Anton Parks.
Inanna-Ištar, La Estrella de la Mañana y del Atardecer
Ninanna / Inanna-Ištar / Nebet Hut / Nephtys / “La Gran Prostituta” / “Reina del Cielo”:
Nieta de Enlil (Seth). Ambiciosa y de gran belleza. Color de piel albino. Su dominio es el desierto Edin, la llanura mesopotámica de Enlil. Amante de Sa’am y nodriza de Bel-Marduk (Horus).
El trabajo de Parks, cuando trata sobre las mitologías de la antigua humanidad, difiere de todos los demás estudios de mitología que conocemos en que los personajes comienzan en la conciencia de Parks como seres de carne y hueso, y solo tras inmensos periodos de tiempo dan lugar a los mitos que conocen nuestros historiadores. Esos seres disfrutan casi de la inmortalidad, ya sea como derecho de nacimiento o a través de alguna clase de tecnología, aunque pueden ser asesinados. Dado el tiempo suficiente, es bastante probable que esto ocurra, pero quizás sólo después de vidas enteras medidas en centenares de milenios.
El génesis de los personajes mitológicos correspondientes podría haber sido a través de procesos sociales naturales tal y como se entiende ahora, pero también podría haber sido ideada por los personajes reales y sus compañeros. A veces, dado el eventual tamaño de las civilizaciones terrestres, los mitos coexistían con las personalidades vivientes. A veces simplemente se manifestaban más adelante.
Debemos ser cuidadosos para discernir el modo en el cual Parks trabaja unas veces u otras. Por ejemplo, el abre la actual sección sobre Inanna-Istar con las palabras…
Según las evidencias, Inanna es una divinidad muy “antigua” porque su nombre aparece en el periodo de Uruk, en el 4 o milenio AC.
En este caso Parks emplea un significado convencional de “antigua”. Sin embargo, el tiene sus propias experiencias directas, muchas de las cuales le llegan, al parecer, de períodos más antiguos y constituyen la base de muchas de las referencias incluidas en sus libros.
Continuando…
Ella es una diosa dominante que reinó sobre los dioses, no teniendo ni esposo ni progenie. En la Biblia (Jeremias 7.18 y 44.19), es a ella, como “Reina del Cielo”, a quien las mujeres en los templos le ofrecen tortas amasadas con su imagen. Manases había erigido en Jerusalén un poste que la simbolizaba, y al mismo tiempo instaló su ídolo en el templo, al que sin lugar a dudas Ezequiel llama “el ídolo de los celos” porque encendió la cólera del celoso dios Yahvé (An) de la Biblia.
Inanna apoyaba el culto a la Diosa Madre, y lucho contra el antiguo dogma patriarcal. Esto le ocasiono singulares represalias de los “dioses” en los textos mesopotámicos, y también de los adeptos de Yahvé en la Biblia. Uruk, la ciudad dedicada a ella, es la ciudad de las “prostitutas y de las hijas de la alegría” donde las mujeres eran instruidas en la iniciación de los hombres a la sexualidad sagrada…
La presencia de términos designando a las prostitutas y sacerdotisas en las listas del léxico de la época babilónica media plantea el problema del estatus de estas mujeres. Pero se nota que esto agrupa a todas estas mujeres que en realidad estaban en situaciones diferentes. Las equivalencias establecidas, por ejemplo, entre las Šamhatu [una clase de prostituta del templo] y las religiosas Qadištu [ver Decodificador] no corresponden a lo que se conoce de cada una de ellas. Esto debe surgir del hecho de que en algún momento, sus funciones religiosas habían caído en desuso y ya no eran incluidas, manteniendo solamente la idea de que las sacerdotisas formaban juntas una clase separada de mujeres, exentas ocasionalmente del marco de la unión matrimonial.
La mayoría de ellas trabajaba en los templos, en donde practicaban la sexualidad sagrada. Estas sacerdotisas eran la imagen de la gran diosa. En este trabajo, nosotros hemos asociado a Nebet-Hut (Neftis) con Innin (Inanna-Ištar). Esta asociación es incluso mas impactante cuando comprendemos que Nebet-Hut significa “diosa del templo” y que Neftis es siempre representada con el símbolo de la taza en su cabeza.
