INFORME DE CONTACTO FÍSICO. Mount Shasta, California,
(Por Ricardo González)
Comunicación 8 de agosto de 2010
Desierto de Chilca, 9:10 PM.
Antena: Ricardo González
Oxalc con ustedes:
Vemos que han dado un paso importante. Cada instante en que sienten el mensaje que los reunió para sintonizarse con estos tiempos y lugares, una puerta se abre y se restituyen los universos. Y es que se están cerrando grandes etapas, en donde las piezas de aquel gran engranaje puesto en marcha se empiezan a ordenar, construyendo una salida hacia la luz, un camino que ya perciben o intuyen.
Dejen que todo se eleve hacia lo alto, siendo conscientes de que el espíritu de todo cuanto han hecho les abraza fuerte. Piensen que ahora se están cumpliendo las pautas y eventos que les entregamos tiempo atrás. Es un momento que hemos convenido en llamar “redimensionamiento”. Y ese redimensionamiento empieza en ustedes mismos antes de proyectarse para el todo.
Estamos observándoles de cerca. Y queremos recordarles que les vemos a todos como hermanos. Les consideramos parte de nuestra propia existencia. Es verdad que podemos darles indicaciones, pero no juzgamos vuestros errores o experiencias de aprendizaje. Sabemos todo lo que pueden dar y por ello les esperamos y les esperaremos.
Confíen en ustedes. Confíen en nosotros y fluyan.
Oxalc y Guías en misión
La invitación para el contacto
El 22, 23 y 24 de enero de 2010, participé de una salida nacional con los grupos de Paraguay. El lugar elegido fue la cordillera del Ybytiruzú, unos 18 km al este de la ciudad de Villarrica. Durante un trabajo de meditación que realizamos frente a los símbolos del muro de piedra de Ita Letra ⎯un lugar que me recuerda la roca de Pusharo en Paititi⎯, recibí un mensaje de los Guías, invitándome a un contacto físico. La experiencia, según la breve comunicación, sería el 8 de agosto en el desierto de Chilca.
Entusiasmado, compartí inmediatamente el mensaje con Francisco Camacho, un querido amigo y antiguo miembro de los grupos de contacto de Asunción. Por responsabilidad con lo recibido, pedimos un avistamiento de corroboración a los Guías. Si la invitación era genuina, “ellos” tenían que mostrarse. Y así lo hicieron: a la hora señalada, un objeto brillante apareció por encima de un cerro piramidal, avistamiento que pudimos contemplar todos en ese momento.
Esta experiencia me hizo tomar muy en serio la invitación, y decidí prepararme para agosto.
Al poco tiempo de mi viaje a Paraguay, me comuniqué con antiguos miembros de los grupos ⎯y sobretodo grandes amigos⎯ para conformar un equipo de afinidad y sintonía que me pudiese acompañar a Chilca. El grupo estuvo conformado por Rubén Astacio de República Dominicana, Isabel Cabral de Honduras, Cuckie y Elard Pastor de Lima, Raymundo Collazo de Estados Unidos y Ricardo Zapata de Argentina.
Fue así como empezó todo.
El 8 de agosto de 2010, ya en el desierto peruano, recibimos comunicaciones y los Guías se mostraron, puntuales, en avistamientos.
Pero, cuando llegó el momento de la experiencia, sentí que no podía continuar… Que no estaba listo…
¿Cómo era posible que me ocurriera esto, sabiendo de antemano la importancia de la preparación?
Debo decir que en febrero de ese año había enfrentado una dura situación personal ⎯que me ha hecho crecer mucho⎯. Sé que los Guías lo planifican todo al milímetro, pero ese año 2010 aún no había terminado de procesar ciertas cosas. Los Guías siempre confiaron en mí, por ello mantuvieron la invitación. Sin embargo, al final, mi estado de ánimo me traicionó y no pude encontrarme con ellos en Chilca… Los hermanos mayores lo entendieron, y en un mensaje me transmitieron que me esperarían para cuando estuviera listo… Se podía percibir que para ellos era muy importante que se diera el encuentro físico.
Luego de Chilca, regresé al vaivén de los viajes y la difusión. Estuve concentrado en ello, hasta que nuevos mensajes me recordaron la invitación para el contacto y la necesidad de que estuviese preparado. Mount Shasta, en agosto de 2011, fue uno de los momentos más importantes para verificar que la “cita”, seguía vigente.
El 26 de febrero de 2012, hallándome en Tepoztlán, México, los Guías me hicieron llegar un mensaje psicográfico que hacía referencia a los viajes de agosto y a la invitación para el contacto físico. Seguían atentos a todo… En sus últimas líneas, decían:
“Te reiteramos la invitación para que vengas nuevamente con nosotros. Si no fuese importante, no te lo pediríamos. Preparado estás” (Oxalc).
El 18 de julio, los Guías se volvieron a referir a la invitación en un nuevo mensaje que recibí en Buenos Aires:
“En agosto están las condiciones para que acudas a la invitación pendiente. La reiteramos. Será al pie del volcán dormido” (Antarel).
¿Al pie del volcán dormido? ⎯me preguntaba⎯. Sería en agosto que todo tomaría forma.
En el viaje a Sajama, tuve una demostración extraordinaria de lo que los Guías anunciaban: la noche del 6 de agosto, al pie de la montaña sagrada de los Andes bolivianos, y bajo las luces de la naves que, estacionadas en zona, encendían su estructura, una extraña fuerza cayó sobre mí, y me levantó unos 15 o 20 cm del suelo, siendo Sol, mi compañera, testigo de ello, ya que se encontraba muy pegada a mi lado.
Esa noche, aún remecido por lo que ocurrió, Antarel explicaría la acción en un mensaje psicográfico:
“Te dimos una prueba al elevarte del suelo. Es para que se preparen y tomen con responsabilidad y consciencia las invitaciones pendientes. Las condiciones están dadas para encuentros directos con nosotros este mes de agosto” (Antarel).
Luego de que compartí este mensaje, Luis Fernando Mostajo, mi amigo y hermano de Bolivia, nos confió que durante el avistamiento que presenciamos el 4 de agosto, cerca al nevado Illimani, había recibido una invitación mental de los Guías para vivir un encuentro. Era curioso, ya que cuando apareció esa luz intensa en el atardecer del Illimani ⎯que penosamente no pudimos fotografiar de la mejor manera, a pesar de su largo recorrido⎯, varios de los que nos hallábamos en ese momento en la montaña, habíamos recibido mensajes distintos, de naturaleza personal, como si los hermanos mayores nos estuviesen dando indicaciones.
Charlamos de todo esto con el grupo de viaje a Sajama, y les recordaba a los muchachos que los Guías se habían referido en comunicación a un momento “ventana”, un espacio de tiempo entre el 21 de junio y el 21 de septiembre como “propicio” para experiencias de contacto. Un marco ideal para sellar invitaciones pendientes. Era una invitación para todos.
El mensaje que citaba era el mismo que recibí en Buenos Aires el 18 de julio ⎯el que aludía al contacto que tendría “al pie del volcán dormido”⎯. La comunicación, en uno de sus párrafos, decía textualmente:
“Deben saber que desde el solsticio que se dio en junio, al equinoccio de septiembre, se abrió un momento “ventana” que crea las mejores condiciones para experiencias de contacto con nosotros y la Hermandad Blanca. Así fue estimado por nosotros. Estén, pues, preparados. (Antarel)”
La coordenada del contacto terminó de adquirir forma el 7 de agosto, luego de que fotografié una nave aproximándose al Sajama, hecho que repitió Rubén Astacio momentos después con su cámara. Inmediatamente a ello iniciamos un trabajo de conexión que nos permitió recibir un mensaje psicográfico, que incluí, incompleto, en el informe de nuestro viaje a Sajama. Lo hicimos así porque sentimos actuar con discresión ante la invitación de los Guías.
