sábado, 15 de abril de 2017

los Hamaut’as – Inkas . Por Rodolfo TTito Condori


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los Hamaut’as – Inkas

by RODOLFO TTITO CONDORI •

¿Quiénes son los Hamaut’as?, ¿Has escuchado hablar alguna vez de los Hamaut’as?, ¿Qiénes fueron estos hombres? , ¿Existirán Hamaut’as para este tiempo?…
La palabra Hamlos+incas,+oragnizaci%C3%B3n1aut’a o Hamawt’a proviene de la lengua original Quechua, o como algunos lo llamarían Qapaq Simi por no decirlo Runa Simi, Que quiere decir “Hombre de gran sabiduría”, hombre de gran conocimiento prodigioso, hombre especial consagrado a la sabiduría de los Inkas. “Los Hamaut’as, hombres sabios fueron los hombres más cultos y respetados en el Imperio de los Inkas, eran los hombres de sabiduría practica del bien, eran hombres que representaban a la sabiduría Andina, la sabiduría Andina estaba encarnada en los Hamaut’as. Estos hombres ilustres estaban consagrados al saber sagrado tanto cósmico como espiritual; abarcando los conocimientos más importantes para el bien y crecimiento del Tawantinsuyo de los Inkas. Estos hombres representaban a la sabiduría ancestral, eran hombres quienes pronunciaban sus enseñanzas y lecciones delante de sus yachacuq runakuna o jóvenes discípulos y los príncipes nobles del imperio. quienes tenían que aprenderlas de memoria.

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Estos hombres singulares y únicos en su género, por su gran prestigio y reconocimiento social formaban parte del consejo imperial del Sapan Inca, quiere decir de la corte real del único Inka en persona. Por su alta sabiduría y su máximo entendimiento eran privilegiados para enseñar en las áreas en que estaban especializados, a los nobles y príncipes de la aristocracia, eran quienes se deleitaban al escuchar a sus Hamaut’as, hombre hermosos en el imperio y más importante de este reino de los Inkas.

Al respecto, El soberano Inca Roca fundador de los Yachay Wasis, casa de la sabiduría o casa del saber de los Hamaut’as, dijo: “Si yo hubiese de adorar alguna cosa de los de acá, cierto yo adorara al hombre sabio porque hace ventaja a todas las cosas de la tierra”. Como bien lo declaro el antepasado Inka Roca, los hombres creadores y originadores de la sabiduría Inka aventajan al futuro, aventajan a muchos desastres del hombre, aventajan todas las cosas en la vida. La sabiduría de los Hamaut’as es provechoso para el hombre quien sabe escucharlo, el mensaje de los Hamaut’as es como la miel que emana de la boca y como la melodía de los dioses a los oídos de los que escuchan con atención cósmica. Por ello, un Hamaut’a es una persona o maestro que vive en el plano de la dedicación a la verdad, un sabio quien solo esta interesa en propagar la sabiduría practica del bien común sin intereses personales.

inka sinchi roca

Los Hamaut’as eran aquellos maestros encargados de la educación en el Tawantinsuyo, encargados de educar a los personajes nobles del Incario durante cientos de años, Por su alta sabiduría y su máximo entendimiento eran honrados para enseñar en las áreas en que estaban encargados, enseñando y preparando a los futuros gobernantes Inkas. Dentro de sus enseñanzas estaban las normas morales, teología Andina de sus ancestros, historia de sus ancestros y las formas y estrategias de gobierno en el Imperio Inka. También otros Hamaut’as enseñaban ciencias matemáticas y conocimientos sobre la tierra y el universo (cosmovisión andina), con las cuales la sociedad Inka entendía su entorno, su realidad y su ambiente.

En su época existían dos clases de educación: La primera educación que era una educación de nivel alta estaba dirigida a los de la clase alta, quienes dirigían en imperio, en otras palabras esta educación estaba dirigida a los nobles, príncipes, a la realiza Inka. Mientras la otra, era una educación del nivel medio o inferior para la población en general según tenían necesidad, los que estaban encargados de llevar este tipo de enseñanzas eran los “Hatunrunakuna” (Grandes hombres del bien común) quienes enseñaban a la sociedad Inka y las familias.

El lugar sagrado donde los Hamaut’as enseñaban era el llamado Yachaywasi quiere decir la casa del saber, la casa de la sabiduría, por qué no decir la casa sagrada de los sabios Hamaut’as, que estaba ubicado en el lugar llamado Qorikancha de la actual ciudad de Cusco, era el lugar privilegiado para los Hamaut’as Andinos. Así fue como comenzó“la escuela Andina” o la casa sagrada de la sabiduría, donde los Hamaut’as han enseñado durante cientos de años mientras duraba en su apogeo el imperio de los Inkas. Estos maestros por su excelencia dedicaban su vida a las enseñanzas de los principios y valores sagrados Andinos, por ellos nacieron muchos de los principio, valores morales que se practicaron y se enseñaron en todo el Tawantinsuyo, las cuales eran temas de interés común en la escuela de los Hamaut’as.
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Con respecto a las enseñanzas y la educación referente a los Hamaut’as, el cronista Martín de Murúa dice: la educación se impartía en los “Yachay Huasis” o Casas del Saber, lugares de aprendizaje ubicados en el Cusco donde los estudiantes nobles inscritos asistían a estas escuelas de formación. Estas escuelas andinas o Los Yachay wuasis eran recintos exclusivamente dedicados a la educación de los personajes más importantes del imperio, su fundador fue el soberano Inca Roca. Inca roca estaba muy interesado en la investigación de los conocimientos Andinos y muy familiarizado con los sabios.

Es bien sabido que al lado de la escuela Andina (Yachay Wasi), existía otra escuela andina para las mujeres, quiere decir donde se impartían la educación femenina, donde las mujeres maestras impartían sus enseñanzas, la cuales se llamaban Mamakunas, esta escuela se llama “Ajlla wasi” que en nuestro idioma significa “la casa de las escogidas”. Era una escuela donde las enseñanzas eran prácticas, predominantemente doméstica. El principal Ajlla Wasio escuela de las mujeres estaba ubicado en el Cusco. Existían otros en poblaciones principales del Imperio.

Esta civilización Inka prehispánica fue importante, porque en sus territorios dio de nacer a los Hamaut’as quienes fueron una línea de maestros muy necesaria para el imperio, sus mentes y pensamientos fueron esclarecidos para ser sabios y así todo el Tawantinsuyo lo llamo con orgullo “Hamaut’as”, a sus maestros que alguna vez les transmitió secretos y saberes prodigiosos. Con todos sus saberes y experiencias en diversos campos del conocimiento humano, contribuyeron a la organización histórica de la antigua civilización Inka.

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El nuevo paradigma Inka del “Sumaq Kausay” Vivir Bien, requiere la formación de personas con conducta y conocimientos de excelencia transparencia, integrando los conocimientos ancestrales y contemporáneos como en las antiguas culturas de los: filósofos de Grecia, los maestros Toltecas, los Egipcios etc. de la misma manera en un diferente sentido los antiguos Hamaut’as, realizaban esta tarea, con una conexión íntima con la naturaleza y el espíritu. Los recursos humanos tienen un valor inmensamente superior a los recursos materiales, y de hecho, son los que dan significado a estos últimos como el principio del Ayni y Ayllu.

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Ya nos podemos imaginar a los Hamaut’as bien vestidos elegantemente, con sus ropajes y vestidura blanca con colores, que llevan una señal o marca, que cualquiera puede reconocerlo fácilmente, su lenguaje es como la espada que penetra al corazón y su conducta como la de una paloma y al mismo tiempo como la de un puma. Seria comparado a los grandes filósofos griegos como: Sócrates, Platón, Confucio, Buda. Los Hamaut’as, dentro de sus saberes cognitivos existen una infinidad de enseñanzas y practicas relacionados al cosmos, el espíritu superior, los símbolos sagrados, guía de guías espirituales, maestros de maestros y entre otros.



La prosperidad y armonía de la humanidad descansa en la sabiduría de los grandes maestros Hamaut’as, así como la prosperidad y paz del hombre descansa en su interior.



Por: Rodolfo Ttito Condori – “Nuna Hamaut’a”

viernes, 14 de abril de 2017

EL EVANGELIO ACUARIO DE JESUS EL CRISTO

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Fracmento de los registros akasico .La memoria de la tierra

La narraviva de la Vida de la Mente Maestra en la Tierra  de Jesus el Cristo
Del libro .El Evangelio Acuario de Jesus el Cristo  - Levi  H. Dowling.


Victor Salazar Soto

Fragmento .Las Erramientas del Carpintero

De los registros akasico, para la era de acuario
Capìtulo 20

Despuès de la fiesta. Viaje de regreso. Jesùs perdido. Se busca. Sus padres

le hallan en el templo. Vuelve con ellos a Nazaret. Simbolismo de las

herramientas del carpintero.

1. La gran fiesta de la pascua habìa terminado y los de Nazaret regresaron a
sus hogares.
2. Y llegaron a Samara, y ahì Marìa dijo: ¿Dònde està mi hijo? Nadie habìa
visto al niño.
3. Y Josè le buscò entre los parientes que estaban en camino a Galilea, pero
ellos tampoco le habìan visto.
4. Entonces Josè y Marìa y un hijo del Zebedeo regresaron y le buscaron por
toda Jerusalèn sin encontrarle.
5. Y entonces fueron a los patios del templo y preguntaron: ¿Habèis visto en
estos patios a Jesùs, un niño de cabello, claro, rubio, de profundos ojos
6. Los guardianes contestaron: sì, està discutiendo con los doctores de la
ley.
7. Y entraron y le encontraron como los guardianes les habìan indicado.
8. Y Marìa dijo: ¿Por què, Jesùs, tratas asì a tus padres? Mira que dos dìas
te hemos buscado. Temìamos que te hubiera ocurrido algo grave.
9. Y Jesùs dijo: ¿No sabèis que debo estar en el trabajo de mi Padre?
10. Y dando la mano a cada uno de los doctores de la ley, fue en cìrculo
dicièndoles: Confìo en que nos veremos otra vez.
11.Y se fuè con sus padres camino de Nazaret y cuando llegò a su hogar
trabajò con Josè como carpintero.
12. Un dìa, mientras acarreaba sus herramientas de trabajo dijo:
13. Estas herramientas me recuerdan aquellas que usamos en el taller de la
mente donde el pensamiento crea las cosas y construye el caràcter.
14. Usamos la escuadra para medir todas aquellas lìneas, para enderezar los
sitios torcidos del camino y para cuadrar nuestra conducta.
15. Usamos el compàs para trazar cìrculos alrededor de nuestras pasiones y
deseos a fin de mantenerlos dentro de los lìmites de la rectitud.
16. Usamos el hacha para cortar las partes nudosas, inùtiles y feas y para
dar simetrìa al caràcter.
17. Usamos el martillo para empujar hacia adelante la verdad y para
martillarla de modo que entre a formar parte de todas las partes.
18. Usamos el cepillo para pulir las superficies àsperas y desiguales en la
juntura, y los maderos y las tablas que han de construir el templo de la
verdad.
19. El formòn, la cuerda, la plomada y el serrucho, todos tienen su uso en
el taller de la mente.
20. Y finalmente esta escalera con su trinidad de peldaños: fe, esperanza y
amor; en ella ascendemos a la cùpula de la pureza de la vida.
21. Y por la escalera de doce peldaños, ascendemos hasta alcanzar el
pinàculo, objetivo final en cuya construcciòn usamos la vida.


