través de conferencias, entrevistas, y en mi libro “Los extraterrestres del planeta Apu” (disponible gratuitamente en su versión digital en Scribd), he considerado conveniente publicar una sere de artículos que puedan detallar la historia de este contacto que se basa en experiencias confirmadas y verificadas, así como en rigurosas investigaciones.
El impacto que ha generado la historia y mensaje de los apunianos ha sido enorme. Ha llegado el tiempo de unir las piezas sueltas, y de contar una historia de encuentros cercanos en el Perú desde una perspectiva más amplia y auténtica, aunque sé que esto irritará a algunos desinformadores.
El contacto con los apunianos ha tenido dos etapas: una histórica de preparación, en donde su civilizacion visitó la Tierra en épocas remotas para estudiarnos –tal y como ha sucedido con otros grupos de extraterrrestres–; y una segunda etapa de acercamientos que se sitúa diez años después de la Segunda Guerra Mundial.
Allí el primer escenario de contacto fueron los Andes peruanos. El programa de contactos con testigos se activó en 1955. Su primer círculo interno de difusión se consolidó en 1960 y, entre los años 1970 y 1973, el inicio de la difusión abierta en medios de comunicación. Todo esto sentó las bases de la futura aparición de grupos de contacto.
Huascarán: la montaña elegida Luego del contacto físico con Antarel en Monte Shasta, ocurrido el 26 de agosto de 2012, comprendimos los siguientes pasos que daríamos en la experiencia de contacto. La entrevista con el gigante apuniano –que describo en mi ya citado libro, disponible en Scribd– había sido muy importante para aclarar conceptos y las fases de futuros trabajos. Por ello los guías extraterrestres fortalecieron su mensaje a través de exitosos avistamientos programados en el mismo lugar en donde me entrevisté con Antarel dentro de la nave: una gran explanada llamada Sand Flat, en las faldas del Monte Shasta. Más tarde, en ese mismo escenario, tuvimos como testigos a reconocidos investigadores, como el Dr. Michael E. Salla, Giorgio Piacenza y Paola Harris. Fueron tres contactos posteriores a la experiencia de 2012, que se sucedieron en 2013, 2014 y 2015. Y no solo avistamientos fijados con hora exacta, sino también encuentros físicos con el propio Antarel, tal y como le sucedió a Harris y otros testigos. Nunca antes una periodista ovni de habla inglesa había vivido algo semejante, y dentro de los Estados Unidos. Si los apunianos dieron estas aplastantes confirmaciones, tremendo respaldo y apoyo, tenían una razón.
Los extraterrestres, desde un principio, habían explicado que en nuestro mundo operan distintas “misiones secundarias”, cada una con sus características y objetivos, pero todas ellas “reportando” a un “Diseño Maestro”, un plan mayor que en el contactismo se conoce como “Plan Cósmico”. Lo que Antarel nos fue revelando advertía la unión de todas esas iniciativas de contacto en el plan mayor. Había llegado el momento en que los distintos ríos se fundirían en el océano. Como parte de ese proceso se hallaba la reactivación del programa apuniano.
Los apunianos sirven en distintas misiones secundarias, pero su programa original, como dije, fue activado en los Andes peruanos en la década de los años 50. Eligieron Perú porque allí se hallaba la “antena natural” más poderosa del planeta: el Huascarán, un impresionante nevado de tres picos –el mayor de ellos, la cumbre sur, con 6768 metros– que otrora era la montaña más elevada del planeta si medimos su altura desde el centro del mundo. En la actualidad, ese honor recae en su hermana Chimborazo, un volcán ecuatoriano que alcanza los 6268 metros y que, sin embargo, es el punto más alejado del centro planetario. Bajo esta medición desde el centro del mundo –la correcta según varios expertos– Huascarán es la segunda montaña más alta, a solo 40 metros del Chimborazo. ¿El Everest? El tercer pico más alto.
(Ver explicación aquí: http://elpais.com/elpais/2016/04/06/media/1459968136_940253.html).
Tanto el Chimborazo como el Huascarán tienen bases apunianas. Huascarán es la más antigua. De acuerdo a Antarel, allí se estableció su principal nave-laboratorio. ¿Decidieron emplazarla allí para utilizar a la otrora elevación más alta del mundo como “antena”? ¿Tendrá alguna relación el hecho de que el Huascarán es la zona de menor atracción gravitacional del planeta según diversos estudios científicos?
(ver: https://www.newscientist.com/article/dn24068-gravity-map-reveals-earths-extremes#.UhSKyGQ4UxQ).