En el mensaje que psicografié, me advertían que el encuentro lo podría vivir en Mount Shasta, donde ya tenía programada una salida-‐taller para el 24-‐26 de agosto. Lo curioso es que en ese momento sentí que Luis Fernando también podría concretar su invitación en las mismas fechas, y en el lugar donde recibió su mensaje: Illimani.
Debo apuntar que esta comunicación que recibí en el Sajama anunciaba la presencia de los Guías para el día 8 de agosto, a las 7:00 pm, al pie del volcán, situación que se dio con exactitud y contundencia para todo el grupo.
Si todo esto era tan importante ⎯sin duda⎯, teníamos que trabajar en equipo y ver si, en el esfuerzo conjunto, se podía lograr un contacto directo en esas fechas.
Hoy, escribiendo estas líneas, con gran alegría, veo que lo logramos gracias al apoyo de todos.
Si bien es cierto no difundí públicamente la invitación del contacto que me habían hecho los Guías ⎯para evitar una “sobreespectativa” que pudiese afectar energéticamente la experiencia⎯, debo decir que me comuniqué privadamente con distintos grupos de varios países, como España, Estados Unidos, México, El Salvador, Honduras, República Dominicana, Argentina, Perú, Chile, Paraguay, Bolivia, entre otros más, para que apoyaran a distancia. El tiempo nos ha enseñado que cuando estamos unidos en un mismo propósito, los contactos programados fluyen con la intensidad programada. Por ello el apoyo fue más que importante.
Mount Shasta
Sajama es un volcán dormido. Pero Shasta también lo es. Tal vez, los Guías se referían a la mítica montaña del norte de California desde un inicio. De hecho, resulta curioso que fuera en Shasta, hace más de 10 años, donde recibiera la confirmación para el contacto físico del 2001, experiencia que me permitió, por primera vez y conscientemente, ingresar al interior de una nave y acompañar a los Guías en un desplazamiento hacia una de sus bases orbitales (Informe Celea).
Shasta es una montaña mágica que atrapa. Famosa en el mundo por la historia que la vincula con una base intraterrena que habría sido construida por supervivientes de Mu (Océano Pacífico, aunque algunos escritores la confunden con la Lemuria del Océano Índico).
En el círculo new age de California se conoce como “Telos” a la misteriosa ciudad interna; ese nombre es el que más se ha difundido para referirse al centro subterráneo. La principal difusora de Telos fue la canalizadora canadiense Aurelia Loise Jones, quien afirmó haber entrado en contacto con un “Concilio de Luz de 12 Maestros Acendidos” que opera en la quinta dimensión bajo el macizo de Shasta.
Al margen de las controvertidas canalizaciones que hablan de la vida y costumbres de los presuntos habitantes de Telos ⎯algunos relatos que, considero, han dotado de un espíritu demasiado “religioso” a la montaña⎯, lo cierto es que Mount Shasta es un lugar más que especial, y que esa base subterránea/interdimensional, existe allí.
Al pie de la montaña mágica nos congregamos unas 55 personas de varios países, la mayoría residentes en los Estados Unidos y México. Aunque la idea era hacer un encuentro-‐taller, gran parte de los allí presentes formaban parte de los grupos de contacto. Ello nos permitió entrar, rápidamente, en sintonía con el lugar.
Desde que llegué a Shasta, la noche del viernes 24, los Guías empezaron a mostrarse.
Lo primero que hice ni bien bajé de la camioneta de mi amigo Raúl Domínguez ⎯coordinador de los grupos de San Francisco⎯, fue alejarme hacia el centro de la explanada que elegimos para montar el campamento, un lugar denominado “Sand Flat”. Sol venía conmigo.
En ese momento traté de conectarme con los Guías. Sólo quería saber que estaban allí…
Entonces apareció un objeto brillante en el cielo, de un color naranja, como encendiéndose, para luego desaparecer en medio de esa noche clara, con una luna en su cuarto creciente (con un 70% de luminosidad). Pedimos entonces que se volvieran a mostrar, y así, una sonda (canepla), se desplazó a velocidad, a muy baja altura, casi rozando las copas de los pinos. Fue extraordinario.
Cuando volvimos con el grupo, Carlos Federico de México y Mary Fajardo de Colombia, me advirtieron que en el cielo se estaban produciendo unos extraños “flashes” de energía. Personalmente, pude ver esos resplandores ⎯similares a los que hemos presenciado en Chilca⎯. Luego de ello sentí que sobre nosotros había una nave estacionada, tal y como me sucedió en el Sajama. Sin pensarlo mucho, saqué mi cámara digital, que tiene un zoom óptico de 42 x, y pude captar una luz pulsante que se movía, y que variaba del blanco al azul. Tomé varias fotografías, asegurándome de tener bien sujetada la cámara. En las imagénes se puede ver el desplazamiento de ese objeto, como si estuviese dibujando “símbolos”, y las estrellas fijas en el cielo, como referencia de su movimiento.
Así nos recibió la montaña…
Incluso, más tarde, “ellos” volvieron a aparecer, y en esa ocasión interactuamos con una de sus naves, que estaba muy alta en el cenit, y que se encendía con potencia cada vez que nosotros apuntábamos nuestra linterna halógena en esa dirección…
Sabía que no podía ⎯por más que quisiera⎯ participar de la invitación del contacto a todos los presentes (más de 50 personas). Me resultó difícil, ya que 6 había allí gente muy preparada, y muy amiga, que me hubiese gustado fueran testigos del acercamiento de nuestros hermanos mayores. Pero tenía que ser responsable y no arriesgar esta nueva oportunidad de entrevistarme con los Guías.
Así, participé de todo esto sólo a Raúl Domínguez y su esposa Lorena, ambos de San Francisco; a Alma Reyes, Suyapa y Luis Ochoa, de Napa Valley; y a Mary Fajardo y Carlos Federico, que participan del grupo de South San Francisco. Sol y yo completaríamos el grupo, al que, más tarde, se unirían, por esas “sincronicidades” de la vida, cuatro personas más.
El 25 y 26 de agosto (hasta el mediodía, en que terminó nuestra salida), fueron momentos muy especiales de meditación, de compartir, de sentir. Ya lo dije: Shasta es atrapante. Amo su bosque de pinos, y la silueta de su montaña silenciosa, que se alza sobre esos grandes árboles como un guardián sobrenatural.
Como siempre ocurre en nuestros campamentos, algunos vivieron sus experiencias personales al interior de ese bosque que habla y enseña ⎯como fue el caso de Carlos Federico y Raúl Domínguez⎯; un bosque que te inicia en lo verdadero, como si fuese un poderoso chamán. Muchos captaron fenómenos lumínicos durante sus caminatas allí, orbs, avistamientos y energías de todo tipo.
