La otra cara de las
revelaciones del Monte Shasta
Una mirada
crítica Débora Goldstern
Hoy Crónica Subterránea se posa sobre un tema que aunque ya tratado en alguna oportunidad dentro del blog, sentimos requiere una aproximación mayor, y que tiene al Monte Shasta, como protagonista absoluto de nuestra pesquisa.
Monte Shasta |
Hoy Crónica Subterránea se posa sobre un tema que aunque ya tratado en alguna oportunidad dentro del blog, sentimos requiere una aproximación mayor, y que tiene al Monte Shasta, como protagonista absoluto de nuestra pesquisa.
Este enclave norteamericano que se yergue en
las montañas californianas, es uno de los centros más convocantes en cuanto a
misticismo se refiere, y reverenciado desde la antigüedad por muchos pueblos
indígenas de la región. Sin embargo, su ascendencia ganó notoriedad a partir de
los años noventa, cuando la explosión New Age, estaba en auge, dando nacimiento
a la era de los canalizadores modernos.
Valga decir que el legendario Monte Shasta,
siempre fue asociado con historias de tesoros perdidos de supuestas
civilizaciones desaparecidas, fenómenos de corte ufológico, así como extrañas
formaciones de nubes, sin olvidar su principal vinculación que tiene al mundo
subterráneo como uno de sus tópicos centrales.
Aunque dentro de este informe algunos de estos
puntos vamos abordar, nuestra mirada se va a centrar en cierta información
canalizada, la cual hace referencia a la tierra hueca, o mejor dichos los
mensajes de Telos, que a pesar del fraude evidente sigue viéndose como un relato
fidedigno emitidos por los intraterrenos, que muchos afirman tienen su
residencia en el interior del Monte Shasta.
Veamos.
Dianne Robbins |
La historia se remonta a los tempranos noventa,
cuando una escritora y canalizadora norteamericana, Dianne Robbins, publica,
“Telos: original transmission from the subterranean city beneath Mt. Shasta,
1996, y que en castellano se rebautizó como “Telos: sale el llamado desde la
tierra hueca y las ciudades subterráneas”, en el 2003 le seguiría una
continuación “Messages from the Hollow Earth”. Examinando el prólogo de ambos
materiales encontramos la siguiente revelación, y que pone en la pista de un
nombre clave dentro de la saga telosiana, Sharula Dux.
“A principios de los 1990, leí un boletín
acerca de una mujer llamada Sharula, nacida en Telos, una Ciudad Subterránea
ubicada bajo el Monte Shasta, California. Ella salió a la superficie en 1960.
Ahora vive en Santa Fe, Nuevo Méjico con su esposo Shield. En los años
anteriores a su mudanza a Santa Fe, la conocían en el área de Monte Shasta como
Bonnie.
En su boletín Sharula escribió acerca de la
vida en Telos, y acerca de otras ciudades Subterráneas que existen bajo la
superficie de la Tierra. Ella escribió acerca del Maestro Ascendido y Alto
Sacerdote de Telos, llamado Adama. Poco después de leer acerca de Adama, él me
contactó telepáticamente y me preguntó si tomaría sus mensajes. Verán, nuestros
pensamientos salen al Universo y nos conectan instantáneamente con quienes sean
en que estemos pensando”.
Sus libros trataban en extenso la supuesta
comunidad lemuriana, a la cual describía como una sociedad superviviente de un
tremendo cataclismo, el cual buscó refugio en las entrañas de la tierra, y que
actualmente continuaría en actividad, leyenda, muy en sintonía, con los relatos
que circulaban en la zona acerca del pasado de Shasta. La Robbins invocaba
además la presencia de un mentor, Adama, el cual funcionaba como su catalizador
subterráneao, y cuyos mensajes decía canalizar. Aunque sin presentar ninguna
evidencia concreta que avalara su relato, sus ediciones se convirtieron en un
clásico dentro de la naciente comunidad internauta, expandiéndose rápidamente
como una historia aceptada por los seguidores de la vida intraterena. La Tesis
de la Tierra Hueca volvía a la palestra, y más viva que nunca.