martes, 11 de abril de 2017

El Mito de Wiracocha



El Mito de Wiracocha


Mito de Wiracocha Antes que los Incas reinasen, cuentan que en el principio, Wiracocha creó un mundo oscuro y luego de ordenar el cielo y la tierra creó una raza de gigantes. A estos les mandó que viniesen en paz para que lo sirviesen, mas como no fueron recíprocos con él, los convirtió en piedras, enviándoles a la vez un diluvio general al cual llaman Unu Pachacuti, que quiere decir "el agua que transformó el mundo".
Pasado el diluvio y seca la tierra, Wiracocha determinó poblarla por segunda vez y para hacerlo con más perfección determinó criar luminarias que diesen claridad, para esto fue al gran lago Titicaca y mandó allí que salieran el Sol, la Luna y las estrellas y subiesen al cielo para dar su luz al mundo. Y dicen que la Luna tenía más claridad que el Sol, por lo que este al tiempo que subían le echó un puñado de ceniza en la cara y que desde esa vez quedó la Luna con el color que ahora tiene.
Y luego que todo esto pasó, en la dirección Sur, apareció el enviado de Wiracocha, que era un hombre de crecido cuerpo, el cual en su aspecto y en su persona mostraba gran autoridad, llamándolo Wiracochan o Tunupa. Vestía una túnica andrajosa que le daba hasta los pies: traía el cabello corto, una corona en la cabeza y un báculo como los que llevaban los sacerdotes y astrónomos antiguos.
Dicen también que llevaba a cuestas un bulto en el que transportaba los dones con los que premiaba a los pueblos que lo escuchaban.
Y dicen que este hombre tenía gran poder, que de los cerros hacia llanuras y de las llanuras cerros grandes. Hacía también cosas mayores por que dio ser a los hombres y animales, y que por su mano vino un notable beneficio.
Luego se dirigió a Tiahuanaco y en este lugar dibujó y esculpió en una losa grande todas las naciones que pensaba crear; después de esto, inició su peregrinaje obrando maravillas por el camino de la serranía, mandando salir a los pueblos de sus Paqarinas diciendo: "Gente y naciones oigan y obedezcan que yo les mando salir, multiplicar y henchir la tierra". Y a su vez todos los lugares obedecieron y así unos pueblos salieron de los suelos, otros de los lagos, fuentes, valles, cuevas, árboles, peñas y montes.
A la vez que esto sucedía, pintaba a cada pueblo el traje y vestido que habrían de llevar y así mismo dio a cada nación la lengua que habría de hablar, sus cantares y las semillas. Y así en este camino de los Andes y montañas de la tierra fue dando y poniendo nombres a todos los árboles grandes y pequeños, tanto como a sus flores y frutos, mostrando a la gente los que eran buenos para comer y los que no y los que eran buenos para medicina y, asimismo, puso nombre a todas las yerbas e indicó el tiempo en el que habrían de florecer y fructificar. También dio orden a los hombres sobre cómo vivir, hablándoles amorosamente con mucha mansedumbre, amonestándole para que fuesen buenos, y los otros no se hiciesen daño ni se injuriasen; luego les enseñó cómo cultivar; para esto rompía la tierra con la punta de su báculo quedando esta dispuesta para sembrarse, y así con su sola palabra hacía nacer el maíz y los demás alimentos.
En ese largo peregrinar, dicen que también halló algunas naciones rebeldes que no habían cumplido con su mandato, por lo que los convirtió en piedras, en figuras de hombres y mujeres con el mismo traje que traían. Estas conversiones fueron hechas en Tiahuanaco, Pucara y Jauja.
En dichos lugares se encuentran unos bultos de piedras grandes y en algunas otras partes dicen que tienen tamaños casi gigantes.
Y es así como llegó a la provincia de Cacha habitada por los Canas, y éstos, como no lo conocían, salieron armados y dispuestos a matarlo. Entonces Wiracocha, al observar esta actitud, hizo que cayese fuego volcánico sobre ellos. Y los canas, por el temor de verse quemados, arrojaron sus armas y lo veneraron. Viendo esto, Wiracochan tomó su báculo y paró el fuego; luego, puso orden entre ellos. En memoria de este hecho le edificaron un suntuoso adoratorio y hoy en día, aún se puede ver el cerro de Cacha con su enorme quemadura que consumió las piedras de tal manera que ellas mismas se hacen testigos de este hecho, por que quedaron tan quemadas que se las pueden levantar como si fuesen madera liviana.
Dicen que después de este suceso llegó al pueblo de Urcos, y subió a un cerro alto desde donde mandó saliesen de él los naturales de Urcos, por lo que con el tiempo le erigieron en este lugar un rico adoratorio, edificando en este un escaño de oro fino y una imagen a semejanza suya.
Luego Wiracochan prosiguió su camino y llegando a cierto sitio creó a un señor al cual puso el nombre de Alcaviza y al lugar por nombre Cusco; dejando el mensaje que después de este señor vendrían los Incas Orejones a quienes todos respetarían.
Este Wiracochan a quién los pueblos llamaban también Tunupa, Tarapaca, Wiraccochan pachayachicachan, Bichaycamayoc, Cunacuycamayoc Pachacan; que quiere decir el enviado de Wiracocha, su fuente, el predicador, el encargado del presente o el conocedor del tiempo, dicen que se dirigió al pueblo del curaca Apotambo (Señor de Tampu, Tambo u Ollantaytambo), a donde llegó cuando se celebraban unas bodas. Fue en esas circunstancias que el Curaca escuchó sus razonamientos y predicamentos con mucho amor, mas su pueblo no lo hizo así, por lo que Wiracochan los reprendió con amor afable. Y, luego de esto, en un gesto de reciprocidad, entregó el báculo que portaba y en el que se encontraban grabados todos sus conocimientos, al curaca Apotambo. Pasado esto, en memoria de Wiracochan labraron una montaña a imagen y semejanza suya, a la cual veneraron muchísimo.
Luego, este Wiracocha prosiguió su camino haciendo sus obras hasta que llegó a la línea equinoccial cerca al Ecuador, donde queriendo dejar esta tierra, informó a la gente sobre las muchas cosas que habrían de suceder. Les dijo que con el tiempo habrían de venir gente diciendo ser Wiracocha y a los cuales no les deberían de creer. Y dicho esto se metió al mar caminando por sobre el agua como si fuese su espuma..."

Dicen que pasado el tiempo y luego de que el pueblo de Tambo u Ollantaytambo floreció gracias a los conocimientos dejados por Wiracocha, el báculo dejado por él, se transformó en oro fino en el momento en que nació uno de los descendientes de Apotambo llamado Manco Capac quién vino a ser el primer Inca, y con este báculo de oro pasado los años se dirigió a las partes altas de una serranía para fundar la que con el tiempo sería la capital del Imperio de los Incas: el Cusco.
Publicado por Nuestros Antepasados

EL POEMA DE ATRAHASIS O DEL MUY SABIO




EL POEMA DE ATRAHASIS O DEL MUY SABIO

(texto completo)

Por Jean Bottero y Samuel Noah Kramer

"Es para mí un orgullo y un gran honor presentar este poema, que se publica por primera vez en la Web en forma completa y en castellano. Un trabajo realizado con placer y con mucho esfuerzo.
Este texto fue tomado del libro que lleva como título el primer verso del Poema del Muy Sabio (Atrahasis): “Cuando los dioses hacían de hombre”, cuyos autores son los eruditos Jean Bottero y Samuel Noah Kramer."


Sergio Omar Marco


“Muy sabio” es una traducción del término acadio (que también aparece escrito como Atar-hasis y Atam-hasis).
El manuscrito más antiguo de esta obra está firmado y datado y su copista (su autor, evidentemente, se desconoce) respondía al nombre de Kasap-Aya (o Nur-Aya, pues el primer signo cuneiforme no es unívoco) y llevó a cabo su trabajo bajo el reinado del cuarto sucesor de Hammurabi, Ammi-saduqa (1646-1626 a. C.). Es muy probable que el poema haya sido creado durante el siglo anterior.
Dicho poema no es una traducción del sumerio, ni tampoco un nuevo arreglo de una obra pensada y redactada en dicha lengua; todo, en ella, pone de manifiesto que se trata de una composición original, típicamente paleobabilonia.
El poema fue dado a conocer a través de los restos de una de las copias descubierta entre los escombros de la Biblioteca de Assurbanipal (668-627 a. C.).
Pero sólo en 1956 el asiriólogo danés J. Laessoe al poner en orden los fragmentos encontrados, demostró que estábamos ante el “Génesis” más antiguo que se conoce y que, desde un punto de vista religioso, abarcaba toda la “historia” primitiva de la humanidad, desde el momento en que ésta salió de las manos de su creador hasta el final del Diluvio y el inicio del “tiempo histórico”.
Se pudieron reconstruir, aproximadamente, las dos terceras partes del poema, que en su versión más antigua contaba exactamente con “1245 líneas”, de acuerdo con el cómputo cuidadosamente señalado al final de su copia por el diligente Kasap-Aya.
Esta obra todavía presenta muchos pasajes que resultan terriblemente arduos y complejos o enigmáticos, tanto en sí mismos como por culpa de las lagunas que los rodean. Actualmente podemos dar por segura tanto la comprensión del conjunto de dicho texto como la de la mayoría de sus episodios.
Se ha perdido irremediablemente, al menos hasta hoy, pasajes enteros del poema. Esta dificultad, sin embargo, se puede superar en algunos casos: cuando se trata de una de esas numerosas y habituales repeticiones de tiradas enteras de versos o cuando se recurre a formulas estereotipadas que, si bien no permiten restituir los paralelos perdidos, si, al menos, tanto en lo que precede como en lo que sigue al texto conservado, nos permite adivinar bastante bien la trayectoria del mismo.
Conocemos al menos tres o cuatro reediciones que, en lo que respecta a la línea argumental del relato y a su contenido general e incluso, en más de una ocasión, con relación a su contenido puntual, no siempre coinciden en los detalles y que reflejan, cada una de ellas, el espíritu o el gusto de su autor y de su época. Se trata de una situación molesta y lamentable, mucho más si tenemos en cuenta que ninguna de ellas está completa y que no tenemos más que fragmentos.






EL POEMA DE ATRAHASIS O DEL MUY SABIO


(texto completo)







Antes de la creación del hombre


Las dos “clases” originales de dioses


I) – 1-Cuando los dioses (hacían) de hombres,
Tenían que trabajar y estaban atareados:
Su tarea era considerable,
Su trabajo pesado, su labor infinita.
5-¡Pues los grandes Anunnaku, a los Igigu,
Imponían una séptuple prestación de trabajos!
El padre de todos ellos, Anu, era su rey;
Enlil, el valiente, era su soberano;
Ninurta, su [encar]gado,
10-Y Ennugi, su capataz,
Tras llegar a un acuerdo (?),
Los grandes dioses habían echado a suertes lo que le correspondía a cada uno:
Anu subió al Cielo,
Enlil tomó, como dominio la Tierra (?),
15-[Y el cerrojo que enc]erraba (?) el mar
Se entregó a Enki, el Príncipe (?),
[Cuando Anu] subió al cielo,
[Los dioses (?) del] Apsu descendieron hasta allí:
[Fue entonces cuando los Anunnaku] celestes
20-[Impu]sieron a los Igigu [su prestación de trabajos]


El trabajo de los Igigu


[Y estos dioses] (tuvieron) que excavar [los cursos de agua]
[Y abrir los canales] que vivifican la tierra-
[Los Igigu] (tuvieron) que excavar [los cursos de agua]
[Y abrir los canales] que vivifican la tierra.
25-[Así, ellos abrieron] el curso del Tigris,
[Y des]pués, [el del Éufrates].


27-32: casi perdidos por completo; se conservan algunas palabras, al final del verso, que nos indican que a lo largo de estas líneas proseguían los grandes trabajos preliminares. Un fragmento de la edición asiria (K. 8562 del Museo Británico, cuya continuación se verá más adelante) parece añadir en este punto cuatro versos acumulativos destinados a reforzar el carácter penoso e infinito de dichas tareas:


(a) [Durante cien (?) años] se entregaron a la tarea –
[Durante quinientos (?) años] se entregaron a la tarea –
[Durante novecientos (?) años] se entregaron a la tarea –
[Durante mil (?) años] se entregaron a la tarea –
33- [Después de haber acumulado (?)] todas las montañas,
[Hicieron el recuento de los años] trabajados,
35- [Después de haber organizado (?)] el gran pantano meridional,
[Hicieron el recu]ento [de los años] trabajados,
[¡(Durante) dos mil q]uinientos años, y más,
Habían, día y noche,
Soportado [esta pesada car]ga!


Agotados, protestan por su excesivo trabajo


[Ellos, entonces, comenzaron a des]potricar y a quejarse,
40- [Lamentan]do[se] de sus labores de excavación (?):
“¡Vayamos a ver al encargado, [nuestro jefe],
Para que nos libre de nuestra [pesa]da tarea!
Al valiente soberano de los dioses,
[Ven]id, vayamos a sacarlo de su casa –
45- [A Enlil (el valiente), el so]berano de los dioses,
[Ven]id, vayamos a sacarlo de su casa!”
[Entonces…] abrió la boca
[Y se dirig]e a los dioses, sus hermanos:
“[…], el encargado de tiempos pasados (?)…


50-56: debían de contener la continuación de la arenga dirigida por este dios (cuyo nombre no conocemos) a los Igigu para hacer que dejasen de trabajar. Uno o dos fragmentos de inicios del I milenio, pertenecientes a los fondos del Museo Británico (K. 10082 y K. 6325), de 7 u 8 líneas, no aportan nada destacable a dicho pasaje:


II) – 57- “¡Al valiente sobera[no] de los dioses,
Venid, vayamos a sacarlo de su casa.
¡A Enlil [(el orgulloso), el so]berano de los dioses,
60- Ve[nid], vayamos a sacarlo de su casa!
¡Ea!, declarad la guerra:
Añadamos la batalla al combate (?).”
Los dioses escucharon su súplica
Y quemaron su utillaje,
65- Arrojaron sus azadas al fuego,
66s- Y a las llamas sus capazos.
Después, agrupados, marcharon
A la puerta del santuario de Enlil el valiente.