Así, la noche del 25 en Shasta, recibí un mensaje mental de Antarel que fue acompañado de un avistamiento. Mi viejo amigo extraterrestre me confirmaba que el domingo 26, a las 9pm, se mostrarían, y que luego de ello, me encontraría con ellos. Sin mayor espera, se lo compartí al grupo que estaba al tanto de la invitación. Teníamos que estar concentrados para lo que venía.
El 26, al mediodía, cerramos la salida grupal con un trabajo de conexión entre Sajama y Shasta, algo que Luis Fernando y yo habíamos recibido en Tomarapi, y que Carlos Federico confirmó ya en la montaña. Fue impresionante que durante el trabajo apareció un viento intenso, formando remolinos, tal y como ocurrió en el Sajama… Muchos sentimos que el “viento” de Shasta era impulsado por algo “invisible”. Como también nos ocurrió a los viajeros de Gobi en 2007… No era un viento normal…
Fue en ese momento que Francisco Huerta de México (radicado hace muchos años en California, miembro de los grupos de contacto) nos hizo notar que desde esa mañana, se había formado una gran nube sobre la montaña, tal y como nos había sucedido en Sajama el pasado 8 de agosto… Lo extraño es que esa nube estuvo sólo una horas ⎯la única en todo el cielo límpio y azul⎯, para desaparecer, luego, sin dejar rastro. No era vapor de agua o ceniza del dormido volcán. Shasta es famoso en el mundo por ese fenómeno, que parece indicar cierta actividad energética en el lugar. Los estudiosos de Shasta aseguran que la montaña tiene un récord mundial de formación de “nubes lenticulares”…
Después de todo ello levantamos el campamento y subimos la montaña por la ruta que serpentea al mirador, a sólo 10 minutos de allí en auto. El paisaje que se 7 contempla desde ese lugar, es extraordinario. Allí tuvimos un nuevo avistamiento, a pleno día, corto pero contundente; tanto, que me recordó las viejas filmaciones de Billy Meier en Suiza. Sol, Aleyda Galeano de Colombia, y George Meléndez de El Salvador, vimos al misterioso aparato, una suerte de disco blanco aplanado que reflejaba los rayos del Sol y, emocionados, tratamos de filmarlo y fotografiarlo. Pero fue imposible… ¡No salía en la cámara! Lo veíamos, pero, literalmente, no salía en la cámara. A pesar de ello seguí filmando, y lo único que se aprecia en el vídeo es el cielo azul de ese día… como si el objeto se hubiese hecho invisible ante nuestra tecnología, pero sí pemitiendo que lo viéramos unos instantes. Sentí que lo hicieron así como una “demostración”… El disco se “esfumó”, como si nada, en el cielo.
En ese momento supe que el contacto se iba a dar de todas formas…
Al interior de la nave y el reencuentro con Antarel
Volvimos a Sand Flat a las 7:00 pm. El lugar estaba cambiado. Lucía cargado de una penetrante energía. Sentía que en parte era fruto del trabajo de todo el grupo durante esos días de meditación. Pero también tenía la sensación de que la montaña se había “encendido”.
Hallamos en el lugar a Francisco Huerta, Alberto Arreola (ambos oriundos de México), María Pascuala de El Salvador y Emilio Salazar, también de México. Habían sentido quedarse sin saber de mi invitación, aunque “Pascuala” ⎯como le llamamos cariñosamente⎯, más tarde me confiaría que “sabía” que se iba a dar un contacto esa noche, y que por ello quería estar un tiempo más en Shasta.
Así, el grupo quedó conformado en 13 personas.
En ese momento les recordé a todos lo que podría pasar: que a las 9:00 pm tenía la cita con los Guías para un contacto físico. Que teníamos que estar unidos y no ponernos nerviosos ante cualquier manifestación. Y es que estábamos solos en medio de la montaña. La presencia que se sentía allí era impactante… Todo estaba distinto…
Acordamos trabajar en nuestras meditaciones y prácticas de elevación de energía a través de mantras, a partir de las 8:00 pm. Desde luego, el contacto debía ocurrir al margen de lo que hiciéramos, porque se trataba de una experiencia programada con los Guías. Pero en estos años aprendimos que es importante mantener un estado de conexión para afrontar los grandes compromisos, especialmente si somos un grupo heterogéneo de personas que debe afinarse y vibrar lo más alto posible. Lo logramos sin dificultad: el grupo estuvo muy unido, concentrado, y tranquilo. Raúl Domínguez encabezó el trabajo de preparación. Y en medio de ello recibí el siguiente mensaje psicográfico:
Sí, estamos cerca:
Han realizado un trabajo importante en la montaña. Interconectaron una red de energía que enlazó los centros de poder (en referencia a Sajama y Shasta).
Nos aproximaremos hermano. Estén atentos a nuestras manifestaciones: Entre las 9:00 y 9:30 pm será, y con la señal acudirás al lugar que te hemos indicado previamente, en aquel claro en el bosque.
Nosotros estamos. Depende de ti.
Con amor,
Antarel
Luego del mensaje, cerré el cuaderno y seguí trabajando con el grupo. Miré mi reloj: eran las 8:50 pm. Faltaban sólo 10 minutos para que todo empiece…
Me sentía muy emocionando, como en Chilca hace 11 años...
Percibía cerca a Antarel y los Guías. Los “visualizaba” aproximarse. Tenía una emoción indescriptible de volverlos a ver. Pero también estaba nervioso, debo decirlo. Todo era muy intenso, y muchos recuerdos de viejas experiencias me abrazaban en ese instante. Como si lo estuviese viviendo todo otra vez.
Traté de tranquilizarme, y creo que lo logré en gran medida. Una sensación de seguridad y firmeza se apoderó en ese momento de mí.
Vi entonces mi reloj: las 8:59 pm. No quité la vista de él… ¿Serán tan puntuales esta vez? ⎯me decía⎯. Todo el grupo sabía la hora de la cita. Así se lo había anunciado. ¿Y si no aparecen? ¿Cómo podría afectar todo ello al grupo? ¿Y a mí? En el mensaje me habían dicho que ellos estaban, y que ahora todo dependía de mí… Me decía: “Richard, ¿quieres vivir esto otra vez, con todo lo que significa? ¿Estás realmente seguro?”
Fue un minuto que se me hizo muy largo, como otros momentos que he vivido en el contacto…
Pero decidí que sí…
Y ni bien mi reloj marcó las 9:00 pm, levanté, despacio, mi vista al cielo… y allí, ellos estaban…
En un cielo clarísimo, con una luna poderosa que apenas dejaba ver algunas estrellas ⎯parecía luz del ”día”, de hecho la luna generaba sombras de nosotros en el suelo⎯, un hermoso objeto brillante, de un color amarillo-‐naranja, intenso, grande, apareció volando a baja altura, moviéndose lento, en silencio, como rodeando la zona donde estaba el grupo. Fue un avistamiento contundente.
Alerté a los muchachos de la nave. Y mirando el objeto, emocionados, mis compañeros decían: ¡Son las 9:00 pm!, mientras consultaban, en medio de la algarabía, sus relojes.
Era la señal de los Guías. Ellos habían cumplido a cabalidad…
Sin pensarmelo mucho me puse de pie y me despedí del grupo, partiendo rumbo al claro en el bosque.
Los muchachos, en un primer momento, se entusiasmaron tanto con la aparición, que se pusieron todos de pie y trataron de registrar, sin éxito, la nave sobre Sand Flat. A pesar de la claridad del avistamiento, nadie pudo captar al objeto, tal y como nos sucedió en la mañana cuando fuimos al mirador de la montaña.
