LA INICIACION SOLAR
Un Testimonio
Renato Longato
El día 10 de Agosto del presente año a esos de las 9 p.m. me dirigí a realizar una compra en una farmacia local que se encuentra en el centro de la ciudad de San Luis Obispo, ubicado en California a pocas cuadras de mi domicilio. Aquí el clima es cálido al estar la ciudad cerca de la costa pero protegida por una cantidad de cerros y montañas que la mantienen fuera de altas y bajas temperaturas. A estas horas de la noche las calles aledañas son tranquilas, con poco tráfico vehicular y parcialmente alumbradas por la cantidad de árboles que proyectan sus sombras en la vereda. Me encontraba caminando tranquilamente ensimismado en mis pensamientos pero recuerdo haber percibido una presencia que tratare de describir de la siguiente manera. Podía percibir muy cerca mi persona una presencia en todo el alrededor, esta sensación no era de alguien observándote, todo lo contrario sentí algo que no venía de un punto específico sea a mi flanco derecho o izquierdo. Lo único que hice fue mirar al cielo y agudizar mis sentidos. No sentí miedo o algún temor solo trataba de identificar esta sensación en la que me sentía envuelto. Creo que es la mejor forma de explicarlo de alguna manera.
Esto duro unos minutos mientras pasaba frente de la fachada de una iglesia local. La sensación se incrementó a medida que caminaba y me percato de la presencia de un hombre vestido de manera deportiva en la esquina de la calle. Me hago hacia un lado para no toparme directamente en mi caminar. Era de mayor estatura que yo y se le veía en un perfecto estado físico y de porte atlético, como el de una persona que hace un régimen de ejercicios a pesar de tener de sesenta años o más con facciones tipo nórdico de rostro y cabello muy corto con porte marcial. Sin embargo, a medida que avanzaba esta persona completamente extraña me pareció familiar por una razón que no puedo explicar. Era como si lo conociese de hace mucho tiempo pero al mismo tiempo me asalto la duda y lo observe a cierta distancia esta vez con un paso menos ligero hasta que me detuve a casi dos metros de su persona. Tenía una mirada serena pero fuerte, tuve toda la intención de preguntarle quien era pero no pude. Quien sea esta persona sonrió ligeramente mientras me mantenía contacto visual muy fuerte pero serena. Trate de preguntarle nuevamente pero mi idea solo quedo en mi mente puesto que no pude decir palabra alguna. Su mirada seria y serena cambio a una expresión amable para luego levantar sus brazos y hacer un suave movimiento con ambas manos a la altura de su plexo solar. Lo que hizo me pareció un Mudra por el movimiento de sus dedos de una manera singular que terminó con un gesto que identifico como Vitarka Mudra (1). Seguidamente, puso ambas palmas de sus manos juntas a la altura del plexo solar nuevamente e inclinó ligeramente su cabeza para bajarlas lentamente y poner sus manos junto a sus piernas en actitud casi marcial. ¡Me quedé atónito observando la escena en medio de la calle pero al mismo tiempo comprendiendo que esta persona estaba cumpliendo un encargo o algo por el estilo! En medio de lo extraño y asombro que me embargaba, solo pude extender mi brazo haciendo un ademán que se detenga y solo pude decir NO Mientras en mi mente las palabras eran “¡No se vaya! ¿Quién es usted? ¡Deseo hablarle!”. Sin palabras e impotente al no poder tener ninguna acción de mi parte este misterioso hombre cruzo la pista tranquilamente hasta perderse en un jardín orgánico que esta al cruzar el camino. Mire a ambos lados y detrás de mí pero lástima que no había un alma en la calle ni menos una bendita cámara de seguridad de las que están llenas casi todas los centros de la ciudad de Estados Unidos. De lo contrario me hubiese dirigido a la estación de seguridad respectiva para ver el video de esta increíble escena.