Inanna-Ištar es la divinidad que ocupa el mayor número de mitos mesopotámicos, ya sea a nivel secundario o en los papeles principales. El lugar importante sostenido por Inanna-Ištar en el panteón femenino que condujo a la designación de las diosas en general bajo el nombre común Ištaratu. En Sumer como en Acadia, ella encarnó al planeta Dilbat (Venus) o Ištar-Kakkabu.
Cuando se desea hablar del planeta desde el punto de vista estrictamente astronómico, se le llama Dilbat, pero la filosofía religiosa adora confundir al planeta Venus y a la diosa Ištar.
An (Ušumgal, el rey de los dioses) invita a los dioses a darle a Innin el nombre de “Ištar de las estrellas”, siendo “la mas brillante entre ellas”. Es Venus quien muestra la ruta de las estrellas.
Dilbat, como la Estrella del Atardecer, sera la Ištar de Uruk. Así como la estrella de la manaña, ella será la Ištar de Acadia. La diosa canta el doble aspecto de su naturaleza: “Soy yo, la reina del cielo, la Diosa del Crepúsculo. Soy yo, la reina del cielo, la Diosa del Amanecer”.
Sería difícil proporcionar una mejor descripción del carácter omnipresente de Inanna en el universo que identificarla con el planeta que brilla y es “visible de un extremo a otro de los países”. De esta forma, ella atrae la admiración y la veneración de los hombres que exaltan su belleza. Diosa del Atardecer, ella se consagra a favorecer el amor, la voluptuosidad, pero también los suenos premonitorios. Diosa de la Manaña, ella presidirá los trabajos de guerra y matanza…
Parks continua esta sección con mas ejemplos mitologicos acerca de Inanna-Ištar, que reflejan no solamente su carácter, sino también la lógica elección de este personaje en particular para encarnar la aparición celestial del planeta Venus. Examinamos su apoyo a las actividades agrarias, sus enseñanzas sobre el tema de las necesidades nutricionales humanas… y esto en muchas culturas, incluyendo las de Oriente y America Central; y, por supuesto, esta la furia, el aspecto guerrero.
Parks concluye con una observación muy importante: !nada referente a Venus aparece en la mitología babilónica, ni en ninguna otra mitología de los periodos anteriores a 3000-2500 AC! Es más, cuando aparece, Venus es descrita como procedente de las profundidades del universo para desgarrar el cielo y ocasionar problemas a la humanidad. Y esto dio lugar a la necesidad de muchos himnos de alabanza, previstos para apaciguar a este alborotador.
Ninanna
Ninanna (Sacerdotisa del Cielo), nieta del Gran Šatam (Enlil), visita regularmente Dilmun. Esta Nin (Sacerdotisa) es sumamente ambiciosa y su “humeante” abuelo reserva para ella un destino glorioso. El pueblo de Kalam (Sumeria) la aclama como un prodigio y los Anunna como futura soberana del país de Maš. Ella nunca se da por vencida. Sus ojos están ávidos de poder y educación. Es una princesa de gran belleza, de piel de albina.
Mantiene una relación extraña con su abuelo Enlil. Ella nunca deja de desear satisfacerlo. El Gran Šatam posee todos los poderes para satisfacer sus ilimitados apetitos difíciles de concebir para esta sacerdotisa.
Ninanna ascendidó en la escala social como una flecha.
Enki tiene una sensación extraña. Tiene el sentimiento de haber conocido a este ser, de estar informado de sus perfecciones e imperfecciones.
Sus hazanas resuenan hasta Dilmun. Los hombres que coloca en su cama se encumbran a reyes y señores, pero no tienen ningún estatus con respecto a ella. Una vez que se someten a su autoridad suprema, no son sino instrumentos en sus manos.
Enlil ha investido a su nieta con poderes supremos. Ella es una guerrera temible. Sus hazanas militares son conocidas por toda la Tierra. Los diversos Lu (razas esclavas humanas), que ella ha modificado y sometido a “nuestras” órdenes (Gina’abul), han sabido como dirigirse a ella.
Ninanna ha destruido varias bases Imdugud.
Recientemente ha encontrado el rastro del núcleo principal y soberano de la realeza Gina’abul, los Kingu-Babbar. Se habían enterrado en la profundidad del KUR, bajo la nariz de los Ušumgal. El KUR-BA-LA (1a dimension) de Uraš es su morada oculta.