Planteo entre los Anunnaku


70- ¡De noche, en mitad de la vigilia
Y, a espaldas del dios, se cercó el palacio –
De noche, en mitad de la vigilia
Y, e espaldas del dios, se cercó el Ekur!
Pero Kalkal, sabiendo lo que sucedía, hizo que lo cerraran:
75- El maneja el cerrojo y vigila [la puerta].
Después, Kalkal, despierta a [Nuska],
Mientras se escuchaba el alboroto [de los Igigu];
Y Nuska despierta [a su se]ñor,
[Al que] saca de su lecho:
80- “¡[Tu pal]acio está rode[ado], mi Señor!
¡El camba[te se ha ex]tendido hasta tu puerta! –
¡Tu palacio está rodeado, oh Enlil!
¡El combate se ha extendido hasta tu puerta!”
Enlil ordenó que se trajesen las armas a su casa,
85- Después abrió la boca
Y se dirigió a Nuska, su paje:
“¡Nuska, levanta una barricada ante tu puerta!
90- ¡Toma tus armas y ponte a mis órdenes!”
¡Nuska levanta una barricada ante tu puerta,
Toma sus armas y se puso a las órdenes de Enlil!
Después, el abrió la boca
Y se dirigió a Enlil el valiente:
“¡Mi Señor, tu rostro está verdoso!
95- ¡Oh Enlil, tu rostro está verdoso!
Son tus propios hijos, ¿Qué temes?
Envía a buscar a Anu, que [se] le haga descender
Y que también se traiga a Enki [ante t]u presencia!”


Se reúnen en consejo de guerra


El, entonces, manda a buscar a Anu, al que [se] hace descender,
100- Y también se lleva a Enki [an]te su presencia.
Anu, el rey del [Ci]elo, presidia (la reunión),
Y el rey del Apsu, Enki, lo escuchaba [todo (?)],
Mientras se [sen]taban los grandes Anun[naku],
Enlil se puso de pie: se a[bría] el debate.
105- Enlil, habiendo abierto, entonces, la boca,
Se dirige a [los gra]ndes [dioses]:
“¿Ellos se ha[n rebela]do contra mí?
¡Pues bien, me batiré…!
¡Oh dioses!, ¿Qué es lo que han visto mis ojos?
110- ¡El combate se ha extendido hasta mi puerta!”
Anu abrió entonces la boca
Y se dirige a Enlil el valiente:
“(Si quieres saber) la razón (?) por la que los Igigu
Han asediado tu puerta,
III) – 115- Que Nuska salga [a preguntarla (?)]:
[Encárgale que cumpla esa] misión
Ante tus hijos!”


Misión conciliadora ante los Igigu


Enlil, [entonces], ab[rió] la boca
Y se dirige a [Nuska, su paje]:
120- “Nuska, descorre el cerrojo de [tu puerta],
Co[ge] tus armas,
Y vete, ante [todos esos dioses] agrupados,
A postrarte, levánta[te],
[Y repite] nuestras [palabras]
“¡Me envían Anu, [vuestro padre]
125- Y vuestro soberano, [Enl]il [el valiente];
[Ni]nurta, vuestro encargado,
Y vuestr[o] capataz, [En]nugi!
Ellos os quieren decir: ¿Quién [va],
Entonces, a combatir?
¿Quién saldrá a [batal]lar?
130- ¿Quién [osará] hacer la guerra?”


131-133: se han perdido y, con ellos, el final del discurso dictado a Nuska.


134- [Nuska, ante todos esos] dioses [agrupados],
Repite, entonces, literalmente, [las palabras de Enlil]:
“¡Me envían Anu, vuestro [pa]dre,
[Vuestro soberano]. Enlil [el valiente];
[Ni]nurta, [vuestro encargado],
Y [vuestro capataz, En]nugi!
140- [Ellos os quieren decir]: “¿Qu[ién va entonces a com]batir?
¿Qu[ién saldrá a batal]lar?
¿Qui[én osará hacer la gu]erra?”


143-146: destruidos, contenían el final del discurso de Nuska y las primeras palabras de la respuesta del portavoz de los Igigu (sin duda el mismo que, anteriormente, los había incitado a la revuelta), cuya respuesta prosigue del siguiente modo:


147- “Hemos puesto (todo) nuestro [esfuerzo (?)]
En esta ex[cavación (?)]:
¿[El] traba[jo excesivo] nos ha matado!
150- ¡[Nuestra] car[ga] era demasiado pesada, [el trabajo era infinito]!
Esta es la razón que (?) [a los dioses al] comp[leto]
Nos ha llevado [a quejarnos contra Enlil]!”
Nuska volvió [, entonces, a coger sus armas]
Y se march[ó a informar a Enlil (?) de estas palabras]:
155- “¡Mi señor, [tú] me [enviaste] a […].
Yo partí […]
Y repetí, literalmente, tus palabras!
[Y esto fue lo que ellos me respondieron (?)]:
“[Nosotros] to[dos, los di]oses [al completo],
160- [Hemos decidido (?)] batirnos.
Hemos puesto (todo) nuestro [esfuerzo (?)]
En esta excavación (?):
¡El t[rabajo] excesivo nos ha matado!
Nuestra [car]ga era [demasiado pesada], este trabajo era infernal!
Esta es la razón que (?) a los dioses [al c]ompleto


Desconcierto de Enlil y de los dioses ante el fracaso de Nuska


165- [No]s ha [llevad]o a quejarnos contra Enlil!”.
Al escuchar este discurso,
Enlil [de]rramó lagrimas
Y, tras ello,
Se diri[ge a] Anu, el v[aliente]:
170- “Alteza, contigo en el Cielo […”]


171-188: perdidos en la tablilla de Kasap-Aya. Sin embargo, (b), un fragmento de inicios del I milenio perteneciente a los fondos del Museo Británico (K. 7109 +), conserva probablemente, al menos ad sensum:


(b) 1´”Alteza (?), contigo en el Cielo
Conserva (?) tu autoridad y haz uso de ella (?):
¡Mientras los Anunnaku se sientan en tu presencia,
Haz comparecer a uno (de estos) dios(es)
Y que sea condenado al castigo supremo!”
5´Pero Anu abr[ió] la boca
[Y se di]rige a los dioses, sus hermanos:
“¿Por qué los [cul]pamos?
¡Su carga era pesada, su trabajo inf[inito]!
[Cada di]a […]
10´[Su grito de auxilio] era [cosa se]ria:
[Nosotros no (les) o]ímos dar voces…




La creación del Hombre


Ea propone un plan de salvación: crear sustitutos para los dioses desfallecidos


Otro fragmento, procedente, también, del Museo Británico, pero de fecha más antigua y casi contemporáneo del texto de Kasap-Aya: (c) (BM 78257), presenta una versión ligeramente diferente: la llamada a la indulgencia no la realiza Anu sino Ea, quien rápidamente propone un plan de salvación:


(c) 1´Ea, habiendo [abierto] la boca,
Se dirige a los dioses, [sus her]manos:
“¿Por qué los [culp]amos?
¡Su tarea era pesada, [su labor infinita]!
5´Cada día […]
Su grito de auxilio era cosa ser[ia…].
Pero existe [un remedio para esta situación (?)]:
Dado que [Belet-ili, la Matriz], está aquí,
Que fabrique un prot[otipo de hombre]:
10´¡Será él quien car[gue] con el yugo [de los dioses (?)]-
[Quien ca]rgue con el [y]ugo [de los Igigu (?)]:
[Será el Hombre quien cargue] con su [traba]jo!


La versión “asiria”, representada por (a), el fragmento ya citado anteriormente (I: 27-32): K 3339 +, nos permite conocer un episodio que puede ser introducido en este momento del relato: en él, los dioses supremos buscan al instigador de la revuelta.


(a) 5´”En presencia de los Anunnaku, reunidos en sesión,
Y de Belet-ili, la Matriz,
¡Hace comparecer a uno (de esos) dios(es)
[Y se le mata (?)]!”
Anu, habiendo entonces abierto la boca, se dirige a Nuska:
“¡Nuska, descorre el cerrojo de tu puerta! Toma tus armas […(?)]
10´(Una vez) llegado a la reunión de los grandes dioses (!),
Inclínate […después vuelve a ponerte de pie (?)]
Y diles: “[…]
Me envían Anu, vuestro padre,
Vuestro soberano, Enlil el valiente;
Ninurta, vuestro encargado,
[Y vuestro capataz Annugal (?)]
15´¿Quién es instigador del combate, [el jefe bélico],
El dios que ha empezado la [lucha],
Llevando [el conflicto] hasta mi casa,
Hasta tal punto que la gresca
Ha llegado a mi puerta?”.
Nuska, tras oír estas palabras, toma sus armas […]
20´(Una vez) llegado a la reunión de los grandes dioses (!),
[Se inclina…, luego se pone de pie (?)]
Y les dice: “[…]
[Me envían] Anu, [vuestro padre],
[Vuestro soberano, En]lil el valiente;
[Ninurta, vuestro encargado,
Y vuestro capataz (?)] Annugal.
25´¿Quién es el instigador del combate, [el je]fe bélico,
[El dios que ha em]pezado la lucha,
[Llevando el conflicto hasta la cas]a de Enlil…


En este punto se recupera el texto de Kasap-Aya:


188- […]
“Dado que Be[let-ili, la Mat]riz, está aquí,
190- ¡Ella será quien dé a luz (?) y produzca
Al Hombre para asegurar el trabajo de los dioses!”
Interpelando, entonces, a la diosa, ellos preguntaron
A la sabia mujer de los dioses, a la experta Mammi:
“¿Serás tú la matriz que produzca a los hombres?
195- ¡Pues bien! ¡Fabrica el prototipo humano:
Que él cargue con nuestro yugo!-
¡Que él cargue con nuestro yugo, impuesto por Enlil!-
¡Que el hombre asuma el trabajo asignado a los dioses!”
Pero Nintu, habiendo abierto la boca,
Replica a los grandes dioses:
200- “¡No puedo hacerlo sola, por mí misma;
Pero, con la ayuda de Enki,
La operación sí que es posible!
Solo él puede “puri[fi]carlo” todo:
Que él me entregue la arcilla y yo lo llevaré a cabo”


Pormenores del proyecto de Enki


Enki, entonces, abrió la boca
205- Y se dirige a los grandes dioses:
“El primero, el séptimo o el decimoquinto día del mes,
Decreto que se lleve a cabo una lustración con baño.
Entonces, se inmolará un dios,
Antes de que (?) los dioses sean purificados mediante la inmersión.
210- Con su carne y su sangre,
Nintu mezclará la arcilla:
De este modo el dios y el hombre estarán asociados,
Reunidos en la arcilla,
¡Y, a partir de este momento, nosotros estaremos ociosos (?)!
215- ¡Gracias a la carne del dios
Habrá en el Hombre un “alma”,
Que lo presentará siempre vivo después de su Muerte.
Esta “alma” estará allí para guardarlo del olvido!”
219- Y los grandes Anunnaku,
220- Que asignan los destinos,
218- Al unísono respondieron: “¡Sí!”.