Pero volviendo a nuestro dato estrella como
decimos en el prólogo enunciado, se aludía a un nombre, Sharula, y que más tarde
supimos se apellidaba Dux. Aunque la Robbins se hace suyo el mensaje de esta
misteriosa mujer, Sharula Dux, es en realidad la verdadera precursora, aunque
como veremos en el trascurso de nuestra investigación, es solo la punta del
meollo.
La princesa Sharula Aurora Dux como se la
conocía en los algunos círculos esotéricos de Estados Unidos, se presentaba como
nativa del estado de Nuevo México, siendo acompañada por su esposo, Shield Dux,
quiénes son uno de los promotores del colectivo conocido como World Ascension
Network.
En otra parte de su “biografía oficial” se
mencionaba que su verdadero nacimiento fue en la ciudad subterránea de Telos,
siendo sus padres Ra y Rana Mu, agregándose que fue designada como embajadora
para el mundo de la superficie de la red de Agartha. Se cree tiene 236 años,
pero aparenta 30 …
Su primera manifestación oficial como
“embajadora del mundo subterráneo”, fue publicar Secrets of the Subterranean
City (Secretos de Ciudades Subterráneas), 1995, una especie de manifiesto divido
en cuatro partes que entre otras revelaciones contenía lo siguiente:
“Telos era el nombre del gran parte de lo que
es hoy el suroeste y mucho de lo que es conocido hoy como California, Telos
significaba “comunicación con el espíritu” “uno con el espíritu” “entendimiento
con el espíritu”. Fue construida para albergar un máximo de 2 millones de
personas. Cuando los cataclismos empezaron sólo 25.000 personas se salvaron.
Muchas fueron traídas a Telos antes de que los cataclismos empezaran, pero
cuando empezó una segunda serie en Lemuria los volcanes entraron en erupción tan
rápido que había tantos escombros en el aire que aunque pretendían salvar al
menos un millón de personas de la tierra principal, sólo pudieron salvar
25.000”.
“La red de Agarta
Sharula Dux |
Durante este tiempo, había integración, más y
más con la red Agarta. Como expliqué antes, Agarta es una confederación de
muchas ciudades subterráneas. De hecho hay más de 120. Algunas fueron
construidas muy al principio de los tiempos como Shambala la Menor, que está
poblada por seres de Hiperbórea. Miden casi 4 metros de alto. Cuando perdimos la
capa de ozono recibimos más y más rayos de sol al planeta de los que podíamos
aguantar, lo que causó cambios en nuestros cuerpos. Ya por el tiempo del
hundimiento de los continentes bajaron de los 4 hasta los 2,5 metros. Los
atlantes y lemurianos medían 2,5 y todavía lo miden. Y como puedes ver las
personas han reducido su altitud para la mayoría a menos de 1,90 metros. De
todas formas, esta tendencia está empezando a cambiar y al crecer nuestra
espiritualidad, lentamente volvemos a nuestra altura original.
Dentro de la red de Agarta, las ciudades que se
unen son aquellas que se basan en los principios de la luz, las que se basan en
el amor, las que no dañan las que se basan en la no agresión. Dentro de la red
agartiana, aparte de Telos, que es la capital, hay 4 ciudades más que están
construidas en las ideas y tecnología de Lemuria. Una es llamada Rama que está
debajo de la India (siendo Arama el nombre original de la India). La cultura
Arama consiste en gente que son casi puros lemurianos, antes de que los
conocidos como los de raza aria entraran en la India. Las otras dos ciudades,
aunque tienen mucha independencia, son las ciudades Ulger. Una se llama Shonshi,
que está bajo el Tibet, no muy lejos de la capital del Tibet. Está siendo
cobijada en la superficie por un templo budista. Los Ulgers son un grupo de
personas que dejaron Lemuria hace de 40 a 50.000 años y se situaron por una gran
extensión de Asia, India y Europa central. La segunda ciudad Ulger se llama
Shingla y está en el Gobi o debería decir bajo el desierto del Gobi.
