martes, 24 de noviembre de 2015

La Cruz Andina


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La CRUZ ANDINA
Sixto Paz Wells -

“En el mundo andino los cuatro elementos: el fuego, el aire, la tierra y el agua, eran representados integrados en una cruz llamada “Chakana” o “Patapata”; a la vez era ella el portal del tiempo y del espacio, que conectaba con otras dimensiones.
En la filosofía y percepción andina todo se dividía en cuatro y en tres; las cuatro direcciones o rumbos de la Tierra, los cuatro elementos y después los tres mundos: el de arriba Hanan Paccha representado por el cóndor, el de aquí el Kay Paccha representado por el jaguar, y el de abajo o Ukju Paccha representado por la serpiente. También estaban representadas las tres máximas como son:Ama Sua (no mentir), Ama Llulla(no robar) y Ama Quella (no ser ocioso), y las tres actitudes frente a la vida Muñay(amar), llancay(trabajar) y Yachay(aprender).”

Nos ponemos todos de pié; talones juntos, columna recta. Elevamos los brazos por encima de la cabeza, juntamos las palmas de las manos y separamos los dedos, tomando a continuación una respiración lenta y profunda por la nariz, usando el diafragma (el vientre) como si fuese un fuelle.

Inhalamos lentamente, lo más lentamente posible… Retenemos… Y al exhalar por la nariz visualizamos todos como la energía de la luz violeta procedente del Sol Central de la Galaxia desciende sobre nosotros . Es la energía de la trasmutación, de la mística, de la magia y de la fe. Y esa energía desciende a nuestras manos y forma un disco de luz violeta. Es la energía del fuego cósmico, del elemento fuego que todo lo purifica, y lo renueva.

Tomamos una nueva inhalación lenta y profunda. Y al exhalar descendemos con nuestras manos hasta ubicar las manos con nuestros dedos formando un circulo violeta a la altura del pecho , visualizamos entonces todos la energía de la luz dorada que desciende también a través nuestro y se ubica en el mismo círculo. Es la energía de nuestro Sol, la energía dorada del equilibrio y del balance, de la conciencia despierta y de la sabiduría, energía también del fuego cósmico que desciende a través nuestro, por la coronilla y va a ir equilibrando, armonizando nuestro interior limpiando cada uno de nuestros vehículos, empezando por el cuerpo físico haciendo desaparecer toda desarmonía, toda enfermedad. Esas dos energías, la violeta y la dorada forman entre nuestras manos un circulo de fuego que se ha ubicado a la altura de nuestro plexo solar con la forma de un disco entre dorado y violeta , activando en nuestro interior el fuego sagrado generando cambios y mutaciones, pero también balance y equilibrio.

Tomamos una tercera inhalación, retenemos y al exhalar consolidamos ese disco entre violeta y dorado ubicado a la altura del plexo solar, sintiendo la energía del fuego cósmico activando nuestro fuego interior y consumiendo todo aquello que nos afecta física, mental y espiritualmente . Vamos extendiendo los brazos y las manos hacia delante, proyectando dicho disco entre violeta y dorado delante nuestro.

Flexionamos a continuación los brazos colocando las manos a la altura de la garganta formando un rombo, y tomamos una nueva inhalación lenta y profunda, y al hacerlo sentimos la energía del aire que ingresa por nuestra nariz insuflando en nuestros pulmones y en todo nuestro cuerpo vida nueva, renovándonos. Es la energía del color celeste, la magia del verbo, el poder de la palabra, la mejor buena relación y comunicación, que desciende sobre nosotros envolviéndonos por dentro y por fuera y se concentra en forma de cruz celeste brillante a la altura de la garganta.

Tomamos una segunda respiración, inhalamos, retenemos y al exhalar ubicamos las manos formando el rombo a la altura del corazón ,visualizando todos como asciende de la Tierra y desciende del cielo la energía del color verde brillante , que es luz de sanación, de esperanza y de amor a la vida, y que esta luz se combina con la celeste en la cruz.
Visualizamos entonces el rombo entre celeste y verde que es la cruz a la altura del corazón. Inhalamos por tercera vez , retenemos, y al exhalar sentimos como la energía del aire , del elemento aire de color celeste y verde se concentra en el corazón y los pulmones, activando el chakra o vórtice del corazón , envolviendo nuestro cuerpo físico y los vehículos sutiles llenándolos de vitalidad, aligerando nuestros karmas, nuestras penas, sutilizando nuestra carga . Extendemos los brazos y las manos hacia delante , y proyectamos la cruz del elemento aire delante nuestro a un lado del circulo del elemento fuego.
Colocamos ahora las manos a la altura del entrecejo formando un triángulo , y nuevamente inhalamos lentamente, y al hacerlo sentimos como la energía del elemento agua, de la humedad desciende sobre nosotros como una lluvia purificadora y dadora de vida de color azul marino de espiritualidad y realización, envolviéndonos completamente . Sentimos como el elemento agua se va abriendo paso en nuestra vida.