Creo haberme quedado un minuto parado y vi pasar un auto mientras el personaje se perdía en medio de la oscuridad del jardín orgánico en plena noche. Ni tuve la idea de seguirlo porque no salía de mi asombro. Perplejo, cruce la pista acercándome al jardín orgánico mirando boquiabierto el lugar sin encontrar ningún rastro de este personaje. No había nadie se lo había tragado la oscuridad.
Tanto fue mi estado de sorpresa pero a la vez de intuir que la intención era la de capturar mi atención para ser testigo de un personaje cuya acción fue el de realizar un tipo de presentación ceremonial acompañado de una acción de energías al ver sus manos moverse con la gracia y formalidad de un maestro Shaolin. Así que una vez más repuesto de mi estado emotivo me di media vuelta de regreso a mi domicilio sintiendo la misma energía o presencia alrededor mío por unos minutos más. Recuerdo que me olvide por completo de ir a comprar agua mientras miraba furtivamente detrás de mí para ver si esta persona aun regresaba.
Al llegar a mi domicilio me dirigí a mi cuarto y me tumbe en la cama pensando de todo mirando al techo tratando de entender lo que acababa de vivir en plena calle. Intrigado y lleno de preguntas en mi mente me quedé dormido y pude revivir una de las más hermosas experiencias espirituales en mí vida. Al día siguiente comprendí por la razón de este increíble encuentro con el misterioso personaje.
La Iniciación Solar
Lo que voy a describir a continuación, lo viví un 27 a 28 de Agosto de 1990. En ese entonces yo vivía en Lima y me encontraba experimentando una etapa en realizar prolongas meditaciones tres veces por semana. Me encontraba solo en el departamento que compartía con mi hermano mayor y aproveche su ausencia para poder hacer una meditación porque así lo sentía. Estando en mi cuarto me senté al borde de la cama y comencé mi rutina de relajación. (Debo agregar que en esas fechas me encontraba viviendo experiencias relacionadas con el numero 13 por medio de la sincronía desde hace meses atrás. En ese sentido fui prácticamente “bombardeado” hasta que me vi obligado a buscar una explicación simbólica de su significado).
Aquí comienza algo inédito y maravilloso que tendré que “corromper con palabras” mientras describo lo que viví en un plano de realidad diferente pero tan real como este. Sentado al borde de mi cama, me relajaba sentí una energía balsámica que me empezaba a cubrir desde mi cabeza hasta mis pies. Esta sensación era externa al no ser inducida por mi consciencia por el contrario vino de afuera de mi persona. De hecho era como si una sutil energía me producía una mayor relajación de tal manera que mi mandíbula comenzó a relajarse seguido de una inclinación de mi cuerpo hacia el lado derecho. Esto fue seguido de una presión en mi entrecejo y pude ver una luz que se abría en mi mente apareciendo en ella el rostro de un hombre muy cerca de mi rostro. Lo que no pude evitar fue su mirada hipnótica lo cual me dio temor porque su voluntad era superior a la mía y quise resistir por varios segundos pero me fue imposible.
A continuación he colocado una imagen con la fecha del comienzo de esta peculiar experiencia escrita en mi diario personal.(ver foto al final del artículo).
Recuerdo haber visto mis zapatos tal cual los calzaba aquella noche pero estaba solo en una zona desértica y algo pedregosa. Levanto la vista y miro sobre mi cabeza el sol del mediodía pero curiosamente sus poderosos rayos no herían mi vista. Lo observo tranquilamente mientras me envuelvo en su luz. Miro alrededor y me veo que me encuentro en un gran árido desierto. Camino hacia adelante como si conociese mi destino, siento las piedras y el terreno algo accidentado. Todo era tan real como si estuviese físicamente allí, como si hubiese sido transportado a este inhóspito lugar. A la distancia veo una montaña y en medio de ella una entrada pero a medida que me acercaba con paso firme mi corazón se embargaba de una indescriptible emoción. La montaña tenía una entrada cavernosa que estaba tapiada con ladrillos de adobe con una vieja puerta de madera erosionada por el sol ubicada en medio. No tenía nada de majestuoso ni especial.