Entonces, Suyapa Ochoa, de Napa Valley, sugirió retomar el trabajo de apoyo mientras yo me dirigía al contacto. El grupo volvió a las prácticas, y lo hicieron con una fuerza que pude sentir durante mi caminata.
Mientras me acercaba al lugar del contacto, que previamente los Guías me habían marcado en una experiencia personal, escuchaba, a lo lejos, los mantras del grupo, y percibía, también, a mucha gente amiga que estaba al tanto de esta invitación. No me sentí solo en ningún momento.
Pero, pese a ello, cuando llegué al lugar donde se iba a dar la experiencia, al “respirar” la presencia tan contundente de los Guías en el bosque, me puse un poco nervioso. Aunque ya los he visto antes en otros encuentros físicos, la energía que movilizan es aplastante. Además, el hecho de saber que subiría, nuevamente, al interior de una de sus naves, me llenaba de indescriptibles sensaciones. ¿Por qué no fue a través de un xendra? ⎯me decía⎯.
Una segunda nave luminosa apareció en el cielo, sobre el bosque en donde me encontraba. Pasó por encima y parecía dirigirse en dirección al grupo.
Pero algo me sacó de mi concentración. Algo que no esperaba: escuché unos niños jugar cerca, como riéndose… “No puede ser ⎯reflexionaba⎯, hay gente acampando aquí…”.
Las voces provenían del claro adonde me dirigía… Desconcertado, me acerqué… Y efectivamente, había un grupo de 5 o 6 niños, entre ellos una niñita rubia, todos ellos muy pequeños, jugando y dando vueltas por la zona. Tenían unos 7 años, y parecían ser niños norteamericanos.
En ese momento me olvidé del contacto…
Pensaba: ¿Dónde están sus padres? ¿Qué está pasando?
Como hipnotizado, caminé hacia ellos. No parecía inquietarles el que estuviera allí. Entonces vinieron hacia mí corriendo, y se tomaron de las manos, haciendo una ronda a mi alrededor. Parecía “real”… Pero… ni bien hicieron la ronda y empezaron a girar ⎯en medio de mi sorpresa⎯, un intenso flash, como un resplandor blanco, muy brillante, salió de todas partes y me obligó a cerrar mis ojos, mientras sentía cómo una fuerza poderosa me “arrancaba”, a una velocidad de vértigo, hacia arriba… tal y como me ocurrió en Chilca en 2001.
De pronto, estaba de pie en un gran salón circular, al que me tuve que acostumbrar, ya que la luz de ese “flash” aún permanecía en mi vista. Sólo veía la forma circular del lugar donde estaba, en donde reinaba un acentuado silencio. Y frente a mí, la silueta de dos personas…
Estaba dentro de todo tranquilo, tratando de tomar consciencia de la situación. Entonces mis ojos se acostumbraron al salón, viendo que tenía unos 25 metros de diámetro, y una gran puerta oval “abierta” en la pared circular. Y allí estaban Anitac y Antarel, de pie a ambos lados de esa puerta. Anitac se hallaba hacia mi izquierda, sonriente, sosteniendo en su mano un cubo metálico negro ⎯que me recordó un objeto similar que vi en el contacto de Chilca⎯.
La Guía extraterrestre vestía un enterizo plateado, con sus manos y rostro descubiertos. Es una mujer de unos 40 años de apariencia, de cabellos rubios muy claros, y de estatura más “normal” ⎯estimo un poco más de 1.70m⎯. No es el caso de Antarel… El gigante extraterrestre, que estaba hacia mi derecha, y más próximo a mí, mide unos 2.70 m. Su piel es muy blanca, y su contextura atlética. Sus cuerpos son muy “perfectos”. Pero no por un adiestramiento especial. Genéticamente son así. Como una visión “perfeccionada” del ser humano, más estilizada. Antarel tenía, también, un enterizo metálico similar al de Anitac. Su cabello cano, largo, era tan lacio y brillante que parecía “artificial”. Era perfecto, limpio. Sus ojos miel, tan humanos como los nuestros, irradiaban algo que conocía. Algo que me hacía sentir parte de ellos.
⎯Bienvenido nuevamente ⎯me dijo, telepáticamente, mientras me sonreía.
⎯ Ustedes hicieron lo de los niños… ⎯les dije.
⎯Recuerda que somos doctores mentales ⎯respondió Antarel⎯; podemos generar hologramas muy reales para ustedes. Lo hicimos para que te relajaras antes de subir.
⎯¿Y cómo sé que ahora no estoy en otro holograma? ⎯repuse, a pesar de que “sabía” que estaba allí, con ellos.
Antarel, aun sonriente y con expresión de ternura, se acercó hacia mí, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera… Acercó su mano izquierda hacia mi pecho, que tocó profundamente con sus gigantes dedos índice y medio, mientras, mirándome a los ojos, me habló en perfecto español:
“Ri… chard… Siempre estamos con ustedes… Soy tu amigo, tu hermano…”
No se cómo transmitir esto… Fue uno de los momentos más intensos de la experiencia. Nunca antes había escuchado “hablar” a los Guías. Sabía que ellos 11 podían aprender nuestros idiomas, pero siempre emplearon en los encuentros la comunicación telepática. Hablarme en mi lengua, y llamarme por mi nombre “humano”, mientras me tocaba el pecho… fue uno de los regalos más maravillosos que he tenido en mi vida…
⎯Estás físicamente aquí ⎯continuó hablando, ya mentalmente, mientras retiraba suavemente sus dedos de mi pecho⎯; era importante que la experiencia se diera así. Te conectamos desde que eras niño. Y te guiamos a los grupos cuando eras un muchacho. Ahora eres un hombre, y seguimos juntos contigo… Así ha sido el proceso de muchos de ustedes.
Lo que decía Antarel era verdad… Y resultaba alucinante ver que el extraterrestre seguía luciendo como ese hombre joven, de unos 35 años de “apariencia” ⎯ellos, en realidad, pueden vivir cientos de años de los nuestros⎯ que conocí hace tantos años en Chilca. Ahora yo lucía mayor que él…
⎯Vuestro paso por la Tierra es un “instante”, hermano ⎯me dijo el Guía⎯. Nosotros tenemos otra percepción del tiempo y de la vida. Por ello entendemos sus dudas, cuestionamientos y exigencias. Nos gustaría explicarles muchas cosas, pero todo debe ser dosificado y en su momento para que lo asimilen de la mejor forma.
⎯¿Por qué subir al interior de una de sus naves otra vez? ¿No podría haber sido de otro modo, tal vez a través de las puertas que ustedes pueden abrir? ⎯le dije en voz alta, más suelto luego de que el Guía me hablará en español⎯. Ya no era un diálogo entre un testigo y un ser “extraterrestre” que había visto antes. Antarel logró que se diera un clima de confianza y naturalidad, pese a lo extraordinario de lo que era para mí estar allí.
⎯Tenías que estar, físicamente, aquí ⎯me dijo seguro.
⎯¿Los xendras no son “físicos”, entonces? ⎯expresé mentalmente la pregunta, entrando en la línea habitual de contacto telepático.