Tomamos una nueva inhalación, lenta y profunda…Retenemos, y al exhalar descendemos nuestras manos siempre formando el triángulo, ubicándolo a la altura de los órganos sexuales . Visualizamos ahora la energía del color naranja que desciende del cosmos; es la energía de la voluntad, del carácter, del temperamento, la originalidad y la creatividad, limpiando nuestro cuerpo físico por dentro y por fuera, y así a cada uno de nuestros otros vehículos. Esa energía de color naranja se concentra en el triángulo de los órganos sexuales que adquiere un color entre azulado y naranja.

Por tercera vez inhalamos, retenemos y al exhalar, sentimos que la energía del agua, del elemento agua , entre azul marino y naranja brillante se ha concentrado a la altura de nuestros órganos sexuales, activando la fuerza de voluntad con espiritualidad para crear nuevas realidades e infinitas posibilidades en nuestra vida y alrededor nuestro, abriéndonos paso como el agua que discurre por un río. Sentimos la energía del agua purificando y limpiando nuestro ser concentrándose el color azul y naranja en forma de un triángulo activando nuestro vórtice de los órganos sexuales y extendemos los brazos y las manos hacia delante proyectando enfrente nuestro el triangulo entre azul y naranja, quedando al lado del circulo del fuego y la cruz del aire.

Colocamos ahora los brazos hacia abajo, en dirección de la Tierra y con nuestras manos y dedos formamos un cuadrado ubicándolo a la altura de las entrepiernas. Tomamos una nueva inhalación lenta y profunda, y al hacerlo sentimos como la energía roja de las estrellas desciende sobre nosotros, a la vez percibimos las energías de la Tierra que ascienden a través nuestro, sanándonos y movilizando en nosotros fuerzas creadoras poderosas. Es la energía del color rojo del amor y del sentimiento. Y vamos sintiendo amor por nosotros mismos y por la vida.
Tomamos una segunda inhalación lenta y profunda, retenemos, y al exhalar visualizamos todos como de la Tierra misma va brotando una energía de color negro azabache, que es la fuerza de la creación y los valores humanos; color de la tierra fértil, de la fecundidad que nos envuelve dándonos abundancia y prosperidad.
Inhalamos por tercera vez , retenemos y exhalamos , sintiendo como la energía de la Tierra nos ayuda a reciclar todo en nuestro interior. Toda esa energía termina concentrándose en el cóccix formando un cuadrado entre rojo y negro activando nuestro chakra raiz o básico, sintiendo la energía de la Tierra que nos sana, nos equilibra las emociones , devolviéndonos el balance , concentrándose esta energía a la altura de las entrepiernas en forma de un cuadrado entre rojo y negro el cual proyectamos delante nuestro extendiendo los brazos y las manos.
En frente nuestro quedan los cuatro elementos representados en el círculo entre dorado y violeta del fuego mágico, la cruz entre celeste y verde del elemento aire , el triángulo azul y naranja del agua, y finalmente el cuadrado entre rojo y negro del elemento Tierra.

Colocamos ahora los brazos flexionados .Hemos activado en nuestro interior los cuatro elementos proyectándolos delante nuestro en sus formas mentales. Ahora vamos a extender una vez más nuestras manos y brazos hacia delante tomando una respiración lenta y profunda , de tal manera que ubicamos primero que nada en el centro y delante nuestro la cruz de cuatro lados iguales del elemento aire. Tomamos una segunda inhalación, retenemos…Y al exhalar integramos el cuadrado del elemento tierra dentro de la cruz del aire. Tomamos una tercera respiración y al exhalar , visualizamos que colocamos el círculo del fuego dentro del cuadrado de la Tierra , y a la vez dentro de la cruz del aire. Tomamos una cuarta respiración , retenemos…Y al exhalar visualizamos al triángulo del agua, el cual colocamos dentro del círculo del fuego, a su vez dentro del cuadrado de la Tierra y dentro de la cruz del aire formando la “Chakana” o “Patapata” o “Cruz Andina”, que representa los cuatro elementos integrados.
A continuación colocamos los brazos a la altura del pecho formando con nuestras manos y dedos un circulo . Y con respiraciones lentas y profundas vamos a atraer las energías hacia nosotros y luego las proyectamos hacia ese circulo en el pecho , y lo hacemos por tres veces , de tal manera que se va formando a la altura del pecho una esfera de luz blanca brillante, donde todas las energías del universo se concentran . Vamos a proyectar en la esfera de luz las energías de nuestro propio sol interior, de nuestro propio fuego sagrado. Inhalamos…Retenemos…Y exhalamos.