A medida que me acercaba mi corazón palpitaba fuertemente teniendo todo el deseo de llegar e ingresar a la montaña porque para mí era como si regresaba de un muy largo viaje a mi destino final. Cada paso que daba me hacía palpitar mi corazón con una emoción de llegar “finalmente a casa” mis latidos los podía prácticamente escuchar en la soledad del lugar. Solo puedo decir que era la misma sensación que se siente cuando uno regresa a su hogar después de un largo periodo de ausencia.
Estando cercano a la entrada y con los latidos de mi corazón lleno de un gozo incontenible. !De pronto la puerta se abre y salen del interior dos mujeres mestizas vestidas de azul pero al verlas bien me di con la sorpresa que eran mellizas! Ambas, me reciben con mucho cariño, como si supieran de mi llegada mientras sus cálidos abrazos calman mis ansias. Una de ellas, la de la derecha pone sus manos sobre mis mejillas y me dice “bienvenido Renato”. Para esto hago un esfuerzo en no derramar lágrimas de felicidad por que finalmente llegué al lugar. Luego de este amoroso recibimiento me invitan a pasar. Ingreso al interior de la montaña. Ambas mellizas me guían atravesando un túnel perfectamente pulido en la roca hacia una enorme sala, la parte central de este lugar que asemeja a una gran bóveda o recinto similar al de un templo pétreo de altos y sobrios muros pulidos guardaban una semejanza con la arquitectura inca. No había adornos en sus cuatro costados solo el murmullo de muchas voces al unísono que reverberaban como un eco en aquel lugar. Mi primera impresión era saber que no estaba solo en aquel enorme recinto al interior de la montaña.
La Celebración
Las mellizas me acompañaron hacia el umbral al final del pasadizo. Ellas no ingresaron pero me alentaron con ademanes para seguir adelante. Frente a mi había un número indeterminado de cientos de personas de toda raza y condición social reunidos. El ambiente era de armonía y se podía percibir el ambiente positivo alrededor de uno. Todos se encontraban conversando en grupos con personas vestidas de manera elegante y otras de manera moderna para la época. Desde jóvenes adultos hasta personas mayores de edad, una cosa que me llamo la atención fue el magnetismo de cada uno de los presentes. Al caminar en medio de la gente mirando alrededor, algunos me estrechaban la mano en manera de cordial saludo. Otros me abrazaban como si fuese un reencuentro y me decían “bienvenido Renato”. Para mí era como estar en una gran familia con gente de todas partes del mundo. Era una reunión a nivel planetario, por la diversidad de razas, tamaños y vestimentas. Recuerdo haber sido tomado del brazo por una mujer para unirme a su grupo de conversación en donde estaban escuchando animadamente el relato de un joven hombre de tipo japonés vestido como un ejecutivo de negocios. Me sentía tan bien al estar allí que es difícil describirlo con palabras.
No recuerdo que era el tema solo que hablaba de sus experiencias y sobre el futuro del mundo de ese entonces en adelante. Mientras lo escuchaba algo me llamo la atención al ver un niño de unos ocho o nueve años abriéndose paso entre la gente. Era el único niño en el recinto, el pequeño caminó hasta detenerse frente a mi persona para mirarme fijamente de arriba hacia abajo en manera de reconocimiento para luego retirarse corriendo esquivando a la gente en su camino. Lo seguí con la mirada haciendo un esfuerzo por que había gente más alta que yo y no quería perderlo de vista. El pequeño se dirigió hasta el lado lateral derecho del enorme recinto e ingresó a una puerta de piedra que se abrió suavemente, mientras la gente seguía en amenas conversaciones e intercambiando saludos.