Realización del modelo humano de acuerdo con el proyecto de Enki


221- El primero, el séptimo o el decimoquinto día del mes
Enki decreta, por tanto, una lustración con baño,
Y el dios We, que tenía el “alma”,
Es inmolado en plena asamblea.
225- Con su carne y con su sangre
226- Nintu mezcla la arcilla,
-Para que se uniesen el dios y el hombre,
Estuviesen reunidos en la arcilla-
(Estos dos versos fueron olvidados por el copista)
227- Y para que así, des[de este momento], (los dioses) [estuviesen ociosos] (?),
V) Gracias a la carne del dios
hubo también en el Hombre un “al[ma]”,
Que lo presentaría siempre vivo después de la muerte.
230- Esta “alma” [estaba allí] para guardarlo del olvido!
Después de que Enki hubiese amasado esta arcilla,
Llamó a los Anunnaku, los grandes dioses,
Y a los Igigu convertidos, ellos también,) en grandes dioses,
Que escupieron sobre la arcilla.
235- Después, [Ma]mmi abrió la boca
[Y se di]rige a los grandes dioses:
[“¡El tr]abajo que me habías encargado,
Ya lo he realizado!
Habéis inmolado a ese dios con su “alma”,
240- Y yo os he librado de vuestra pesada tarea,
Imponiendo vuestra labor al Hombre.
Cuando vosotros concedáis a los Hombres
El rumor de la pululación
¡Yo soltaré vuestra cadena y seréis “libres”!”
Una vez que ellos oyeron este discurso,
245- Corrieron a abrazarle los pies:
“Hasta ahora, decían, te llamábamos Mammi:
Que, a partir de este momento, tu [no]mbre
Sea Señora de Todos los Dioses (Belet-kala-ili)!”
Instrucción de la reproducción de los hombres
Entonces, entraron en la sala de los destinos
250- Enki el príncipe (?) y la experta Mammi


251-270: perdidos. Un fragmento de la Biblioteca de Assurbanipal, (d) (K. 7816 +, también del Museo Británico), describe así los acontecimientos:


(d) 8- Habiendo sido reunidas las matrices,
Ea amasa la arcilla ante la mirada de Nintu,
10- Quien repite la fórmula
Que Ea, sentado ante ella, le dictaba.
Cuando ella terminó dicha fórmula,
Separa catorce pedazos de pasta,
Coloca siete a su derecha
15- Y los otros siete a su izquierda:
Después levanta entre ellos una pared de ladrillo


El manuscrito neo-asirio (a), ya citado anteriormente, nos ofrece la continuación del relato:


(a) 10´[…] cortaba los cordones umbilicales.
De las catorce matrices
Reunidas por la sabia experta:
Siete produjeron machos
Y las otras siete hembras.
15´Ante la Matriz divina, hacedora de destinos,
Se las empareja
Y se las reúne dos a dos.
Y, así, Mammi traza
Las reglas (del parto) de los seres humanos:
“En la habitación en que se tiende,
Encamada, la parturienta,
Tendrá que estar durante siete días la pared de ladrillo.
20´Se deberá rendir honores a la Señora de los dioses,
A Mammi la experta.
La comadrona estará alegre
En la habitación de la encamada parturienta.
Y, cuando ella haya dado a luz,
La joven madre permanecerá en el lecho, de acuerdo con su voluntad…


271-278: tomamos, en este caso, estos ocho versos de un fragmento paleobabilonio del Museo Británico, (f) (BM 92608), que parece reproducir, con bastante fidelidad, el texto de Kasap-Aya.


(f) 271- […]
[…] los senos de (cada) mujer
[…] la barba
[…] las mejilla de (cada) hombre
275- […] y fuera,
Cada marido y cada esposa […]
Ahora bien, una vez reunidas [las mat]rices,
Nintu [se detuvo]:
[Ella co]ntaba los meses de embarazo
280- Hasta que en la sala de los destinos
Se anunciaba el décimo.
VI) Llegado el décimo mes,
Ella desenvainó el “bastón” (?) y descubrió (?) el bajo vientre (?):
¡Su rostro brillaba de alegría!
Después se cubrió la cabeza
285- Y se comportó como una comadrona:
Se ciñó los lomos,
Pronunció una bendición,
Trazó una línea de harina
Y levantó en el lugar una pared de ladrillo, (diciendo):
“¡Yo la produje, yo la hice con mis manos!
290- ¡Que en la casa de la “consagrada”
La comadrona esté alegre!
Allí donde una parturienta dé a luz,
O donde una joven madre aborte por sí misma,
La pared de ladrillo deberá permanecer durante nueve días,
Durante los cuales, en honor de Nintu la Matriz
295- Y de Mammi […], será mencionada
Es ella quien […] la matriz
Y quien dispondrá la estera
Y cuando se dirija al lecho para dar a luz,
Se separarán el mar[ido y la mu]jer.
300- Pero, cuando se vuelvan a –re-unir,
Istar estará alegre en la cámara [nupcial (?)].
El regocijo [dura]rá nueve días,
Y se invocará a Istar bajo el nombre de Ishara…


305-327: íntegramente perdidos y sin que se conozca ningún paralelo. Es evidente que, una vez iniciado el movimiento de las generaciones humanas, los hombres se dedicaban, con empeño, al trabajo y así comenzaba esta parte del texto:




La “Historia primitiva” de la humanidad:


a)- Las primeras plagas


328-336: sólo se conservan algunas palabras (la columna VII comienza en el verso 334) que nos dejan entrever que los primeros seres humanos se organizaban y comenzaban a realizar su tarea:


El trabajo y el éxito de los hombres


337- Ellos fabricaron picos y azadas nuevos,
Después construyeron grandes diques de riego
Para satisfacer el hambre de los hombres
Y el deseo [de los dioses]


340-351: nueva laguna. En estos versos, sin duda, se informaba sobre los logros y la prosperidad de los hombres.


Y sus inconvenientes


352- [No habían pasado] mil doscientos años
[Y el territorio se había ampliado]
Y la población multiplicado.
El pa[ís, como un to]ro, alzaba tanto la voz
355- Que [el ruido] molestó al dios soberano


Molesto por el ruido, Enlil quiere diezmarlos mediante una plaga


[Cuando Enlil escuchó] su rumor,
[Se dirigió a] los grandes dioses:
“El rumor de los humanos [ha llegado a ser demasiado fuerte]:
¡No consigo dormir [a causa de dicho alboroto]!
360- ¡[Ordenad, por tanto,] que sufran la epidemia!


361-363: perdidos, anunciaban el inicio de la plaga y sus primeros desastres.


Intervención del Muy Sabio


Hab[ía], sin embargo, [cierto individuo Muy Sabio],
Devoto de Enki y mu[y hábil,]
Que podía conversar co[n su dios],
Quien, gustosamente, lo tenía [como interlocutor.]
El Muy Sabio abrió, entonces, la boca
Y se dirigió a [su] señor:
370- “¿Cuánto tiempo [va a durar esta epidemia? (?)]
¿Por cuánto tiempo padeceremos esta peste?”


Respuesta e instrucciones de Enki


Enki abrió la boca
Y se dirigió a [su] servidor:
-”Convoca en tu casa a los ancianos y diles- (olvidado por el copista)
“¡Ancianos, escuchadme!
375- […] en el palacio (?) […]
[Orde]nad que los heraldos públicos pro[cla]men
Con gran estrépito por el país:
¡No rindáis mas honores a vuestros dioses!
¡Ni imploréis más a vuestras diosas!
380- Y sólo frecuentad a Namtar:
¡Sólo a él ofrecedle vuestros platos cocinados!
El aceptará gustoso esas ofrendas
Y, confuso por culpa de tantos presentes,
Suspenderá su acción maléfica!”.


Rápidamente llevadas a la práctica por el Muy Sabio


385- Siguiendo estas instrucciones, el Muy Sabio
Reunió en su casa a los ancianos
Y, [habiendo ab]ierto la boca,
Se dirigió a ellos:
“¡Ancianos, escuchadme!
VIII) 390- […] en el palacio (?) […]
[Ordenad] que los heraldos públicos proclamen
[Con gran es]trépito por el país:
[“¡No rindáis mas honores] a vuestros dioses!
[¡Ni imploréis má]s vuestras diosas!
395- Y sólo [frecuen]tad a Namtar:
¡Sólo [a] él [ofrecedle vuestros paltos cocinados]!
El aceptará gustoso esas ofr[endas]
Y, confuso por culpa de tantos presentes,
Suspenderá su acción maléfica!”
400- Obedeciendo esta or[den, los an]cianos
Construyeron en la ciudad
Un santuario para Namtar
Y ordenaron [que los heraldos públicos] proclamasen
[Con gran es]trépito [por todo el país]
405- “[¡No] rindáis [más] honores a [vuestros d]ioses!
[¡Ni] imploréis más [a vuestras diosas]!
Y sólo frecuen[tad a Namtar]:
¡Sólo a él [ofrecedle] vuestros paltos cocinados!”
El [acep]tó gustoso esas ofrendas
410- [Y, con]fuso por culpa de tatos presentes,
[Suspen]dió su acción maléfica:
Así [se pus]o [fin a la epidemia]
Y de nuevo [prosperaron (?)].


414-415: los dos últimos versos de esta tablilla se han perdido.


Con la prosperidad vuelve a comenzar el ruido


II/I) 1- No habían pasado mil doscientos años
Y el territorio se había ampliado
Y la población multiplicado.
El país, como un toro, alzaba tanto la voz
Que el ruido molestó al dios soberano.


Y, en esta ocasión, Enlil les envía la sequia y la hambruna


5- Cuando [Enl]il escuchó su rumor,
Se dirigió a los grandes dioses:
“El rumor de los humanos ha llegado a ser demasiado fuerte:
¡No consigo dormir a causa de dicho alboroto!
¡Cortadle, por tanto, los víveres
10- Y que escaseen las plantas alimenticias!
¡Que Adad reduzca las lluvias a la nada,
Y que, en la tierra, la crecida
No se llegue a originar!
¡Que el viento (cálido) llegue a
15- Tostar el suelo!
¡Que las nubes se amontonen,
Pero sin derramar la más mínima gota!
¡Que los campos disminuyan su producción!
¡Que Nisaba “cierre su pecho”!
20- ¡Que ellos no disfruten de más alegr[ía]
Y que […] reducido/a a humo!”


22s: el resto de la columna –alrededor de 30 versos- se ha perdido. A lo largo de estos versos se tenía que narrar: a) la sequía y la hambruna anteriormente señaladas; b) una nueva petición del Muy Sabio a Enki; c) las instrucciones de éste para poner fin a la plaga. El texto de Kasap-Aya, muy lleno de lagunas, se puede completar, en parte, gracias al fragmento (g), descubierto en Nippur, otra copia de la misma edición antigua, perteneciente al Museo de Estambul y que figura con la signatura Ni 2552+.


El Muy Sabio hace que se cumplan las órdenes de Enki


(g) II) 5- [“¡Ancianos, escuchadme!]
[… el palacio (?)…]
[Ordenad a los heraldos públicos que proclamen]
Con gr[an estrépito por todo el país]:
“¡No rind[áis más ho]nores a vuestros dioses!
10- ¡Ni imploréis más a vuestras [dio]sas!
Y sólo [honra]d a Adad:
¡[Só]lo [a él] ofrecedle vuestros platos cocinados!
El aceptará gustoso [esas ofrendas]
Y, confuso por culpa de tantos presentes,
15- Suspenderá su acción maléfica:
Por la mañana él hará que llovizne
Y por la noche, a escondidas,
Condensará el rocío,
De tal modo que los campos, en secreto,
20- Recuperen su producción!”
Se construye, entonces, en la ciudad, un santuario dedicado a Adad
Y se ordena a los heraldos públicos que proclamen
Con gran estrépito por todo el país:
“¡No rindáis más honores a vuestros dioses!
25- [¡Ni] imploréis más a vuestras diosas!
Y sólo honrad a [Adad]:
¡Sólo a él [ofrecedle] vuestros platos cocinados!”
El [acep]tó gustoso esas ofrendas
Y, [co]nfuso por culpa de tantos presentes,
30- [Sus]pendió su acción maléfica:
Por la mañana hizo que lloviznase
Y por la noche, a escondidas,
[Cond]ensó el rocío,
[¡De tal modo que los campos, en se]creto,
Recuperaron su producción!
35- Así se puso fin a [la sequía/la hambruna (?)]
Y, de nuevo, […] su […]


36s: el final de la columna –alrededor de quinde versos- ha desaparecido. La continuación, hasta la columna VII, sólo está atestiguada, de manera muy incompleta, por el fragmento paleobabilonio anteriormente citado ((g)/Ni 2552+). Gracias a la continuación del relato y a algunas de las palabras sueltas que se conservan podemos restituir la siguiente secuencia de acontecimientos: 1) la humanidad, liberada, recupera al mismo tiempo su prosperidad y su estrépito; 2) Enlil, irritado, como siempre, por dicho alboroto, decide en esta ocasión repetir, con más intensidad, la plaga anterior, la sequía/hambruna, en vez de dar paso a una nueva; 3) con esta finalidad, hace adoptar a los dioses una resolución y confía la estricta vigilancia de cada una de las dos partes del mundo interesadas en este conflicto a uno o dos dioses: el cielo a Anu y a Adad y la tierra al propio Enlil en persona, con el fin de que, a partir de este momento, se controle hasta la más mínima humedad capaz de poner fin a los efectos de la sequía; 4) ante dichas medidas nada se podía hacer. De ahí la continuación del relato:


Desesperación del Muy Sabio


III) 4- (El Muy Sabio) se pasaba los [dí]as llorando,
Tras haber traído, por la mañana,
(Material) para preparar fumigaciones […]
8+10- Prestaba [atención] a sus sueños
11- [Y, constantemente, en] el santuario de su dios,
12-14- Permanecía [postrado (?)], llorando…


15-35: los escasos restos de estas líneas que se conservan permiten deducir que el Muy Sabio, por si mismo o, sin duda, siguiendo los consejos de su dios, se entregaba a la realización de una serie de operaciones de exorcismo, contando, quizá, con “el Rio” para que se llevase las causas del mal que asolaba a los hombres. Enki escuchaba esta súplica y, al parecer, ordenaba participar a los Lahmu, unos monstruos acuáticos o marinos, de un modo que desconocemos. Este proyecto, sin embargo, se debía de ver interrumpido y no se llegaba a dar ningún remedio eficaz para la plaga: de tal modo que, en el momento en que se recupera el texto, al inicio de la columna IV, se ve cómo ésta dobla sus efectos.


