Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender.
Donde quiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par y le permiten accesar a su divinidad.
Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría, amor y hermandad.
Hermes Trismegisto.
muy cierto y muy sabio, tambien se dice que cuando el lumno esta preparado aparece el maestro.
ResponderBorrarLaura E
muy cierto y muy sabio, tambien se dice que cuando el alumno esta preparado aparece el maestro.
ResponderBorrarLaura E