Al cabo de un rato vi al niño salir de aquel lugar llevando en sus brazos cosas parecidas a pergaminos y documentos. No pude resistir la curiosidad y lo seguí abriéndome paso entre la gente tratando de ver que hacía y sobre todo a donde se dirigía. A la distancia pude ver que se fue hacia el otro extremo del recinto el cual vi que tenía un altar o mesa pétrea que era parte de la misma enorme pared de lado al lado. Una vez más cerca lo pude ver empinándose para colocar todos esos documentos en el largo altar. Una vez hecho esto me acerque mientras mi pequeño amigo me observo con un destello especial en sus ojos. Con toda la curiosidad que me consumía me acerco al largo y ancho altar para ver lo que se encontraba allí. En un aparente desorden veo varios documentos apilados uno sobre otro, todos eran antiguos algo descoloridos, quebrados y polvorientos con telas de araña en sus lados pero no me interesan mucho y me fijo en el ultimo que era un pergamino enrollado. Lo abro cuidadosamente y veo la cruz egipcia Ankh (2) grabada en oro del cual se desprendían rayos dorados sobre un título central en semi-círculo; debajo de este había un escrito pero de ideogramas desconocidos para mí. Al final de este escrito pude ver una figura dibujada de un ser vestido de blanco pero con una rodilla inclinada en posición de reverencia o rezando.
No puedo describir las sensaciones que viví cuando vi la figura en el dibujo porque me sentí identificado por completo. Esto me embargo de tal manera que me sentí compenetrado con esa figura, el pergamino el escrito y la cruz Ankh puesto que era lo que había venido a recibir después de un simbólico viaje en el desierto e ingresar al interior de esta montaña rodeado de gente de todo el mundo. Lo que hice fue mirarla en silencio mientras con ambas manos lo puse en mi pecho para luego cerrar los ojos. Al hacer esto sentí una tibieza que emanaba del pergamino y cerré mis ojos para ver como un suave destello de luz iridiscente brotaba de mi entrecejo abriendo mi mente. Aun teniendo los ojos cerrados pude ver el muro frente a mí que dio paso a una escena en donde vi a cuatro o cinco seres de elevada estatura vestidos de blanco. No les pude ver el rostro solo vi que era un hermoso lugar de luz y detrás de ellos estaba un objeto parecido a un enorme cuarzo o cristal del cual emanaba suaves luces multicolores. El ser más cercano a mi levanto su brazo izquierdo y pude ver que señalaba un libro con láminas de oro sobre un pedestal de roca blanca de mediana altura. Me acerque con la prudencia del caso al verme rodeado de estos seres de inmaculada presencia. El libro poseía una serie de ideogramas con exquisitos grabados en la superficie de la lámina. El ser bajo su brazo y regrese o mejor dicho retrocedí de donde vine y volví a estar envuelto en luz. No sé cuánto tiempo permanecí en ese estado pero luego escuche una voz que decía ¡Bienvenido! Esto me saco de mi trance y abrí los ojos mientras aun sostenía el pergamino en mi pecho con ambas manos. Al voltear con dirección al recinto me di con la sorpresa que toda la gente presente estaba en perfecto y respetuoso silencio observándome. Luego otra voz dentro del gentío dijo Bienvenido hermano. No puedo describir la sensación de profunda conexión espiritual que sentí en esos instantes con todos ellos. Algunos de ellos me rodearon y me abrazaron en silencio… cierro mis ojos… los abro y me veo acostado en mi cama pero de manera invertida con la misma ropa antes de hacer mi meditación curiosamente con las palmas de las manos una sobre otra a la altura de mi pecho a manera que se observa en los sarcófagos egipcios.
A continuación comparto el dibujo del pergamino que vi en mi experiencia. ( ver foto al final del artículo).