La sequía empeora


IV) 1- Arriba […]
Mientras que, abajo, la crecida
No se o[riginaba]
Ya no nacía nada del seno de la tierra
5- Las plantas ya no nacían […];
Ya no se veía a nadie […].
Las para[deras] de hierba (?) se secaban;
¡La llanura se cubría de Sali[tre]!


Y la hambruna también


Durante el primer año se comieron las res[ervas];
10- Durante el segundo año se vaciaron los graneros;
Cuando lle[gó] el tercer año,
Todas los rasgos estaban alterados por causa de la inanición.
Era como si [las caras] estuviesen cubiertas de malta (¡?),
Y, a fuerza de tomar un color plomizo (?)[…],
15- Los ros[tros] parecían marchitos.
Todos caminaba, fatigados, po[r las calles],
Contrayendo sus largos hombros



18s: la continuación, en principio mutilada, ha perdido alrededor de treinta líneas. La parte conservada de los primeros versos de la columna V nos impide llegar a apreciar el curso de los acontecimientos. Sin embargo, parece que Enki, convencido quizá por las plegarias de su servidor, hace que intervengan una serie de agentes y de circunstancias sobre los que nada sabemos, atenuando asé, en cierta medida, el hambre. De ahí las críticas realizadas por Enlil:


Reproches de Enlil a Enki


V) 13´¡Lle[no] de cólera [contra los Igigu]!
“[Todos nosotros], dijo, los grandes Anun[naku],
15´Aceptamos, unánim[emente, un compromiso]:
¡Anu [y Adad] vigilarían [las regiones de arriba],
Y yo, yo, vigilaría la tier[ra, aquí abajo].
Después, Enki [intervino]
[Para liberar a los hombres], soltando sus cade[nas]
20´Y permitiéndoles [una rica producción]!”
[…]


Enlil convoca, para reñirles, a los cómplices de Enki


Y Enlil, habiendo [abierto una vez más] la boca
[Se dirige] a Nuska, su paje:
“¡Que sean traídos aquí los dos cómplices (?)
25´Y que sean pre[sentados] ante [mí]!”
Se les hizo entrar, entonces,
Y, dirigiéndose a ellos [Enlil] el valiente
Les dijo: “[To]dos [nosotros], los grandes Anunnaku,
Aceptamos unánimemente un compro[miso]:
30´¡Anu y Adad vigilarían las regiones d[e arriba],
Y yo, yo, vigilaría la tierra, a[quí abajo]!
Después, inter[viniste] tú,
[Para liberar a los hombres, soltando sus cadenas
Y permitiéndoles una rica producción]!


34´s: otra gran laguna; se han perdido las 15 últimas líneas de la columna V y las 35 primeras de la VI. La continuación del relato nos permite deducir que se habría reunido una asamblea plenaria de los dioses, sin duda convocada por Enlil, quien, harto de ver fracasar sus planes, quería, en esta ocasión, acabar definitivamente con los hombres, enviándoles el mayor de los cataclismos: el Diluvio. En el momento en que el texto se recupera, ante dicha asamblea y pensando, evidentemente, en Enki y en sus cómplices, Enlil recuerda sus órdenes, que, hasta el momento, habían sido vanas:


Enlil recuerda sus órdenes, ridiculizadas hasta el momento


36´¡Adad [hizo que] sus lluvias [volviesen a caer]
Y [el verdor] cubrió de nuevo las praderas,
Mientras [el cielo (?)] aparecía cubierto
De nubes cargadas de agua!
“¡No, no alimentéis más a los hombres!
40´¡No le proporcionéis más grano!”


Enki se ríe de las faenas que le gastó a Enlil o de las que le prepara


Pero, en su rincón (?),
En plena asamblea de los dioses, le entró la risa –
En su rincón,
[En plena as]amblea de los dioses, a Enki le entró la risa


45´-48´: prácticamente perdidos en su totalidad. Enlil reacciona ante esta falta de respeto:


Enlil reitera sus reproches a Enki


49´”Todos [nosotros], los gran[des Anunnaku],
[Aceptamos] unánimemente [un compromiso]:
51´¡Anu y Adad [vigi]larían las regiones de arriba,
[Y y]o, yo, vigilaría la tierra, a[quí abajo]!
Entonces, interviniste tú,
[Para lib]erar a los hombres, soltando sus cadenas
55´Y permitiéndoles una rica producción!
[…]


VII: 1-30: faltan. Aquí vuelve a comenzar el texto de Kasap-Aya, cuyo contenido aparece duplicado en el fragmento paleobabilonio (g) que nos ofreció el contenido de las últimas columnas. Entre tanto, Enlil debió de dar a conocer su decisión de provocar el Diluvio exterminador. Los dioses discuten esa medida en su presencia.


Enki, tras recordar que había creado a los hombres en beneficio de los dioses, se opone al Diluvio


30´[“De este modo yo os liberé de vuestra pesada carga,]
[Imponiendo] vuestra la[bor a los hombres].
Vosotros, entonces, [les conc]edistéis el rumor (de la pululación).
Después, incluso, de haber inmolado [a un dios]
(Para concederles) el “al[ma]”;
¿Y ahora, [reu]nidos, ord[enaís]
35´[Su eliminación (?)]?
¿Legaréis a dec[idir]
Su vuelta a la n[ada]?
(Vosotros habéis decidido). ¡Hagamos que, en este sentido, preste juramento (!)
Enki, el príncipe (?)!”
40´Y Enki, ab[riendo] de nuevo la boca,
Se dirige (otra vez) a los di[oses, sus hermanos]:
“¿Por qué me queréis ligar con un juramento?
¿Acaso puedo yo alzar la mano contra [mis] cri[aturas]?
Y ese Diluvio del que hab[láis],
45´¿Qué es? ¡Yo [lo ignoro]!
¿Soy yo quién [lo] tiene que producir?
¡No, ésa es tarea [de Enlil]!
¡Que se él, él, quien tome la decisión [y dé las órdenes]:
Y, entonces, que Sullat y [Hanis]
50´Partan [encabezando] (el fatal cortejo);
Que Ner[gal arranque] los soportes de las compuertas celestes;
Que [Ninurta] vaya
A hacer que se desbor[den las presas de aquí arriba]!


54´s: nueva fractura de una treintena de líneas, una o dos al final de la columna VII y el resto al inicio de la VIII. Final de la discusión, antes de la decisión final.


Se decide el Diluvio


VIII) 34- Los dioses tomaron, entonces, la decisión final:
¡Una faena bien malvada jugada por Enlil a los hombres!


b) – El Diluvio


El Muy Sabio recurre a Enki, que le responde por medio de un sueño que él, rápidamente, explica de manera indirecta


III) 1- [El Muy Sabio] abrió, entonces la boca
[y se dirige] a su señor:


3-10: se han perdido; en ellos estaban incluida la súplica del héroe. Enki, decidido a oponerse a los efectos aniquiladores del Diluvio, envía a su servidor un sueño premonitorio:


11- [El Muy Sabio] abrió [entonces] la boca
[Y se dirige] a su señor:
“¡Explícame el sentido [de este sueño],
Para que comprenda su contenido
Y acepte las consecuencias!”
15- Y [Enki], habiendo abierto la boca,
Se dirige a su servidor:
“Dices que quieres comprender [este sueño]
19- ¡Pues bien, recuerda exactamente
18- El mensaje que aquí te entrego!:
20- “¡Pared, escúchame bien!
¡Empalizada, recuerda todo lo que te voy a decir!
¡Derriba tu casa para construirte un barco!
¡Abandona tus bienes,
Para salvar tu vida!
25- El barco que tienes que construir
[…] con los lados iguales –
[…]
¡Téchalo, para que, al igual (que sucede con) el Apsu,
30- El sol no vea su interior!
¡Estará cerrado por todos los lados,
Y su equipación deberá ser sólida
Y su calafateado grueso y resistente!
Después, yo haré que lluevan


La espera del Diluvio


35- Profusión de pájaros y canastos de peces!”
¡Enki, entonces, abrió la clepsidra y la llenó,
Ajustándola para la llegada del Diluvio, siete días después!
Una vez que el Muy Sabio hubo recibido estas instrucciones,
Reunió a los ancianos
40- Y, habiendo abierto la boca,
Se dirige a ellos:
“Mi dios [ya] no está [de acuerdo] con el vuestro
¡Enki y Enlil están enfadados!
¡Ello me obliga a abandonar [vuestra ciudad (?)],
45- Pues soy dev[oto de Enki]!
Así, se ha deci[dido] lo siguiente:
Por ello, [no] permaneceré más tiempo en [vuestra ciudad],
[Mis pies] no pi[sarán por más tiempo]
El territorio de Enlil,
¡Pero yo […] con los dioses y […]!
50- [¡Así] se ha decidido!”


51s: el final de la columna I (5 líneas) y las 9 primeras de la II están totalmente destruidas. En ellas, sin duda, se describía la continuación de las órdenes de Enki.


Ejecución de las órdenes de Enki


II) 10´Los ancianos […]
Los carpint[eros con sus doladeras],
Los mimbre[ros provistos de sus mazas de piedra],
[Los más pequeños traían] betún,
Los más pobres [el equipamiento]


15´-29´: desconocemos la continuación de los preparativos, narrada en las tres líneas siguientes. Finalmente, se aprecia como el Muy Sabio comenzaba a cargar el barco:


30´Todo el [oro] que tenía,
Toda [la plata] que tenía,
[A los animales] “puros” (?) […]
A los más gordos (?) […],
Los captura y los embar[ca].
35´[Pájaros] emplumados del cielo,
Rebaños […]
Bi[chos…] de la estepa
[A todos,] él los emba[rca].
Y, […] cuando la luna [desapa]reció (?),
40´Invita a los suyos a un banquete […],
[…],
Después de haber embarcado a su familia.
[Se com]ió, entonces, copiosamente
[Y se bebi]ó abundantemente.
45´El, sin embargo, no dejaba de entra y de salir,
Sin llegar nunca a sentarse o a ponerse en cuclillas,
El estaba así de desesperado y de mareado.


El Diluvio


Después, el tiempo cambia de aspecto
Y Adad resonaba entre las nubes.
50´Tan pronto como se escuchó el gruñido del dios,
Se añadió betún para obturar la escotilla,
Y, apenas se había cerrado ésta,
Adad atronó entre las nubes,
Mientras un viento furioso, con un primer golpe,
55´Rompía las amarras y soltaba el barco.


56´s: al parecer, han desaparecido una o dos líneas del final de la columna II y las tres o cuatro primeras de la III.


III) 5- […] la tempestad
[…] enganchados (?) […]
[Anzu arañaba] el cielo,
[Con] sus [ga]rras.
[¡La tempestad golpeaba] la tierra,
10- Interrumpiendo su rumor [igual que (se rompe un cacharro)]!
¡Y, [desencadenado] el Diluvio,
Transcurre la maldición
[Al igual que la guer]ra sobre los hombres!
¡Nadie veía ya a nadie:
Nada resultaba discernible en esta carnicería!
15- [El Dil]uvio mugía como un toro,
E, [igual que] un águila [que ch]illa,
El viento [aullaba].
Las tinieblas eran [profundas],
El sol había desaparecido.
[Las personas (?) morían (?)] como moscas.
20-22 […]


Actitud de los dioses durante el Diluvio


23- […] el estruendo del Diluvio
Asustaba (?), incluso, a los dioses.
25- ¡E[nki] había perdido la razón,
[Al ver (?)] como eran arrancados sus hijos
[An]te sus ojos!
[Nin]tu, la gran señora,
Ponía de manifiesto [su ho]rror en sus labios,
30- Mientras los Anunnaku, los grandes dioses,
[Segu]ían débiles por culpa del hambre y la sed.
Ante este espectáculo, la diosa estalla en sollozos,
La comadrona divina. Ma[mmi], la experta:
“¡Que desaparezca este día (, gritaba,)
35- Que regrese a las tinieblas!
Pero, ¿Cómo yo, en la asamblea de los di[oses],
He podido, junto con ellos,
Enlil, mediante un discurso tan hábil
40- Como el de la famosa Tiruru,
Ha convertido mis palabras en vanas!
Sin embargo, yo, en persona,
He escuchado la llamada de socorro de los hombres:
¡Mi progenie, sin que yo haya podido hacer nada,
45- Ha ido cayendo como moscas!
¿Cómo voy a seguir quedándome aquí,
Ahogados mis gritos, en este lugar de luto?
Voy a subir al Cielo
Para no permanecer por más tiempo
50- En esta funesta residencia (?).
Allí arriba se ha trasladado Anu, nuestro jefe (?),
Y los dioses, sus hijos, que escucharon su llamada,
Después de haber decidido, de manera desconsiderada, el Diluvio
¡Y (haber) condenado a los humanos a esta hecatombe!”


