miércoles, 13 de octubre de 2010
La ley del rebote
La ley del rebote
"La cólera, la rebeldía... Si los humanos fuéramos
capaces de analizar lo que sucede en su interior
en el momento en que nos abandonamos
a estos impulsos, se constatarían que su organismo
está registrando vibraciones violentas y caóticas
que se graban definitivamente en sus células.
Pero ellos no se observan
y no saben tampoco que la naturaleza,
que tiene una inteligencia y una memoria,
les prepara algunas lecciones para más adelante.
Se casarán y tendrán hijos: pues bien,
estos hijos se parecerán a ellos,
serán violentos, rebeldes e irrespetuosos como ellos.
Y entonces será inútil quejarse:
«¡Oh, qué injusticia! ¡No merecía semejantes hijos!»
Y entonces será el momento de recordar
cómo eran ellos en el pasado, comprenderán,
pero ya será demasiado tarde.
La ley del rebote existe tanto en el mundo psíquico
como en el mundo físico.
Desgraciadamente,
sólo cuando las consecuencias de sus
actos recaen sobre su cabeza,
los humanos comienzan a reflexionar
y a comprender."
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33 Mineros y el Mundo Observa
por Jennifer Hoffman
13 de Octubre de 2010Hola a todos,
He estado viendo las transmisiones de noticias esta noche de los 33 mineros que han estado atrapados en una mina chilena durante los últimos 69 días, que están siendo rescatados mientras el mundo observa. Ha sido una larga espera para nosotros, imagínense lo que fue para ellos. En la oscuridad, casi a un kilómetro bajo la superficie de la tierra, solos, totalmente dependientes de que el mundo encuentre la manera de liberarlos.
El aspecto más asombroso de este rescate es que es posible debido a que personas de muchos países se unieron para compartir sus conocimientos, experiencia y corazón, con el único propósito de traer a casa a estos mineros. Y pueden dejar de lado sus diferencias, ir más allá de las limitaciones del idioma, la cultura, ideales políticos y filosofías para enfocarse en un objetivo común. Y el mundo está con ellos mientras observamos, en estas horas finales, mientras los mineros finalmente pueden ir a casa. Mientras cada minero es colocado cuidadosamente en la pequeña jaula de acero, quienes aún están en la mina celebran al próximo en ser liberado. No hay peleas ni discusiones, nada de empujarse por ser el primero o el siguiente, aunque estoy segura de que todos están impacientes por salir de allí. Qué victoria para los mineros, y para nosotros.
Mientras observaba los preparativos finales esta semana, me preguntaba cómo se sentirían los mineros sabiendo que su odisea terminaría pronto. ¿Estaban emocionados, ansiosos, un poco asustados? La única forma de salir era a través de la roca sólida, encerrados en una pequeña jaula de acero jalada por una cuerda (siendo claustrofóbica, no es algo que a mí me emocionaría mucho). Así que, si bien su calvario ha terminado, todavía tienen un pequeño trecho por recorrer antes de ser por fin libres, y su escape es por medio de una jaula de acero, llamada ‘Fénix’. ¿Te recuerda esto algo que esté sucediendo en tu vida?
¿Dónde estás luchando en la oscuridad, atrapado en algún aspecto de tu vida, y qué tienes que estar dispuesto a atravesar para poder salir al otro lado? A veces la forma de salir de una situación puede parecer tan difícil como la situación misma. ¿Tienes el valor de tomarlo de todos modos, incluso aunque te asuste tanto como la situación en la que te encuentras?
Aparte de eso, hay dos conceptos importantes que están sucediendo aquí, la experiencia de los mineros que nos recuerda que teniendo fe y confianza podemos superar cualquier cosa, y el poder de los vórtices de compasión en conectar al mundo para cambiar los corazones y las mentes.
Los vórtices de compasión se crean cuando se produce un evento que une al mundo. Lo hemos visto entonces con el tsunami del 2004, los terremotos ocurridos en Haití y en Chile, los niños que fueron secuestrados y asesinados en Rusia, y otros desastres o eventos que hacen que el mundo se detenga por un momento y envíe sus pensamientos y oraciones a los afectados. En esos momentos estamos conectados, singularmente enfocados en aliviar el sufrimiento de aquellos involucrados, abriendo nuestros corazones para unirnos en su dolor, conscientes de que nuestra humanidad puede ser una fuente de conexión en lugar de separación.
Estos vórtices aparecen para que podamos abrir nuestros corazones y mentes, para unirnos y recordarnos que nuestros resultados más grandes los logramos cuando trabajamos juntos. Son una prueba Universal del progreso de nuestra ascensión, de nuestro compromiso a aprender a ser menos humanos y más espirituales, menos enfocados en nuestro miedo y dolor, y dispuestos a vernos a nosotros mismos en el otro. La numerología representada en este evento es interesante. Hay 33 mineros (un número maestro) y estuvieron en la mina por 69 días. El 6 representa a la tierra que se une con el cielo, el 9 representa al cielo que viene a la tierra y 6+9 es 15, que también es un 6.
¿Serán rescatados todos? ¿Qué vamos a aprender acerca de los detalles de su odisea? ¿Cómo sobrevivieron por tanto tiempo y cómo será ahora su vida? Sabemos que ellos habrán cambiado para siempre, pero nosotros también porque a través de ellos el mundo se ha unido un poco más, tiene más esperanza, se han forjado nuevas amistades y una vez más nos damos cuenta de que creamos mucho más poderosamente cuando estamos conectados, que cuando nos vemos a nosotros mismos a través de nuestro miedo y separación.
Así que mientras observamos el progreso del rescate hasta que salga el último minero, podemos recordar que con esperanza y fe, todo es posible. E incluso en nuestros momentos más oscuros, existe el potencial para los milagros si tan sólo nos mantenemos enfocados en nuestra intención para cualquier cosa que queramos en nuestra vida. Tal vez un día no necesitaremos vórtices de compasión ni el sacrificio de las almas que se ofrecen voluntariamente para recordarnos que somos, por encima de todo, seres divinos teniendo una experiencia humana.
Manténganse en calma, enfocados, desapegados y conscientes y recuerden que sus pensamientos están creando a cada momento de su vida. Piensen los mejores. Al reflexionar sobre esto y las otras cosas que están sucediendo en este momento recuerden:
Acepten todos los dones de comprensión con gratitud y utilícenlos para aplicar perdón, liberación y sanación a toda situación.
Pidan una guía y confirmación y luego esperen a que vengan a ustedes.
Por encima de todo, agradezcan esta oportunidad de ser parte del asombroso cambio de conciencia de la humanidad conforme todos ascendemos a la vibración de los milagros.
Muchas bendiciones en estos tiempos milagrosos y sorprendentes,
Jennifer Hoffman
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