Un Nuevo Día
Una vez que abrí los ojos me costó un buen rato mover mi cuerpo porque me sentía muy relajado. Finalmente me levante y me sentía muy ligero con mi mente alerta y consciente de mi mundo circundante. Me bañe y luego me dirigí a la cocina y solo tome agua y comí un pedazo de pan. Al percatarme que estaba solo en el departamento decidí salir a caminar por la calle. Calculo serían las siete y media de la mañana. Mientras camino con dirección al centro de la ciudad miro al cielo y veo los primeros rayos del sol brillar entre las típicas nubes grises de Lima. Me detengo en plena calle para recibir un rayo solar y siento la tibieza en mi rostro pero algo más profundo paso. En un instante percibí TODO y me sentí bendecido por el universo, la misma luz atravesaba mi ser y alumbraba mi espíritu, ampliaba mi consciencia. Sentí el viento como una suave caricia y mientras inhalaba daba gracias a Dios por ese instante de total plenitud con lo sagrado divino. Al exhalar abrí mis ojos sin sentirme perturbado en lo más mínimo del mundanal ruido, aquí no peco de humilde en decir que me sentí conectado con el universo y la vida misma. Yo era parte de todo y todo era parte de mí. ¿Qué más puedo decir? ¿Cómo explicarlo y reducirlo a meras palabras?
Seguí caminando en un estado de consciencia lleno de plenitud y gracia absoluta. Mientras miraba alrededor mío la gente transitar comencé a entender que todo ocurría por una razón de ser mas allá de las meras apariencias físicas que podemos confirmar fácilmente. Mientras caminaba pude percibir como mis sentidos se agudizaban y me sorprendí al poder captar las emociones y pensamientos de la gente en plena vía pública solo al enfocar mi atención individualmente. ¡Que increíble!
Seguí caminando hasta la conocida calle del Jirón de la Unión y decidí quedarme en la esquina de la primera cuadra. La gente transitaba, algunos apurados, otros con total calma y unos cuantos con el alma a cuestas. En eso veo que se aproximan una pareja de adolescentes enamorados tomados de la mano y los observo detenidamente. Lo anecdótico de esto fue sentir ese amor juvenil que todo lo puede y que será eterno pase lo que pase mientras en mi mente percibía sonrisas cómplices y palabras sin sentido. Al cabo de un rato vi pasar a una señora de cierta edad con el rostro serio mirando al suelo en su caminar. Al observarla con atención no solo sentí su pesar sino también escuche claramente en mi mente: ¿qué le puedo dar de comer a mis hijos hoy día? En esas épocas el mundo fue testigo del comienzo de la Guerra del Golfo Pérsico. Mientras el Perú estaba viviendo una gran debacle económica y no había nada que yo pudiese hacer por ayudar a esa mujer en ese momento. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la presencia de una joven mujer vestida de manera ejecutiva que se detuvo mirando a su reloj cerca de mí. La observo y claramente percibo que estaba esperando un encuentro romántico de manera impaciente, como si fuese una ola de energía siento su corazón enamorado lleno de expectativas con una serie de dudas que le asaltaba en su mente. Al instante esa misma energía me hace voltear y ver a casi media cuadra de distancia a un hombre que se acercaba de manera confidente y con orgullo. Al concentrarme siento inmediatamente todo lo contrario de lo que la mujer sentía por él y me doy cuenta de cómo sería una aventura más en su vida. Ambas energías tan opuestas me hicieron reaccionar instintivamente a punto que casi me acerco para decirle a la joven que no vaya por que sufrirá una gran decepción pero algo más fuerte que mi voluntad me hizo quedarme quieto sintiendo una voz que me decía “no intervengas”. ¡Ipso facto obedecí a la misteriosa voz! Siendo testigo del encuentro de los amantes y como se retiraban cada uno a cumplir cada uno con su destino. De hecho si hubiese intervenido me hubiese visto envuelto en una incómoda situación. Así permanecí por espacio de un largo rato experimentando una expansión de consciencia plena mientras gozaba de una armonía interior que se puede comparar con un estado de gracia quizás similar a un nirvana (3) o samadhi (4). Desfilaron ante mí seres humanos con todos los niveles de consciencia y emociones en sus vidas. Amor, frustración, letanía, egoísmo, felicidad, angustia, inocencia, responsabilidad, esperanza y seres humanos que lastimosamente habían perdido todo contacto con la realidad. Para mí fue una gran lección en poder apreciar de manera intima lo que algunos pensadores llaman la condición humana.