Los nuevos contactos con los apunianos ocurridos en Monte Shasta y en otros puntos del mundo me empujaron a abrir mis viejos archivos sobre los Andes de Áncash. Había visitado los dominios del Huascarán en dos ocasiones hacía muchos años, pero en ese entonces no estaba listo. O no era el momento... El círculo interno de contacto No partía de cero en esta indagación. Sabía de los testimonios de contacto de los campesinos de Áncash. Sabía que ellos llamaron “Apus” a esos visitantes extraterrestres de gran estatura porque provenían del interior de sus amadas montañas: los “Apus” –debido a que dentro de algunos nevados estos seres tenían sus bases–. Y sabía, también, que un yugoslavo, en 1960, empezó a comunicar estos contactos con los “apunianos”. Me refiero al caso de Vlado Kapetanovic, expediente clave en este asunto.
Pero antes de continuar con el incidente de Vlado, debo reiterar algo que ya he expresado: no comparto todas las afirmaciones del recordado Vitko Novi –con ese nombre firmaba sus libros–. Debo mencionar que compartí con él en más de un Congreso UFO en Lima y que lo visité en una ocasión en su humilde casa del barrio de Salamanca. Era un tipo muy amable, cariñoso, pero de firme carácter. Tengo una gran recuerdo de él. Y no abrigo la menor duda del contacto que tuvo en 1960 con los apunianos. Dicho esto, también debo mencionar que me mantengo en respetuosa reserva con las informaciones que noveló en sus escritos, en donde atribuía escandalosas encarnaciones a los extraterrestres –Jesús incluido–. Una persona muy allegada a Vlado –y que me solicitó su anonimato– me confesó una vez: “Vlado tuvo esos contactos. Pero para hacer reaccionar a la gente, ya que él sentía que no le escuchaban, que no atendían el mensaje urgente de los extraterrestres, decidió escribir libros novelados, tal y como él mismo advierte en sus prólogos. Tal vez ese fue su único error”. A raíz del contacto de Vlado en 1960 en la central hidroeléctrica de Huallanca, el yugoslavo –que trabajaba en ella como técnico de planta–, descubrirá que campesinos de un pueblo próximo al nevado Champará ya estaban en contacto con los apunianos. Ellos iniciaron a Vlado en los siguientes encuentros. Y esto lo pude investigar, hablando con gente de Yungay e incluso con compañeros de trabajo de Vlado en la mencionada central, como fue el caso de Don Tobías Sarmiento. El relato de Vlado era auténtico. Además, tuve una anécdota extraordinaria. Arriba: Ricardo González en la casa de Tobías Sarmiento, en Áncash. Los extraterrestres le habrían advertido a Kapetanovic del terremoto de 1970 y del alud que generaría en Áncash, un desastre natural que sepultaría varios pueblos, entre ellos Yungay, al pie del Huascarán. Pese a que Vlado advirtió a las autoridades para planear una evacuación de toda la gente que vivía en el valle, no fue escuchado. Y, así, cuando ocurrió el terremoto, Yungay quedó sepultada. Esta es la peor tragedia natural que se recuerde en el Perú, con más de 80.000 muertos. Hallándome en una conferencia en Simpson Park, en la ciudad de Miami, al contar este incidente un hombre se me acerca y se presenta como el hijo de un Juez de Paz de Yungay, que sobrevivió al terremoto por hallarse en Lima, lejos de la zona del epicentro en Áncash. “Vlado advirtió a las autoridades, entre ellas mi padre, que falleció en el terremoto”, me dijo a boca de jarro este hombre, delante de varios testigos. Por razones que no hace falta explicar, preservaré sus datos personales. Luego del terremoto en 1970, Vlado Kapetanovic decidió romper el juramento al círculo interno de contacto, es decir, a sus compañeros andinos que lo iniciaron en estos encuentros cercanos. Hasta la tragedia de Yungay, la difusión del contacto con los apunianos era mesurada y restringida al ámbito local. Pero el desastre lo cambió todo. Produjo un fuerte impacto en Vlado que se lanzó a compartir su testimonio de contacto en los medios de comunicación. Es importante narrar todo esto porque gente desinformada ha pretendido situar el testimonio de Vlado en los años 80, argumentando que Kapetanovic se vio influenciado por las experiencias del Grupo Rama de Lima, formado en 1974. Pero la realidad dice otra cosa: Vlado empezó su difusión abierta en 1970.