Ninmah y Enki han sido citados para una convocatoria extraordinaria de la Asamblea en Dukug… en realidad hace varios Iti (meses), pero Enki invocó la extrema fatiga Ninmah para evitar el viaje a Kharsag.
La verdad es que las discusiones diplomáticas ya no están entre sus preocupaciones. Ninanna ha llegado para desplegar sus encantos sobre Enki, y provocar que cambie su decisión, pero el cordialmente la ha puesto en su lugar.
Desde entonces, los viscosos Mušgir (dragones-furiosos) de los Ušumgal han tratado de alterar o perturbar a los miembros de la realeza, pero han salido vapuleados. Ellos son novatos en la batalla.
Kalam (Sumer) es un torbellino. Los Anunnaki de Edén y Edin redoblan su vigilancia y patrullan el país de punta a punta… irónicamente para Enki, pues el sabe perfectamente que los Kingu-Babbar no se moverán. Su estrategia nunca ha sido el ataque frontal, sino mas bien el desgaste con el paso del tiempo.
Ellos se han mantenido en el poder durante muchos Limamu (milenios). Su objetivo es permitir que los Ušumgal se maten unos a otros y recoger las migajas. Ellos tienen su tiempo, son dueños de las dimensiones…
Recordemos a Ninanna, la nieta del Šatam, que se convertirá en una figura muy importante. Ha estado colaborando con los Kukus (ancestros). Ella ayudo a su abuelo en su búsqueda de nuevos territorios y trabajadores. Asumiendo una gran responsabilidad en el ejercito de los Annunaki, ha logrado conseguir un poco de paz entre ellos y los Kingu-Imdugud.
Los Nungal que ya no viven en Kharsag a veces se ponen de parte de la hija de Ninmah, y han participado en combate, pero Ninanna siempre ha sido capaz de separarlos y organizar las negociaciones que traen alguna paz. La propia Ninanna es Babbar (albino), lo cual le aporta alguna estima por parte de los reales y los Nungal. Nammu (madre de Enki) parece apreciar esta muestra de carácter por parte de la animada Nin (sacerdotisa). ¿Es por qué ella ha clonado al extraño Babbar (albino) llamado He’er que la sigue como su sombra? ¿Podría ser el amante de Nammu? Nadie sabe nada al respecto, ni siquiera las dos hermanas de Enki.
Ninanna se siente encarcelada por su aspecto glorioso y parece pasar su tiempo buscando un Gina’abul o incluso un ser humano a su medida. Ella posee un aspecto aterrador que abate a sus enemigos, incluso a sus amigos o amantes. Su juventud indomable no sera domada por nadie. Lleva un dulce y embriagador perfume en el hueco de su cuello y, al parecer, entre sus pechos. Cuantas de colores y turquesas corren sobre su cuerpo.
La nieta de Enlil es superorgullosa, autoritaria, susceptible, belicosa, implacable y rencorosa. Nadie se atreve a oponerse a ella. Entre los Gina’abul solamente escucha a tres: An, Enlil, y al propio Enki cuando no recibe una respuesta de los otros dos.
Cuando ella va a encontrarse con Enki en Dilmun (Atlántida), Nunkiga (Eridu), o en el Abzu, sobre todo se queja de la falta de consideración que manifiestan aquellos que están bajo su tutela. A veces ama el confesar a Enki celos que ella misma originaría.
Su manera de vestir habla enormemente de su codicia. Cuando la ambiciosa Ninanna se pone sus grandes abrigos cubriendo una túnica, combinada con unas pequeñas botas de cuero, a menudo se trata de desempeñar un requisito diplomático.
Por otra parte, cuando la apasionada princesa de Edin se pone montones de sedas brillantes o ceñidos vestidos cortos y sus sandalias incrustadas de joyas, es con un motivo festivo o veladas de placer.
Los Ukubi que ella frecuenta y que viven en los territorios de su abuelo disponen sus ofrendas a sus pies como signo de sumisión; sin embargo, ella es muy respetuosa con el género humano. La multitud es a veces su refugio, su amparo, cuando el mundo Gina’abul demanda de ella mas de lo que puede dar.
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