Arriba de la ciudad atlante llamada Poseida que
está en la meseta de Mato Grasso, hay otra ciudad atlante. Sólo un poco más al
norte y hay otra ciudad atlante que está bajo el océano atlántico, y muchas
pequeñas ciudades satélite por el planeta. Como dije, todas son miembros de la
red de Agarta. Además hay otras muchas ciudades independientes que simplemente
construyeron bajo tierra para escapar de lo ocurrido en la superficie, algunas
son de antes del desastre y otras posteriores”
Este engendro literario, que llevaría otro
informe decodificar, por la cantidad de errores o mejor dichos “horrores
citados”, fruto de las lecturas de clase b de ciencia ficción y el esoterismo
más bajo, alcanzó como dijimos cierta repercusión y hasta el día de la fecha
continúa siendo un texto de lectura obligatoria, para aquellos seguidores que
comulgan con la idea de civilizaciones viviendo bajo tierra.
Pero el destino tenía preparada una
sorpresa.
Se encontraba esta escritora buceando en un
viejo monográfico subterráneo, donde se mencionan historias norteamericanas
sobre la materia, recogidas por un tal Brandon, y que por desgracia desapareció
misteriosamente de la red … En ese intenso estudio recopilatorio di por
casualidad con un cita bibliográfica, firmada por William F. Hamilton, y que se
diera a conocer en el hoy desaparecido The New Atlantean Journal, En ese
artículo titulado “The girl from the lemurian beneath Mt. Shasta”, 1982,
Hamilton narra su encentro con Bonnie, a quién describe como una belleza rubia,
la cual habría nacido en Telos, remontándose su natalicio al 1951, para más
datos, signo de Leo. La tal Bonnie contó que su padre se llamaba RA-MU, su
hermana, Judi y sus primas Lorae y Matox y habló de una civilización emparentada
con los desaparecidos continentes de Lemuria y Atlántida, siendo su tecnología
sumamente avanzada. También hace mención de los Uighurs, a quiénes sindica como
los Naga-Maya, descendientes también de estos pueblos olvidados. Otros conceptos
vertidos hablaban de cristales poderosos, y de un reino aún más antiguo, especie
de confederación llamada o casualidad “Agartha”.
Examinados ambos relatos estamos en condiciones
de decir que Sharula y Bonnie Condey, tal su apellido, o son la misma persona, o
la tal Sharula encontró finalmente la fama reconvertida en la princesa Sharula,
la ahora embajadora del imperio subterráneo bajo los subsuelos de Shasta.
Para empezar a entender este entramado, es
necesario atender algunos detalles que se desprende del informe hasta aquí
remitido.
Primeramente señalar que Sharula Dux, es un
personaje extraído de la novela “Sunrise of Splendor”, 1978, del escritor
norteamericano Joyce Verrette, quién ambientó su obra en el antiguo
Egipto.
Pero hay más. Sabemos que su canal “Adama”, es en realidad el nombre del comandante de la popular serie Galáctica, personaje interpretado por Lorne Green y que tenía como base principal la trilogía de La Guerra de las Galaxias.
Pero hay más. Sabemos que su canal “Adama”, es en realidad el nombre del comandante de la popular serie Galáctica, personaje interpretado por Lorne Green y que tenía como base principal la trilogía de La Guerra de las Galaxias.
El término Telos, la supuesta ciudad
intraterrena, vio la luz cuando George Hunt Williamnson, uno de los primeros
hombres contactos junto con George Adamsky, diera a luz “Sacred Places of the
Lion", 1958, donde se hacía mención de mismo, sindicándolo como un lugar antiguo
en la actual zona de Sedona, estado de Arizona, donde antiguos lemures se
refugiaron después del cataclismo. Más adelante retomaremos la cuestión.
Siguiendo con las fuentes que armaron el relato
de Sharula, podemos mencionar también referencias como las extraídas de James
Churchward, el padre de la saga sobre Mu, así como Nicola Tesla y Edgard Cayce
al tratarse la cuestión tecnológica.
Si la cuestión Telos queda desmitificada por
completo, no es tan fácil poder obviar algunas historias que sobre el Monte
Shasta aún circulan, sobre antiguos rumores de extraños eventos en sus
cercanías. En Crónica Subterránea desarrollamos algunos de esos tópicos, que
vale la pena recordar.
Uno de esos expedientes X tiene a J.C. Brown
como protagonista, de un hallazgo sensacional. Recordemos que fue en los inicios
del siglo 20’, que este geólogo, empleado de la Lord Cowdray Mining Company de
Londres, Inglaterra declaró haber encontrado dentro de la cueva de la región, un
túnel “que formaba una curva hacia abajo dentro de la montaña”. Según Brown: a
tres millas de la entrada del túnel me encontré con un cruce mostrando mineral
con contenido de oro, y más adelante, me encontré con otro cruce en donde una
raza antigua aparentemente habían trabajado cobre”. “Creía que los otros cruces
aparecían en alguna otra parte de la montaña. El declive continuó por
aproximadamente unas 11 millas dentro de la montaña donde encontró lo que él
llamó “El Depósito de la Aldea” (The Village Blets), donde se encontraron muchas
piezas y cuartos.
Mapa de J.C. Brown |
Los cuartos estaban literalmente llenos con
láminas diversas, todas prolijamente inscriptas. Las paredes se hallaban
forradas de cobre laminado y había colgando escudos y piezas decorativas para la
pared, hechas de oro. Algunas de las láminas doradas notó estaban grabadas con
ciertos dibujos y jeroglíficos. Las piezas se abrían hacia otros cuartos, uno de
los cuales parece haber sido un lugar de adoración. Además de ello, había 13
estatuas hechas de cobre y oro y un diseño de un gran sol del cual sobresalían
irradiaciones doradas. La forma en la que los objetos se hallaban apilados, le
dio la sensación de que los ocupantes de la ciudad subterránea se fueron bajo el
impulso del momento.
Y luego se encontró frente a una escena macabra
- en una pieza contó 27 esqueletos, el menor de los cuales era de unas 6’6” y el
más grande alcanzaba a más de 10 pies. Dos de los cuerpos se hallaban
momificados, cada uno vestido con túnicas ornamentadas y de colores. Brown pasó
muchos días explorando, estudiando los jeroglíficos e imprimiéndolos
indeleblemente en su mente. El estaba muy excitado acerca de este gran hallazgo
arqueológico y decidió abandonar el túnel y su contenido, dejando todo
exactamente tal como lo había encontrado. Él pensó que iba a regresar. Pero, en
primer lugar, diestramente disimuló la entrada al túnel y marcó en su mapa
exactamente donde se hallaba en la montaña. Durante las siguientes tres décadas,
las que van desde 1904-1934, las actividades de Brown parecen ser rodeadas de
misterio, pero se ha sabido que él estudió la literatura y la filosofía
correspondiente al continente perdido de Mu y a la civilización Lemuriana
perdida, entre otros conocimientos de razas prehistóricas. Años de estudio y
comparación de los jeroglíficos y pictográficos que él encontró en el túnel lo
convencieron de que ciertamente, eran registros de la raza Lemuriana. Y así,
después de 30 largos años, Brown salió a la superficie. Él decidió que la gloria
de aquellos Lemurianos y de los artefactos dorados que aún se encontraban
tranquilamente colgados en la cueva de la montaña, tendría que ser compartidos
con otros.
En 1934, a la edad de 79 años, Brown apareció
en Stockton, California. Era su idea organizar un grupo de gente interesada en
acompañarlo, por su cuenta, hasta el Monte Shasta, y que una vez allí, ellos
seguirían explorando más allá del antiguo túnel que había encontrado en
1904.
Ocho ansiosos residentes de Stockton,
incluyendo al editor de un diario, un guardián de un museo, un impresor
retirado, varios científicos y otros ciudadanos sólidos formaron un grupo para
investigar el túnel junto a J.C. Brown. Durante seis semanas se encontraban en
la noche para planear la expedición, y también para escuchar los fabulosos
cuentos de Brown acerca de continentes perdidos, jeroglíficos, y las seductoras
descripciones del tesoro, que parecía estar justamente al alcance de su mano.
Algunos incluso abandonaron sus empleos y algunos vendieron cantidad de su
propiedad personal durante estas seis semanas, tan seguros se sentían de que sus
vidas se verían alteradas y enriquecidas después de sus descubrimientos
notorios.
El editor y el guardián del museo cuestionaron
a Brown intensamente, repasando una y otra vez los detalles de su historia tan
rara. Brown dio a conocer que él había pasado una gran parte de los 30 años
previos buscando registros antiguos correspondientes a los Lemurianos, y su
cuadro mental de los jeroglíficos en el túnel de la aldea subterránea lo habían
convencido de haber encontrado el eslabón perdido en la historia de la
civilización.
Dijo creía que las antigüedades de oro que
había encontrado eran las de los Lemurianos, o de sus descendientes. Brown
incluso prometió suministrar un yate para transportar al grupo hasta tan al
norte como pudiesen ir por agua. Ellos partirían el 19 de junio a las 1:00 p.m.
El día amaneció claro y hermoso, y 80 ciudadanos de Stockton estaban esperando a
la hora señalada la llegada de su líder. Ellos se habían reunido la noche
anterior a fin de finiquitar los detalles finales, después de lo cual J.C. Brown
les dijo adiós hasta la tarde siguiente”. Jamás se lo volvió a ver. (Sobre esta
historia recomiendo ampliar el tema, a través del trabajo de Stephen Anthony
Sindoni).
Esta narración cuenta con algunos paralelismos
tradicionales dentro del folklore subterráneo, que desde este blog venimos
siguiendo. Cuevas y túneles perdidos, depositarios de un antiguo tesoro
ancestral, donde además abundan verdaderas bibliotecas metálicas con símbolos
desconocidos, todo lo cual remite a la legendaria Cueva de los Tayos, centro de
nuestro estudio.
Si existen o no estos registros escondidos en
las profundidades de Shasta es imposible por ahora confirmarlo, no existen
pruebas que avalen estos “supuestos hallazgos”. Otro relato oral también
ocurrido en esa misma época en que se produce la experiencia de Brown, es el que
tiene a Edgard Lucin Larkin como un testigo de una extraordinaria visión, la
cual reveló al público causando sensación. Larkin astrónomo de profesión y por
ese entonces director del Observatorio del Monte Lowe, dijo captar con su
telescopio una especie de cúpula dorada, de apariencia oriental, a la cual ubicó
en las inmediaciones de Shasta. Tampoco aquí encontramos evidencias más
contundentes, salvos las declaraciones de Larkin, quién a su vez era un devoro
creyente de las civilizaciones desaparecidas.
Actualmente las canalizaciones acerca de
intraterrenos pululando por Shasta, continúan atrayendo miles de creyentes, que
no se convencen de las falsedades de algunas de estas historias. Esto se ve
reflejada en la entidad Adama, que aún tiene gran adhesión entre los seguidores
de las mismas, y cuyas revelaciones continúan produciéndose. Sin embargo creemos
que el Monte Shasta guarda enigmas antediluvianos, por ahora esquivo, pero que
en futuro, quién sabe, vean la luz.
Bibliografía
Consultada:
Dux, Sharula. Secretos de las ciudades subterráneas. Estados Unidos, 1995. En: http://diannerobbins.com/dux4sp.html
Goldstern, Débora. Los actuales místicos lemures en California. En: http://cronicasubterranea.blogspot.com.ar/2008/08/los-actuales-msticos-lemures-de.html
Goldstern, Débora. Monte Shasta. La Leyenda de J.C. Brown. En: http://cronicasubterranea.blogspot.com.ar/2008/07/monte-shasta.html
Goldstern, Débora. Reflexiones sobre la Tierra Hueca y el Mundo Subterráneo II. ContactoIntraterreno.En:http://cronicasubterranea.blogspot.com.ar/2009/09/reflexiones-sobre-la-tierra-hueca-y-el_14.html
Robbins, Dianne. “Telos: sale el llamado desde la tierra hueca y las ciudades subterráneas, 4a.ed. Estados Unidos: 2008. En: http://diannerobbins.com/TelosBook-spanish-sample.pdf
Truthseeker, J. Shasta True, 2005. En: http://tech.groups.yahoo.com/group/prepare4contact/message/10938
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