domingo, 10 de octubre de 2010

Seres Elementales


Seres Elementales

Los seres elementales son los habitantes de los elementos que componen el planeta:
agua, tierra, aire y fuego...

Los elementales son los guardianes de la naturaleza, más conociodos como hadas, duendes, gnomos, silfos, ondinas, nereidas, sirenas, ninfas y elfos.

Se llama Devas a seres considerados Celestiales, o Seres de Luz.
Según se dice, ellos se encargan de la preservación y del cuidado de la naturaleza.
Para los estudiosos del tema, ellos son majestuosamente bellos. Bajo su influencia y poder se crean y preservan las selvas, los bosques, las montañas, los lagos y todas la maravilla de la naturaleza.
Sin embargo, esta tarea, no la efectúan solos, sino con la ayuda de los seres elementales. De acuerdo a los más antiguos registros esotéricos, los elementales son seres pertenecientes al mundo espiritual.
Los elementales son los habitantes invisibles de los cuatro elementos. De allí su nombre de "elementales": son los espíritus pertenecientes a los elementos que conforman el planeta (agua, fuego, aire y tierra).
Los espíritus de los elementos o elementales, son los encargados de armonizar las condiciones básicas para la aparición de la vida en sus respectivos reinos.
Los elementales son representados como figuras casi humanas, y se los considera habitantes del planeta desde antes de la aparición del hombre.
Al tratarse de seres vivientes que moran en cada uno de los cuatro elementos que gobiernan el planeta, cada elemento tiene sus propios e individuales elementales, que se clasifican de la siguiente manera:

ELEMENTO ELEMENTAL O ESPIRITU
Aire Silfos - Elfos
Agua Sirenas - Ninfas - Ondinas - Nereidas
Fuego Salamandras
Tierra Gnomos - Duendes - Hadas

Debido a la gran coincidencia descriptiva que existe de los elementales entre las diferentes culturas de la antigüedad (sumerios, celtas, egipcios, caldeos, chinos, indígenas de la Polinesia, Africa, América, etc.), se concluye que los seres elementales han mantenido contacto permanente con el ser humano, favoreciendo el intercambio energético que permitió al hombre visualizarlos e identificarlos.
En los registros hallados sobre ritos y costumbres de las diferentes culturas anteriormente mencionadas, se encuentran menciones sobre la presencia de los seres elementales en casi todos los ritos considerados sagrados, y muy especialmente en aquellos ritos dedicados a solicitar protección celestial para las siembras y las cosechas.
También eran invocados para pedir gracias ante ciertas contrariedades concernientes al reino natural, como por ejemplo, el cese de fuertes vientos, tempestades, de incendios, agitación de las aguas, etc. Los seres elementales eran muy respetados por las culturas antiguas. Eran queridos y temidos.
Los elementales, si bien son espíritus habitantes de los cuatro elementos, carecen de alma. Desconocen la diferencia entre el bien y el mal. Por lo tanto se los considera como seres duales. Son descriptos como seres juguetones, traviesos, sin una clara conciencia de la responsabilidad, pero tenaces trabajadores a la hora de cuidar y proteger su elemento y la naturaleza.
Los elementales son los protagonistas de la magia blanca. Pero al no tener alma ni conciencia de la diferencia entre el bien y el mal, son también utilizados en magia negra.
Las hadas y los duendes estan allí afuera, esperando ser convocados por nosotros para beneficiarnos con sus atributos...




10-10-10: Comienzos y Finales

por Jennifer Hoffman

9 de Octubre de 2010

El domingo celebramos el día 10-10-10, un símbolo de nuevos comienzos para los que estamos muy listos. Queremos encontrar un nuevo propósito en la vida, nuevas relaciones, nuevas formas de ser y más alegría. Así que damos la bienvenida a esta oportunidad con los brazos abiertos y el corazón abierto. Los nuevos comienzos están disponibles siempre y cuando estemos dispuestos a crear un espacio para ellos, lo que hacemos al permitir que se produzcan sus finales correspondientes. Cada nuevo comienzo que pedimos es la puerta que se abre cuando otra se cierra. No podemos comenzar sin también terminar.

¿Por qué no damos la bienvenida a los finales con la misma alegría que recibimos los comienzos? Porque pensamos que implican sacrificio, sufrimiento, dolor y malestar. Cuando algo termina, tenemos que prescindir de ello, empezar de nuevo o reconocer un fracaso. Los finales nos muestran cómo las cosas no funcionaron, en dónde no pudimos lograr algo, o dónde no se cumplieron nuestras expectativas. Y los finales interrumpen el flujo de nuestras vidas, ya que nos obligan a mirar en otras direcciones, señalar nuestros defectos y trabajar en nosotros mismos.

Si bien eso es lo que podemos creer, no es de eso que se tratan los finales. Los finales nos dan un cierre, confirmación y apoyo para nuestros próximos pasos. Son señales de que estamos listos para otra cosa y lo único doloroso acerca de ellos es cuando no permitimos que ocurran.

Hay una ley de la física que dice que dos cosas no pueden ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. Y esto es muy cierto en los finales y comienzos. Cuando pedimos algo nuevo, eso toma el lugar de algo que ya existe. Así que tenemos que soltar lo viejo para hacer sitio a lo nuevo. Eso es bastante fácil de hacer cuando es algo que no nos importa, pero cuando es importante para nosotros, el final se ha convertido en algo personal, un testimonio de lo que somos y una señal de que hemos fallado o perdido. Permitirle que termine significa que una parte de nosotros también termina, y si no estamos listos para desprendernos de ello, dejarlo ir, o tenemos juicios, entonces nuestros finales serán muy perturbadores y dolorosos.

En esta fecha y en fechas futuras como ésta, porque habrá más oleadas de la energía de los nuevos comienzos a medida que se producen más cambios, abrimos más portales energéticos y nos adentramos en dimensiones superiores, se nos va a pedir que hagamos espacio para los nuevos comienzos, permitiendo que se produzcan los finales. ¿Estamos tan abiertos a los finales como lo estamos a los comienzos?

Junto con cualquier nuevo comienzo que experimenten el 10 de Octubre del 2010 y después, dense el don de un final. Esto podría ser un final real, un final simbólico o una afirmación para soltar algo que saben que no les sirve. ¿Pueden ser más confiados, positivos, felices, agradecidos, seguros de sí mismos, o ser amables y apreciarse a sí mismos? Imaginen el final como cerrar la puerta que permite que entre el nuevo comienzo.

Si quieren ser más seguros o exitosos, suelten cualquier culpa, vergüenza u otros bloqueos que les impidan expresar todo su potencial.

Para ser felices, cierren la puerta a una experiencia infeliz que mantienen en su memoria.

Para crear amor, agradezcan por cada maestro carente de amor que han tenido, ya que su propósito fue ayudarles a encontrar el amor dentro de ustedes mismos.

Para conocer su nuevo propósito de vida, acepten donde están en este momento y todo lo que han aprendido.

Para estar en paz, agradezcan cada experiencia de caos y que tienen el poder de elegir las energías que se manifiestan en su vida.

Abracen su nuevo potencial al darse a sí mismos el don de los finales que hacen posibles los comienzos.

Muchas bendiciones en estos tiempos sorprendentes y milagrosos.

Jennifer Hoffman

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