Sin embargo, más allá de toda experiencia personal lo que pude vivir fue que cada uno de nosotros cumple un rol, cual actor en el gran teatro del mundo. Todo depende si nos damos cuenta de nuestra realidad y vemos como nos podemos desempeñar mejor con nuestros errores y aciertos frente a la vida que se nos ha dado para poder crecer espiritualmente en esta existencia.
La Confirmación
Era la mañana del 11 de Agosto del 2012 y no sé cómo reviví aquella experiencia. Al despertarme era como ver una película frente a mí nuevamente como si hubiese ocurrido ayer. Solo puedo decir que el mensajero activo en mi un recuerdo muy personal. Esta vez lo vi con diferentes ojos, no en vano habían pasado 22 años en mi vida. Hasta aquí es todo lo que me aconteció pero me quedé perplejo al recibir un correo electrónico de un sobrino residente en Lima en donde me comenta un extraño sueño que tuvo justamente el 13 de Agosto del presente. Aquí un extracto:
“En general se te veía radiante y saludable inclusive pareciese como si tuvieses algo de luz que emanaba de ti y se sentía muy bien conversar contigo. Luego alguien llama la puerta y entra un señor viejo de raza blanca, alto y canoso con pelos delgados pero cortos. Iba a preguntar quién era y al parecer ya sabía que yo le iba a preguntar y me pasa una especie de file y estaba su nombre escrito ahí era impronunciable parecía o nórdico o ruso o polaco mezclaba la J,R,Z,C,S. Te buscaba a ti y se notaba bien ágil, atlético y saludable para su edad (algo de 60 o 70) Y al parecer tú ya lo estabas esperando. Tenías esa mirada de "justo a tiempo" o "como estaba planeado" estabas feliz, casi ansioso pero tu semblante físico se confundía con tu semblante interior por así decirlo también el del señor de edad.”
¡Casi me caigo de espaldas a leer estas líneas! De hecho, el sueño de mi sobrino sirvió de testigo para corroborar mi encuentro con el misterioso personaje pero sobre todo aun lo describió tal como lo viera días atrás a miles de kilómetros de distancia. Conste que en ningún momento dije nada a nadie de toda mi experiencia. Solo lo comente sin detalle alguno a tres personas y me atreví a poner un anuncio en mi Facebook que termine borrándolo. Una cosa es cierta, alguien, con una enorme capacidad psíquica de alguna forma le indujo el sueño a mi sobrino para que me sirva de confirmación.
Espero el lector comprenda que la experiencia de 1990 la sabían muy pocos pero ahora ha pasado mucho tiempo y por las circunstancias actuales de cambio planetario deseo compartirla. Sinceramente lo tomo como una experiencia más y no creo ser el único en el camino. Hay fuerzas positivas, superiores e invisibles que velan por nuestra raza y llegan en el momento apropiado en nuestras vidas para mostrarnos quienes somos y hacia donde podemos ir… si realmente queremos.
Comentario
En comunicación privada el escritor y contactado Peruano residente en Argentina Ricardo González mencionó la existencia de un periodo ventana que va desde el mes de Agosto hasta Septiembre como propicia para encuentros extraordinarios con inteligencias superiores. Si las coincidencias son causalidades, ambas experiencias, me sucedieron después de un simbólico ciclo de 22 años. Ocurriendo dentro del mismo período ventana que auspician eventos que sirven de disparadores para el despertar tanto personal como colectivo de nuestra consciencia.
¡Debemos seguir adelante!
Un fuerte abrazo a todos
Renato Longato
Septiembre 24, 2012.
USA.
Glosario
1.- Vitarka Mudra: Gesto simbólico y ritual utilizado en Budismo e Hinduismo que encierra un movimiento de energía. El Vitarka es considerando como de transmisión de enseñanzas y/o discusión filosófica.
2.-Ank: Jeroglífico egipcio relacionado a la vida. También conocido como Crux Ansata. Considerado como una llave de acceso al conocimiento esotérico.
3.-Nirvana: Termino en Sánskrito relacionado con la paz mental y liberación.
4.-Samadhi: Concentración mental consciente e integrada con la totalidad.
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