⎯Sabemos que ya lo has estado reflexionando: hay distintas puertas, pliegues y experiencias, y todas ellas ocurren a diferentes niveles de acuerdo a lo que programamos y, también, obedeciendo a vuestra preparación. Pero, incluso en aquellas puertas dimensionales que pueden permitir un traslado físico, de ustedes, o de nosotros al salir de ellas, la energía que se mueve es más sutil, conecta otro tipo de fuerzas. Es, en otras palabras, una realidad paralela, holográfica. Por ello en medio de esas experiencias se ven luminosos y perciben todo distinto, aunque estén “físicamente” allí.
⎯Entiendo…
⎯Los xendras fueron establecidos desde un principio del contacto como la principal herramienta para tener encuentros cercanos con ustedes ⎯prosiguió⎯. Es una forma menos traumática para que puedan entrevistarse con nosotros, y al mismo tiempo adiestrarles en otras realidades 12 interdimensionales que en un futuro próximo abrazarán a la Tierra. Los contactos físicos que involucran una relación más próxima con nosotros, son individuales. En algunas ocasiones hemos intentado encuentros con grupos de personas, pero no tuvimos mayor éxito.
⎯¿Por qué tienen que ser individuales? ¿Por qué los encuentros grupales les resulta a ustedes más difíciles de manejar?
⎯Así está estipulado en nuestro protocolo de no-‐intervención directa. Nuestra ética de comportamiento con ustedes, que involucra un profundo respeto a vuestro aprendizaje y proceso en la Tierra, no nos permite afectar a grupos de humanos en encuentros físicos colectivos si es que no están totalmente “alineados”. Es decir, no depende sólo de nosotros y nuestra conducta de contacto, sino también de vuestra preparación. Está en nuestra agenda las experiencias físicas grupales, pero aún no es el momento. En las experiencias interdimensionales, al no involucrarnos totalmente en el plano físico en el cual el ser humano basa su percepción, nos resulta más sencillo conectar a varios testigos. No les afectamos en lo cotidiano. Los xendras tienen un mecanismo de adaptación en vuestro cerebro similar a la dinámica de los sueños. Por ello los pueden asimilar, dentro de todo, mejor. De acuerdo al contenido de lo que queremos transmitir, es el “vehículo” de trasmisión o experiencia programada.
⎯¿Por esta razón el contacto se tenía que dar aquí, y de ésta forma?
⎯Si te hubiéramos llevado a Celea o al interior de la Cueva de los Tayos en un xendra, hubiese sido diferente. Es verdad que siempre lo más importante será el mensaje, el contenido de la experiencia y no el fenómeno que la rodea; pero ciertas cosas llegan de otra manera cuando se vive el contacto en cada una de sus etapas. Por tu labor dentro del programa de contacto era necesario que vivieras las cosas materialmente. También calculamos que mentalmente podrías resistir todo esto.
⎯¿Cuál es mi labor? ⎯pregunté al Guía, a pesar de que intuía la respuesta.
⎯Lo sabes… ⎯respondió despacio⎯; tu trabajo, desde un inicio, ha sido activar información, organizarla y difundirla.
⎯Pero la información, en sí misma, no es importante. Es sólo conocimiento ⎯le dije.
⎯Así es ⎯contestó Antarel⎯. Lo importante es lo que puedan hacer con el conocimiento y no quedarse sólo en los datos reunidos. El conocimiento de la verdadera historia del planeta, vuestro origen y el proceso que han seguido como especie, asegura el tránsito consciente hacia el Real Tiempo del Universo. Una nueva realidad les aguarda donde todo será diferente. Pero deben comprenderlo para accionar desde vuestro papel olvidado como ingenieros de creación. Se espera que ahora ustedes “despierten” y “construyan” en ese nuevo tiempo.
⎯Tengo algunas preguntas sobre ello… ⎯intervine.
⎯Lo sabemos ⎯respondió Antarel, con una sonrisa muy “humana”.
⎯De acuerdo a los mensajes que recibimos de ustedes, que hablan de un proceso “gradual” de ingreso a esa otra realidad, ¿es exactamente así? ¿No será súbito el cambio? ⎯pregunté-‐
⎯El Real Tiempo del Universo es un “concepto” que les trasmitimos para que puedan entender la multidimensionalidad en la que nos movemos ⎯afirmó Antarel⎯. Hay distintas “realidades” en la Creación que sería imposible explicarles. Pero lo importante es que se integrarán a uno de esos “estados”, afectando al tejido cósmico que precedió la instalación de un tiempo alternativo en la Tierra y la posterior aparición del ser humano. El tiempo en el cual ustedes se han estado moviendo, si bien es cierto es “artificial”, se estableció obedeciendo a otras leyes superiores. Todo en el Universo es orden y simetría. Nada se puede hacer que no esté soportado en la gran red…
En un largo proceso que hemos monitoreado ⎯prosiguió⎯, han abandonando lentamente ese tiempo artificial, conectándose a lo que llamamos Real Tiempo del Universo camino a un momento cumbre que sucederá en el solsticio del 21 de diciembre de este año. La importancia de esa fecha es que marca el punto de “no-‐retorno”, asegurando el tránsito hacia lo que hemos venido aguardando desde siempre: vuestra integración a una comunidad cósmica. En otras palabras, el 21 de diciembre señala un momento especial, pero no el acceso definitivo hacia nosotros. Sino que empezarán a entrar en nosotros. Empezarán a fundirse y a conocer, realmente, al Universo. Vuestros científicos verán cosas que antes no vieron. Tendrán que corregir viejas teorías sobre el Cosmos. Con el tiempo, descubrirán realmente qué es el espacio donde viven...
⎯Creo que nuestros científicos ya están percibiendo todo lo que dices.
⎯Pero no lo han dicho todo. Y tampoco, aún, han previsto lo que viene ⎯aseguró el Guía⎯.
⎯¿Qué viene? ⎯pregunté.
⎯El “redimensionamiento”, la conexión… Vuestros científicos detectarán fenómenos desconocidos, interdimensionales y energéticos, que replantearán todo. La Tierra volverá a la “madre de todas las cosas”. Y vuestra gradual integración a esa membrana de realidad donde nosotros fluimos les habilitará a “crear” nuevas posibilidades en nuestros mundos de origen, e incluso en nosotros mismos como criaturas. Ustedes abrirán una puerta. Trazarán un camino. Algo que aún a muchos de ustedes les resulta imposible con todas las injusticias que ven en la Tierra. Pero como les hemos dicho anteriormente, hay más luz en ustedes de la que se imaginan. Pueden hacer cosas maravillosas. Sólo están dormidos… Por ello deben recordar… El momento final de todo será recordar…
⎯Entonces, ¿confirman que el tránsito de la Tierra y el despertar de mucha gente va bien encaminado?
⎯No sólo va bien encaminado. Está hecho ⎯aseguró Antarel.
⎯Estos últimos 10 años hemos venido trabajando con los discos solares ⎯proseguí con mis preguntas⎯. Ustedes también afirmaron en los mensajes que su activación había sido definitiva. ¿Qué viene después de ello?
⎯Ha sido importante que conectaran con los discos y los centros de poder donde se encuentran ⎯habló firme Antarel⎯. Las herramientas están “latiendo” y su energía acompañará a la Tierra por mucho tiempo. El trabajo de activación, en su etapa preliminar, terminó, definitivamente, en agosto.
⎯Pero, Antarel ⎯interrumpí al Guía⎯. ¿Por qué tantas contradicciones con la información de los discos? No dudo de lo que nos transmitieron, pero circulan distintas visiones sobre lo que ustedes me revelaron en Celea.