De un momento a otro tenemos en nuestras manos y a la altura de nuestro pecho una esfera de luz blanca que combina las energías del cielo y de la tierra con nuestras propias energías. Y vamos a programar la esfera de luz con el poder de la palabra (la magia del verbo), el poder del pensamiento y el poder del sentimiento, decretando, pensando y sintiendo todo aquello que consideramos representa lo más valioso y característico de la condición humana. Lo podemos ir diciendo en voz alta o en voz baja, como queramos.
¡Amor, solidaridad, fe, esperanza, misericordia, ternura, justicia, verdad, equidad, paz, amistad, pasión, etc.!
Hemos grabado con la palabra, la mente y el sentimiento, todo esto que hemos decretado. Ahora extendemos nuestros brazo y las manos en dirección hacia el centro de la Chakana o Cruz Andina, proyectando la esfera de luz que es el quinto elemento o esencia humana, que va abriendo un hoyo o ventana o puerta en el centro del triangulo, que es el centro del circulo, que es el centro del cuadrado, que es a su vez el centro de la cruz.
Manteniendo los brazos y las manos extendidas ,vamos a proyectar dentro del hoyo del centro de la Chakana aquella situación que queremos modificar en nuestra vida o a la persona a la que queremos ayudar, o el lugar que deseamos proteger o la situación que debemos transmutar, o la catástrofe que debemos neutralizar o minimizar.

La visualizamos dentro de esa ventana y observamos como esta ha cambiado, se ha revertido , se ha transformado para bien.
Tomamos una nueva inhalación, ubicando nuevamente nuestras manos a la altura del plexo solar formando de nuevo el círculo con nuestros dedos. Retenemos y al exhalar extendemos nuevamente los brazos y vamos a visualizar como la energía de la luz dorada y violeta de nuestro sol interior, del fuego cósmico se proyecta hacia delante envolviendo aquella situación personal, familiar, laboral o mundial que queramos afectar, trasmutar revertir o variar. Visualizamos como la energía del fuego sagrado, de la luz dorada de la conciencia despierta, del equilibrio y balance, de la sabiduría , y la de la luz violeta de la transmutación van sanando o cambiando la situación que necesitamos transformar.
Vamos a colocar ahora nuestras manos a la altura del corazón formando un rombo con los dedos, y visualizando la cruz de cuatro lados iguales en su interior . Inhalamos, sintiendo que la energía del aire, una energía celeste verdosa que brota del corazón y de los pulmones envuelve aquella situación personal, familiar, o laboral que necesita ser purificada, renovada y superada. Retenemos y al exhalar extendemos nuestras manos y los brazos hacia delante proyectando la cruz celeste verdosa al interior del círculo dorado y violeta , proyectando optimismo, esperanza , sanación y amor a la vida. Sentimos que vibramos con esa energía reanimadora y que expande nuestra conciencia y decretando con el poder de la palabra, con la magia del verbo los cambios que decidimos y deseamos que se produzcan.

Ahora colocamos las manos formando un triangulo entre azul marino y naranja a la altura de los órganos sexuales: tomamos una inhalación lenta y profunda, retenemos y al exhalar proyectamos dicho triángulo hacia delante extendiendo nuestras manos y los brazos sintiendo como la energía del elemento agua se incluye en el círculo del centro . Esta energía fluye de la humedad del ambiente, de las aguas del mar, las aguas subterránea así como de las aguas internas, los fluidos y la sangre de nuestro cuerpo, va purificando y renovando todos los aspectos negativos y van neutralizando lo malo alejándolo, y atrayendo lo bueno, lo nuevo, lo limpio.
Seguimos descendiendo y ubicamos nuestras manos a la altura de las entrepiernas y el cóccix formando un cuadrado de color rojo y negro, energías de la fertilidad y de la vida propia del elemento tierra.

Tomamos una inhalación lenta y profunda, retenemos y al exhalar sentimos como asciende por nuestros pies y las piernas la energía de la tierra que es fertilidad, creación, generación y abundancia, concentrándose a la altura del cóccix . Desde allí la proyectamos hacia delante con nuestras manos la energía de la madre, para ello nos sentirnos vitales, capaces de crear y generar todo lo mejor y lo más maravilloso en nuestra vida y en la vida.
Colocamos los brazos flexionados visualizando delante nuestro aquella situación irradiada por el fuego, renovada por el aire, purificada por el agua y fertilizada por la tierra que hemos proyectado , y para terminar de transformarla por catorce veces vocalizaremos todos las palabras PUNCHAO CHINAM que se traduce del quechua (lengua de los Andes) “Hagamos que amanezca en nuestras vidas”.
¡PUNCHAO CHINAM!...(Por catorce veces)

Entonces decretamos todos, con el poder de la palabra y la magia del verbo:
¡Hagamos que amanezca en nuestras vidas!
¡Que asi sea!...¡Y así será!...¡Así es ¡…¡Y hecho está!
Relajamos nuestras manos y nuestros brazos, y nos quedamos todos en paz.

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