Antes que nada vamos a recoger la definición más básica y general de escritura que recoge esta edición del Boletín Oficial de la Asociación Peruana de Arte Rupestre (APAR):
OLVIDA LO QUE TE ENSEÑARON EN EL COLEGIO: LA ESCRITURA EN EL PERÚ APARECIÓ HACE 5000 AÑOS
“un conjunto de códigos figurados, ordenados mediante reglas, que grafican una expresión del pensamiento y la cognición humana”
Mira bien lo que el amigo arqueólogo está apuntando, es un descubrimiento que se va a bajar tus paradigmas escolares. Foto: reporterodelahistoria
La foto que ves arriba fue tomada en Checta (Canta) a tres horas de Lima. Lo que ves en ella son petroglifos (símbolos tallados en roca). Si la teoría de este grupo de arquéologos es correcta, hace 5000 años existe la escritura en el Perú. ¿Todavía no te convence que ahí dice algo? Sigue leyendo…
La fragilidad del registro
Arte rupestre no naturalista, el probable primer vestigio de escritura que demuestra renglones verticales y horizontales. Foto: monografias
Tenemos que volver al boletín de la APAR para proseguir pues es necesario aclarar que nadie sabe cuándo ni dónde se inventó la escritura. Ciertamente existen monumentos sumerios con figuras dispuestas en renglones desde 3000 años antes de nuestra era, al igual que en Egipto o Mohenjo-Daro (India). Pero nadie puede decirte la fecha exacta ni el lugar donde apareció. Ojo: en China, Creta, Asia Menor y América los primeros vestigios de escritura son más recientes, no obstante, igual antes de nuestra era.
Pero esto es lo más importante que tienes que tener en cuenta: el hecho de que que exista un registro tallado en un monumento no quiere decir que fue en ese preciso momento en el que se empezaron a plasmar signos. ¿Se entiende? Un ejemplo sencillo: probablemente tu viejita guarda una de esas cartas que le hiciste por el día de la Madre con fideos, lentejas y letra temblorosa. Sin embargo no podemos decir que esa tarjeta es la prueba de la primera vez que pudiste hacer un trazo comprensible. Eso dice el boletín de la APAR:
Las primeras escrituras, comprobadas e interpretadas, se encuentran en civilizaciones ya formadas por hombres que vivían en pueblos que tenían cultos y templos, agricultura y comercio, artesanías, incluyendo la cerámica, además de las artes del dibujo y la escultura,y en la expresión gráfica muchas veces se combinaban composiciones artísticas con los signos que reconocemos como escritura. Es evidente que las artes más elevadas y las artesanías tenían en esos pueblos gran antigüedad; su grafía puede ser más reciente, pero fácilmente data de muchos siglos antes de las primeras expresiones que conocemos. Probablemente se hacía sobre madera, adobe y otros materiales que no pudieron sobrevivir intactos. Sólo cuando comenzó a utilizar la piedra, la cerámica quemada y el bronce, y cuando se tomaron precauciones de conservación, pudieron los escritos perdurar, y éste es un factor que condiciona la relatividad de los fechados más recientes para estos procesos.
Es poco probable que alguien en tu familia conserve el primer papel donde pusiste tu primera palabra. Pero eso no significa que no sabes escribir, ¿no?
El conquistador que no comprendió
Sobre el encuentro de los españoles con las culturas prehispánicas se ha escrito mucho. Por breves momentos también aparecen corrientes de pensamiento que prefieren refinar nuestra idea sobre “conquista” y nombrarla como “destrucción”.
Aquí vamos a bordear esa discusión pero no la vamos a abordar. Lo que pasa es que siempre se ha manejado una concepción bastante sesgada sobre la escritura. Por eso reconocerás esta frase sin problemas:
“Los pueblos desarrollaron la escritura al lograr un alto nivel cultural”
Esa premisa es problemática porque condiciona la comprensión de la escritura jeroglífica que existió en toda América. El arqueólogo Michael Coe reconoció la existencia de la escritura en nuestro continente mucho antes de la llegada de los españoles a estas tierras, tras estudiar profundamente los registros de la cultura Maya.
Pero claro, como nada bonito podemos tener, el sistema colapsó progresivamente tras la invasión española según el propio testimonio del obispo de Yucatán, Fray Diego de Landa, quien inclusó trabajó por desarrollar un alfabeto para establecer la correspondencia de los jeroglifos mayas con el castellano de ese momento.
La frase arriba remarcada en negritas representa la mentalidad europea del siglo XVI, incapaz de comprender y valorar la complejidad de todo el sistema simbólico y cognitivo que fue desarrollado por los pueblos de mesoamerica. Donde hubo contacto cultural, el sistema fue destruido.
Escribiendo en Checta
Los dos arqueólogos que permitieron este post. Foto: UNMSM
Luego de haber digerido esa información, finalmente nos podemos acercar al descubrimiento que motivó este post. Antonio Wong Robles y Gori Tumi Echevarría son los dos arquéologos peruanos que han logrado establecer la primera y más antigua escritura en nuestro país.
Esto dice Gori al respecto:
La secuencia de Checta constituye una de las muestras artísticas más contrastadas existentes en el Perú -desde el Periodo Arcaico hasta el Periodo de influencia Chavín en los Andes centrales- y ha proveído evidencia clara para la identificación y rastreo de la primera escritura peruana.
Y esto dice Antonio:
Consideramos que Checta es la mayor muestra de un fenómeno de escritura temprana, la que acompaña los procesos civilizatorios y la consolidación del poder de los ayllus primigenios en los Andes, con un lapso aproximado de dos mil años y una extensión que cubre al menos seis cuencas continentales en la costa central del Perú, desde la cuenca de río Supe hasta la cuenca del río Lurín
Como recordarás el bosque de piedras de Checta fue descubierto en 1925 por el monseñor Pedro Villar Córdova, pero fue recién a inicios de este mes que El Comercio reportó el hallazgo de estos arqueólogos:
¿Qué le hace estar tan seguro a Gori Tumi Echevarría de estar frente a la evidencia más temprana de escritura andina? Sostiene que su hallazgo más importante es haber definido la cronología y secuencia del sitio, en otras palabras, el orden temporal en que los quilcacamayoc hicieron las figuras sobre las piedras. Eso, según cuenta, le permitió entender que en Checta hay cuatro fases.
Estas fases podemos separarlas así:
Primera (2.500 – 2.000 a.C.), pequeños hoyos en las piedras
Segunda (2.200 – 1.000 a.C.), formas geométricas: círculos, puntos, cruces, espirales, líneas rectas y otras
Tercera (1.200 a 600 a.C.), motivos seminaturalistas
Cuarta (800 a 200 a.C.), imágenes de serpientes
Pero esto es lo más interesante: signos muy parecidos a estos han sido encontrados en otros lugares del Perú. Si la hipótesis que han formulado es correcta, la escritura andina es más antigua de lo que pensábamos.
Es hora de actualizar los libros de historia.
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