⎯Nordac ⎯me habló mi gigante amigo, llamándome ahora por mi nombre cósmico⎯; el acceso a una información verdadera de relevancia pasa por distintas etapas, que involucran el cuestionamiento, la confusión, la constatación, la comprensión y finalmente su validez profunda. Las ubicaciones de los discos que te transmitimos son correctas, y han hecho con ello un extraordinario trabajo. Pero, como también les hemos transmitido en los mensajes, hay otros espejos que se sintonizan con la red que te revelamos.
En ese momento, se me vino a la cabeza nuestra salida previa a Shasta con el grupo grande, en donde todos meditábamos con los “13 Nombres” o Mantra de los Discos Solares.
⎯Lo más importante que han hecho con los discos ⎯continuó Antarel⎯, ha sido recibir sus claves tonales y transmitirlas a los hermanos. Miles de personas están cantando esa vibración, que mantiene despiertos los discos ya activos. Mas todo esto, también, les sintonizará con los santuarios de la Hermandad Blanca. El sonido de los discos abre puertas de contacto. Incluso para nosotros.
⎯Lo entiendo… ⎯le dije reflexivo al Guía⎯. Pero ya habrán visto que muchas veces me ha sobrepasado las contradicciones. Si diversas personas en el mundo están siendo conectadas, ¿por qué se percibe un “lenguaje” distinto en cada aproximación que hacen ustedes?
⎯Nuestro mensaje es uno solo ⎯contestó firme Antarel⎯. Son los testigos quienes interfieren y contaminan lo que transmitimos. Nosotros somos conscientes de ello, y es un riesgo que tomamos, ya que esperamos que con el tiempo puedan mejorar como canales y “medios” de nuestras comunicaciones. Por ello, en algunos mensajes nos perciben más “místicos”, o más “científicos”. A veces ocurre porque es la forma en que ustedes decodifican las experiencias. En nosotros, en realidad, lo que ustedes denominan “personalidad”, no existe. Es verdad que cada uno de nosotros tiene una “característica”, propia de nuestros 15 cuerpos sutiles y experiencia de vida, que estamos aprendiendo cosas de ustedes y que nos pueden sentir, a veces, muy “humanos”; pero estamos más allá de los espejismos de la mente.
⎯Entonces… ¿Cómo se puede evitar esas interferencias? ¿Qué nos aconsejan?
⎯Conozcan más cómo funciona vuestra mente ⎯dijo el Guía⎯. Ya han recibido suficientes indicaciones para adiestrarse. También es importante que cultiven el discernimiento y que se instruyan.
⎯¿Informarnos? ¿Investigar? Siempre lo he pensado así… Pero se podría pensar que ello generaría una contaminación subconsciente de los mensajes.
⎯Si empiezan a trabajar con vuestra mente, no ⎯aseguró Antarel⎯; al instruirse amplían la capacidad de vuestro cerebro para ver en perspectiva una cadena de informaciones. Ello nos permite a nosotros hablarles de otras cosas.
⎯¿Y el amor? ¿Dónde entra en todo esto?
⎯Recuerda lo que has aprendido: el ser humano es puro por naturaleza. Y vuestras acciones son las que les sintoniza con el amor, la fuerza más poderosa de la creación. Vuestra prueba, por tanto, no está en el alma, que es una manifestación perfecta del amor… sino en vuestra mente, que puede ser un gran obstáculo, o un gran aliado, según cómo la eduquen.
⎯Tengo más preguntas Antarel ⎯de pie frente al Guía, trataba de despejar todas las dudas posibles⎯. ¿La Piedra de Chintamani o “Piedra del Génesis”, como ustedes la llaman, volverá pronto al Universo? En Sajama también nos dijeron que los 32 partirían, ¿qué significa todo ello? ¿Qué pasará el 21 de septiembre? ¿Qué viene después?
⎯Es el motivo principal de este encuentro transmitirte las respuestas de todo ello ⎯dijo Antarel⎯. Pero no seremos nosotros… Se te ha traído aquí por encargo de alguien…
Entonces Antarel retrocedió unos pasos atrás, y vi que Anitac cerró sus ojos mientras colocaba el cubo negro metálico a la altura de su pecho, sosteniéndolo con su mano derecha y apoyando su palma izquierda sobre él. El cubo se volvió como “transparente” y, en ese momento, una “distorsión” se generó frente a mí, captando toda mi atención: una especie de burbuja, como de agua, se estaba “hinchando” dentro del salón, hasta adquirir, calculo, un poco más de 1m. de diámetro.
Vi imágenes muy claras a través de esa suerte de ventana de plasma, que me permitía distinguir, a través de ella, la débil silueta de Antarel. Pude reconocer una montaña, que nunca visité, pero que conocía por una experiencia en el desierto de Gobi. Era el Belukha…
Luego, observé una especie de “hangar”, con unas urnas de cristal repartidas en sus paredes laterales, y en el medio, al fondo, un sillón robusto de piedra. Era el mismo recinto que contemplé en Gobi luego de una proyección a la nave de los 32 maestros extraterrestres que fundaron la Hermandad Blanca.
La siguiente imagen fue un rostro que empezaba a tomar forma. Un cara de un hombre anciano, imponente, de rasgos nórdicos y delgado cabello blanco. Lo había visto antes, en la misma experiencia de Gobi. Sólo que, ésta vez, tenía sus ojos abiertos, unos hermosos ojos celestes…
⎯Emuriel… ⎯dije, temblando.
⎯Están muy próximos los tiempos que les anunciamos ⎯habló, muy despacio, escuchando su poderosa voz mental en mi cabeza⎯. Nuestra transformación es inminente y con ello se cumple lo que esperábamos.
⎯Van… a volver… como decían los mensajes… ⎯dije, aún temblando en ese momento, empequeñecido ante la situación.
⎯No nos marchamos en el sentido literal que ustedes entienden una partida. Dejamos la posta en la Hermandad Blanca de la Tierra, y en ustedes. Nosotros, desde otros planos, seguiremos de cerca todo, pero ya no establecidos en vuestro mundo.
⎯Esto ocurrirá el 21 de septiembre…
⎯Sí, y ha sido posible gracias a todo lo que el ser humano ha hecho, sembrando esperanza pese a las pruebas, demostrando que no estábamos equivocados en sus potencialidades. Se cumple nuestro ciclo, y empieza el de ustedes…
Vi entonces el cristal del Sajama ⎯antes ubicado en el Gobi⎯, la “Piedra del Génesis” o “Piedra de Chintamani”, brillando en una luz blanca-‐azul, intensa, hermosa…
⎯La Piedra, el “Oráculo” que empieza a ser “leído” por la humanidad, para ser escrita la historia de vuestro futuro, y el nuestro, empieza a mutar, a encontrar su sentido y misión. Por ello lo ves viajando al color azul: es la energía del aura de vuestro mundo. La energía de ustedes. La energía, también, de donde vino. Este acontecimiento une nuestro pasado y el futuro que representan. También es un portal. Comprende esto que te mostramos, y compártelo a tus hermanos.
⎯La Piedra, ¿cuándo volverá?
⎯Pasará aún un tiempo, pero su retorno está garantizado. Portará la experiencia humana, la energía de la Tierra, hacia el Universo Origen, afectando la matriz, la fuente.
⎯Entonces ⎯pregunté⎯, ¿ese cristal es el que terminará “afectando” a la creación?
