viernes, 17 de diciembre de 2010

Posted: 17 Dec 2010 02:54 AM PST
El problema de la Iglesia hoy en día es que ha devenido parte instrumental de los debates ideológicos: Anatema de la izquierda, activo de la derecha. La chapucera mala gestión de importantes incidentes puntuales no la han ayudado a mejorar su imagen pública. La realidad es que la iglesia es muchas cosas: Es una comunidad de creyentes; es una organización global; es un patrimonio ideológico, cultural y artístico; es también una larga colección de personas brillantes, de individuos únicos con biografías admirables y admiradas... uno de estos personajes fue el padre Ubach, de la Abadía de Montserrat, viajero, egiptólogo y hombre de mundo, y como comprobareis en el artículo que os copio de La Vanguardia, tuvo la inteligencia de ver las cosas de una forma diferente a la habitual...


Bonaventura Ubach (1879-1960) es una de aquellas figuras que por sorpresa emergen a la palestra pública años después de sus logros personales o profesionales. Como si los astros se hubiesen puesto de acuerdo, se han alineado ahora para difundir la vida y obra de uno de los monjes de Montserrat más inquieto y activo de principios del siglo XX. No en vano hay voces que lo han bautizado como el Indiana Jones de Montserrat. Pero el benedictino fue mucho más que esto. 
El padre Ubach viajando en camello por la península del Sinaí
El padre Ubach, un experto orientalista, inició la Biblia de Montserrat, creó el Museo del Oriente Bíblico de la abadía y plantó la semilla de la primera escuela sólida del orientalismo antiguo en Catalunya. “Fue una persona emprendedora, innovadora, curiosa, aventurera, apasionada por el oriente bíblico”, lo define el padre Pius-Ramon Tragan, director del Scriptorium Orientale de Montserrat, discípulo y principal sucesor de su obra.


A la búsqueda del paisaje bíblico
El padre Ubach emprendió una serie de viajes para conocer de cerca el mundo del Oriente Antiguo. “Creía que la Biblia se podía entender teniendo en cuenta sus raíces”, explica el padre Pius. Con esta idea, recorrió el éxodo bíblico de Egipto hasta el Sinaí y de ahí hacia la tierra prometida. También siguió los pasos de sant Pablo por Turquía, Siria, Grecia, Creta…, descritos en el Nuevo Testamento.
El padre Ubach (delante a la izquierda) con el padre grau. Detrás: G. Eugeni Erausquin, el padre Antoni Ramon y el padre Emilià Riu, en el año 1926


La novela 'L'arqueòleg' de Martí Gironell, dispuesta a convertirse en uno de los best sellers de estas Navidades, retrata este carácter aventurero del padre Ubach, a la vez que ha impulsado la incipiente popularidad del benedictino. Pero no es la única obra que en los últimos tiempos ha recuperado su figura.


La Societat Catalana d’Egiptologia promovió hace dos años 'La colección egipcia del Museo de Montserrat', “la más numerosa e importante de antigüedades egipcias de Catalunya”, según afirma el egiptólogo Josep Padró. El libro contiene la primera biografía reciente del padre Ubach. La única hasta entonces era la del también monje de Montserrat Romuald Díaz i Carbonell, editada en 1962, 'Dom Bonaventura Ubach: l'home, el monjo i el biblista', agotada y fuera de la circulación literaria desde hace muchos años.


Coleccionista pionero
Así emergía del olvido el padre Ubach, a través de la egiptología, una de sus pasiones. “Era un orientalista conocido sólo en el pequeño círculo de Montserrat y por los amantes de la egiptología”, comenta Jaume Vivó, uno de los coordinadores de 'La colección egipcia del Museo de Montserrat'. “Ya es hora de que su figura salga a la luz”, añade.


El año pasado, Publicaciones de l'Abadia de Montserrat se sumaba al homenaje con la publicación del 'Dietari d’un viatge per les regions de l’Iraq', ya en su segunda edición. Esta obra, de su puño y letra y ampliamente ilustrada con fotografías propias, pone de manifiesto el interés del padre Ubach por la adquisición de piezas arqueológicas, destinadas al museo, con el objetivo de que sirvieran para ilustrar la Biblia. “Estaba convencido de que los textos bíblicos no se podían comprender sin relacionarlos con la tierra donde nacieron”, explica el padre Pius. Bajo esta premisa ideó tanto la Biblia de Montserrat como el museo.


Además de la colección egipcia, también son importantes la mesopotámica (actualmente se está realizando un exhaustivo libro dedicado a esta sección), la chipriota (también hay prevista una obra) y la de la Tierra Santa. “Gracias al padre Ubach podemos gozar de unas grandes colecciones”, afirma Vivó. “Él fue el primero que trajo a Catalunya piezas egiptológicas compradas legalmente al Museo Egipcio de El Cairo”, añade.


Y así queda reflejado en el 'Dietari d'un viatge per les regions de l’Iraq'. El 30 de septiembre de 1923, el padre Ubach escribe: “Mi primera y casi única visita (en El Cairo) ha sido al Museo Egipcio. El director me ha recibido amablemente y después de una larga conversación, me ha introducido en los subterráneos del susodicho Museo, donde me ha dejado total libertad para escoger los siguientes objetos: dos sarcófagos, una momia de la época ptolomaica (10 esterlinas). Otra momia de cocodrilo, muchos otros objetos de la antigua civilización egipcia. En conjunto: 27 esterlinas”.


Esta no es la única anécdota divertida que le propinó su afición por el coleccionismo. El 24 de febrero de 1923 cuenta que paseando por Bagdad se encontró con una piedra curiosa debajo de la puerta de una vivienda, lo que resultó ser un talento babilónico. “Era un objeto arqueológico de un valor considerable”, cuenta. “Intenté disimular mi pregona satisfacción por este inesperado hallazgo, y, librándole a la mujer 30 rupias (2 esterlinas), le dije que se procurara otra piedra ordinaria para sustituir la que acababa de ser extraída”. Concluye afirmando que hoy “constituye el objeto más precioso del Museo Bíblico”.


Pero no es el único. De la colección egipcia destacan “el sarcófago de Nebet-itfet del Imperio Medio, las máscaras funerarias y los vasos canopes”, lista Vivó. También es relevante la colección mesopotámica de tablas de escritura cuneiforme.


Exposiciones para el 2011
Pero no sólo la reciente bibliografía, novela incluida, ayudará a divulgar la obra de Ubach. En 2011 se celebra el centenario del Museo de Montserrat. Ya están previstas dos exposiciones que tendrán como gran protagonista al monje benedictino. Una, organizada por el Instituto Europeo de la Mediterránea en la capilla de Santa Ágata de Barcelona, comisionada por Miquel Molist. Otra, en Terrassa, bajo la iniciativa de la Societat de Concursos Bíblics.


“Los años son necesarios para tomar distancia y redescubrir los valores de una persona”, afirma el padre Pius. Y parece que ahora sea el momento. “Allah karim!”, como decía el padre Ubach.

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