Varios diarios y revistas del Perú publicaban su testimonio a nivel nacional antes de 1974. Para cortar de raíz esta discusión, adjunto abajo publicaciones del diario “Expreso” de 1973. Si alguien tiene dudas, puede remitirse a las oficinas del diario y hacerse con una copia. No en vano, José Carlos Paz García, Presidente del IPRI –la primera organización para el estudio del fenómeno ovni creada en América Latina–, expresó en su libro “Y conocimos gente de otros mundos”, que los miembros de su organización ya estaban al tanto de las experiencias del “insigne profesional Ingeniero Vlado Kapetanovich”, tal y como lo menciona en el Capítulo I del citado libro. Por si esto fuera poco, Paz García viajó a Áncash para investigar los contactos con los apunianos. Todo esto antes de 1974. Su acompañante fue el reconocido investigador uruguayo Fabio Zerpa, quien me confirmó estas investigaciones –y remarco que Zerpa las ha expresado en vivo en distintas conferencias que están disponibles en YouTube–. Pero, ¿fue a través de las publicaciones de “Expreso” y la revista “Gente” que el IPRI se interesó en el contacto con los apunianos? ¿Se debió al asombroso relato de Kapetanovic? No, hubo algo más. Un señora que tenía una casa en la localidad de Papa León XIII (distrito de Chilca, a las afueras de Lima), doña María Soler Arrieta, empezó a recibir allí mensajes telepáticos de los apunianos y avistamientos de confirmación. Corría el año 1970. Ella impulsó a su hijo, Juan Acervo, en aquel entonces un muchacho de veintiún años, a investigar todo lo relativo a los ovnis. Así, el joven Juan se acercó por un anuncio en un diario al IPRI, que en aquel entonces atendía en un restaurante vegetariano en el centro de Lima –luego la sede sería establecida en la vivienda de Don Carlos Paz, que en aquellos años estaba ubicada en la calle Junín en Barranco–. De acuerdo a Juan Acervo, fue así como el IPRI empezó a frecuentar el distrito de Chilca, por la ubicación de la casa de sus padres en esa localidad. Incluso, Acervo sostiene haber cruzado una puerta dimensional en Papa León XIII en 1973: un “aviso” de los importantes contactos que ocurrirían más tarde en esa zona. Acervo no es un desconocido en esta historia del contactismo en Perú, ya que el propio J.J. Benítez lo cita en su libro reportaje “Ovnis S.O.S a la humanidad”. De hecho, el autor de “Caballo de Troya” tendrá su bautismo de fuego en esos mismos parajes del sur de Lima –el distrito de Chilca– al contemplar dos ovnis en un avistamiento programado el 7 de septiembre de 1974, concertado con el guía Kulba de Apu a través de Carlos Paz Wells, el hijo mayor de Paz García. En otras palabras: el avistamiento de Benítez fue una invitación de un apuniano... Revisando mis archivos de audio con el testimonio de Acervo –tengo todo documentado, nos hemos reunido en Lima con grabadora en mano–, los comparé con el testimonio de otros protagonistas de aquellos años, incluyendo a Adolfo Perret o el recordado Carlos Beleván, entre otros testigos clave con quienes pude conversar, y debo decir que todo coincide sin fisuras: desde 1970 se reportaban contactos en esa zona. Doña María Soler y Don Glauco Acervo, los padres de Juan, ya fallecieron, pero la historia ha sido mantenida viva por Juan, hoy un hombre de 67 años que solo quiere que se recuerde a su madre por su importante aporte en el contacto.