⎯Ustedes, como seres vivientes en este planeta, están afectando con vuestros sentimientos, pensamientos y acciones, al Universo. Y todo cuanto hagan al conectarse con el Real Tiempo será más influyente para nosotros, para todo... El cristal reúne esa información. Es un registro. Y forma parte de lo programado, desde un principio.
El 21 de septiembre ⎯prosiguió Emuriel⎯, el amado Maestro que nos enseñó también a nosotros el camino, se manifestará, glorificando nuestros cuerpos y la nave en donde nos hallamos. Seremos transformados cuando su presencia sea luz en medio de nosotros. Entonces despertaremos, y habremos cumplido nuestra tarea en la Tierra…
⎯Jesús… Hablan de Jesús… Lo sabía… ⎯dije emocionado⎯. Pero, ¿cómo sucederá? ¿Cómo se producirá esa manifestación?
⎯No es el retorno definitivo que Él les anunció ⎯aclaró Emuriel⎯; ese día se abrirá un pliegue que permitirá la superposición de dos realidades, que nos unirá a su presencia, permitiendo su visita luminosa en el lugar donde descansamos. Es así, porque Él es la cabeza espiritual de la Hermandad Blanca en vuestro mundo. El Señor del Amor, la Verdad y del Tiempo.
En ese momento, que coincidirá cuando las primeras estrellas alumbren el sur del mundo, podrán sentir su presencia si abren el corazón. No importa tanto el lugar donde se encuentren, sino en la sintonía en la que se hallen. Hace 2,000 años de vuestro tiempo hubo almas que lo vieron, y otras que no le reconocieron. La pureza de corazón, uno de los rasgos más distintivos del ser humano, es la que permitirá ver y hacer.
⎯Es muy… fuerte todo esto… ⎯dije, emocionado.
⎯Luego de este acontecimiento ⎯explicó Emuriel⎯, deben saber que habrá otro pliegue importante que cerrará el proceso, una “puerta” que se abrirá el 21 de diciembre. Luego que la crucen, ya nada será igual. Es una puerta de consciencia, más que un umbral interdimensional. Ese día, deben estar con las personas que son más importantes para ustedes. No será el lugar donde se hallen sino con quién se encuentren. Es un evento que conmemora algo antiguo, y que marca un futuro nuevo, diferente, construido por vuestros más profundos sentimientos de amor y hermandad. En estas palabras hallarán la clave de ese día.
⎯¿Ya no será necesario volver al Gobi? ⎯consulté.
⎯Las energías del mundo hallan su punto focal en los Andes. Es allí donde deben empezar a reunirse para lo que viene. Pero algunos de ustedes volverán a Gobi y a otros lugares de Asia, con otros objetivos.
⎯Emuriel, disculpa mi pregunta, pero, ¿qué objetivos? Necesitamos saber más para comprender.
⎯Nordac, en algún momento se te dijo que para conocer la verdad, tenían que ser parte de ella. ¿Lo entendiste? ¿Lo quieres ver? Para esto también fuiste traído aquí…
⎯Estoy listo ⎯dije, sin imaginarme lo que vería⎯. Antarel y Anitac permanecían en silencio, observando mi “entrevista” con Emuriel.
Entonces la burbuja de plasma se amplió, y vi, como en una película, muchas de las revelaciones a las que habíamos tenido acceso en otras experiencias, como antiguas visitas extraterrestres a la Tierra, la historia de la Piedra de Chintamani y su origen en Orión, la destrucción de enormes civilizaciones, y el proceso seguido posteriomente con la Hermandad Blanca de los Retiros Interiores. Empezaba a entender mejor el proceso. A “hilar” esas historias… Y los trabajos por hacer. Pero todo era diferente a como lo habíamos vivido antes.
Estuve varios minutos observando y absorviendo las imágenes, hasta que una escena me estremeció: Veía el Belukha, y un lugar subterráneo, que no era la nave de los 32… Observe otro recinto, que parecía haber sido construido en una inmensa cavidad de roca dentro de la gran montaña del Altai. Allí había otras urnas de cristal. Y dentro de ellas, cuerpos de seres extraterrestres humanoides, en perfecto estado de conservación. No estaban criogenizados como el caso de los 32. Eran los envases “vacíos”. ¿Por qué conservaban esos cuerpos físicos?
“Son los mártires” ⎯escuché la voz de Emuriel, mientras yo seguía “metido” en esas imágenes…
“Vinieron hace mucho desde las estrellas, y ahora están en la Tierra, viviendo la experiencia humana y ayudando en el tránsito”.
⎯¿Por qué se conservan sus cuerpos? ⎯preguntaba, con cierta ansiedad.
“Por ello irán al Altai. Completarán otro episodio de información. Y allí lo sabrán…”
Y esta afirmación quedó resonando en mi mente, mientras contemplaba el rostro de uno de esos seres extraterrestres; un rostro que sentía conocer…
De pronto, ya no estaba “mirando” a través de la burbuja de plasma. Era como si esa “pantalla” hubiese crecido. Como si estuviese dentro de ella. ¡Ya no estaba en la nave con los Guías!
¡Qué está sucediendo! ⎯me decía, con el corazón a mil.
⎯Estoy aquí, Nordac ⎯escuché la voz de Emuriel.
Allí tomé consciencia del lugar: me encontraba en el “hangar” o recinto de la nave de los 32. ¿Cómo había aparecido allí?
Había un silencio extraño, aún más penetrante que el de la nave… Podía respirar perfectamente, y ver todo con claridad, ya que el lugar estaba iluminado. Caminé 19 entonces hacia la urna de cristal que ya conocía, y en ella hallé, “dormido” ⎯en animación suspendida⎯ a Emuriel.
⎯Diles a todos, que unidos deben estar. Que deben confiar en todo lo que pueden hacer. Estás aquí en representación de tus hermanos, y como en otras ocasiones, el mensaje llegará a quien está destinado. No te preocupes por nada. No estás solo. Ahora, ve, vuelve…
Y en un instante, estaba otra vez de pie en el centro de la nave…
Antarel me miraba con una expresión de alegría extraordinariamente “humana”, mientras Anitac sostenía el cubo negro ⎯que había vuelto a ser “sólido”⎯ sobre su mano derecha. La experiencia había terminado…
⎯No lo puedo creer… ¿Cómo hicieron eso? ¿Abrieron un portal dentro de la propia nave? ⎯me decía.
⎯Nunca te moviste de aquí ⎯dijo Antarel, sonriente⎯. “Estuviste” allí, pero no te moviste de aquí.
⎯¿No fue real? ⎯le pregunte al Guía, desconcertado.
⎯Fue real, Nordac. Pero no te moviste de la nave, siempre estuviste con nosotros. Es lo que te explicamos antes sobre las puertas dimensionales.
⎯Parecía como un xendra… ⎯dije.
⎯Sí, pero lo que viviste fue otro tipo de experiencia⎯, se apuró en explicarme Antarel⎯. Ya lo comprenderás… No olvides de que son seres multi-‐ dimensionales. Solo precipitamos, artificialmente, algo que pueden lograr sin tecnología cuando despierten…
Es tiempo de que vuelvas ⎯continuó⎯. Tus hermanos del grupo han estado contigo, apoyándote. Nosotros hemos estado con ellos.
Por alguna razón, “sabía” que esta experiencia se había desarrollado en Shasta con la presencia de tres naves. Yo estaba dentro de una de ellas. Las otras dos estaban en zona, apoyando todo.
⎯Sabes que aquí también poseemos una base ⎯apuntó Antarel, mientras se acercaba, despacio, hacia mí.
A partir del próximo año tendrás otro espacio de silencio en lo que a contactos físicos se refiere, hermano ⎯dijo reflexivo⎯. Ya debes intuir que para concertar un encuentro directo con ustedes hay una serie de mecanismos que escapan a nuestra voluntad.
⎯Les voy a echar de menos ⎯le dije, un poco triste.
⎯Solo, por un tiempo, no nos verás, pero seguiremos monitoreándote. Mantendremos la comunicación y tendrás pruebas de nuestra presencia. Pero ahora debes concentrarte en lo que viene. Tienes suficiente información para saber qué hacer… Estaremos con ustedes en el lago Titicaca, y también en Chilca, Talampaya, o el lugar donde se congreguen el 21 de septiembre.
Entonces, el gigante de Alfa Centauro apoyó su inmensa mano derecha en mi hombro izquierdo, y me dijo:
⎯Te vamos a dejar en tierra. Cierra tus ojos para que el resplandor no te dañe la vista. Aquí dentro es más fuerte. Cuando ya no sientas mi mano en tu hombro, será el momento. ¿Listo?
No le quería decir que ya estaba listo… lo quería sentir un poco más… Entretanto, Anitac, que estuvo en silencio durante toda la experiencia, miraba sonriente, como despidiéndose…
⎯Siempre estamos con ustedes ⎯me dijo, nuevamente, Antarel⎯. La energía de esta experiencia te acompañará para que recuerdes todo lo que se te ha mostrado, nuestras conversaciones, lo que has sentido. Luego de descansar, porque tienes que asimilar el encuentro, escríbelo y compártelo. Quienes lean tu testimonio con nosotros sentirán como si hubiesen estado aquí. También vivirán este contacto, porque a todos, a través tuyo, les hemos hablado… …
Hasta pronto, amado hermano.
Entonces cerré mis ojos, y seguro, le dije en voz alta: ¡Listo!
El retorno
Ni bien Antarel quitó la mano de mi hombro, un resplandor poderoso me penetró, sintiendo un movimiento brusco hacia abajo… En un instante me habían depositado en Sand Flat…
Aparecí de pie, sin equilibrio, mareado, con una sensación de desconcierto impresionante… Casi no reconocí el lugar. Parecía que la experiencia en la nave hubiese sido lo “real” y mi ubicación en el bosque de Shasta parte de un sueño…
No sabía hacia adonde caminar… Y me costaba hacerlo… Sentía mi cuerpo tambalear, y una sensación de náuseas y dolor de cabeza por demás extraños. La sensación era sólo física: emocionalmente estaba contento. Me sentía lleno de luz. Feliz por todo lo que había vivido. Por el grupo. Por todo. Una energía positiva de hermandad había quedado en mí luego de haber estado con los Guías.
Allí escuché los mantras del grupo, que utilicé para guiarme y volver con mis compañeros. 21
Cuando llegué, ellos me vieron diferente. Muchos ni siquiera me reconocieron. Algunos pensaron, incluso, que era un Guía que se aproximaba, que no era yo. Sólo cuando estuve muy cerca, supieron identificarme, y Raúl Domínguez me abrazó fuerte porque veía que caminaba con cierta dificultad. Todo el grupo, emocionado, me abrazó también. Conmovido, les agradecí por haber mantenido el trabajo todo el tiempo que estuve con los Guías, estimo, alrededor de 1:30 h. Pero los chicos me decían que me había ausentado entre 15 y 20 minutos. ¿Cómo era posible? Yo les decía que no podía ser, y Raúl se fijó en mi reloj, que marcaba las 10:25 pm. Entonces los muchachos consultaron sus relojes y teléfonos celulares constatando que ellos tenían una hora menos…
Agotado, me senté en una de las sillas plegables, mientras todos me contaban que la primera nave que observamos ⎯la de las 9:00 pm⎯ les rodeó y estuvo varios minutos con ellos; luego apareció una segunda nave, que se movió en la bóveda celeste para estacionarse sobre el grupo y acompañarles durante una parte del trabajo. También vieron otro objeto, que se movía en el cielo sobre mí cuando venía caminando hacia ellos…
Como pude, les compartí lo que había pasado, adelantando algunas de las cosas que los Guías me habían trasmitido, incluyendo la entrevista interdimensional con Emuriel dentro de la propia nave... Cuando les narraba emocionado el momento en que Antarel tocó mi pecho, una nueva nave apareció detrás de mí, siendo vista por todos. Luis Ochoa, de Napa Valley, al escuchar mi relato de los “niños” que encontré en el bosque antes de subir a la nave, me comentó que esa misma tarde, en Shasta, se había quedado dormido dentro de la camioneta, experimentando un desprendimiento astral, en donde vio a esos mismos pequeños, mientras un ser le decía: “Cuiden a los niños…” Todo parecía haber estado escrito…
Entonces le dije al grupo que había terminado nuestra experiencia en Shasta, que ya nos podíamos ir. Y se mostró una última nave, muy brillante y grande, cuya luz se expandió por arriba de la copa del bosque de pinos. Fue impresionante.
También fue increíble, que al cerrar con un trabajo de agradecimiento a los Guías por su apoyo, otro viento “sobrenatural”, muy fuerte, cayó sobre el grupo, como “barriéndonos”, como si “algo” estuviese generándolo desde arriba. Fue un instante, y “aquello”, se fue…
Lorena Domínguez, antes de que subiéramos a la camioneta, me abrazó muy fuerte, y me dijo mientras me estrechaba: “quiero sentir la energía de los Guías, ahora que has estado con ellos”. Curiosamente, minutos más tarde, Lorena se descompuso con mareos y un sutil dolor de cabeza, que la obligó a no ir al trabajo el lunes. Algunos miembros del grupo sintieron esa noche mucha sed, como si estuvieran deshidratados. Tal vez, consecuencia de nuestra exposición a altas energías.
Todos hemos quedado impactados. Con una sensación de paz y luz interior, de felicidad, pero también de compromiso con el mensaje.
Al volver a Fairfield ⎯la ciudad donde Raúl Domínguez y su esposa Lorena nos hospedaban, a una hora de San Francisco⎯, revisé mi correo electrónico y vi con gran alegría que mi amigo Luis Fernando había tenido una hermosa experiencia en Illimani, tal y como lo habíamos recibido en el Sajama. Y sé que otros hermanos han tenido, también, importantes experiencias este mes de agosto “programado”. Sé que los Guías lo han hecho así para que, juntos, terminemos de armar el rompecabezas. No hay experiencia más importante que otra. Todas forman parte de algo más grande.
Quiero agradecer, nuevamente, a quienes me acompañaron en esta inolvidable experiencia: Sol Sanfelice, Suyapa y Luis Ochoa, Alma Reyes, Lorena y Raúl Domínguez, Mary Fajardo, Carlos Federico, Emilio Salazar y María Pascuala, Alberto Arreola y Francisco Huerta, así como a los distintos grupos en el mundo con los que me comuniqué previamente para anunciarles la invitación de los Guías.
Sentí el apoyo. Fuimos uno y el logro fue de todos.
Espero compartirles más adelante otros detalles de este reecuentro con los Guías.
Aunque todo esto haya resultado demasiado increíble, ellos, están cerca…
En la luz,
Ricardo González
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