55: perdido, al igual que las tres líneas siguientes, las primeras de la columna IV.


IV) 4- Así se lamentaba (también) Nin[tu…]:
“¡Cómo! ¿se ha producido, entonces, [este Diluvio (?)]?
Los hombres han llenado el mar
Igual que se llena el rio de pequeñas moscas.
¡Como trozos de madera, helos aquí amontonados sobre la playa! –
¡Como trozos de madera arrojados, helos aquí, apilados sobre la orilla!
10- Al verlos, yo derramaba lágrimas:
¡Ahora, ya acabé de lamentarme por ellos!”
¡El llanto calmó su corazón!
Así gemía Nintu,
Suspirando (?) sin emoción (?),
15- Y los dioses, con ella, se lamentaban por la tierra.
Harta de desesperación,
La diosa tenía ganas de beber cerveza:
Allí donde ella estaba, llorando,
Estaban también ellos, como corderos
20- Apretujados alrededor de un abrevadero,
Con sus labios secos por causa de la angustia,
23 + 22- Y titubeantes por causa de la inanición.


El Diluvio se prolonga


(Durante) siete días y siete no[ches]
Prosiguieron la borrasca, la batiente lluvia y [el Diluvio]
Allí donde […]
Fue abatido […]


29-53: se ha perdido el final de la columna, salvo algunos pocos signos ininteligibles.


V) 1-29: igual que en los versos anteriores. A lo largo de este pasaje tenían lugar los siguientes hechos: 1) el Diluvio termina; 2) el barco debió de abordar la cumbre en la que hace escala; y, quizás, 3) el Muy Sabio envía pájaros para saber dónde podía desembarcar (tal como lo veremos hacer más adelante. S25)


El Muy Sabio desembarca y, de inmediato, ofrece una comida a los dioses.


30- [El desperdiga] a los cuatro vientos
[Toda la carga del barco.]
Después sirve [una comida sacrificial (?)]
Para satisfacer la alimentación de los dioses,
¡[Aspirando] el buen olor, [los di]oses
35- Se agruparon alrededor del banquete, [como mosc]as!


Quejas de Nintu contra Enlil


[Pero, una vez que] lo habían consumido,
[Nin]tu se puso de pie
Y, ante todos, se quejó:
39s “Anu, jefe nuestro, ¿desde dónde llega (esto) hasta nosotros?
¿Y Enlil? ¿Ha participado, así pues, él en el banquete,
El, que desconsideradamente decidió el Diluvio
Y condeno a los hombres (a padecer) esta catástrofe,
Mientras vosotros tomabais, con él,
Esa decisión final?
45- ¡Actualmente, los rostros de los hombres
Han desaparecido entre las tinieblas!”
Después, acercando (la mano) al gran collar de “moscas”
Que Anu [le] había […], ella dijo:
“¡Mi destino era, así pues,
Estar desesperada por su culpa!
50- ¡Que Anu me saque de mi desamparo
Y me ilumine el rostro!
¡Hasta la mañana, yo quiero […]
VI) 1- En […]!
¡Que [estas] “moscas”
Formen un collar de lapislázuli en [mi] cuello,
Para recordarme, siempre, estos días [funestos (?)]!”


Enlil se enfurece al constatar que lo han engañado


5- Pero, cuando En[il el valiente] vio el barco,
Se encolerizó con los Ig[igu], (y exclama)
“Todos nosotros, los grandes Anunnaku,
Habíamos decidido, en conjunto, prestar un juramento (se trata del juramento secreto relacionado con el Diluvio S19).
¿Por qué, entonces, un ser vivo
Ha escapado a la destrucción?
10- ¿Cómo ha sobrevivido un hombre a la carnicería?”
Anu, entonces, abrió la boca
Y se dirige a Enlil el valiente:
“¿Quién, además de Enki,
Habrá podido hacer esto?
15- ¡Yo [por mi parte (?)], no he revelado nuestro propósito (?)!”


Enki se declara responsable


Pero [Enki] abrió la boca
[Y se dirige] a los grandes dioses:
“¡Si, yo lo hice en contra de la voluntad de todos vosotros!
[Yo s]alvé a un ser vivo […]
20-23: […]
¡Cálmate, [oh Enlil…],
La pena que tú decidas, [al (verdadero) culp]able
Le deberá ser infligida,
A cualquiera que haya desobedecido tus ordenes!”


27-38: perdidos. En ello Enki hacía hincapié en que quizás había tenido razón al salvar a la raza humana. Y, sin duda, los dioses (tras una intervención de Nintu (?)) decidían, entonces, conceder al Muy Sabio, superviviente del Diluvio, la inmortalidad, después de haber preservado, a partir de ese momento, el futuro de los humanos. Ignoramos si es Enki o Nintu quien expresa su satisfacción al final de la laguna.


39- “Ellos tuvieron a bien decidir […],
¡[Yo, yo he cal]mado mi ánimo!”


Ultimas medidas tomadas por Enki para evitar en el futuro la superpoblación


[Enlil] abrió la boca
[Y se di]rige a Enki el príncipe (?):
“¡Bien. Llama a Nintu, la Matriz,
Y reflexionad los dos en la asamblea!”
45- [Enki] abrió, entonces, la [bo]ca
[Y se dir]ige a Nintu, la Matriz:
“¡Oh divina [Mat]riz, tú que estableces los destinos,
Impón, entonces, a los hombres la muerte
49-51: […]
VII) 1- Además, la triple (?) ley que se aplicará a los hombres:
Entre ellos, además de mujeres fecundas,
También habrá (otras) infecundas;
Entre ellos actuará con rigor la funesta Demoniesa,
Para rapar a los bebés
5- De las rodillas de sus madres;
¡Instituye, igualmente, las mujeres consagradas:
Ugbabtu, entu e igisitu,
Con su veto particular
Que les prohíbe ser madres!


9-41: han desaparecido íntegramente, sin que se pueda, siquiera, llegar a imaginar su contenido.


VIII) 1-8: igual que en la laguna anterior.


9- ¡Cómo, a pesar [del Diluvio] deci[dido] por nosotros,
10- El Hombre ha sobrevi[vido a la carnicería]!
¡Por ti, oh soberano de los [grandes di]oses,
Siguiendo [tus] instrucciones,
Yo presenté este com[bate],
15- ¡Este can[to],
Que, tras haberlo escuchado, los Igi[gu]
Exaltan tu grandeza!
19- ¡Oídme, entonces, cantar
18- El Diluvio universal!


***A diferencia de los que sucede en las dos primeras partes del relato, del que sólo conservamos algunos fragmentos en los manuscritos más recientes, contamos, dentro de esta misma documentación, con grandes fragmentos que nos informan sobre los restantes episodios principales de nuestro mito: la historia antigua del hombre, las primeras plagas y, posteriormente, el Diluvio. Con el propósito de ver, de la mejor manera posible, cómo la obra “original”, de la que hemos dado cuenta hasta el momento, pudo posteriormente ser retomada, más o menos adaptada, vuelta a escribir, aumentada e incluso, en algún caso, cercenada, resulta mucho más conveniente, como ya indicamos más atrás, ofrecer a partir de ahora la traducción, continuada, de todos estos fragmentos.


(e)- Se trata del pasaje más extenso, perteneciente a la Biblioteca de Assurbanipal (668-627) y depositado en el Museo Británico con la signatura K.3339 + (con anterioridad hemos ofrecido ya la traducción de algunos pasajes).


Enlil desea diezmar a los hombres mediante la epidemia por culpa de los inconvenientes derivados de la prosperidad de aquéllos


IV) 1- [No habían transcurrido mil doscientos años]
Y el territorio ya había sido amplia[do]
[Y la población multiplicada].
Pero el rumor molesta a Enlil:
Con todo ese alboroto no conciliaba el sueño.
El, entonces, tocó a asamblea
5- [Y se di]rige a los dioses, sus hijos:
“El rumor de los humanos se ha hecho muy fuerte:
estoy molesto,
Y [con (todo) este alboroto] soy incapaz de conciliar el sueño.
¡[Ord]enad, por tanto, que sobre ellos caiga la epidemia,
10- [Para que] Namtar [dism]inuya su rumor!
¡Que soplen contra ellos, como una tempestad,
[Enf]ermedades, fiebres, epidemias y pestes!”
[Ellos], entonces, [ord]enan que cayese la epidemia,
Para que Namtar disminuyese el tumulto
De los hombres:
15- Y soplaron contra ellos, como una tempestad,
[Enf]ermedades, fiebres, epidemias y pestes.


El Muy Sabio y la intervención de Ea


[Pero el] destino de un hombre, llamado el Muy Sabio,
Era vigilado por Ea, [su señor]:
Pues si él no […] con él,
20- Su dios, Ea, (gustosamente) le tomaba por interlocutor.
El Muy Sabio abrió entonces la boca, toma la palabra
[Y se dirige] a Ea, su señor:
“Los hombres se quejan, mi señor Ea:
¡[El m]al enviado por vosotros consume la tierra!
25- Señor Ea, las gentes murmuran:
¡[El mal] enviado por los dioses consume la tierra!
Dado que vosotros nos habéis creado,
¡[Alej]ad, por tanto, de nosotros enfermedades, fiebres, epidemias y pestes!”
[Ea abrió la boca, to]ma la palabra
Y se dirige al Muy Sabio:
30- “[Ordenad] que los heraldos públicos [proclamen]
Con gran estrépito por todo el país:
“[No rindáis más honores a vuestros dioses,]
Ni imploréis más a vuestras diosas,
Simplemente, practicad el culto de [Namtar]:
[Sólo a él presentadle] vuestras ofrendas alimenticias,
Sólo a él [llevadle vuestros platos cocinados (?)],
35- [Y bendecidlo sólo a él (?)].”
¡[Entonces, confuso (?) a causa de tantos] presentes,
El suspenderá su acción maléfica!”
[Enlil], entonces, tocó a asamblea
Y se dirige a los dioses, sus hijos:


La plaga se detiene, pero Enlil, todavía molesto, envía la sequia


“Así pues, no les causéis más […]
¡Y, sin embargo, lejos de disminuir,
[Los hombres] son más numerosos que antes!
40- ¡Su rumor me molesta
Y con (todo) ese alboroto no puedo conciliar el sueño!
¡Cortad, entonces, los víveres a los hombres
Y que escaseen sus plantas alimenticias!
¡Que Adad, arriba, modere sus lluvias;
45- Que, abajo, bloquee los cursos de agua,
Y que no se origine la crecida!
¡Que los campos disminuyan su producción:
Que Nisaba “cierre su pecho”,
Que se sequen las verdes (?) praderas
Y que la extensa llanura se cubra de salitre!
¡Que la tierra “dé vuelta” a su seno,
Para que de él no salgan más verduras,
Ni crezcan los cereales!
50- ¡Así sobre los hombres caerá una maldición,
Las matrices, trabadas, no portarán más niños!”
Los dioses, entonces, cortaron los víveres a los hombres
Y sus plantas alimenticias escasearon.
Adad, arriba, moderó sus lluvias;
55- Y bloqueó, abajo, los cursos de agua,
Y la crecida no se originó.
Los campos disminuyeron su producción: Nisaba “cerro su pecho”,
Las verdes (?) praderas se secaron,
Y la extensa llanura se cubrió de salitre.
La tierra “dio vuelta” a su seno
Y no salieron de él más verduras,
Ni crecieron los cereales.
60- Así cayó sobre los hombres una maldición,
Las matrices, trabadas, no portaron más niños.
V) 2- ¡Mientras [Ea, con sus monstruos,]
1- Guardaba el cer[rojo que cerraba (?) el mar],
[Adad], arriba, [moderaba sus lluvias],
Aba[jo], bloqueaba los cursos de agua
[Y la crecida no se originaba].
5- Los cam[pos] disminuyeron [su producción]:
Nisaba [había “cerrado su pecho”],
Las verdes (?) praderas se habían secado,
Y la extensa llanura se ha[bía cubierto de sal]itre.
La tierra había “dado la vuelta” a su s[eno,
Y, así, de él no nacían más verduras,
Ni crecían los cereales]!
[Había caído] una maldi[ción] sobre los hombres,
Las matri[ces, trabadas, ya no porta]ban más niños.
10-11: […]


La hambruna empeora


[Cuando] llega [el segundo año
Se vacían] los graneros;
[Cuando] llega [el tercero,
Todos los rasgos] habían cambiado por culpa [de la inanición;
15- Cuando llega el cuarto],
(Las personas) ocupaban [cada vez menos espacio:
(Con) sus anchos hombros] contraídos,
[Ellos deambulaban, agobiados], por las calles;
[Cuando llega el quinto],
Las hijas no dejaban [entrar] a sus madres,
[Y las madres no a]brían ya [la puerta a sus hijas –
20- Las hi]jas controlaban el pedo de sus madres,
Las madres [el de sus hi]jas;
[Cuando llega el sexto año,
Se sirvió] a las hijas como comida
Y a los [hijos como pitanza]!
Los […] estaban llenos de […]:
[Una casa] devoraba a la otra.
25- Era (como) si [los rostros] estuviesen cubiertos [de malta (!?)
A las personas sólo les quedaba] un hi[lo] de vida.


Nueva intervención de Ea a petición del Muy Sabio


[Pero el desti]no del hombre llamado el Muy Sabio,
Era vigilado por [E]a, s[u dios]:
¡Pues si él no […] con él,
30- [Su dios], Ea, lo tomaba (gustosamente) por interlocutor!
Ahora bien, el Muy Sabio [deja de frecue]ntar a su dios
E instala su lecho a orillas del río,
Mientras todos los cursos de agua estaban secos.
VI) 1- [Cuando llega] el [segundo] año
[Se vacían los graneros];
Cuando lle[ga el tercero],
Todos los rasgos habían cambiado por culpa [de la inanición];
Cuando lle[ga] el cuarto,
(Las personas) ocupaban [cada vez me]nos espacio:
5- (Con) sus anchos [hombr]os contraídos,
Ellos deambulaban, agobiados, por las calles;
Cuando llega el quinto,
Las hijas no dejaban entrar a sus madres,
Y las madres no abrían, ya, la puerta a sus hijas –
Las hijas contr[olaban] el peso de sus madres,
[Las madres] el de las hi[jas];
10- Cuando llega el sexto año,
Se sirvió [a las hijas] como co[mida]
Y a los hijos como pitanza!
Los […] estaban llenos de […]:
Una casa d[evoraba] a la otra.
Era (como) si los rostros estuviesen [cubiertos] de malta (!?)
15- ¡A las personas sólo [les quedaba] un hilo [de vida]!
La misión que […] habían recibido […],
Entraron […],
[…] las instrucciones del Muy Sabio:
“Señor, el país […],
20- Que sólo se le […] un signo…


21-25: perdidos, antes del final del fragmento de tablilla.
El relato quizá continuaba en un pequeño trozo, separado de esta última, en el que solo se lee el principio de cinco líneas:


24s: ininteligibles.


26- Después de que […]
¡Yo descenderé al Apsu para permanecer cerca de ti!
El primer año […]


(h)- otro fragmento, más reciente (posterior al 500), procedente del mismo museo (BM 39099).


Enlil molesto por el alboroto


Rev.) 1- [Enlil abrió la boca, tomó la palabra]
Y se diri[ge a los dioses, sus hijos:
“¡El rumor de los hombres] se [ha vuelto a hacer demasiado fuerte,]
Con (todo) [su] alb[oroto] no p[uedo conciliar el sueño]!
Ordenad, por tanto, que [Anu y Adad]
Vigilen [las regiones celestes];
5- (Que) Sin y Nergal [, entre los dos, (vigilen) la tierra],
Y el cerrojo que cier[ra (?) el mar],
Que lo guarde Ea co[n sus monstruos (?),]
Y ordenad que Anu y [Adad]
Vigilen las regiones [celestes];
(Que) Sin y Nergal, en[tre los dos,] (vigilen) la tierra;
10- Y que el cerrojo que cierra (?) el mar,
Lo guarde Ea con [sus] monstruos (?).”


Nueva petición del Muy Sabio


Entretanto el Muy Sabio, él, […]
Siempre llorando […]
Presentaba las ofrendas […]
15- Mientras los canales […]
Y la noche estaba en calma (?) […]


17-44: (fin de la columna) perdidos, con excepción de algunas palabras sueltas o del inicio de otras al principio de cada verso; resulta imposible restaurar el contexto. Se diría que, en un principio, el Muy Sabio, de noche, en la orilla del río, bajo la supervisión de Ea y siguiendo sus consejos, lleva a cabo un ceremonial, posiblemente un exorcismo. Después, Ea parece satisfacerlo y manda a uno de sus “monstruos” (¿quizás un lab[mu]?), no sabemos en concreto con que finalidad, si bien parece, con toda verosimilitud, que para socorrer a los hombres.


II) 1- […]


Reproches de Enlil a Ea


“¡[Yo ordené] que Anu y Adad
Vigilasen las regiones ce[lestes];
(Que) Sin y Nergal (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cierr]a (?) el mar;
5- [Lo guardases t]ú, con tus monstruos (?)!
¡[Sin embargo, tú has ayu]dado a los hombres a prosperar todavía más!”
[…] el vasto mar
Repitieron a Ea el mensaje de [En]lil:
“¡[Yo orden]é que Anu y Adad
Vigilasen las regiones celestes;
10- (Que) [Sin y Nergal] (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cie]rra (?) el mar
[Lo gua]rdases [tú] con tus monstruos (?)!
¡[Sin embargo], tú has ayu]dado a los hombres a prosperar todavía más!”


Ea se disculpa


[Ea] abrió la [boca], tomó la palabra
15- [Y se dirige] a los mensajeros de Enlil:
“[En verdad] tú habías ordenado
Que -Anu y-(el copista olvidó el nombre de Anu) Adad vigilasen las regiones celestes;
(Que) [Sin y Ne]rgal (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cie]rra (?) el mar
[Lo guar]dase [yo] con mis monstruos (?).
20- [Pero cuando…] se me escaparon […],
3600 (medidas) de peces [-…],
[Otros tantos peces normales…]
[Y…] peces [-…], que yo había separado:
¡Todo esto desapareció
A consecuencia de una rotura [del cer]rojo del mar!
[Después de haber re]ñido (?) a los Guardianes del mar,
25- Les impuse […] como castigo.
[Y] (tras) haber[los] castigado una primera vez,
Les impuse, [de nuevo], otra pena!”
[…] recibi(ero)n este mensaje,
[Y, tras haber cruzado (?)] el vasto mar,
30s- [Fu(er]o)n a repetirse[lo] a Enlil el valiente:
“¡[En verdad] tú habías ordenado
Que Anu y Adad vigilasen las regiones celestes;
(Que) [Sin y Ne]rgal (vigilasen), entre los dos, la tierra;
[Y (que) el cerrojo que cie]rra (?) el mar
35- Lo guardase [y]o con mis monstruos (?)!
Pero cuando […] se me escaparon,
3600 (medidas) de peces [-…],
Otros tantos peces normales […]
[Y…] peces [-…], que yo había separado:
¡Todo esto desapareció
A consecuencia de una rotura [del cer]rojo (del mar)!
40- Después de haber reñido (?) a los Guardianes del mar,
Les impuse […] como castigo.
Y (tras) haberlos castigado una primera vez,
Les impuse, de nuevo, otra pena!”


Enlil decide entonces hacer prestar juramento a todos los dioses a propósito del Diluvio


[En]lil abrió entonces la boca, toma la palabra
45- Y se dirige a la asamblea de los dioses al completo:
“¡Venid todos a prestar juramento con respecto al Diluvio!”
En primer lugar se hizo jurar a Anu;
Después juró Enlil y, con él, sus hijos


La continuación se ha perdido.


(i)- Un tercer fragmento de tablilla, procedente también del mismo museo (BM 98977 + 99331) y de la misma época que el anterior, nos permite conocer uno o dos episodios más del relato, pero de acuerdo con una presentación diferente.


El Muy Sabio pregunta a Ea por el amenazante Diluvio


Anv) 1)- “¡Señor Ea, te he oído entrar:
[He e]scuchar unos pasos parecidos a los tuyos!”
[Y el Muy Sabio] se inclina, se postra,
Después se vuelve a poner de pie (ante Ea),
Y volviendo a abrir [la boca], (le) dice:
5- “[Señor], te he oído entrar:
[He escucha]do unos pasos parecidos a los tuyos; -
[Señ]or [Ea], te he oído entrar:
[He escucha]do unos pasos parecidos a los tuyos!
[…] siete años
10- ¡Tu […] ha hecho morir de sed (?) a los desgraci[ados]!
[…] –fractura reciente-: ¡yo he visto tu cara!
¡Enséñame, por tanto, cuál es tu [plan (?)]!”
[Ea] abrió la [bo]ca, tomó la palabra
[Y se diri]ge a la pared de cañas:
15- “[¡Empalizada, oh empalizada!] ¡Pared, pared!
Escucha, [empalizada…]


17s: Se desconoce la cantidad de versos que figuraban en la parte inferior del anverso de la tablilla.


Se inicia y se desencadena el Diluvio


Rev) 1- […]
[El s]itúa […]
[Y, una vez de]ntro, obtura [la escotilla].
Entonces, el huracán –fractura reciente- (el copista señala la existencia, en este punto, de una laguna ocurrida a consecuencia de una fractura reciente del manuscrito que reproduce). Provoca la temp[estad].
5- Adad cabalgaba a los cuatro vientos sus mulos:
¡Viento del Norte, viento del Sur, viento del Este, viento del Oeste!
Soplaban borrascas, aquilones y ráfagas.
Se precipitaba el viento malo… y los demás
-fractura reciente- tras él se abalanzaba el viento del Sur
10- Y silba el viento del Oeste.
[…] iba […]
El carro de los dioses […]
[Aso]la, flagela, levanta [la tierra (?)].
Ninurta [avan]zaba,
[Dejando desbordar] los embalses celestes.
15- Nergal arrancaba los pun[tales de las compuertas del cielo].
Con sus garras, [An]zu ara[ñaba] el cielo.
[…] el país: ¡él rom[pía] el ánimo (?) como si fuese un cachorro!
Y el Diluvio apareció […]
¡La maldición pasa sobre los hombres [como una garra]!
20- Anu […] el estrépito del Diluvio
[…] hacía temblar, incluso, a los dioses.
A una orden suya, le trajeron a sus hijos
[…] todo lo necesario.


La continuación ha desaparecido.


(j)- Un pequeño fragmento, más antiguo (sin duda de la segunda mitad del II milenio), depositado con la signatura CBS 13532 en el Museo de Filadelfia, añade a lo que ya sabemos algunos aspectos de interés. Sólo se puede descifrar su reverso, a pesar de estar bastante estropeado:


Instrucciones de Ea con relación al barco salvador


Rev) 2- “Explicaré […]
[…] se apoderará, de un golpe, de todos los hombres.
[…] antes de que aparezca el Diluvio,
5- Todos los […] serán reunidos […]
Construye un gran barco […]
Su estructura deberá ser de excelentes cañas:
¡Será un navío llamado “Salva vidas”!
Téchalo sólidamente.
[Dentro de ese barco], una vez que lo hayas construido,
10- ¡[Embarca…] animales salvajes, pájaros del cielo!
Amontónalos […] …”


(k)- Fragmento todavía más reciente (primera mitad del I milenio), perteneciente al Museo Británico, signatura DT 42. Se trata de un fragmento de tablilla del que sólo es legible su anverso.


Instrucciones de construcción y carga del barco


2- “[…] como circulo.
De arriba abajo. [el calafateado] debe de ser espeso.
[…] llena de estopa, herméticamente, [la carena (?),
5- Después espera] el momento en que yo [te] indicaré.
Entonces, entra [en el barco] y tira de la esco[tilla],
Después de haber [cargado] en él tu trigo, tus bienes, [tus] riquezas,
A t[u mujer], a tu familia, a tu parentela, a tus artesa[nos],
[A animales] salvajes, grandes y pequeños:
¡A todo aquello que se alimente de hierba,
10- [Y que yo te en]viaré: ellos te esperarán ante tu casa!”
[El Muy] Sabio, habiendo, entonces, abierto la boca, toma la palabra
[Y se dir]ige a Ea, su señor:
“¡Pero yo [nunc]a he construido un barco [… (?)]!
Dibújame el plano en el [sue]lo,
15- Y, cuando lo haya visto, sabré [construirlo]!”
[E]a dibuja, entonces, [el plano] en la tierra:
“[Haré] todo lo que me has ordenado, mi Señor!”


Todos estos fragmentos nos ponen de manifiesto, implícitamente, la existencia de diferentes reediciones sucesivas del Poema del Muy Sabio. Existen, sin embargo, tres o cuatro piezas más cuyo vínculo con dicha obra es mucho más laxo, más indirecto. Es preciso que demos cuenta de ellas (de pronta publicación en este Blog), pues, en cierto modo, no son más que una simple repetición, ya de toda su extensión o sólo del episodio final del Diluvio.




EL RELATO DEL DILUVIO EN SUMERIO



EL RELATO DEL DILUVIO EN SUMERIO

Por Jean Bottero y Samuel Noah Kramer


Figura en una tablilla exhumada en Nippur. Quizás se conozcan uno o dos fragmentos de duplicados de esta obra; uno de ellos descubierto en Ur y el otro de origen desconocido. El texto a continuación es una traducción de S. N. Kramer de 1983.
La tablilla de Nippur presenta en algunas partes un estado de conservación bastante malo. El texto estaba repartido en seis columnas, y el héroe del Diluvio recibe, en esta ocasión, el nombre sumerio de Zi.u-sud.rá, “vida de días prolongados”.


I: 1-36 Las primeras líneas se han perdido. En ellas, posiblemente se narraba de forma breve o se recordaba la creación de los hombres por Enki y Nintu; después se daba cuenta de una primera amenaza contra su existencia, o de una primera prueba que la había puesto en entredicho y cuya razón se nos escapa. En el momento en que el texto se hace inteligible es Enki quien habla:

Enki defiende a sus criaturas, o las pone en situación de que se vuelvan a desarrollar

37- […] (r)estableció […]
Me opongo a la aniquilación de mis hombres,
Y, para Nintu, yo (r)estableceré a mis criaturas,
40- Yo volveré a instalar a la población en su hogar,
Para que ellos reconstruyan sus ciudades,
Donde yo los volveré a poner al abrigo;
(Para) que ellos reconstruyan el enladrillado,
(Para) que ellos, nuevamente (?), erijan los lugares santos,
Cada uno en su sagrado emplazamiento (?)
Yo les volveré a suministrar agua pura
Para apagar el fuego (?);
45- ¡Yo (r)estableceré entre ellos
La Etiqueta Sagrada y los Augustos Poderes!
¡La tierra estará (de nuevo (?)) irrigada
Y la prosperidad de (re)instaurará!”

La tierra se repuebla gracias a la acción de los grandes dioses

Así pues, cuando An, Enlil, Enki y Ninhursag
Hubieron difundido (de nuevo (?)), a los cabezas negras,
Por todas partes se volvieron a multiplicar los seres vivos,
50- Y, para poblar el campo,
Volvieron a aparecer todo tipo de cuadrúpedos.

II: 51-84 desaparecidos. Parece que la existencia de los hombres vuelve a estar nuevamente comprometida o que a estos se les ha impedido llegar a alcanzar un desarrollo pleno. Cuando el texto se recupera, un dios –otra vez Enki, sin duda- se propone ayudarlos para que se vuelvan a establecer o para que, en esta ocasión, se construyan verdaderas ciudades que sirvan de asiento al poder central y real que entonces aparecía.

Fin del discurso de Enki (?)

85- “Yo […]
Yo controlaré su trabajo,
¡Y los “arquitectos” del país […]
(Re)stablecerán los sólidos cimientos!”
Así, cuando del cielo descendieron [el Cetro real],

Aparición del poder real y de las sucesivas capitales en que éste se ejercerá

La Augusta Corona y el Trono Soberano,
90- Enki (?) estableció
[La Sagrada Etiqueta y los Augustos Poderes (?)]
[E hizo] que se construyese el enladrillado de las ciudades,
Cada una en su sagrado emplazamiento.
Después de haberle dado un nombre a cada una.
El las asigna como capitales sucesivas:
La primera: Eridu
La dedica a sí mismo, a Nudimmud, el jefe (?);
La segunda, Badtibira, a la Hieródula Inanna;
95- La tercera, Larak, a Pabilsag;
La cuarta, Sippar, a Utu el valiente,
Y la quinta, Suruppak, la dedica a Sud.
Habiendo, así, dado un nombre a estas ciudades,
Y habiéndolas asignado como capitales sucesivas,
El puso en los ríos […]
100- Y establece la limpieza de los canales y de los diques de irrigación (?)

III: 101-140 nueva laguna. En este pasaje, y por razones desconocidas, se debía precisar la amenaza del Diluvio. En el momento en que el texto se recupera, las divinidades responsables de la existencia de los hombres, Enki y Nintu, se oponen a la decisión adoptada por el resto de los dioses que quieren aniquilar a los humanos mediante este castigo.

Nintu y Enki intentan anular el Diluvio

140- Entonces Nintu [derramaba lagrimas] como […]
Y la santa diosa [se la]mentaba por los hombres.
Enki, sin embargo, reflexionaba,
Aunque An y Enlil (!)
Hubiesen sometido a un juramento por su persona
A los dioses del universo.

Enki comunica al rey Ziusudra el plan que ha elaborado para salvarlo del Diluvio

145- Ahora bien, en aquella época, Ziusudra, el rey, devoto […]
Y que había edificado […]
Humildemente y con términos escogidos [imploraba a Enki (?)],
[Ante el cual (?)] permanecía durante todo el día
Recordando y narrando sus sueños […],
150- Y suplicando a todos los dioses.
IV: En el santuario (?), el dios […] una pared.
Y Ziusudra escuchó, muy cerca de el,
Mientras él estaba contra la pared,
A su izquierda […]:
“¡Pared, yo te voy a hablar! ¡Escucha mis palabras!
155- ¡[Presta atención] a mis instrucciones!
El Diluvio va a aniquilar las aglomeraciones (humanas)
Y a inundar su capital,
Para destruir la raza humana:
[Así se ha decidido],
¡Decisión [irrevocable y] ratificada por la asamblea!
Anu y Enlil han dado la siguiente orden [inalterable]:
160- El Reino de los Hombres [será destruido…]

161-200 también se han perdido; debían dar cuenta de las instrucciones de Enki acerca de la construcción del barco salvador por parte de Ziusudra, así como de su embarque y de la riada provocada por el Diluvio.

El Diluvio termina

V: 201- los golpes de viento y la tempestad se precipitaban,
Mientras el Diluvio se tragaba la capital.
Y cuando, tras siete días y siete noches,
El Diluvio cubrió todo el país,
205- Y el barco hubo sido bamboleado por los vientos
Sobre las aguas,
¡Utu reapareció, iluminando cielo y tierra!
Ziusudra, entonces, practicó en el barco una abertura,
A través de la cual Utu el valiente iluminó todo el interior,
Y Ziusudra, el rey,
210- Se postra ante Utu
Y sacrifica, con profusión, bueyes y corderos…

212-216 últimas líneas de la columna V; resultan ininteligibles.

VI: 217-250 destruidas. Quizá relatasen los reproches de la diosa madre al autor del Diluvio; o, en todo caso, las advertencias de Enlil a Enki que terminan en el momento en que se recupera el texto:

Fin de los reproches de Enlil a Enki

251- “Yo, sin embargo, te había hecho jurar por el cielo y por la tierra […]
Al igual que An y Enlil en persona, con su […]
Habían prestado juramento!”
Y Enki (?) hizo que de la tierra saliesen nuevamente
Los seres vivos (?).
Entretanto, Ziusudra, el rey.
255- se había postrado ante An y Enlil,
(Por lo que) éstos le tomaron afecto.
Por ello le concedieron una vida
Comparable a la de los dioses:
¡Un aliento inmortal de vida, igual al de los dioses!
De este modo el rey Ziusudra,
260- Que había preservado a los animales y a la raza humana,
Fue instalado por ellos en una comarca
Situada más allá del mar:
En Dilmún, allí donde se alza el sol.
[…]

LA NARRACION DEL DILUVIO SEGUN BEROSO




LA NARRACION DEL DILUVIO SEGÚN BEROSO

por Jean Bottero y Samuel Noah Kramer



Erudito babilonio que, hacia el año 300 antes de nuestra era, puso por escrito en griego las tradiciones de su país. Su obra, perdida desde la antigüedad, solo la conocemos gracias a los resúmenes citados por otros autores. Las noticias que transmitía acerca del Diluvio han llegado hasta nosotros gracias a dos resúmenes realizados por dos autores distintos y que presentan ciertas variantes secundarias.

a) – El primero nos lo ofrece Alejandro Polyhistor, un “gramático” que vivió, aproximadamente, un siglo antes de nuestra era.

(Beroso) cuenta que Kronos se le apareció en sueños a Xisouthros –de este modo transcribe Ziusudra- para revelarle que, el día 15 del mes de Daisios (equivalente macedonio al mes de Ayyar en Mesopotamia: abril-mayo), los hombres serian exterminados por un Diluvio. Entonces, le ordena que, después de haber excavado un hoyo, entierre en el todas las escrituras en la ciudad del dios del Sol, en Sippar, que después construya un barco y embarque en el, junto con sus parientes y allegados. Debía abastecerlos con comida y bebida; cargarlo con aves y cuadrúpedos, y, una vez dispuesto todo, hacerse a la mar. Si alguien le preguntaba adónde iba, él tenía que responder: “¡Voy a reunirme con los dioses para rogarles que todo les vaya bien a los hombres!”. Así pues, obedeciendo estas órdenes, construyo un barco de 15 estadios (¡un poco mas de 3 km!) de largo y 2 (¡alrededor de 400m!) de ancho. Después, reúne todo lo que se le había indicado y embarca a su mujer, a sus hijos y a sus allegados. Se inicia el Diluvio y, tan pronto como este terminó, Xisouthros libera varios pájaros que, al no encontrar alimento y lugar en que posarse, vuelven al barco. Pasados unos cuantos días, los vuelve a liberar y vuelven al navío con las patas enfangadas. Liberados por tercera vez, no regresan, y Xisouthros llega a la conclusión de que la tierra había vuelto a aparecer. El, entonces, levanta una parte del casco y, constatando que éste había atracado en una montaña, desciende a tierra con su esposa, su hija y su piloto. Tras haber levantado un altar, ofrece un sacrificio a los dioses y después desapareció y, con él, aquellos que, en su compañía, habían abandonado el barco. Al no regresar ninguno de ellos, los que habían quedado en el barco los buscaron, llamándolos por sus nombres. Xisouthros nunca más volvió a aparecer en persona, pero se escuchó una voz, procedente de lo alto, que les exhortaba a ser piadosos, pues éste, gracias a su devoción, había marchado vivir con los dioses, y su mujer, su hija y su piloto también tenían derecho a disfrutar de este mismo privilegio. Después, la voz les dijo que regresasen a Babilonia y, dado que ese era su destino, que marcasen a Sippar, para recoger las escrituras y transmitirlas a los hombres. Añadió, además, que el país en que se encontraban era Armenia. Tras escuchar estas palabras, ellos hicieron sacrificios a los dioses y marcharon a pie hacia Babilonia. En Armenia quedó un resto del barco y todavía se encuentra allí, en los montes Cordienos: de él se toman raspaduras de betún que se utilizan como amuletos. De vuelta a Babilonia, los compañeros de Xisouthros desenterraron las escrituras de Sippar, fundaron muchas ciudades, edificaron santuarios y (re)construyeron Babilonia.

b) – El otro resumen nos lo transmite Abideno, autor de una historia, perdida, de los asirios y de los babilonios y que, aproximadamente, debió de escribir dos siglos más tarde.

Después reinó Sisithros –otra transcripción de Ziusudra- al que Kronos revela, por anticipado, que el día 15 del mes de Daisios iban a tener lugar unas enormes lluvias torrenciales y le ordena que guarde en lugar seguro todas las escrituras que él tenía en la ciudad de Sippar. Tras cumplir con esta orden, Sisithros zarpa enseguida para Armenia y, sin demora, tiene lugar aquello que los dioses habían anunciado. El tercer día después de que hubiese parado de llover, libera unos pájaros para ver si estos descubrían tierra emergida de las aguas; pero, al no tener ante ellos más que un mar sin límites y al serles imposible posarse, vuelven junto a Sisithros, al igual que, después, hicieron otras aves. Tras un tercer intento tuvo éxito, al ver que los pájaros regresaban con las plumas enfangadas, y los dioses se lo llevaron de entre los hombres. Los restos del barco, que se encuentran en Armenia, sirven para que los habitantes del lugar se abastezcan de colgantes de madera que usan como amuletos.

Publicado por Nuestros Antepasados