Estos detalles ponen en relieve los distintos acercamientos de los extraterrestres en el Perú. Dispongo de mayor información, pero todo a su momento. Quiénes son los apunianos: ¿Extraterrestres? ¿Viajeros en el tiempo? Al conocer a Ivika y su asombroso relato de viajes en el tiempo, y que un grupo de seres “extraterrestres” podría ser “descendiente” de nosotros visitándonos desde el futuro, empezamos a comprender muchas cosas. Como ya dije, diversas piezas de este puzzle se empezaron a organizar. Pero comprendo que a algunos les ha resultado difícil procesar y tremenda información. Ahora bien, decir que antes veíamos a estos seres como “extraterrestres” y que ahora nuestra visión “evolucionó” para verlos como “humanos viajeros en el tiempo”, es un disparate. Para empezar, el mensaje de Ivika solo se refiere a un grupo de ellos, no a las diferentes civilizaciones que visitan nuestro planeta. Por ejemplo, Ivika sería parte de ese grupo de “descendientes” de humanos en el espacio, pero no es el caso de Antarel, que es un extraterrestre de “linaje puro”. Soy conciente de que muchas de las experiencias que vivimos pasan por nuestro filtro mental, y que todo se mezcla con nuestra particular percepción de la “realidad”. Lo he defendido así desde fines de los años 90, a raíz de una experiencia que enfrenté en las cuevas de la “Zona X” del Cusco –la he descrito en varios libros, entre ellos “El Legado Cósmico”–. Al lado de un chamán local, me hallé frente a un ser de luz, alto y espigado, sin rasgos, “construido” en energía. Para mí, aquella hermosa entidad era una suerte de ser dimensional que se estaba dejando ver por nosotros. Sin embargo, para el chamán, era una manifestación del inca Pachacutec... Pero la experiencia como tal, más allá de nuestra manera de procesarla, de “interpretarla”, era real. Y eso es lo que defiendo desde hace muchos años. Veo que algunos se enredan en un verdadero “trabalenguas” mental para tratar de entender, justificar o acomodar lo que creen sobre el contacto. Y aquí lo único cierto es que siempre seremos aprendices de estas maravillosas experiencias que procuran elevar la conciencia del ser humano. El asunto de que estos seres vengan de un lejano mundo que abandonaron –y que llamaremos Apu I–, para luego colonizar otros planetas en la región de Alfa Centauro –iniciativa que llamaremos Apu II–, su posterior visita a la Tierra, sus bases en el Huascarán y otras montañas, la revelación de la energía Minius y los viajes en el tiempo, no es un asunto de “percepción”, sino de información. Y precisamente en ese relato y mensaje, proporcionado de forma directa por los extraterrestres, es en donde debemos situar nuestra comprensión. El asombroso relato de los apunianos, que detalla un capítulo desconocido de su historia –aquello de que “nosotros somos ellos”–, hizo que algún escéptico nos acusara de haber sacado esta información de la película “Interstellar”, que explora precisamente esta posibilidad de los viajes dimensionales. Pero es ridículo. Si hubiesen tenido mayor imaginación tendrían que haber citado la serie “Perdidos en el espacio”, que data del año 1965 –este servidor ni había nacido–, por cuanto en esa producción de la Fox ya se hablaba de un planeta Tierra con superpoblación y de un viaje en la Júpiter II para buscar un nuevo hogar en el espacio, precisamente en Alfa Centauro –la odisea de la familia Robinson, que luego queda perdida en otros mundos–. Curiosamente, el Observatorio de La Silla en Chile detectó en 2012 el planeta de la misión de los Robinson cerca de la estrella Alfa B en la constelación del Centauro. ¿Cómo se explica esto? ¿Y el hallazgo de las ondas gravitacionales, posteriores a la película “Intestellar”? El científico involucrado en este hallazgo, y además mentor de la mencionada película de “ciencia-ficción”, dijo que todo lo que muestra el film es posible. Aunque le produzca comezón a los desinformadores, la realidad supera la ficción. Y la realidad no se puede ocultar. Considero que el día en que dejemos viejas estructuras, nombres y dogmas, podremos vivir estas experiencias de contacto con mayor profundidad.
El 12 de abril de este año 2016, volvía a Perú para cumplir con una serie de compromisos de difusión. Ese día pensaba: “qué curioso, me tocó volar a Perú el día que se cumple un año del encuentro cercano con Ivika y Antarel en la base que ellos tienen dentro del Huascarán”. Todos los anuncios de Ivika relativos al estudio de nuevas partículas en el CERN, iniciativas para enviar niños al espacio, y el papel de Rusia y China en la exploración espacial se habían venido cumpliendo. Al aterrizar en Lima, me entero que el renombrado cienfífico británico Stephen Hawking había dado, ese mismo día, una conferencia en Nueva York anunciando una investigación espacial en Alfa Centauro... ¿Tenía que anunciar esto el mismo día en que se cumplía un año del contacto con Ivika en Huascarán? No creo en casualidades. De acuerdo a Ivika, un 12 de abril de un año aún por venir, es la “fecha de lanzamiento”. Por eso el contacto clave de Vlado con los apunianos, luego del incidente de Huallanca, fue el 12 de abril de 1960. Mi encuentro con Ivika, como digo, el 12 de abril de 2015. Y Hawking anuncia su millonario plan –respaldado por un magnate ruso– el 12 de abril de 2016...
En la segunda parte de este artículo, entraremos de lleno en los misterios del Minius y el Teseracto - See more at: http://www.legadocosmico.com/articulo.php?page=cronicas-de-apu-parte-i#sthash.WFoM7gyY.bntHoPBs.dpuf
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario